El absolutismo físico y filosófico
La última teoría cosmológica del siglo xxi
Jorge Soto Builes
DEDICATORIA
Dedico este libro a la memoria al doctor, Albert Einstein, el pensador más grande que ha dado la humanidad y que pensaba lo siguiente:
“Cuanto más imbuido esté un hombre en la ordenada regularidad de los eventos, más firme será su convicción de que no hay lugar —del lado de esta ordenada regularidad— para una causa de naturaleza distinta. Para ese hombre, ni las reglas humanas ni las «reglas divinas» existirán como causas independientes de los eventos naturales. De seguro, la ciencia nunca podrá refutar la doctrina de un dios que interfiere en eventos naturales, porque esa doctrina puede siempre refugiarse en que el conocimiento científico no puede posar el pie en ese tema. Pero estoy convencido de que tal comportamiento de parte de las personas religiosas no solamente es inadecuado sino también fatal. Una doctrina que se mantiene no en la luz clara sino en la oscuridad, que ya ha causado un daño incalculable al progreso humano, necesariamente perderá su efecto en la humanidad. En su lucha por el bien ético, las personas religiosas deberían renunciar a la doctrina de la existencia de Dios, esto es, renunciar a la fuente del miedo y la esperanza, que en el pasado puso un gran poder en manos de los sacerdotes. En su labor, deben apoyarse en aquellas fuerzas que son capaces de cultivar el bien, la verdad y la belleza en la misma humanidad. Esto es de seguro, una tarea más difícil pero incomparablemente más meritoria y admirable. La palabra dios, para mí, no es más que la expresión y producto de las debilidades humanas, la Biblia, una colección de honorables pero aún primitivas leyendas, que sin embargo son bastante infantiles”.
Albert Einstein
Introducción:
Para tratar de descubrir la verdad, es necesario dudar, siempre, de todo lo que perciban nuestros sentidos, porque todo puede ser relativo y estar constituido por una falsa ilusión. Fue en esa etapa de mi evolución consciente, cuando comprendí que si todos mis conocimientos me llevaban a pensar que todo era relativo, entonces, me tuve que preguntar lo siguiente: ¿Yo, qué soy en el centro del universo?... ¿Cuál será el objetivo de mi vida en la tierra?... ¿Seré una parte integral y dinámica de la eternidad?... Después comprendí que mi pensamiento y mi existencia en el universo, eran indiscutibles y esa era la única verdad perceptible.
En el futuro, seguramente, me van a considerar el padre de “El absolutismo físico y filosófico”, porque soy el único ser humano que se atreve a desenterrar la filosofía, maltrecha y olvidada, que Stephen Hawking enterró, poco antes de abandonar el universo que nunca comprendió. Desde que estaba muy joven, traté de fortalecer mis talentos en disciplinas tan diferentes como la matemática, la química molecular y la física de partículas, y, probablemente, mis aportes no han sido definitivos, pero podemos decir que en los últimos cuarenta años, me he dedicado a abrir los caminos, para que las nuevas generaciones comprendan la grandiosidad del ser humano. Mi primera vocación fue la química y con apenas dieciocho años, ingresé en la facultad de minas de la universidad nacional de Colombia, seccional de Medellín; después, en el año de 1985, ingresé a la facultad de ingenierías de la universidad de Antioquia, en la que descubrí la magia de las matemáticas y de la física. Tres áreas del conocimiento en las que me perfeccioné, para tener la tranquilidad de estar pisando en terreno seguro, porque cuando se van a cuestionar los pilares fundamentales de la ciencia, tenemos que tener pruebas científicas que lo demuestren. Se necesita una muy sólida educación, para poder eliminar las dudas, respecto a lo que sabemos y a lo que todavía no comprendemos; porque cuando estamos llegando a una conclusión, debemos estar seguros de que llegamos a ella de una manera adecuada. Sabemos que en la unidad eterna de sabiduría ósea en el universo, existe una verdad absoluta que los seres humanos debemos conocer y también sabemos que habrá fenómenos, situaciones y opiniones, que corresponden mejor a esa verdad que otras, pero, ¿cómo tener la certeza de que lo que nosotros creemos que es la verdad, lo es auténticamente?... Los seres humanos creemos que alguna cosa es verdad, pero, ¿cómo saber con certeza que lo es?... ¿Cómo saber que no nos engañan las percepciones imperfectas de nuestros sentidos?... El problema no es que exista una verdad más allá de nuestra comprensión científica, el problema es que nosotros no podamos reconocerla. Es por ese dilema que, entre todos, vamos a trabajar para que en nuestro pensamiento, lleguemos a tener una visión, unas opiniones y unos lineamientos filosóficos, que nos respondan y que nos tranquilicen, para que después nos conduzcan a la verdad de nuestra eternidad consciente, de una manera indiscutible. Eso es, precisamente, lo que he tratado de hacer a través de mi existencia, y lo hago recorriendo el universo, desde mis reflexiones como un pensador independiente y nunca como un profesor universitario, ligado a un sistema de educación alienante y egoísta.
Soy un ser humano que vago por la vida con discreción, para no despertar la furia de los criminales, que vienen dominando la tierra con esas teologías milenarias que fueron la madre de la inquisición, y que retrasan hace más de veinte siglos el desarrollo de la ciencia. Vivo pensando por mí mismo y trato de enseñar la grandiosa verdad de nuestra eternidad consciente, al resto de la humanidad. Trato de enseñar que no nos podemos confiar de las autoridades, ni de las tradiciones religiosas, ni de los sistemas educativos capitalistas, en los que se asesina el pensamiento en la lucha desvergonzada por los privilegios. Debemos buscar las verdades de la vida, a partir de lo que nosotros mismos podamos investigar, porque ninguna de las opiniones establecidas hasta hoy, en el año 2021, por venerables y respetables que parezcan los que las sostienen, nos pueden llevar a descubrir esas verdades. A los físicos teóricos de siempre, que se conforman aceptando y repitiendo las equivocadas opiniones del difunto Stephen Hawking, les parece muy normal y no les da vergüenza aceptar una teoría como la del bosón de Higgs, que va en contra del poderoso pensamiento que aglutina la materia. ¡No señores, no basta con lo que digan los ignorantes presidentes de las naciones más poderosas del mundo, no basta con seguir las palabras de los ladrones que abusan sexualmente de los niños y comercializan con la salvación de las almas, no basta con aceptar lo que digan los científicos tradicionales, porque sigue haciendo falta que, a través de tu propio pensamiento, llegues a descubrir la grandiosidad del ser humano y la verdad de tu eternidad consciente!
Bienvenidos a El absolutismo físico y filosófico, la máxima teoría cosmológica (M) y antes de continuar, es muy necesario anotar que todos los datos científicos e históricos, recopilados en este libro, fueron tomados de la internet, que es del dominio de todos, para que los puedan comprobar cuando lo deseen. Gracias.
Jorge Soto Builes.
El absolutismo físico y filosófico
Nuestra conciencia surca la eternidad, como una maravillosa experiencia que nos permite explorar la totalidad del universo, del cual hacemos parte integral y dinámica. Los seres humanos somos conciencia evolutiva en la eternidad y, en nuestro grandioso proceso, nos preguntamos, ¿cuál es el objetivo y la razón de nuestra existencia, en esta espectacular matriz de sabiduría llamada tierra?... Mientras que estamos inmersos en el centro de millones y millones de galaxias, tratando de comprender este universo que nos rodea; tratando de descubrir y de comprender, las leyes físicas e invariables, con las que funciona el universo; tratando de descubrir la intrincada magia de lo que todos llaman realidad, mientras que la gran mayoría se concentra en la cotidianidad de sus limitaciones, para no tener que observar, ni pensar en la profundidad de la bóveda celeste. Es en ese preciso instante de reflexión, cuando renace el filósofo que vuelve a señalar el camino, y que nos traza el sendero para descubrir nuestra maravillosa eternidad. Filósofo, que el último y más famoso de los físicos teóricos se empeñó en asesinar, antes de que desapareciera su equivocado pensamiento, que siempre anduvo en la oscuridad de sus limitaciones mentales y físicas. La filosofía vuelve a cabalgar radiante y renovada, sobre el desarrollo de la física de partículas y de la química molecular, y somos los científicos, que siempre hemos estado sumergidos en la búsqueda del conocimiento, los que nos vemos lanzados contra la grandiosidad de ese pensamiento humano que no tiene límites, y es nuestra misión la de compartir las respuestas halladas en los descubrimientos y los sorprendentes progresos que hemos obtenido, y que nos llevan a comprender el universo y a comprender nuestra participación dinámica y renovadora, en la concepción totalmente diferente y ampliada, de lo que los físicos teóricos, tradicionales, han manejado hasta estos días, en los que un coronavirus “el covid 19”, nos ha puesto contra la pared de nuestra fragilidad y de nuestra ignorancia como especie. Físicos teóricos que se refugiaron, inconscientemente, en una caparazón de enfermedad y dolor, para hacer más creíbles su equivocadas teorías; unas teorías que todavía preguntan por esos dioses imaginarios, que se han inventado los hombres incultos y temerosos, a través de toda la historia de la humanidad, cuando se hacían la siguiente pregunta en el último de sus libros, ¿será que necesitó, el universo, un dios creador?... Teorías que siguen fluctuando en las tres dimensiones que enmarcan el nacimiento y la muerte de los seres biológicos, sin todavía poder comprender que la tierra es una inmensa matriz de sabiduría, que nos permite ingresar de forma consciente, en la quinta dimensión de la eternidad sin relativos, señalada por Einstein con la teoría de la relatividad general.
Señores científicos modernos, hoy les quiero recordar que Albert Einstein, nos comprobó con unas muy sencillas fórmulas, que el tiempo y el espacio son relativos y, además, ya sabemos que la energía no se crea ni se destruye, porque únicamente se transforma, y, siendo el universo un inmenso mar de energía, dinámica y eterna , ¿por qué le siguen buscando un principio y un fin, con esas ridículas teorías, como la del Big Bang, que nos hacen avergonzar, porque resulta evidente que contradice pilares fundamentales de la física como lo es el de la velocidad de la luz?...
El universo, dinámico y eterno, sintetiza en el ser humano, la magia del pensamiento evolutivo, que se genera en diferentes matrices de sabiduría como la tierra y es por esa virtud, que nos ha tocado a los nuevos físicos teóricos, a retomar las banderas de los filósofos que ya habían sido enterradas y, utilizando los últimos descubrimientos científicos, tratar de señalar el camino a la gran mayoría de los seres humanos, que han tenido grandes dificultades en el proceso evolutivo de sus consciencias, enceguecidas por el brillo de un escaso metal llamado oro, que en su trascendencia no pueden llevar a ningún lado. Somos los físicos teóricos de esta última generación, una nueva raza de filósofos, que abren las ventanas del conocimiento, para corregir los errores de esos pobres enfermos, que se atrevieron a decir que la filosofía había muerto en el siglo veintiuno.
El universo es una unidad absoluta y eterna de sabiduría, que no tiene ni principio ni fin, y, somos, los seres humanos, pensamiento evolutivo en ese universo dinámico y eterno, la más poderosa de las fuerzas del todo. Pensamiento y consciencia, como los de Albert Einstein, que demostró con ecuaciones sencillas, que el tiempo y el espacio son relativos en la quinta dimensión. Los seres humanos, somos embriones evolutivos que reproducimos el pensamiento y la sabiduría de ese universo absoluto y eterno, y es, esa conciencia, en la que se revela la grandiosidad del ser humano, la que nos lleva a preguntarnos, ¿cuál es el objetivo de nuestra vida en la tierra?... ¿Por qué y para qué, se ha manifestado nuestra conciencia en la eternidad?... ¿Cuál es la naturaleza de lo que creemos real, en el universo?... Pero antes de seguir, regresemos a la concepción que tienen la gran mayoría de los profesores universitarios, de la forma en que funciona el universo y que es la siguiente: Los objetos o los seres, se mueven a lo largo de caminos bien definidos y poseen historias bien definidas, en las que se pueden especificar y calcular su posición, en todo momento. Ese planteamiento, puede ser satisfactorio en el marco de las tres dimensiones tradicionales y de la antigua ley de la gravedad de Newton, pero, Albert Einstein, descubrió que ese análisis clásico que describía el comportamiento de ese ser, en la cuarta dimensión del tiempo y del espacio matemáticos, ya no lo puede hacer en la relatividad de la quinta dimensión de la eternidad sin límites. Fue entonces cuando, al ser humano, le tocó adoptar una serie de teorías denominadas física cuántica, porque según un científico llamado Richard Feyman, un ser no tiene una historia sino todas las historias posibles.
Fue la llegada de la física cuántica o física de partículas y la llegada de la teoría de la relatividad general, las que derrumbaron la creencia de que el conocimiento podía ser obtenido por observación directa y que las cosas son como parecen ser, a través de las limitaciones de nuestros sentidos, por lo tanto, la noción que creemos tener de la realidad, es un poco incompleta bajo el punto de vista de la física moderna.
Los famosos diagramas de Feyman en la física cuántica, son gráficas que representan la trayectoria de las partículas, en las fases intermedias de un proceso de colisión; para resolver de manera eficaz, los cálculos implicados en dicho proceso. Estos diagramas también son utilizados en otras teorías, para resolver problemas de muchos objetos o cuerpos, como por ejemplo en la física del estado sólido. El problema de calcular secciones eficaces de dispersión, en la física de partículas, se reduce a sumar sobre la amplitud de todos los estados intermedios posibles, en un fenómeno que se conoce como expansión perturbativa. Estos fenómenos físicos se pueden representar por los diagramas de Feyman, cuyo cálculo resulta menos complejo y más ilustrativo que el proveniente de la expresión matemática directa.
La visión ingenua de la realidad no es compatible con la física moderna, que ha descubierto la quinta dimensión donde el espacio y el tiempo son relativos, porque nuestros cerebros interpretan los datos de los órganos sensoriales, elaborando un modelo de lo que ellos perciben y, cuando ese modelo nos explica satisfactoriamente los acontecimientos, tendemos a atribuirle el concepto de “Realidad” o de verdad absoluta. En la historia del ser humano y de la ciencia, se han ido proponiendo una serie de teorías que se han adaptado al nivel de los conocimientos, pero hemos llegado a un grado tan elevado de desarrollo, que hoy, en el año 2021, voy a proponer la última teoría de la ciencia y es la “Teoría del absolutismo físico y filosófico”… La máxima teoría (M). Una teoría que posee todas las propiedades que debe de poseer la teoría final, porque es la teoría sobre la que, la humanidad, basará la mayor parte de las futuras reflexiones; por fin esta teoría suprema, puede dar respuesta a la eterna pregunta sobre la creación del universo y esa respuesta dice así: El universo es una unidad de sabiduría dinámica y eterna, y, por lo tanto, no necesitó de ningún creador, ni existió ningún big – bang, ni tendrá ningún fin. La totalidad del universo es igual a esta parte del universo que observamos y disfrutamos, y está compuesto de pensamientos diferentes, resultando adecuado para la existencia de cualquier forma de pensamiento, como lo es nuestro pensamiento; pensamientos y conciencia eterna, que nos hacen parte renovadora y vital del universo; y para entender este maravilloso universo, a nivel más profundo, necesitamos saber, ¿cómo se comporta internamente ese mundo sin límites?... ¿Por qué existe el universo en vez de existir el vacío absoluto?... ¿Cuál es el objetivo de nuestra conciencia evolutiva dentro de ese universo?... Respuestas que el lector va a encontrar, a medida que vaya leyendo estas páginas.
Para poder continuar con la redacción de este libro, no nos es posible detenernos a analizar, cada una de las religiones o cada uno de los mitos y leyendas, que han inventado el miedo y la ignorancia humana, a través de los siglos. Espero que todos los lectores tengan el nivel intelectual, para comprender que no existen ni dioses blancos, ni amarillos, ni negros, porque solamente existe una unidad eterna de sabiduría, que no juzga, que no castiga y que no cobra diezmos, de la que hacemos parte integral y en la que vamos a descubrir, ¿cuál es el objetivo de nuestra conciencia evolutiva en medio de la eternidad?... Pero si el lector todavía no ha podido salir de la edad media, y no se ha podido librar de la necesidad de adoptar figuras religiosas que lo esclavicen y lo hagan sentir un pecador, le aconsejo leer “La religión de los inteligentes” que la encuentra de forma gratuita en google, digitando el nombre de mi página jorgesotobuiles.es.tl para que, por fin, comprenda la grandiosidad del ser humano y sea capaz de comprender el universo, desde la perspectiva de esa física moderna que nos vuelve a lanzar de frente contra la filosofía que, Stephen Hawking, enterró justo antes de morir. ¿Pero qué ha significado la palabra filosofía para la humanidad a través de la historia?... “Filosofía es la reflexión metódica, que articula el conocimiento y los alcances de nuestra existencia”… Esa definición, que la podemos encontrar en cualquier diccionario, convierte al filósofo en un ser que busca el conocimiento sin ningún fin pragmático, tratando de hacer un análisis racional del sentido de la existencia humana. Pero si en esta última teoría de “El absolutismo físico y filosófico” (M), vamos a desenterrar las banderas de la filosofía, que un equivocado pensador se había llevado a la tumba, primero debemos hacer un recorrido superficial, por las diferentes escuelas de la filosofía, a través de la memoria de la humanidad.
Empecemos en la Grecia antigua, en la que Los Jonios constituyeron una escuela filosófica que ejerció una influencia poderosa durante varios siglos, en la que el carácter general fue el pensamiento cosmológico, o, si se quiere, el de la comprensión del universo físico. Los Jonios, trataron de determinar la materia, la esencia, la realidad que constituye al ser, o sea a la materia o sustancia de las cosas particulares, y, por consiguiente, del universo; y es de resaltar que para todas esas escuelas y filósofos del primer periodo, las sustancias materiales y sensibles, entrañan la universalidad del ser y la realidad se identificaba con la naturaleza o mundo visible; y esta negación o, mejor dicho, esta ausencia de la concepción de un ser superior, de un dios, constituye la principal de las características generales, de la especulación filosófica en este primer periodo. Por su parte Anaxágoras (500 – 428 A.C.) resolvió el problema espiritualista, diciendo: “El mundo deja de ser, solamente, una combinación de materia, para convertirse, con la influencia del ser humano, en el producto de la inteligencia, en resultado y representación del pensamiento; en efecto y demostración, a la vez, de un ser no material, evolutivo, extra cósmico y trascendente”.
Después llegó Aristóteles que nació en 384 a. C. o 383 a. C., durante el primer año de la olimpiada XCIX, en la ciudad de Estagira, la actual Stavros, (razón por la cual se lo apodó el Estagirita), no lejos del actual Monte Athos, en la península Calcídica, entonces perteneciente al Reino de Macedonia (actual región de Macedonia de Grecia). Su padre, Nicómaco, pertenecía a la corporación de los asclepiadeos, es decir, que profesaba la medicina, y fue médico del rey Amintas III de Macedonia, hecho que explica su relación con la corte real de Macedonia, que tendría una importante influencia en su vida; y su madre, Festis, era oriunda de Calcis y también estaba vinculada a los asclepiadeos.
En la época del rey Arquelao I de Macedonia, al ser su padre médico del rey Amintas III de Macedonia, ambos residieron en Pella, y Aristóteles no pudo permanecer mucho tiempo en aquel lugar, ya que sus padres murieron cuando él era aún muy joven, y se trasladó probablemente a Atarneo. En 367 a. C. cuando Aristóteles tenía 17 años, su padre murió, y se hizo cargo de él su tutor Proxeno de Atarneo, que lo envió a Atenas, por entonces un importante centro intelectual del mundo griego, para que estudiase en la Academia de Platón. Allí permaneció por veinte años. Periodo en la Academia para completar la educación de Aristóteles, Proxeno lo envió a Atenas para inscribirle a la Academia, habiéndose extendido ya su fama y la de Platón por el mundo griego.
Aristóteles conoció a Platón cuando tenía 17 años de edad, y permaneció en la Academia desde el 367 o 366 a. C. hasta el 347 o 346 a. C., justo con el momento en el que coincide el segundo viaje que realiza Platón a Sicilia. Debido a que Aristóteles acudió a la Academia durante su periodo de máximo esplendor, pudo desarrollarse de forma adecuada. Eudoxo ejerció la primera influencia decisiva sobre Aristóteles, ya que pudo ejercer su influencia en la exigencia «salvar los fenómenos», lo que es lo mismo, «hallar un principio que explicase los hechos, conservando intacto su modo genuino de presentarse». El propio Platón le llamaba «el lector» debido a su afán de formase mediante escritos, en lugar de hacerlo de forma oral (como se hacía en la Academia).
Debido a que las ideas filosóficas de Eudoxo diferían con la filosofía platónica y concluían en aporías, Aristóteles hizo caso omiso de las mismas, pero sí se relacionó con Espeusipo, Filipo de Opunte, Erasto y Corisco. Tanto Espeusipo como Filipo de Opunte fueron escolarcas de la Academia, Heraclides Póntico la rigió cuando Platón realizó su tercer viaje a Sicilia, Filipo publicó la obra Leyes, y Erasto y Corisco asociaron sus nombres con Aristóteles. Durante este periodo de juventud, escribió varios diálogos y el Protréptico, una exhortación a la filosofía muy popular dirigida al público general. Ninguna de estas obras se ha podido conservar salvo algunas en fragmentos.
Aristóteles ha sido muy importante para la humanidad y es por todos sus meritos, que lo vamos a analizar en profundidad y detalladamente, en cada uno de sus pensamientos, porque es uno de los dos científicos más importantes al lado de Albert Einstein, que ha dado la humanidad; un filósofo, polímata y científico, y es considerado junto a Platón, el padre de la filosofía occidental. Sus ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.
Fue discípulo de Platón y de otros pensadores, como Eudoxo de Cnido, durante los veinte años que estuvo en la Academia de Atenas. Poco después de la muerte de Platón, Aristóteles abandonó Atenas para ser el maestro de Alejandro Magno en el Reino de Macedonia durante casi 5 años. En la última etapa de su vida fundó el Liceo en Atenas, donde enseñó hasta un año antes de su muerte.
Aristóteles escribió cerca de 200 obras, de los cuales solo se han conservado 31 (ninguna de ellas destinada a la publicación) en el Corpus Aristotelicum, sobre una enorme variedad de temas, entre ellos: lógica, metafísica, filosofía de la ciencia, ética, filosofía política, estética, retórica, física, astronomía y biología. Aristóteles transformó muchas, si no todas, las áreas del conocimiento que abordó. Es reconocido como el padre fundador de la lógica y de la biología, pues si bien existen reflexiones y escritos previos sobre ambas materias, es en el trabajo de Aristóteles, donde se encuentran las primeras investigaciones sistemáticas al respecto.
Para Aristóteles, a diferencia de su maestro, solo hay un único mundo, en donde cada sujeto sensible está compuesto de materia y forma (hilemorfismo), siendo esta última, la forma, su esencia. Según el filósofo, el ser humano es un animal racional constituido por un cuerpo (materia) y alma (forma) y que desea saber y ser feliz. La experiencia es la fuente del conocimiento y la felicidad se proviene de la virtud propia del alma humana, razonar. Los hombres viven en comunidad, formando Estados con el fin de preservar la felicidad de sus ciudadanos. También defendió el valor del arte, la retórica y la superioridad del varón.
Entre muchas otras contribuciones, Aristóteles formuló la teoría de la generación espontánea, el principio de no contradicción y las nociones de categoría, sustancia, acto, potencia y primer motor inmóvil. Algunas de sus ideas, que fueron novedosas para la filosofía de su tiempo, hoy forman parte del sentido común de muchas personas. Influyó en el pensamiento islámico durante la Edad Media, así como en la escolástica cristiana. Su ética, aunque siempre influyente, ganó un renovado interés con el advenimiento moderno de la ética de la virtud.
Debido a que las ideas filosóficas de Eudoxo diferían con la filosofía platónica y concluían en aporías, Aristóteles hizo caso omiso de las mismas, pero sí se relacionó con Espeusipo, Filipo de Opunte, Erasto y Corisco. Tanto Espeusipo como Filipo de Opunte fueron escolarcas de la Academia, Heraclides Póntico la rigió cuando Platón realizó su tercer viaje a Sicilia, Filipo publicó la obra Leyes, y Erasto y Corisco asociaron sus nombres con Aristóteles. Durante este periodo de juventud escribió varios diálogos y el Protréptico, una exhortación a la filosofía muy popular dirigida al público general. Ninguna de estas obras se ha podido conservar salvo algunas en fragmentos.
Aristóteles probablemente participó en los Misterios eleusinos, escribiendo sobre ellos: "La experiencia es aprender".
Formación de su filosofía.
Tras la muerte de Platón en 347 a. C., Aristóteles dejó Atenas y viajó a Atarneo y a Aso, en Asia Menor, donde vivió aproximadamente tres años bajo la protección de su amigo y antiguo compañero de la Academia, Hermias, quien era gobernador de la ciudad.
Cuando Hermias fue asesinado, Aristóteles viajó a la ciudad de Mitilene, en la isla de Lesbos, donde permaneció dos años. Allí continuó con sus investigaciones junto a Teofrasto, nativo de Lesbos, enfocándose en zoología y biología marina. Además se casó con Pitias de Aso, la sobrina de Hermias, con quien tuvo una hija del mismo nombre.
Alejandro Magno y Aristóteles. El filósofo fue su formador intelectual, y le inculcó sus conocimientos en la etapa adolescente por más de dos años. Se considera que esas enseñanzas fueron elementos decisivos para los objetivos que se propuso Alejandro. Su sobrino, Calístenes, lo acompañó en la campaña contra Persia, quien fue su biógrafo. Las cartas entre Alejandro y Aristóteles, quedaron registradas en el libro de Pseudo Calístenes, Vida y Hazañas de Alejandro de Macedonia.
En 343 a. C. el rey Filipo II de Macedonia convocó a Aristóteles para que fuera tutor de su hijo de 13 años, que más tarde sería conocido como Alejandro Magno, en la localidad de Mieza. Aristóteles viajó entonces a Pella, por entonces la capital del imperio macedonio, y enseñó a Alejandro durante, al menos, dos años, hasta que inició su carrera militar. Durante el tiempo de Aristóteles en la corte de macedonia, dio lecciones también a otros dos reyes futuros: Ptolomeo y Casandro.
En 335 a. C., Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela, el Liceo (llamado así por estar situado dentro de un recinto dedicado al dios Apolo Licio). A diferencia de la Academia, el Liceo no era una escuela privada y muchas de las clases eran públicas y gratuitas. A lo largo de su vida, Aristóteles reunió una vasta biblioteca y una cantidad de seguidores e investigadores, conocidos como los peripatéticos (de περιπατητικός, 'itinerantes', llamados así por la costumbre que tenían de discutir caminando). La mayoría de los trabajos de Aristóteles, que se conservan, son de este período. Escribió muchos diálogos, de los cuales solo han sobrevivido fragmentos. Los trabajos que han sobrevivido están en forma de tratado y no fueron, en su mayor parte, destinados a una publicación.
Durante este período, la esposa de Aristóteles, Pitias, murió y desarrolló una nueva relación con Herpilis, se cree que como él, nativa de Stagira. Aunque algunos suponen que no era más que su esclava; otros deducen de las últimas voluntades de Aristóteles, que era una mujer libre y probablemente su esposa en el momento de su muerte. En cualquier caso, tuvieron hijos juntos, incluyendo un hijo, Nicómaco, que nombra como padre a Aristóteles y a quien dedicó su Ética a Nicómaco.
Aunque poco se sabe de su aspecto físico, Aristóteles fue descrito como calvo, de piernas cortas, ojos pequeños, balbuciente, elegante al vestir y sobre la base sus propias opiniones, su falta de hábitos ascéticos. Era un hombre práctico y un observador cuidadoso. De mente alta y buen corazón, dedicado a sus seres queridos y justo con sus rivales. Diógenes Laercio declaró que tenía inclinación a la burla y cita algunas expresiones que testimonian su fácil ingenio.
Muerte
Cuando Alejandro murió en 323 a. C. es probable que Atenas se volviera un lugar incómodo para los macedonios, especialmente para quienes tenían las conexiones de Aristóteles. Según se cuenta, declaró que "no veía razón para dejar que Atenas pecara dos veces contra la filosofía" (clara alusión a la condena de Sócrates). Aristóteles dejó Atenas y se estableció a Calcis, en la isla de Eubea, donde murió extrañamente al año siguiente, a la edad de 61 o 62 años, en 322 a. C., por una enfermedad de los órganos digestivos. Su testamento fue conservado por Diógenes Laercio.
Supuesto hallazgo de su tumba.
En mayo de 2016, durante el congreso internacional "Aristóteles, 2.400 años" celebrado en la Universidad de Salónica, Konstantinos Sismanidis, director de las excavaciones en la ciudad de Estagira, dio a conocer las conclusiones de su equipo de arqueólogos, sobre un edificio descubierto en 1996 y ahora reestudiado a la luz de dos manuscritos que hacen alusión al traslado posterior de las cenizas del filósofo, en una urna de bronce, a su ciudad natal. Según ellos, el edificio, hallado en el interior de una fortaleza bizantina posterior, "no puede ser otra cosa que el mausoleo de Aristóteles", aunque aclararon que "no tenemos pruebas, pero sí indicios muy fuertes que rozan la certeza".
Pensamiento
El pensamiento de Aristóteles abarca prácticamente todas las facetas de la investigación intelectual. Aristóteles hizo filosofía en sentido amplio, que también describiría como "ciencia". El uso del término ciencia tiene un significado diferente al que cubre el término "método científico". Distingue tres tipos de filosofías, ciencias o saberes: saber práctico, que incluye la ética y la política; saber productivo, significa el estudio de las artes, incluida la poética; y saber teórico, que abarca la física, las matemáticas y la metafísica. Este último es puramente contemplativo, y no interviene en el objeto de estudio. La lógica y la retórica no constituyen saberes sustantivos.
Metafísica
La palabra "metafísica" parece haber sido acuñada en el siglo I d.C por Andrónico de Rodas, quien reunió varias las obras de Aristóteles para el tratado que conocemos con el nombre de Metafísica. La metafísica, según Aristóteles, es en primer lugar, una teoría de los principios generales del pensamiento (que aborda en más detalle en su lógica); y en segundo lugar, una doctrina (logos) del ser (on) en cuanto tal. La metafísica de Aristóteles gira en torno a dos cuestiones fundamentales: la del comienzo y la de la unidad.
Crítica a la teoría de Platón
Aristóteles recopiló y estudió el pensamiento de filósofos anteriores a él, desde Tales hasta su maestro (inaugurando la historiografía filosófica). Él construyó un sistema filosófico propio y sometió a crítica, la teoría de las Ideas de Platón. Si bien Aristóteles admite, al igual que Sócrates y su maestro, que la esencia es lo que define al ser, concibe (a diferencia de sus antecesores) la esencia como la forma (μορφή) que está unida inseparablemente a la materia, constituyendo juntas el ser, o que denomina sustancia. Los conceptos generales residen en las cosas particulares (in re) y no son previos a ellas (ante rem). Por ejemplo, la salud no existe por sí sola, sino como un atributo en los seres individuales que son sanos. Luego las formas universales no solo están en la mente humana, sino en los objetos. Otra crítica es el argumento del tercer hombre, en el que si un hombre es un hombre porque posee la forma de hombre, entonces se requeriría una tercera forma para explicar cómo el hombre y la forma del hombre son ambos hombres.
Al contrario que Platón, que concebía la «existencia» de dos mundos posibles o reales (algunos eruditos creen que la teoría platónica es en realidad un realismo de las ideas), Aristóteles poseía una teoría que discurría entre el mundo de las nociones y el mundo sensible, si bien estaba abierto a admitir la existencia de sustancias separadas e inmóviles (como se muestra en la Física y en la Metafísica). Para Aristóteles, el mundo verdadero es el sensible y criticó los dos mundos de Platón, ya que complica la explicación de estos, al duplicar realidades innecesariamente.
La filosofía primera
En el comienzo del libro IV de la Metafísica, aparece formulada la conocida declaración enfática, según la cual «hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen». Inmediatamente añade Aristóteles que tal ciencia «no se identifica con ninguna de las ciencias particulares, sino que posee el objeto de estudio más extenso y menos comprensible que pueda existir: el ser».
Ninguna de las ciencias particulares, como las matemáticas y las ciencias naturales (la física), se ocupa «universalmente de lo que es», sino que cada una de ellas secciona o acota una parcela de la realidad, ocupándose de estudiar las propiedades pertenecientes a esa parcela previamente acotada. Aristóteles la llamó "primera filosofía" o "ciencia primera" y teología. La filosofía primera, luego llamada metafísica, es la ciencia más general por ser la ciencia del ser en cuanto ser, y Aristóteles la identificaba con la sabiduría (sofía), de la que habla también en el libro quinto de la Ética nicomáquea.
[...] si hay algo eterno e inmóvil y separado, es evidente que su conocimiento corresponde a una ciencia especulativa —theoría—, pero no a la Física [...] ni a la Matemática, sino a otra anterior a ambas [...] la Ciencia primera versa sobre entes separados e inmóviles... habrá tres filosofías especulativas: la Matemática, la Física y la Teología (pues a nadie se le oculta que, si en algún lugar se halla lo divino, se halla en tal naturaleza [la inmóvil y separada]), y es preciso que la más valiosa, se ocupe del género más valioso. Así, pues, las especulativas son más nobles que las otras ciencias, y ésta (la teología), más que las especulativas.
Aristóteles propone la ontología como un proyecto de ciencia, con pretensión de universalidad, que parece corresponder al estudio de lo que es, en tanto que algo que es. Argumenta que los principios de esta ciencia serán, en cierto modo, los primeros principios de todos. Antes de abordar el tema del ser, Aristóteles comienza argumentando en el libro I de la Metafísica, que la primera filosofía debe abordar los axiomas del razonamiento, siendo el primer principio, el principio de no contradicción, el más seguro de todos los principios lógicos. Como es un primer principio, no se puede demostrar y de éste surgen los demás, como el principio de identidad y tercero excluido. Aristóteles elaborará su lógica más en detalle en el Órganon.
Acto y potencia
Parménides de Elea, opinó que el cambio es imposible, pues el cambio es el paso del ser al no ser o la inversa, del no ser al ser. Esto es inaceptable, ya que el no ser no existe y nada puede surgir de él. Por otro lado, los heraclíteos sostuvieron el flujo constante de las cosas. Platón propuso una especie de síntesis con un mundo sensible, caracterizado por un proceso constante de transformación y, por el otro, un mundo abstracto y perfecto de las Ideas, caracterizado por la eternidad y la incorruptibilidad.
Aristóteles da su propia respuesta al problema del cambio. Frente a Parménides y Platón, Aristóteles reconoce la polisemia del verbo ser, en sus distintos usos y aplicaciones, estableciendo que «la expresión 'algo que es' se dice en muchos sentidos», pero estos diferentes sentidos se refieren a una sola cosa, a una misma naturaleza, a un principio único. Si bien Aristóteles distingue el cambio (μεταβολή) del movimiento (κίνησις), con frecuencia este término se refiere en general a todo cambio.
En la Metafísica, Aristóteles enfatiza al ser en acto (entelecheia, griego: ἐντελέχεια) y en potencia (dynamis, griego: δύναμις). El acto es la sustancia como se presenta y la potencia son sus capacidades de ser. Aristóteles entiende el cambio y el movimiento, como «la actualización de lo que está en potencia» por la acción de las causas. Ambos conceptos poseen dos matices distintos.
· Acto como entelequia, la “realización” de un ser que estaba en potencia. (ej. el árbol es entelequia de la semilla).
· Acto como energeia, la acción de una potencia activa. (ej. placer es una energeia del cuerpo).
· Potencia activa, la posibilidad de producir una acción.
· Potencia pasiva, la posibilidad de recibir la acción de una potencia activa.
El No-Ser para Aristóteles "es" porque el No-Ser no es una nada absoluta, sino un poder, una actividad, una potencia de la sustancia para llegar a ser. La impotencia y la imposibilidad, son lo contrario de la potencia, la privación de esta. El acto es el reconocimiento del ser en potencia. Luego, cambiar es actualizarse de un ser a otro ser, en vez del ser al no-ser de Parménides. El cambio del cosmos esta subordinado al acto y la potencia, siendo el acto anterior con absoluta superioridad a la potencia, ya que todo cambio «es el acto de lo que no ha alcanzado su fin» El movimiento en sí mismo es una potencia eterna, ya que si se actualiza no hay movimiento. Luego el cambio es pues un «acto imperfecto de lo que está en potencia, en tanto está en potencia».
Sustancia y accidente
Aristóteles también entendía al ser como sustancia. El término sustancia (del griego oὐσία ousía) tiene varias definiciones. En el libro VII de la Metafísica, Aristóteles dice que la sustancia tiene por lo menos cuatro sentidos: o la esencia, o lo universal, o el género, o el sujeto. Además, la sustancia en la metafísica aristotélica, se divide en tres clases: la sensible y perecedera (cuatro elementos), la sensible y eterna (éter) y la inmóvil (dios).
Aristóteles definió la esencia como un ser en sí, y sólo las sustancias tienen una esencia. Distinguió la sustancia primera, aquella que no se predica de un sujeto, ni está en el sujeto, de la sustancia segunda, aquella que se predica de la substancia primera, tal como la esencia o el género. En un sentido primario sólo existe la sustancia primera, en la que se realiza la esencia y no al revés (negando así la teoría de las formas platónicas). Luego Sócrates como hombre individual es una sustancia primera, y hombre es su género, o sea que es una sustancia segunda. Los cambios de una sustancia, serían aquellos en los que aparece o desaparece la sustancia y la adquisición de otra; solamente podrían ser dos: generación y corrupción.
Por otra parte están los accidentes, una forma de ser que se da en una sustancia, sin ser uno de los caracteres distintivos de su esencia. Los cambios accidentales, por el contrario, serían aquellos que se producirían sin que su forma sustancial devenga en otra. Es decir, algo (el sustrato) pasa a otro modo de ser, pero sigue siendo algo, y sigue siendo sustrato del cambio. Estos accidentes no pueden existir separados de la sustancia, porque “son los modos del ser” que existen en la sustancia, sin ser necesariamente constantes. Junto con la sustancia, Aristóteles los asocia con sus categorías del ser y distingue otros tres tipos de cambios:
Si pues las categorías se dividen en sustancia, cualidad, lugar, tiempo, relación, cantidad, acción y pasión, debe de haber tres movimientos, el de la cualidad, el de la cantidad y aquel que es según el lugar.
Teoría hilemórfica
Aristóteles elabora su teoría hilemórfica, en la que un sujeto como "sustancia sensible" puede entenderse como un compuesto (sýnolon) de materia (hilé) y forma (morphé - eidos). La forma es lo que unifica cierta materia en un solo objeto. La materia es el sustrato constitutivo de algo. Esta es relativa, pues a cada forma le corresponde su materia (a la casa le corresponde los ladrillos), y lo que es materia, en otro contexto es una forma (a los ladrillos les corresponde la arcilla). La materia se diferencia de una materia prima sin forma, incognoscible y eterna, que constituye toda realidad; de una materia determinada que subyace a la primera por analogía (como la madera o el bronce). La materia, es el principio de las cosas existentes, y está en potencia porque tiende hacia la forma, por lo que permanece en cambio. La forma actualiza la materia, siendo esta siempre en acto, ya que muestra lo que algo es en acto, es decir, su esencia. Cuando la materia está en acto, es porque posee su forma. La forma sustancial es la que hace al ente ser lo que es, y las formas accidentales son las que transformándose en el ser, no crean ni destruyen a ese ser. El sujeto del accidente es idéntico a la forma sustancial, pero no en el accidente mismo.
Teoría de las cuatro causas
Aristóteles sugirió que un ser puede explicarse por cuatro tipos diferentes de factores activos simultáneamente, a los que denomina "causas", aition (αἴτιον). Ejemplificadas con una estatua distingue:
· La causa material, que es el material del que está hecho; de la cual la estatua es el mármol o el bronce.
· La causa formal, que constituye la esencia como forma de la sustancia soportada en la materia; es la forma que el escultor ha aprendido a esculpir.
· La causa eficiente, o agente, que produce el "movimiento"; es el escultor.
· La causa final, que dirige el movimiento hacia un fin; es el propósito de la cual está hecha la estatua.
Por estas causas, la naturaleza se explica según una teleología de la forma. Tanto para Aristóteles como para muchos otros autores antiguos, la causa final era la más importante en cuanto a la explicación de la filosofía práctica. La distinción de la potencia y el acto, conduce a la doctrina de la escala jerárquica de los seres que tiende a actualizarse hacia la perfección de su contenido (causa final). Sin embargo, en su Física y Metafísica, Aristóteles también dijo que hubo "accidentes" causados por "casualidad (τυχή)". Aristóteles podría haber agregado el azar como una quinta causa indeterminada (apeiron) que ocurre cuando dos cadenas causales se unen por accidente.
Teología
Aunque Aristóteles utilice el término «dios», no habla del dios del cristianismo o de cualquier otra religión monoteísta. Este es un dios considerado solamente como una hipótesis filosófica, para dar completitud a toda una teoría sobre el cambio. Su teología está basada en su visión cosmológica y fue uno de los primeros filósofos en formular un argumento cosmológico, para la existencia de dios. Su razonamiento luego sería adoptado por teólogos judíos, cristianos y musulmanes y contribuiría al concepto de Dios.
Motores y móviles
Aristóteles sostiene que «todo lo que está en movimiento (móviles), es movido por otro (motores)». Aunque Aristóteles cree que el movimiento del universo es eterno, no puede haber una serie infinita de motores, ya que estos no generan el movimiento sino que se limitan a transmitirlo. Nada finito puede mover algo eternamente, pues una magnitud finita no puede tener una potencia infinita y viceversa. Además, la potencia motriz inicial del movimiento se va perdiendo por el rozamiento. Por lo tanto, debe haber seres que no sean los primeros en una serie de este tipo, pero que inspiren el movimiento eterno sin que se muevan "como la belleza mueve al alma".
Motor inmóvil
En el libro VIII de la Física, Aristóteles habla de un ser como acto puro inmaterial que no padece ningún cambio y que es el principio físico del mundo. Por no ser material, él mismo no es algo físico (Física, II, 7, 198 a 36). Después, en el libro XII (Lambda) de la Metafísica, Aristóteles aboga por la existencia de un ser divino y parece identificarlo con el «primer motor inmóvil», quizá influenciado por el Nous de Anaxágoras. El primer motor no puede tener magnitud, ni finita o infinita, y en consecuencia, es indivisible y sin partes. Lo define como una sustancia inmóvil incorruptible frente a las sustancias físicas sensibles.
Esto, unido a que en el capítulo noveno habla de Dios, la vida del motor inmóvil es el pensamiento autocontemplativo ("νοήσεως νόησις (noeseos noesis )", es decir, "pensamiento del pensamiento" Es muy importante resaltar la capacidad mental de un hombre que hizo estos análisis, hace dos mil quinientos años, para descubrir lo que en el siglo veintiuno llamamos unidad eterna de sabiduría, que es esta eterna autocontemplación porque, en ese instante, dejarían de existir. Esto ha llevado a muchos autores a hablar de Providencia.
La vida pertenece también a la unidad eterna de sabiduría (dios); porque la actualidad del pensamiento es vida, y la unidad eterna de sabiduría (dios) es esa realidad; y la actualidad autodependiente de Dios es la vida sumamente buena y eterna. Aristóteles era conciente de la eternidad en un periodo de escaso desarrollo Científico, en el que la ignorancia de las personas, podía convertir en un dios a un becerro de oro o a cualquier humilde pastor que hablara de amor y de perdón. Por eso decimos que dios es una excencia o unidad eterna de sabiduría, desligada de lo que para nosotros significan las palabras buena o mala; de modo que la vida y el universo permanecen continua y eternamente; porque “La unidad eterna de sabiduría” es lo que podríamos llamar un dios.
El «dios» aristotélico no es creador del mundo, solo es la causa eficiente y final de todo cambio y movimiento eterno del universo, reduciendo la multiplicidad diversa de los fenómenos a una unidad inteligible (a una unidad eterna de sabiduría que no castiga, que no te hace sentir pecador y que no cobra diezmos). Aristóteles argumentó a favor de la idea de varios motores, como son los motores inteligentes de los planetas y las estrellas. Estos parecen ser dioses, pero todo hace suponer que sean sustancialmente diversos de aquel "primero", que merecería ser identificado con ese que el hombre contemporáneo entiende por Dios, uno que accionaba la primera esfera celeste y vivía más allá de la esfera de las estrellas fijas. Una unidad eterna de sabiduría, que su inteligencia ya presentía.
Lógica
La lógica aristotélica es la lógica basada en los trabajos del filósofo griego Aristóteles, quien es ampliamente reconocido como el padre fundador de la lógica. Sus trabajos principales sobre la materia tradicionalmente se agrupan bajo el nombre Órganon («herramienta») y constituyen la primera investigación sistemática sobre los principios del razonamiento válido o correcto.
Para Aristóteles, la lógica era una herramienta necesaria para adentrarse en el mundo de la filosofía y la ciencia. Sus propuestas ejercieron una influencia sin par durante más de dos milenios, a tal punto que en el siglo XVIII, Immanuel Kant llegó a afirmar que:
"Desde los tiempos más tempranos la lógica ha transitado por un camino seguro y puede verse a partir del hecho de que desde la época de Aristóteles no ha dado un sólo paso atrás. [...] Lo que es aún más notable acerca de la lógica, es que hasta ahora tampoco ha podido dar un sólo paso hacia adelante, y por lo tanto parece a todas luces terminada y completa." Crítica de la razón pura.
El trabajo de Aristóteles se consideraba desde los tiempos clásicos, y particularmente durante la época medieval en Europa y el Medio Oriente, como la imagen misma de un sistema completamente elaborado. Sin embargo no estaba solo: los estoicos propusieron un sistema de lógica proposicional, que fue estudiado por los lógicos medievales. También se estudió el problema de la generalidad múltiple. No obstante, no se consideraba que los problemas de la lógica aristotélica, tuvieran que necesitar soluciones revolucionarias. En la actualidad, algunos académicos afirman que el sistema de Aristóteles no puede aportar mucho más que valor histórico, debido a la llegada de la lógica matemática. Sin embargo, la lógica de Aristóteles se emplea, entre otros campos de estudio e investigación, en la teoría de la argumentación para ayudar a desarrollar y cuestionar críticamente los esquemas de argumentación, que se utilizan en la inteligencia artificial y los argumentos legales.
Los silogismos y la silogística
La noción central del sistema lógico de Aristóteles es el silogismo (o deducción, sullogismos). Un silogismo es, según la definición de Aristóteles, «un discurso (logos) en el cual, establecidas ciertas cosas, resulta necesariamente de ellas, por ser lo que son, otra cosa diferente». Un ejemplo clásico de silogismo es el siguiente:
1. Todos los hombres son mortales.
2. Todos los griegos son hombres.
3. Por lo tanto, todos los griegos son mortales.
En este ejemplo, tras establecer las premisas (1) y (2), la conclusión (3) se sigue por necesidad. La noción de silogismo es similar a la noción moderna de argumento deductivamente válido, pero hay diferencias.
En los Primeros análisis, Aristóteles construyó la primera teoría de la inferencia válida. Conocida como la silogística, la teoría ofrece criterios para evaluar la validez de ciertos tipos muy específicos de silogismos: los silogismos categóricos. Para definir lo que es un silogismo categórico, primero es necesario definir lo que es una proposición categórica. Una proposición es categórica si tiene alguna de las siguientes cuatro formas:
· Todo S es P —por ejemplo, todos los humanos son mamíferos.
· Ningún S es P —por ejemplo, ningún humano es un reptil.
· Algunos S son P —por ejemplo, algunos humanos son varones.
· Algunos S no son P —por ejemplo, algunos humanos no son varones.
Cada proposición categórica contiene dos términos: un sujeto (S) y un predicado (P). Un silogismo es categórico si está compuesto por exactamente tres proposiciones categóricas (dos premisas y una conclusión), y si ambas premisas comparten exactamente un término (llamado el término medio), que además no está presente en la conclusión. Por ejemplo, el silogismo mencionado más arriba es un silogismo categórico. Dadas estas definiciones, existen tres maneras en que el término medio puede estar distribuido entre las premisas. Sean A, B y C tres términos distintos, luego:
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Primera figura
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Segunda figura
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Tercera figura
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Sujeto
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Predicado
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Sujeto
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Predicado
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Sujeto
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Predicado
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Premisa
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A
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B
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A
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B
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A
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C
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Premisa
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B
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C
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A
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C
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B
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C
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Conclusiónn
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A
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C
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B
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C
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A
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B
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Aristóteles llama a estas tres posibilidades figuras. El silogismo mencionado más arriba es una instancia de la primera figura. Dado que cada silogismo categórico consta de tres proposiciones categóricas, y que existen cuatro tipos de proposiciones categóricas, y tres tipos de figuras, existen 4 × 4 × 4 × 3 = 192 silogismos categóricos distintos. Algunos de estos silogismos son válidos, otros no. Para distinguir unos de otros, Aristóteles parte de dos silogismos categóricos que asume como válidos (algo análogo a las actuales reglas de inferencia), y demuestra a partir de ellos (con ayuda de tres reglas de conversión), la validez de todos y solo los silogismos categóricos válidos.
Otros aportes a la lógica
Además de su teoría de los silogismos, Aristóteles realizó una gran cantidad de otros aportes a la lógica.
En el trabajo “Sobre la interpretación” se encuentran algunas observaciones y propuestas de lógica modal, así como una controversial e influyente discusión acerca de la relación entre el tiempo y la necesidad. Según Aristóteles, del par de proposiciones «mañana habrá una batalla naval» y «mañana no habrá una batalla naval», parece que alguna tiene que ser verdadera hoy y la otra falsa. Supongamos que la primera fuera verdadera hoy. Luego, mañana habrá una batalla naval. Pero entonces el futuro ya está determinado, y no depende de nosotros. Lo mismo sucede si suponemos que la segunda proposición es verdadera hoy. Sin embargo, nos parece que el futuro no está determinado, y que en algún sentido importante sí depende de nosotros. Frente a esta situación, Aristóteles discute la posibilidad de que las proposiciones acerca del futuro no sean ni verdaderas ni falsas, es decir una lógica plurivalente.
Aristóteles también reconoció la existencia e importancia de los argumentos inductivos, en los cuales se va «de lo particular a lo universal», pero dedicó poco espacio a su estudio.
Por si fuera poco, Aristóteles fue el primero en realizar un estudio sistemático de las falacias. En sus Refutaciones sofísticas identificó y clasificó trece tipos de falacias, entre ellas la afirmación del consecuente, la petición de principio y la conclusión irrelevante.
Epistemología
Aristóteles es propiamente un filósofo de tipo racionalista al ser discípulo de Platón, donde un sistema lógico que parte de verdades, garantiza nuevas verdades y llega al conocimiento verdadero e intuitivo de los principios y la intuición de las esencias, como formas sustanciales de las cosas. Sin embargo, Aristóteles formula una teoría del conocimiento desde una visión realista y empirista, donde el mundo sensible es el único existente y en donde forman parte todas las sustancias compuestas de materia y forma. Aristóteles también fue el primero en reflexionar sobre el valor del conocimiento mediante la experiencia y los razonamientos inductivos, junto con la deducción, mientras que Platón únicamente se basa en la deducción a partir de principios a priori. La afirmación de la importancia del conocimiento sensible, y del conocimiento de lo singular para llegar a lo universal, le abrió la posibilidad de la experimentación e investigación científica empírica.
El verdadero conocimiento es saber identificar la sustancia de cada cosa, obra del entendimiento. Este proceso consiste en reconocer causas y principios, entre las que se encuentra la causa formal, la esencia. Todo esto son potencialidades que para Aristóteles residen en la materia y que permiten comprender cada cosa y en qué se transformará. La combinación entre imaginación y memoria hace una imagen de lo experimentado mediante los sentidos, que permiten comprender cuáles son las potencialidades de cada cosa.
Los sentidos solo pueden captar lo individual, las formas sensibles de las sustancias concretas. El entendimiento (noûs) se encargada de captar lo universal o su forma, mediante la abstracción (aphairesis) en los objetos, eliminando sus cualidades sensibles hasta llegar a la esencia que define a ese ente. Es un proceso inductivo porque se pasa de lo particular a lo universal.
Intelecto agente y paciente
Este proceso de inteligir se realiza mediante el intelecto, que Aristóteles distingue dos mediante la distinción de su teoría hilemórfica:
· El Intelecto Agente (siempre en acto) es inmortal, separable, eterno y causa eficiente del conocimiento. Es la potencia activa que produce los conceptos universales (forma) de las cosas (materia).
· El Intelecto Paciente (en potencia de entender) es el propio del hombre, inseparable y mortal. Por sí solo no es capaz de pensar, por lo que necesita recibir los conceptos universales que lo actualicen.
Aristóteles compara el intelecto paciente con una "tablilla en la que nada está actualmente escrito" (tabula rasa) que almacena todos los conceptos que capta el intelecto agente:
«En cuanto a la dificultad de que el intelecto paciente ha de tener algo en común con el intelecto agente, ¿no ha quedado ya contestada al decir que el intelecto es en cierto modo potencialmente lo inteligible, si bien, en entelequia no es nada antes de inteligir? Lo inteligible ha de estar en él, del mismo modo que en una tablilla en la que nada está actualmente escrito: esto es lo que sucede con el intelecto.»
Inteligir es entonces actualizar la potencia del intelecto, y este necesita un medio para ello. Aristóteles lo ejemplifica con la luz, que para conocer los colores, se necesita una la luz que convierte los colores en potencia, en colores en acto, permitiendo a la vista que actualice su capacidad de ver. En el Libro XII de la Metafísica, Aristóteles parece equiparar el intelecto activo con el "motor inmóvil" y/o Dios (o unidad eterna de sabiduría) pensamiento que eleva el intelecto del ser humano hasta el universo de los dioses.
Método endóxico
Aristóteles sostiene que nuestra capacidad de percepción y cognición nos ponen en contacto con las características del mundo, y que por lo tanto no se requiere un escepticismo constante. Según Aristóteles, exponiéndose los fenómenos (phainomena) nos llevan a pensar en nuestro lugar en el universo y filosofar, y luego recomienda buscar las opiniones creíbles (endoxa) con respecto a los asuntos que encontramos desconcertantes emitidas por personas serias (endoxos).
Como ejemplo, en su Ética a Nicómaco, Aristóteles hace una pausa ante un rompecabezas para reflexionar sobre un precepto que rige su enfoque de la filosofía:
«Debemos, lo mismo que en los demás casos, presentar los pareceres (phainomena), plantear el problema en primer término y así exponer en lo posible, todas las opiniones aceptadas sobre estas afecciones (endoxa), o, si acaso, el mayor número y las más autorizadas. Porque si se resuelven las contradictorias y permanecen las aceptadas, ello quedaría suficientemente demostrado.”
Ética
Aristóteles consideraba que la ética era un estudio práctico más que teórico, es decir, uno destinado a ser bueno y hacer el bien, en lugar de saberlo por sí mismo. Sostuvo lo que hoy se llama una ética de las virtudes. Aristóteles considera que el fin que busca el hombre es la felicidad, que consiste en la vida contemplativa. Existen tres obras sobre ética atribuidas a Aristóteles: la Ética nicomáquea, la Ética eudemia y la Magna moralia (de la cual todavía se duda su autoría).
Eudemonismo
Según el filósofo, toda actividad humana tiende hacia algún bien. Así, se da un teleologismo al identificar el fin con el bien. La ética de Aristóteles es una ética de bienes, porque él supone que cada vez que el hombre actúa lo hace en búsqueda de un determinado bien. El bien supremo es la felicidad (eudaimonía), y la felicidad es la sabiduría y la maldad es una forma de ignorancia acerca de lo que uno debe hacer. Aristóteles en la Ética nicomáquea, tomó dos cosas en cuenta: la calidad del ser humano y la calidad de la vida. Un ser humano excepcional, es un ser exitoso ejemplo de humanidad. Una persona que vive una vida excepcional hasta la muerte alcanzando el telos humanos. Obrar bien forma parte de la buena vida. Aristóteles fue uno de los primeros en argumentar a favor del indeterminismo y compatibilismo. El bien es elegido por el deseo y la inteligencia conjuntamente, pues la inteligencia por sí misma, sin un fin deseado, no se mueve. Esta doctrina la llamó “inteligencia deseosa o deseo inteligente”.
El deseo voluntario es un apetito racional de bien (pues nadie quiere algo sino cuando cree que es bueno); en cambio, la ira o el deseo pasional son impulsos irracionales. De modo, en fin, que todas las acciones que los hombres ponen en práctica, necesario es que las hagan por estas siete causas: por azar, por naturaleza, por fuerza, por hábito, por cálculo racional, por apetito irascible o por deseo pasional.
Retórica
Diferenció entre acciones "voluntarias" (cuando se hacen con conocimiento previo y sin estar forzado) de las "involuntarias" (cuando son producidas por una fuerza externa o por ignorancia), aunque existen casos en que a veces se pueden mezclar. Muchas decisiones son bastante predecibles en función del hábito y el carácter. La naturaleza humana implica, para todos, una capacidad para formar hábitos, pero los hábitos formados por un individuo en concreto, dependen de la cultura y de las opciones personales repetidas de ese individuo. Todos los seres humanos anhelan la «felicidad», es decir, una realización activa y comprometida de sus capacidades innatas, aunque este objetivo puede ser alcanzado por muchos caminos. Sin embargo, Aristóteles señaló que hay un elemento de suerte en la felicidad, al evitar la desgracia y es aconsejable poseer bienes corpóreos y externos. Como seres de naturaleza cambiante, la felicidad humana es imperfecta y podemos perderla.
Tipos de virtudes
Tabla de las virtudes éticas de Aristóteles
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Ausencia
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Virtud
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Exceso
|
Cobardía
|
Valentía
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Temerario
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Insensibilidad
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Templanza
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Libertinaje
|
Frusilería
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Magnificencia
|
Vulgaridad
|
Complejo de inferioridad
|
Autoestima
|
Vanidad
|
Falta de ambición
|
Ambición adecuada
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Exceso de ambición
|
Falta de ánimo
|
Paciencia
|
Irascibilidad
|
Juicio insuficiente
|
Veracidad
|
Jactancia
|
Grosería
|
Ingenio
|
Bufonada
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Mal carácter
|
Simpatía
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Adulación
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Descaro
|
Pudor
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Timidez
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Regodeo malicioso
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Justicia
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Envidia
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Frusilería
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Generosidad
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Derrochador
|
En su Ética eudemia, Aristóteles define la virtud como la excelencia (areté), el mejor modo de ser de todo lo que tiene una función. En el hombre, por tanto, la virtud es la excelencia del alma. El fin del alma es hacer vivir y la función de la virtud del alma, es una vida buena y por lo tanto, la felicidad (eudaimonía), y los fines y bienes mejores están en el alma. Aristóteles distinguía dos tipos de virtudes:
· La virtud ética o moral: Es una expresión del carácter, producto de los hábitos que reflejan opciones repetidas. Las virtudes éticas son adquiridas a través de la costumbre o el hábito y consisten, fundamentalmente, en el dominio de la parte irracional del alma (sensitiva) y regular las relaciones entre los hombres. Una virtud moral siempre es el punto medio entre dos extremos menos deseables (por ejemplo, la valentía es el punto intermedio entre la cobardía y la impetuosidad irreflexiva).
· La virtud dianoética o intelectual: Se corresponden con la parte racional del hombre, siendo, por ello, propias del intelecto (nous) o del pensamiento (nóesis). Su origen no es innato, sino que deben ser aprendidas a través de la educación o la enseñanza y parten de la diánoia, la parte racional del alma. Las virtudes dianoéticas son el entendimiento, la ciencia, la sabiduría, el arte y la prudencia. La prudencia no es ni ciencia ni praxis, es una virtud y la más importante.
En la Magna moralia, Aristóteles afirma que la ética parte de la ciencia política. La ética aristotélica es una ética elitista, pues la excelencia y la magnanimidad, solo pueden ser alcanzadas por el varón adulto perteneciente a la clase alta griega, no por mujeres, niños, plebeyos o los «bárbaros».
Filosofía política
En Aristóteles, la política no era un estudio de los estados ideales en forma abstracta, sino más bien de un examen del modo en que los ideales, las leyes, las costumbres y las propiedades se interrelacionan en los casos reales. La Política es la principal obra en la que se encuentran sus doctrinas políticas. La biblioteca del Liceo contenía una colección de 158 constituciones, tanto de estados griegos como extranjeros. El propio Aristóteles escribió la Constitución de Atenas como parte de la colección, obra que estuvo perdida hasta 1890, año en que fue recuperada. Los historiadores han encontrado en este texto muy valiosos datos para reconstruir algunas fases de la historia ateniense.
Naturalismo político
Aristóteles consideró a las abejas y hormigas como "animales políticos".
Aristóteles concibe al Estado como una comunidad de iguales, que aspira a la mejor vida posible; una especie de ser natural que no surje como fruto de un pacto o acuerdo, sino que tiene sus raíces en la naturaleza de las cosas.
De todo esto es evidente que la ciudad es una de las cosas naturales, y que el hombre es por naturaleza un animal social, y que el insocial por naturaleza y no por azar, es o un ser inferior o un ser superior al hombre.
Aristóteles combinó sus observaciones naturalistas con su pensamiento político, precediendo a la etología y sociobiología. Para Aristóteles, el hombre es un animal social («zoon politikon»), es decir, un ser que vive en una ciudad (del griego polis). Él ve evidencia en que la naturaleza no hace nada en vano, nos ha dotado de la capacidad de hablar, haciéndolos capaces de compartir conceptos morales como la justicia. El hombre es un animal social que desarrolla sus fines en el seno de una comunidad. La política del hombre se explica por su capacidad del lenguaje, único instrumento capaz de crear una memoria colectiva y un conjunto de leyes que diferencia lo permitido de lo prohibido.
En la Política, Aristóteles argumenta que los seres humanos se unieron para reproducirse, luego crearon aldeas y finalmente varias aldeas se unieron para formar una ciudad-estado. Para Aristóteles, el Estado debe tener control eugenésico en las familias y también de la educación de sus hijos, ya que estos les pertenece, siendo la esencia misma de la ciudad. El filósofo tenía una visión jerárquica natural de la sociedad, en la que el varón griego está por encima de otros seres humanos como la mujer, los niños y los bárbaros. Reconoció explícitamente la necesidad económica de la esclavitud y comparó al esclavo con un bien material. También excluyó la ciudadanía a los artesanos, labradores y mercaderes.
Formas de Estado
Aristóteles admira a gobernantes como Pericles "porque son capaces de ver lo que es bueno para ellos y para los hombres que ellos gobiernan”.
El objetivo del Estado no es solo evitar la injusticia o la inestabilidad económica, sino permitir, al menos a algunos ciudadanos, la posibilidad de vivir una buena vida contemplativa. Aristóteles expuso en la Política la teoría clásica de las formas de gobierno, la misma que sin grandes cambios fue retomada por diversos autores en los siglos siguientes. La célebre teoría de las seis formas de gobierno se basa en el fin del régimen político (bien común o bien particular). Los regímenes políticos que buscan el bien común (puros) son:
Regímenes que buscan el bien común
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Regímenes corruptos
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Si gobierna una sola persona: monarquía.
Si gobiernan pocas personas: aristocracia.
Si gobiernan muchas personas: democracia.
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La degradación de la monarquía es la tiranía.
La degradación de la aristocracia es la oligarquía.
La corrupción de la democracia es la demagogia.
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El más «divino» por lo justo, pero también infrecuente, es la monarquía. Le siguen la aristocracia y la república. La desviación del primer régimen es la peor forma de gobierno: la tiranía, seguido de la oligarquía y la democracia. Aristóteles también se refiere a una forma de gobierno mixto “democrático-aristocrático” llamado Politeia. Aristóteles opta por una "clase media", permitiendo que los ciudadanos vivan en ocio cumpliendo sus profesiones (jueces, mercaderes, sacerdotes).
Es evidente que el régimen de tipo medio es el mejor, pues es el único libre de sediciones. Donde la clase media es numerosa es donde menos se producen sediciones y discordias entre los ciudadanos. Y las grandes ciudades están más libres de sediciones por la misma causa, porque la clase media es numerosa; en cambio, en las pequeñas es más fácil que todos los ciudadanos se dividan en dos clases, de modo que no quede nada en medio de ellas, y casi todos o son pobres o ricos.
Economía
Aristóteles usó la palabra economía para referirse a la administración de la casa y el hogar. Para referirse a problemas que nosotros consideramos económicos, él utilizó la palabra griega crematística. Aunque no analizó los problemas económicos en detalle, sí hizo contribuciones sustanciales al pensamiento económico, especialmente al pensamiento en la Edad Media.
En su Política, Aristóteles aborda la ciudad, la propiedad privada, el comercio y se ofrece una de las primeras explicaciones del origen del dinero. El dinero entró en uso porque las personas se volvieron dependientes unas de otras, importando lo que necesitaban y exportando el excedente. Para mayor comodidad, las personas acordaron negociar algo útil y fácilmente aplicable, como el hierro o la plata. Aristóteles escribió que el valor de cada bien surge debido a la necesidad de un único estándar universal de medición. Así, el dinero permite la asociación de diferentes productos y los hace "conmensurables". En teoría del valor, Aristóteles diferenció el precio del valor y distinguió entre valor de uso y valor de cambio, presentes en la teoría del valor-trabajo. Tenía una opinión desfavorable del comercio minorista, ya que creía que el uso del dinero para obtener ganancias a través del interés, era antinatural al obtener una ganancia del dinero en sí y no de su uso.
Su respuesta a las críticas de la propiedad privada, según la opinión de Lionel Robbins, anticipó a los defensores posteriores de la propiedad privada entre los filósofos y los economistas, en relación con la utilidad general de los arreglos sociales.
Ciencia
La "filosofía natural" de Aristóteles trata de la búsqueda de "causas" en el mundo. Abarca una amplia gama de fenómenos naturales, incluidos los que ahora están cubiertos por la física, la biología y otras ciencias naturales. Aristóteles no hizo ciencia en el sentido moderno. Utilizó el antiguo término griego pepeiramenoi para referirse a observaciones, o como mucho a procedimientos de investigación como la disección. En cambio, practicó un estilo de ciencia diferente: recopilar datos sistemáticamente, descubrir patrones comunes a grupos enteros de animales e inferir posibles explicaciones causales a partir de estos.
Física
La física aristotélica es el conjunto de las tesis filosóficas y cosmológicas e hipótesis físicas y astronómicas desarrolladas por Aristóteles y sus seguidores. Estas teorías comprendieron los cuatro elementos, el éter, el movimiento, las cuatro causas, las esferas celestes, el geocentrismo, etc. Las principales obras de Aristóteles en donde desarrolla sus ideas físicas son: la Física, Sobre el cielo y Acerca de la generación y la corrupción. Los principios fundamentales de su física son:
1. Lugares naturales: cada elemento querría estar en una posición distinta relativa al centro de la Tierra, que también es el centro del universo.
2. Gravedad/levedad: para lograr esta posición, los objetos sienten una fuerza hacia arriba o hacia abajo.
3. Movimiento rectilíneo: un movimiento como respuesta a esta fuerza es en una línea recta a una velocidad constante.
4. Relación entre la velocidad y la densidad: la velocidad es inversamente proporcional a la densidad del medio.
5. El vacío es imposible de imaginar: el movimiento en un vacío es infinitamente rápido.
6. El éter: todos los puntos del espacio están llenos con materia.
7. Teoría del continuo: si existieran los átomos esféricos habría un vacío entre ellos, por lo que la materia no puede ser atómica.
8. Quintaesencia: los objetos por encima de la Tierra no están formados de materia terrenal.
9. Cosmos incorruptible y eterno: el Sol y los planetas son esferas perfectas, y no cambian.
10. Movimiento circular: los planetas se mueven en un movimiento circular perfecto.
11. El tiempo: relacionado con el movimiento y el espacio.
12. El ahora, el antes y el después: medidas de seres del tiempo y un tiempo cósmico que alberga el tiempo para los seres perecederos.
Elementos
En su obra Acerca de la generación y la corrupción, Aristóteles propuso que el universo estaba formado por la combinación de elementos o compuestos básicos basados en los cuatro elementos presocráticos de la teoría pluralista de Empédocles. Según su teoría, todo está compuesto por: tierra, agua, aire, fuego y éter. En Sobre el cielo, cada elemento tiene un lugar y movimiento natural, determinado por su «gravedad» y «levedad» de su peso.
En cuanto al quinto elemento, Aristóteles sostuvo que todos los cielos, y cada partícula de materia en el universo, estaban formados a partir de otro elemento, él que llamó «éter» (del griego Αἰθήρ). Este elemento se supone que no tenía peso y era «incorruptible». Al éter también se lo llamaba «quintaesencia» o sea, la «quinta sustancia».
Mecánica
Cada elemento en la Tierra se mueve, de forma natural, en línea recta hacia el lugar que le corresponde, en el que se detendrá una vez alcanzado, de lo que resulta que el movimiento terrestre siempre es lineal y siempre acaba por detenerse. El agua y la tierra se mueven naturalmente hacia el centro del universo, el aire y el fuego se alejan del centro, y el éter gira en torno al centro. Estos principios servían para explicar fenómenos como que las rocas caigan y el humo suba. Además explicaban la redondez del planeta, y las órbitas de los cuerpos celestes. Los cielos se mueven de forma natural e infinita siguiendo un complejo movimiento circular, por lo que deben, conforme con la lógica, estar compuestos por un quinto elemento, que él llamaba éter, elemento superior que no es susceptible de sufrir cualquier cambio que no sea el de lugar realizado por medio de un movimiento circular.
Las leyes del movimiento de Aristóteles, declaran que los objetos caen a una velocidad proporcional a su peso e inversamente proporcionales a la densidad del fluido en el que están inmersos. Esta es una aproximación correcta para objetos en el campo gravitacional de la Tierra moviéndose en aire o agua, aunque se sabe que sus teorías físicas están erradas. Aristóteles declaró que los objetos pesados (tierra, por ejemplo) requieren más fuerza para hacerlos moverse; y los objetos empujados con mayor fuerza se mueven más rápido.
· {\displaystyle F=mv} También Aristóteles aclara que:
"Vemos que un mismo peso y cuerpo se desplaza más rápidamente que otro por dos razones: o porque es diferente aquello a través de lo cual pasa (como el pasar a través del agua o la tierra o el aire), o porque el cuerpo que se desplaza difiere de otro por el exceso de peso o ligereza, aunque los otros factores sean los mismos."
La tesis se podría formar la siguiente ecuación: la velocidad de un cuerpo es proporcional la fuerza aplicada al moverlo e inversamente proporcional a su masa y a su resistencia.
· {\displaystyle v={\frac {F}{mr}}}
La teoría aristotélica de que el movimiento lineal siempre se lleva a cabo a través de un medio de resistencia es, en realidad, válida para todos los movimientos terrestres observables. Aristóteles sostenía también que los cuerpos más pesados de una materia específica, caen de forma más rápida que aquellos que son más ligeros cuando sus formas son iguales. Así, según Aristóteles, una bala de cañón de 100 kg debería caer 100 veces más rápido hacia la Tierra que una bala de cañón de 1 kg. Este concepto equivocado fue discutido desde su época con Estratón de Lámpsaco. No fue hasta el siglo XVI que se desafiaron las doctrinas físicas de Aristóteles. Giambattista Benedetti sostuvo que dos objetos del mismo material pero de diferente peso caerían a la misma velocidad y Galileo Galilei fue quien lo demostró con sus experimentos con bolas metálicas sobre planos inclinados y en la torre de Pisa.
Astronomía
Aristóteles sostuvo la esfericidad de la Tierra usando pruebas lógicas y matemáticas, además de datos empiríricos, como la variación de la posición de las estrellas en distintos lugares y la sombra redonda de la Tierra proyectada en los eclipses lunares. El filósofo también sostuvo que la Tierra tenía el tamaño de unas cuarenta miríadas de estadios (aproximadamente 80468 km).
En astronomía, Aristóteles propuso la existencia de un Cosmos esférico y finito. Según su postura, la Tierra se encontraba inmóvil en un sistema geocéntrico, mientras a su alrededor giraba el Sol con otros planetas. Aristóteles habló del mundo sublunar, la parte central de cosmos en el cual existe la generación y la corrupción y estaría compuesta por los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua; y el mundo supralunar, perfecto e incorruptible, compuestos por las estrellas y objetos celestes que estaban incrustados en esferas celestes de éter concéntricas que giraban alrededor de la Tierra.
Aristóteles argumenta que el movimiento continuo del universo debe de ser causado por un motor simple que está inmóvil, sino se haría una regresión al infinito. El motor inmóvil debe ocupar la circunferencia exterior de la esfera, puesto que las cosas más cercanas al motor inmóvil son las que se mueven con mayor velocidad, siendo los astros. El motor inmóvil acciona la primera esfera celeste y el movimiento de los “astros errantes” (esto es lo que significa la palabra griega “planetas”), requiere de otras esferas y, por lo tanto, de otros motores. Cada esfera está habitada por un ser inmaterial al que Aristóteles llamó "Inteligencia". Siguiendo la cosmología de Eudoxo de Cnido y su discípulo Calipo, que tomaría consideración de 33 esferas para explicar los movimientos celestes observables, Aristóteles introduce más esferas para explicar el movimiento de los cinco planetas o “cuerpos errantes” (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno), el sol y las estrellas. Él sugirió que el número de estas esferas era de «55 o 47».
Fue Aristóteles el primero en criticar la noción pitagórica de la armonía de las esferas. Los pitagóricos creían que el movimiento de los planetas debe producir un ruido, pero explican que no es perfectible a causa que ese ruido data para nuestros oídos desde el momento mismo de nuestro nacimiento. Él consideró esa idea como ingeniosa y muy poética, pero imposible.
Esta teoría de la Tierra como centro del universo perduró por varios siglos, hasta que Copérnico en el siglo XVI cambió el concepto e introdujo una nueva serie de paradigmas, concibiendo el Sol como centro del universo.
Matemáticas
Aunque no hizo descubrimientos matemáticos en específico, Aristóteles contribuyó significativamente al desarrollo de las matemáticas al sentar las bases de la lógica. En filosofía de las matemáticas, Aristóteles considera que los objetos matemáticos son, a diferencia de Platón, abstracciones de objetos y realidades materiales dependientes del mundo físico y no podían tener realidad aparte de las cosas empíricas. Las matemáticas se pueden apreciar como universales. Aristóteles también escribió acerca del concepto del infinito, el cual diferenció entre un infinito potencial e infinito actual. También se le atribuyó la paradoja de las ruedas.
Geología
Aristóteles fue una de las primeras personas en registrar observaciones geológicas en su obra “Meteorológicos”. Afirmó que el cambio geológico era demasiado lento para ser observado en la vida de una persona. El geólogo Charles Lyell notó que Aristóteles describió tal cambio, incluyendo "lagos que se habían secado" y "desiertos que se habían regado por los ríos", dando como ejemplo el crecimiento del delta del Nilo desde la época de Homero, y "el levantamiento de una de las islas Eolias, antes de una erupción volcánica ". Aristóteles fue el primero hablar sobre una "región antártica".
Óptica
En Meteorológicos, Aristóteles explica el fenómeno del arco iris como un reflejo, aunque no es la luz, sino el "rayo visual" (ópsis).
Las primeras teorías de la luz provienen de los antiguos griegos. Aristóteles creía que la luz era una especie de disturbio en el aire. Sin embargo, según Aristóteles, la luz no viaja o se mueve, sino es una presencia que inunda el espacio. Según la teoría aristotélica de la visión, las sensaciones se realizan a través de un medio, por ejemplo el aire o el agua. Estos son transparentes, en cuanto la posibilidad o potencia. La actualización de la transparencia es la luz; ésta es, por tanto, un estado de lo transparente como tal en vez de un movimiento, y su aparición es instantánea.
El color actúa sobre lo transparente en acto que, a su vez, actúa sobre el órgano correspondiente. Aristóteles propuso una teoría de siete colores que encuentra su apoyo en la siete notas musicales: Blanco, amarillo, rojo, violeta, verde, azul y negro. Según su grado de transparencia, el blanco es la máxima transparencia y el negro lo opuesto. El resto de los colores se producen en variedad de proporciones de estos dos.
Según Aristóteles, existe un procedimiento causal desde el objeto al órgano. Este proceso, transmite la cualidad del objeto de cada sentido según su medio, y finalmente al alma. Cuando el color alcanza los ojos, envían la información a través de los vasos sanguíneos al corazón, que tiene la misión de distinguir entre todas las señales que le llegan.
Aristóteles describió experimentos ópticos utilizando una cámara oscura en su obra Problemas. Consistía en una cámara con una pequeña abertura que dejaba entrar la luz. Con ella, vio que independientemente de la forma que hiciera el agujero, la imagen del sol siempre se mantuvo circular. También señaló que al aumentar la distancia entre la apertura y la superficie de la imagen, la imagen aumentaba. También mencionó en sus escritos los defectos típicos de la visión, debidos a defectos del cristalino, la miopía y la hipermetropía.
Biología de Aristóteles
Entre sus observaciones, Aristóteles describió el hectocotilo reproductivo del pulpo.
Aristóteles es considerado como el padre de la biología. Fue una gran observador y estudioso, describiendo más de 500 «vivientes». El mismo biólogo Charles Darwin remarcó que sus "dos dioses", Linneo y Cuvier, eran "simples niños" comparado con el viejo Aristóteles. Aristóteles justificó su estudio del reino animal al señalar que hasta los seres inferiores tienen algo admirable y divino. El filósofo recopiló ese material gracias a tratados hipocráticos e información de pescadores, pastores, cazadores, apicultores.
Abordó el tema del alma como biólogo, porque consideraba al alma el principio vital. Lo que está vivo, lo está gracias al alma, no a la materia. El alma es la forma y causa final del cuerpo, y hay tres tipos de alma:
· El alma vegetativa (propia de vegetales): nutrición y reproducción.
· El alma sensitiva (propia de animales): percepción, movimiento y deseo.
El alma racional (propia de humanos): razonamiento.
Aristóteles clasificó a las esponjas como animales con forma de planta, ya que poseen sensibilidad contráctil.
Aristóteles hizo en su obra Historia de los animales una escala jerárquica natural de los seres acorde con sus características y elementos (Gran cadena de ser): La forma sin materia está en un extremo, y la materia sin forma está en el otro extremo. El paso de la materia a la forma debe mostrarse en sus diversas etapas en el mundo de la naturaleza. Lo que es más alto en la escala tiene más valor, porque el principio de la forma está más avanzado en el. Las especies en esta escala están fijadas. Sin embargo Ludwig Edelstein argumenta que Aristóteles no dijo que las especies no puedan evolucionar, cambiar o extinguirse con el paso del tiempo.
Taxonomía
Los comienzos de la zoología deben buscarse concretamente en los estudios sobre la generación y la anatomía de los animales, en la obra aristotélica. Aristóteles creía que las causas finales intencionadas guiaban todos los procesos naturales; esta visión teleológica justificó sus datos observados como una expresión de causa y diseño formal. Cada grupo de animales se dividían en «genos», los cuales se dividían a su vez en especies «eidos». Aristóteles diferenció dos grupos «géneros máximos»:
· Enaima (animales con sangre), que se aproxima a los vertebrados. Se dividen en vivíparos (humanos y mamíferos), y ovíparos de huevos perfectos (aves, peces y reptiles).
· Anaima (animales sin sangre), que se aproxima a los invertebrados. Comprende los insectos, gusanos, crustáceos y moluscos con concha o sin concha.
Esta clasificación taxonómica se mantuvo vigente durante la Edad Media y el Renacimiento, hasta Carlos Linneo en el siglo XVIII. No obstante, Aristóteles observó varias excepciones en su clasificación como tiburones que tenían una placenta (Mustelus). Para un biólogo moderno, la explicación es una evolución convergente.
Embriología
El modelo de la embriogénesis de Aristóteles buscó explicar cómo las características hereditarias de los padres causan la formación y el desarrollo de un embrión. Explica el desarrollo del embrión basado en parte en observaciones de huevos de gallina: el pneuma primero hace aparecer el corazón; esto es vital, ya que el corazón nutre a todos los demás órganos. El pneuma entonces hace que los otros órganos se desarrollen, primero las partes internas y finalmente las partes externas, las cuales se forman de las partes internas. Teorizó que primero el alma vegetativa ingresa al feto, luego el alma animal, y finalmente el alma humana. El sexo del niño depende de factores como la temperatura, la dieta y la edad del padre y si el semen supera la menstruación. Por otro lado, Aristóteles escribió acerca de la generación espontánea de plantas, peces e insectos mediante la combinación de materia descompuesta con el calor ambiental. Sin embargo, Aristóteles creía que la generación espontánea era guiada por "la influencia de los cuerpos celestes que creían ser de una naturaleza superior".
Psicología
Entre los antiguos filósofos griegos, Aristóteles creía que el corazón es el principal órgano que produce las sensaciones, como el dolor y el placer, en lugar del cerebro. Esto es debido a que todos los animales con sangre y corazón tienen estas capacidades. El cerebro tenía la función de enfriar el calor que produce el corazón liberando fuego durante el metabolismo.
En Acerca del alma, Aristóteles describe la memoria como la capacidad de mantener una experiencia percibida en la mente y distinguir entre la "apariencia" interna y una ocurrencia en el pasado. En otras palabras, un recuerdo es una imagen mental que se puede recuperar. Aristóteles creía que quedaba una impresión en un órgano corporal que sufre varios cambios para crear un recuerdo. Un recuerdo se produce cuando estímulos como las imágenes o los sonidos son tan complejos que el sistema nervioso no puede recibir todas las impresiones a la vez. Estos cambios son los mismos que los involucrados en las operaciones de la sensación, el "sentido común" aristotélico y el pensamiento.
Aristóteles también opina acerca de los sueños en Del sueño y la vigilia como resultado del uso excesivo de los sentidos o de la digestión, mientras una persona está dormida. El psicoanalista Sigmund Freud, comentó y se inspiró en pasajes de Aristóteles para su obra La interpretación de los sueños.
Estética
Aristóteles pensó largamente sobre las artes, cuyo estudio filosófico es parte de la estética; en este sentido su texto más importante, especialmente por la relevancia futura, es la Poética, que fue interpretado como dogma en el siglo XVI. Se considera además el ser el primer autor en escribir sistemáticamente sobre la estética, aunque esta, como disciplina, apareció en la actual Alemania ya en la Edad Moderna. Su pensamiento se centra en las artes, materiales y concretas, y no tanto en el concepto abstracto de belleza como había planteado Platón. Sin embargo, al discutir el arte, Aristóteles parece rechazar que la forma de arte existe en los objetos. En cambio, abogó por una forma universal idealizada, similarmente como Platón. Define como arte cualquier actividad humana de producción consciente basada en el conocimiento y realiza la siguiente clasificación:
· Imitativas: La imitación como medio y fin. Esta es algo natural en el ser humano y produce placer. El término imitación era para él diferente al actual; así, escribió que el arte debía representar lo universal frente a lo particular, y que importaba más la armonía de lo representado que su fidelidad con el modelo real.
· No imitativas: Las que no expresaban emociones. Ejemplo de ello es un tratado científico. Nótese que, aunque un tratado no se consideraría arte hoy en día, cabía en la definición aristotélica y en la conciencia griega antigua en general.
A pesar de su fijación por el arte concreto, dedicó algunos escritos hacia el concepto más general de belleza. Así, para Aristóteles el conocimiento es placentero, luego conlleva un disfrute estético, y es bello lo que gusta por medio de la vista y el oído. Dividió estos sentidos en función del disfrute que generaban al captar algo bello: la vista placer intelictivo, el oído placer moral. Para él la belleza era una unidad de partes que tenían las siguientes condiciones formales:
· Táxis: Distribución en el espacio de las partes componentes del objeto bello.
· Symmetría: La correcta proporción de esas partes.
· To horisménon: La extensión o tamaño de lo bello. No debe excederse ni verse fatalmente mermado en sus dimensiones.
Poética
En su Poética, Aristóteles usa la tragedia Edipo rey como un ejemplo de cómo se debe estructurar la tragedia perfecta, con un buen protagonista que comienza la obra de forma próspera, pero pierde todo por alguna hamartia (error fatal).
Aristóteles distingue que los animales tienen voz (es decir, pueden comunicar), pero solo los hombres tienen palabra (logos) para discernir entre lo justo y lo bueno. El filósofo trabajó sobre el uso del lenguaje, tanto en su Retórica, como el arte de comunicar de forma convincente, y en su Poética, o arte de creación literaria. En el capítulo 20 de la Poética considera la elocución (lexis) como expresión lingüística del pensamiento, y en este describe sus partes gramáticas:
"La dicción, considerada como un todo, se forma de las siguientes partes: las letras (o últimos elementos), la sílaba, la conjunción, el artículo, el nombre, el verbo, el caso y el discurso. La letra es un sonido indivisible de una clase particular, que puede convertirse en factor en un sonido inteligible. Los sonidos indivisibles son emitidos también por los animales, pero ninguno de éstos es una letra en nuestro sentido del término.
Literatura
La influencia de la Poética está aún impresa en la tradición de la teoría literaria moderna, como los conceptos de "mímesis", "catarsis", "dicción", "peripecia", "anagnórisis", "nudo", "desenlace" y su distinción de diferentes "géneros literarios" en sus fragmentos:
· Género serio: Formado por la epopeya (narrativa) y tragedia (dramática).
· Género jocoso: Formado por la sátira (narrativa) y comedia (dramática).
Aristóteles dedica un libro a cada género en su obra Poética, pero el segundo dedicado a la comedia se perdió.
Retórica
Aristóteles tiene más consideración a la retórica a diferencia de Platón, que la condenaba por los sofistas. La Retórica de Aristóteles es un “arte”, una tékhne, es decir, un tratado teórico-práctico sobre un objeto concreto, en este caso la palabra persuasiva, el discurso retórico. Una diferencia de los animales es el lenguaje, la transmisión de conocimiento, sustentada en factores lógicos y una serie de factores subjetivos efectivos para la comunicación, de los que Aristóteles dice:
"Pues bien, (se persuade) por el talante, cuando el discurso es dicho de tal forma que hace al orador digno de crédito. Porque a las personas honradas las creemos más y con mayor rapidez, en general en todas las cosas, pero, desde luego, completamente en aquéllas en que no cabe la exactitud, sino que se prestan a duda; si bien es preciso que también esto acontezca por obra del discurso y no por tener prejuzgado cómo es el que habla. Por lo tanto, no es cierto que, en el arte, como afirman algunos tratadistas, la honradez del que habla no incorpore nada en orden, lo convincente, sino que, por así decirlo, casi es el talante personal quien constituye el más firme medio de persuasión."
Los medios de persuasión técnicos se dividen en tres grupos:
· Pathos: se trata de la habilidad del orador en transmitir emociones y sentimientos a la audiencia, buscando su empatía cuando los argumentos que se van a exponer son controvertidos.
· Ethos: es pues la actitud del hablante, su talante, un factor decisivo a la hora de lograr el asentamiento del oyente.
· Logos: significa palabra, discurso o razón. Es el razonamiento lógico detrás de cualquier intento de apelar al intelecto, a argumentos lógicos.
Aristóteles divide todos los discursos entre géneros de oratoria:
1. Oratoria deliberativa
2. Oratoria forense
3. Oratoria de exhibición
La forma de persuasión de Aristóteles se produce en virtud de la evidencia de verdad de lo dicho. Él confía en el poder persuasivo de los elementos irracionales del discurso, reconociendo la importancia del valor cognoscitivo de las emociones. Frente al menosprecio platónico de la retórica, Aristóteles la rehabilita. Esta disciplina pasó a integrarse en el bloque de conocimiento tradicional del trivium.
Influencia
La influencia que Aristóteles ha tenido en el mundo es extraordinaria. Toda la antigüedad se hace cargo o dueña de su ingente enciclopedia. Su Metafísica será el basamento filosófico de la posteridad y es por eso que nos hemos detenido a conocer profundamente todos los aspectos de su pensamiento.
Antigüedad
El discípulo y sucesor de Aristóteles, Teofrasto, escribió “Historia de las plantas”, una obra pionera en botánica. Algunos de sus términos técnicos siguen en uso, como carpelo o pericarpio. Teofrasto estaba menos preocupado por las causas formales, en lugar de describir cómo funcionaban las plantas. Estratón de Lampsaco, quien sucedió a Teofrasto, se alejó de muchos aspectos de la enseñanza de su fundador, incluyendo su formación política. Estudio y aumentó los elementos naturalistas en el pensamiento de Aristóteles, hasta tal punto de negar la necesidad de un dios activo para construir el universo. La biblioteca del Liceo se la entregó Teofrasto a su amigo llamado Neleo de Escepsis.
La influencia inmediata de la obra de Aristóteles se sintió cuando el Liceo se convirtió en la escuela peripatética. Los estudiantes notables de Aristóteles incluían a Aristóxeno, Dicearco de Mesina, Demetrio de Falero, Eudemo de Rodas, Harpalus, Hefestión y Nicómaco. La influencia de Aristóteles sobre Alejandro Magno, se ve en el hecho de que este último trajo consigo en su expedición a una gran cantidad de zoólogos, botánicos e investigadores. También había aprendido mucho sobre las costumbres y tradiciones persas de su maestro. Aunque su respeto por Aristóteles disminuyó, ya que sus viajes dejaron en claro que gran parte de la geografía de Aristóteles estaba claramente equivocada, cuando el viejo filósofo dio a conocer sus obras al público, Alejandro se quejó: "No has hecho bien en publicar tus doctrinas acroamáticas; ¿superaré a otros hombres si esas doctrinas en las que he sido entrenado deben ser propiedad común de todos los hombres?" En el siglo I a. C., el director del Liceo Andrónico de Rodas, ordenó la conservación de los escritos de Aristóteles, transmitidos hasta nuestros días en el Corpus aristotelicum.
En la época romana, el aristotelismo no fue tan popular como el epicureísmo o el estoicismo. No obstante, Aristóteles es comentado por la tradición neoplatónica e integrado en esta filosofía, que intenta una síntesis entre Platón y Aristóteles, a las corrientes espirituales del Este. Es a través de los neoplatónicos, especialmente Plotino, Porfirio y Simplicio, que penetra en la primera aristotélica cristianismo.
Edad Media
Con la pérdida del estudio de los antiguos griegos en el antiguo Occidente latino-medieval, Aristóteles era prácticamente desconocido allí, excepto a través de la traducción latina del Órganon de Boecio. La Alta Edad Media occidental será principalmente el acceso al pensamiento de Aristóteles a través de este trabajo. Fueron los árabes los que redescubrieron a Aristóteles y a través de ellos pasó a la filosofía escolástica.
Aristóteles fue uno de los pensadores occidentales más venerados en la teología islámica primitiva. La mayoría de las obras existentes de Aristóteles, así como algunos de los comentarios griegos originales, se tradujeron al árabe y fueron estudiados por filósofos, científicos y académicos musulmanes. Averroes , Avicena y Al-Farabi, que escribieron sobre Aristóteles en gran profundidad, también influyeron en Tomás de Aquino y otros filósofos escolásticos cristianos occidentales. Los eruditos musulmanes medievales regularmente describieron a Aristóteles como el "Primer Maestro". La oscuridad de algunos de los textos en los que presenta estas ideas, favoreció la aparición de diversas interpretaciones, en particular con el intelecto agente con el alma.
Los cristianos escolásticos se esforzaron en tratar de unir la visión aristotélica de las personas, con las enseñanzas de la inmortalidad del alma y resurrección del cuerpo. Los teólogos medievales aplicaron el hilomorfismo a las doctrinas cristianas, como la transubstanciación del pan y el vino de la Eucaristía. Destacan las interpretaciones de Tomás de Aquino, para quien todas las almas humanas poseen dicho entendimiento y por consiguiente, son inmortales, y la de Averroes, según el cual el intelecto agente no es una parte de nuestra alma, sino de Dios. En el siglo XIII, la filosofía aristotélica, revisada por Tomás de Aquino, se convirtió en la doctrina oficial de la Iglesia Latina, a pesar de la condena en 1277 de un conjunto de propuestas aristotélicas por el obispo de Étienne Tempier. También se convierte en la referencia filosófica y científica para toda reflexión seria, dando origen al escolasticismo y al tomismo.
El poeta italiano, Dante, dice de Aristóteles en La Divina Comedia:
Vidi 'l maestro di color che sanno
seder tra filosófica famiglia.
Tutti lo miran, tutti onor li fanno:
quivi vid'ïo Socrate e Platone
che 'nnanzi a li altri più presso li stanno.
Vi' al maestro, que el saber derrama,
sentado, en filosófica familia:
todos le admiran, le honran, se le aclama,
de Platón y de Sócrates cercado,
y de Zenón, y otros de excelsa fama.
Un cuento medieval sostuvo que Aristóteles aconsejó a su alumno Alejandro Magno que evitara a la seductora amante del rey, Filis, pero que él mismo estaba cautivado por ella, y ella consiguió montar encima de él. Filis se lo dijo en secreto a Alejandro, y él fue testigo de cómo los encantos de una mujer podían vencer incluso al intelecto del más grande filósofo.
Edad Moderna
Algunos descubrimientos científicos medievales fueron criticados simplemente al no encontrarse en Aristóteles, impidiendo la ciencia observacional. No obstante, en el Renacimiento, su autoridad se ve opacada por un eclipse histórico momentáneo. Martín Lutero vio a la Iglesia Católica como una Iglesia Aristotélica y se opuso al Estagerita, porque se opone a la gracia divina. Los nuevos conceptos científicos lo llevan a un segundo plano. William Harvey y Galileo Galilei, reaccionaron contra las teorías de Aristóteles y otros pensadores de la era clásica como Galeno. Pero su influjo, en la máxima teoría de la física ( M) en el “Absolutismo físico y filosófico” es total, porque después de todos los descubrimientos científicos en el siglo veintiuno, tuvimos que aceptar la unidad eterna de sabiruría que él comprendía hace más de 2500 años y que, sorprendentemente, todavía sigue vigente en el pensamiento filosófico, en sentido estricto en todos los grandes pensadores como Leibniz, a pesar de la oposición de Martin Lutero que declaró:
Aritóteles convirtió la filosofía natural, (osea la física) en una esclava de su lógica.
Empiristas como Thomas Hobbes criticó la teoría de la percepción aristotélica, y David Hume la concepción de causalidad y sustancia. Immanuel Kant también transformó varios conceptos aristotélicos. En Aristóteles, la noción de concepto es una verdad universal en varias sustancias que permanecen externas a nosotros, pero que pueden ser captadas. En contraste, un concepto para Kant existe solo en la mente de los individuos. La ética kantiana y utilitarista, argumentó que los deberes hacia la humanidad, son las normas morales adecuadas para la ética en lugar de la felicidad. No obstante, Benito Jerónimo Feijoo escribió en sus Cartas eruditas y curiosas, que entre los filósofos antiguos "ciertamente se puede contar con el mayor de todos ellos; esto es, el grande Estagirita". Voltaire dijo de él:
«Fue un gran hombre Aristóteles, porque sentó las reglas de la tragedia después de haber establecido las de la dialéctica, las de la moral y las de la política, destapando cuanto pudo el gran velo que cubría la Naturaleza.»
Edad Contemporánea
En el siglo XIX hay un retorno a la metafísica aristotélica, que comenzó con Schelling y continuó con Ravaisson, Trendelenburg y Brentano.
Hegel, siguiendo a Wolff y Kant, extiende el campo de la teleología, que ya no atañe solo a los seres humanos, sino también al sistema. Además, pasa de un proceso universal a los procesos temporales e históricos, un cambio que marca fuertemente las teleologías modernas. Hegel también tiene una concepción del individuo diferente a la de Aristóteles. Según Hegel, los humanos son partes de un todo universal que les da identidad, rol y funciones; Aristóteles, por el contrario, es más individualista, da más énfasis en la centralidad del ser humano.
Karl Marx es a veces visto como influido por Aristóteles, porque en él se encuentra la idea de la acción libre para realizar el "potencial" de los seres humanos que el capitalismo impide. Marx le llamó “el más grande pensador de la antigüedad” en El Capital. Se dice que Friedrich Nietzsche tomó casi toda su filosofía política de Aristóteles. Por muy inverosímil que sea, es cierto que la separación rígida de la acción de Aristóteles de la producción, y su justificación de la subordinación de los esclavos y otros a la virtud.
Actualmente el esencialismo biológico aristotélico en las especies, está fuera de uso, siendo la teoría evolutiva propuesta por Darwin, capaz de explicar la variación dentro de una especie, sin plantear una esencia en la especie. No obstante, el énfasis que Aristóteles pone en el desarrollo ordenado de las partes del embrión, es un precursor de los procesos propuestos por dos científicos posteriores: Las leyes de embriología propuestas por Karl Ernst von Baer y La teoría de la recapitulación de Ernst Haeckel.
En el siglo XX, Heidegger también vuelve a la metafísica de Aristóteles, elaborando una nueva interpretación, con la intención de justificar su deconstrucción de la tradición escolástica y filosófica. Pensadores políticos como Hannah Arendt y Ayn Rand retomaron su filosofía práctica en sus teorías éticas y políticas. Ayn Rand declaró que consideraba a Aristóteles como el mayor filósofo del mundo y apreciaba en especial su Órganon (‘Lógica’). El matemático inglés George Boole aceptó completamente la lógica de Aristóteles, pero decidió "ir por debajo, encima y más allá" con su sistema de lógica algebraica en su libro Las leyes del pensamiento de 1854. Sin embargo, Gottlob Frege desarrolló nociones de cuantificación y predicación en su lógica, haciendo obsoleto su silogismo. Bertrand Russell en su libro Historia de la filosofía occidental fue muy crítico con su lógica y llegó a decir de él en La perspectiva científica que:
«Aristóteles, ha sido una de las grandes desgracias de la raza humana.»
Sin embargo, más de 2300 años después de su muerte, Aristóteles sigue siendo uno de los hombres más influyentes del mundo, y yo, Jorge Soto Builes, sostengo y certifico, que las ideas aristotélicas ofrecen soluciones fructíferas a los problemas filosóficos contemporáneos. Su ética, aunque siempre influyente, ganó un renovado interés con el advenimiento moderno de la ética de la virtud, como en el pensamiento de Philippa Foot y Alasdair MacIntyre, quien ha intentado reformar lo que él llama la tradición aristotélica, de una manera que es anti-elitista y capaz de disputar las afirmaciones de los liberales y los nietzscheanos. Este redescubrimiento del pensamiento ético de Aristóteles, formó la corriente del “naturalismo neo-aristotélico”. En filosofía de las matemáticas, la "Sydney School" adoptó una noción realista neoaristotélica de las matemáticas frente el platonismo y el nominalismo.
La novela El nombre de la rosa de Umberto Eco se centra en la desaparición de la segunda parte de la Póetica de Aristóteles. Más recientemente, Christopher Plummer interpretó al filósofo en la película de Alexander. El artista cómico Sam Kieth lo convirtió en uno de los personajes (con Platón y Epicuro) de su cómic Epicuro el Sabio.
Los escritos de Aristóteles se clasifican en dos grupos: los exotéricos o exteriores, (generalmente destinados a un gran público, como diálogos platónicos); y los esotéricos o acroamáticos (no destinados a un gran público, dirigidos a sus alumnos o un público con saber filosófico). Las obras de Aristóteles, que nos han llegado a través de la transmisión de manuscritos medievales, forman parte de este segundo grupo. Sólo se han encontrado unas pocas obras más del primer grupo en fragmentos.
Corpus Aristotelicum
Las obras de Aristóteles se recogen en el "Corpus Aristotelicum" ordenadas como hoy conocemos por Andrónico de Rodas. Se editan según la edición prusiana de Immanuel Bekker de 1831-1836, indicando la página, la columna (a o b) y eventualmente la línea del texto en esa edición. El Corpus se comprende en cinco grupos: Lógica (Órganon), Filosofía Natural, Metafísica, Ética y política; y Retórica y poética.
Aristóteles (384 – 322 a.c.) es uno de los más grandes genios que la humanidad ha visto nacer y cuya obra fue un pilar fundamental, durante miles de años, en toda la cultura occidental, con su teoría del conocimiento y el sistema inductivo; que es el sistema de estudiar lo particular, para alcanzar una verdad universal, que después se convertiría en el primer paso de lo que hoy conocemos como método científico. Para Aristóteles, solo hay un universo en el que cada ser está compuesto de materia y de forma (hileformismo), siendo la forma su última esencia, su pensamiento. Según el filósofo, todo ser tiende a una misión, a un fin. El ser humano es un animal racional y político, constituido por un cuerpo (materia) y un alma (forma) que desea saber y ser feliz. Aritóteles fue el fundador del famoso liceo de Atenas en el que se les daban clases gratuitas a todas las personas que lo deseaban y fue el más querido profesor de Alejandro Magno.
Después de Aristóteles que fue uno de los dos más grandes pensadores que ha dado la humanidad, solmente comparado con Albert Einstein, empezaron a surgir las religiones monoteístas, que obstaculizaron por completo el libre pensamiento y el desarrollo científico. Religiones católicas como la de Jesucristo, que condenaba a muerte a los pensadores que dijeran que la tierra era redonda y que giraba en torno al sol. Ya no se pudo pensar más, porque un humilde pastor llamado Jesús (el cristo), supuestamente, tenía todas las respuestas, porque él y su padre crearon el universo en siete días y todo se originaba en ellos.
Tuvimos que esperar hasta el siglo dieciséis, cuando el gran astrónomo y filósofo alemán, Kepler (1571 – 1630) dijo: “los planetas tienen percepción sensorial y siguen, conscientemente, las leyes del movimiento captadas por su mente; siendo la mente el conjunto de capacidades cognitivas, que engloban procesos como la percepción del pensamiento, la consciencia, la memoria, la imaginación, etcétera”. Algunas de las cuales, son características del ser humano, que pueden ser compartidas con otras formas muy diferentes de vida. A lo largo de la historia, el concepto de lo que significa mente ha sido concebido ontológicamente, en diferentes categorías, como una sustancia distinta del cuerpo, una parte, un proceso o una propiedad. Llevándonos este antiguo concepto a hacernos una pregunta muy importante:
¿Será qué en la física moderna, a la virtud o propiedad de formar sistemas estables como los animales, los vegetales y los minerales, se le podría llamar mente?...
En el reino de los animales y de los vegetales, cuando pierden ese pensamiento o esa virtud que se llama vida, se disuelven en sus partículas elementales de energía y, entonces, ¿por qué los planetas y los minerales, en general, son más estables y es, relativamente, más difícil para que se disuelvan en sus partículas elementales de energía?... ¿Será que también tienen una mente, o un pensamiento que los conforma, para que sigan funcionando y desempeñando su labor en el universo?... ¿Es el ser humano un pensamiento? ¿Son los animales un pensamiento?... ¿Son los seres del reino vegetal un pensamiento?... ¿Y son los minerales, los planetas y las galaxias, otra serie de pensamientos más complejos?... ¿Y, por lo tanto, existe una unidad eterna de sabiduría, por la que todo, en la naturaleza del universo, está ordenado a su fin?
Todo parecía funcionar según unas leyes naturales precisas e invariables que observábamos, hasta que en el año 1638, se empezó a hablar de el principio de relatividad galileana, que es el reconocimiento del carácter relativo del movimiento, y fue formulado de modo más o menos explícito por Galileo Galilei (1564 – 1642) en ese tiempo, que él mismo explicaba muy descriptivamente del siguiente modo:
“Encerraos con un amigo en la cabina principal bajo la cubierta de un barco grande, y llevad con vosotros moscas, mariposas, y otros pequeños animales voladores... Colgad una botella que se vacíe gota a gota en un amplio recipiente colocado por debajo de la misma... haced que el barco vaya con la velocidad que queráis, siempre que el movimiento sea uniforme y no haya fluctuaciones en un sentido u otro.... Las gotas caerán... en el recipiente inferior sin desviarse a la popa, aunque el barco haya avanzado mientras las gotas están en el aire... las mariposas y las moscas seguirán su vuelo por igual hacia cada lado, y no sucederá que se concentren en la popa, como si cansaran de seguir el curso del barco”...
La primera Teoría de Relatividad fue desarrollada por Galileo Galilei, creador del método científico, como resultado de sus estudios sobre movimiento de cuerpos, rozamiento y caída libre.
En sus obras “Diálogo sobre los principales sistemas del mundo" (1632) y “Diálogos acerca de Dos Nuevas Ciencias” (1636), dio las características de los sistemas de referencia inerciales o “galileanos”, con una notable descripción de experimentos y su interpretación para dos observadores en movimiento relativo, uno de ellos sobre un barco que se desplaza suavemente (sin aceleración), y el otro en tierra firme.
Las conclusiones obtenidas, permiten postular en sistemas inerciales, la equivalencia entre reposo y movimiento rectilíneo uniforme, para dos observadores en movimiento relativo, sentando las bases Del Principio de Inercia.
Asimismo, enunció la relatividad de las trayectorias y de las velocidades de objetos respecto del observador. Veamos Como se desarrolla esta Teoría:
Caída de los cuerpos.
La primera demostración rigurosa sobre que todos los cuerpos Caen con la misma aceleración la dio Galileo mediante un razonamiento por el absurdo.
“Supongamos tener dos cuerpos de distinto peso, material y forma, que los dejamos caer partiendo del reposo en un sistema inercial. De acuerdo a las ideas aristotélicas el más pesado caería más rápido”.
“Ahora realicemos la misma experiencia pero agregando un nuevo cuerpo formado por dos objetos idénticos a los iniciales, ligados entre si (pegados). Para este nuevo objeto durante su caída el de mayor peso está siendo frenado por el pequeño, que cae más despacio, mientras que el pequeño está siendo acelerado por el grande, que cae más rápido. En consecuencia el nuevo cuerpo caerá ubicado entre los cuerpos originales, resultando una contradicción pues es el más pesado. La única solución lógica posible es que todos caigan igual”.
Resuelto el tema anterior, Galileo encaró descubrir la ley de caída, es decir encontrar la función que permita relacionar la posición con el tiempo durante la caída.
Para ello, siendo Profesor en la Universidad de Pisa (1589), diseñó un modelo experimental que contemplaba obtener un conjunto de pares de datos correspondientes a posición y tiempo, que obtendría soltando objetos desde los distintos pisos de la Torre de Pisa. La dificultad principal resultó la medición del tiempo de caída (porque en esos tiempos no se había inventado el reloj), que era obtenida con el pulso de un abate. Los resultados no eran precisos ni repetitivos y no permitieron obtener la ley.
Luego del fracaso inicial decidió determinar los tiempos utilizando una “clepsidra”, que es un recipiente con agua que tiene una canilla de salida (tapón cónico de madera). El proceso de medición de tiempos consistía en abrir la canilla cuando soltaba el cuerpo y cerrarla cuando el objeto llegaba al piso. La masa del volumen de agua recogida lo determinaba con una balanza y era proporcional al tiempo transcurrido. Lamentablemente, este método tampoco resultó lo suficientemente preciso para asegurar un comportamiento, por lo cual Galileo concluyó que la dificultad central de este proyecto era la rapidez con que caían los cuerpos.
Era necesario entonces retrasar la caída de los cuerpos, es decir lograr que caigan más despacio. Luego de unos importantes estudios sobre fricción, con esferas de madera sobre una tabla lustrada, desarrolló el “plano inclinado” como dispositivo para retrasar la rapidez de la caída de los cuerpos. No resulta pretencioso asegurar que el Plano Inclinado de Galileo fue el primer acelerador de partículas en la historia, y el más importante.
Con este avance experimental obtuvo un conjunto de pares (x, t) que permiten hacer un gráfico de puntos (x, t) y ajustarle un polinomio, resultando que una parábola es adecuada para dicho ajuste. La ley obtenida por Galileo fue:
Siendo e el espacio recorrido en un tiempo t, con aceleración constante a.
Es muy interesante describir, de acuerdo con datos históricos, algunos aspectos sobre cómo Galileo obtuvo la ley de caída de los cuerpos con el plano inclinado (actividades realizadas en la Universidad de Padua a partir de 1592).
Si bien este dispositivo permite retardar la caída disminuyendo al ángulo que el plano forma con la horizontal, dicho ángulo no podía ser muy chico pues, en ese caso, el rozamiento se haría importante y no podría despreciarse.
Por otro lado, la determinación de los intervalos no era simple, ya que la clepsidra no brindaba la precisión suficiente y los datos de pruebas repetidas presentaban gran variabilidad, no resultando adecuado para el objetivo propuesto.
Aunque resulte increíble, Galileo decidió usar un péndulo para medir los tiempos, y una metodología genial.
Determinar con precisión lapsos breves con un péndulo suena a disparate, a menos que dichos lapsos se inicien y terminen exactamente coincidentes con la bolita del péndulo en un extremo de la oscilación, pues ello es una condición fácilmente distinguible y precisa.
Por ejemplo, si con el péndulo oscilando se suelta la esfera en el plano inclinado (inicio de la caída) exactamente en el instante en que la oscilación cambia de sentido, y luego se logra que la caída de la esfera concluya con el péndulo en idéntica posición, al cabo de un período completo, el error de medición se minimiza.
Luego se repite el método para dos períodos, y así sucesivamente.
Obviamente, se deben seleccionar los espacios recorridos en el plano inclinado, para que se cumpla la condición anterior, para 1, 2, 3, n oscilaciones. Para ello Galileo usó un tope móvil de madera y ajustó su posición correcta del final de la caída que corresponda, con el sonido del choque entre la esfera y el tope, coincidente con la posición del péndulo en un extremo de la oscilación.
Así obtuvo la ley de caída de los cuerpos, que inicialmente se llamó la “Ley de los números impares”, debido a que los espacios recorridos en cada oscilación del péndulo tenían esa sucesión numérica.
Dado que la suma de los n primeros términos de la sucesión de números impares es n2, se obtiene que el espacio recorrido es directamente proporcional al cuadrado del tiempo.
Transformaciones de Galileo
Sean dos sistemas de referencia inerciales (O y O’). Llamaremos V (en mayúscula) a la velocidad relativa entre ellos, v (en minúscula) la velocidad de un objeto respecto de O, y v’ la velocidad respecto de O’. Las coordenadas espaciales x,y,z se refieren al sistema de O, siendo x’,y’,z’ las correspondientes al sistema del observador O’.
En general, todas las variables no primadas corresponderán al sistema O y las primadas al O’.
Supongamos que en el instante inicial ambos sistemas coinciden. Para una mejor visualización los esquemas tendrán al sistema O´debajo del O, y por simplicidad supondremos arbitrariamente que el O está en reposo y el O´con velocidad constante V en la dirección del eje x.
Supongamos un objeto en reposo en O. Para un observador fijo en O’ este objeto se mueve con velocidad v'=-V con movimiento rectilíneo uniforme según el eje x’.
La posición del objeto para O’ irá variando según la relación x'=x-V t pues V es constante.
En general, la relación funcional entre las coordenadas de ambos sistemas, conocidas como Transformaciones de Galileo, serán:
La coordenada temporal es la misma en ambos sistemas.
Estas transformaciones son la base conceptual que fundamentan la “Dinámica del punto material”, desarrollada por Newton.
Relatividad de las trayectorias
Se deja caer un objeto partiendo del reposo y con coordenadas iniciales (x0, y0 ,0), en el sistema O.
Su trayectoria es rectilínea en dicho sistema, y se pretende determinar
En el sistema O’ la trayectoria estará dada en forma paramétrica, luego de resolver las relaciones
Resolviendo este sistema de dos ecuaciones se obtiene la forma explícita
Esta es la ecuación de una parábola invertida.
La conclusión es que la trayectoria de un objeto es relativa al sistema de referencia. Lo que es una caída libre rectilínea para un observador será un arco de parábola para otro en movimiento respecto del primero.
Un ejemplo interesante y cotidiano lo ofrece la lluvia. Asumamos que está lloviendo y no hay viento. Para un observador “en reposo” la lluvia cae verticalmente, mientras que para un observador en movimiento con velocidad constante las trayectorias de las gotas de agua son rectas inclinadas.
Se deja planteado demostrar que las trayectorias para O’ no son arcos de parábola debido a que las gotas no caen en caída libre (MRUV) sino a velocidad constante por la fricción con el aire.
Teorema de adición de velocidades
Este importante Teorema fue demostrado por Galileo en una época en que aún no se conocían las derivadas.
El problema consiste en determinar, para un mismo objeto, como se relacionan las velocidades que le miden dos observadores inerciales en movimiento relativo. Su demostración es muy simple y sus consecuencias eran muy conocidas, pues se lo aplicaba cotidianamente. Por ejemplo, para subirse a un carro en movimiento lo mejor es correr hasta ponerse en reposo respecto del carro.
La importancia de este Teorema radica en que Galileo mostró matemáticamente su validez en todos los sistemas inerciales.
Con las Transformaciones de Galileo podemos relacionar fácilmente las velocidades de un mismo objeto medidas desde O y O’, resultando: Teorema de Adición de velocidades. Es decir:
La conclusión es que la velocidad de un móvil es diferente para dos observadores en movimiento relativo.
Las aceleraciones son absolutas
Siendo la aceleración de un punto material la derivada de su velocidad respecto del tiempo, resulta muy simple encontrar qué valor tendrá en dos sistemas inerciales en movimiento relativo. Derivando la expresión obtenida en el Teorema de adición de velocidades, obtenemos:
La aceleración de un punto material es absoluta, es decir que su valor es el mismo medido en cualquier sistema de referencia inercial.
Este resultado junto a la invariancia de la masa de un punto material, fundamenta la aseveración de que no hay posibilidad de determinar cual sistema está en reposo y cual en movimiento mediante experimentos mecánicos, pues las magnitudes Fuerza, Masa y Aceleración son absolutas
En este libro debemos continuar nuestro recorrido por los grandes pensadores de la humanidad hasta que, finalmente, llegamos al gran pensador llamado Rene Descartes, según el cual, el ser humano puede alterar la verdad de las proposiciones éticas o de los teoremas matemáticos, y es, en ese instante, cuando la filosofía nos lanza contra la física y tenemos que empezar a redescubrir el pensamiento de Albert Einstein, un científico alemán de origen judío, que en el año de 1905, redactó varios trabajos fundamentales, sobre la física de pequeña y gran escala. En el primero de los trabajos explicaba el movimiento “Browniano” que es una teoría en la que la agitación, aparentemente desordenada, de las partículas de polvo en los líquidos, se debe a choques aleatorios, producidos por movimientos térmicos de las moléculas del líquido sobre la partícula. Esta teoría recibe su nombre en honor al escocés, Robert Brown, biólogo y botánico, que descubrió este fenómeno en 1827 y observó que pequeñas partículas de polen, se desplazaban sobre un líquido en movimientos aleatorios, casi mágicos, sin aparente razón. Ese movimiento aleatorio de esas partículas, se debe a que la superficie es bombardeada incesantemente por las moléculas, es decir, por los átomos del fluido, sometidos a una agitación térmica con una visible transferencia de energía. En el segundo trabajo explicó el fenómeno foto eléctrico y, en los dos trabajos restantes, desarrolló la relatividad especial y la equivalencia entre masa y energía. El primero de los trabajos le valió el grado de doctor, por la universidad de Zúrich, en el año de 1906, y su trabajo sobre el efecto foto eléctrico, le haría merecedor del premio nobel de física. Fue en esa época, que empezó a llamar al tiempo matemático “La cuarta dimensión” Es importante anotar que Albert Einstein, desarrollaba sus teorías de una manera diferente a los otros autores, deduciendo hechos experimentales a partir de principios fundamentales, y no, dando una explicación fenomenológica a observaciones desconcertantes. El mérito de Einstein estaba, por lo tanto, en explicar lo sucedido en un experimento, como consecuencia final de una teoría completa y elegante, basada en principios fundamentales, y no como una explicación (ad – doc) o fenomenológica de un fenómeno observado. Su razonamiento se basa en dos axiomas simples, así: En el primero reformuló el principio de la simultaneidad, introducido por Galileo Galilei, muchos siglos antes, por el que las leyes de la física deben de ser invariables para todos los observadores, que se muevan a velocidades constantes entre ellos, y el segundo, que la velocidad de la luz es constante para cualquier observador. Este postulado implica que si un destello de luz se lanza, al cruzarse dos observadores en movimiento relativo, ambos verán alejarse la luz, produciendo un círculo perfecto, con cada uno de ellos en el centro. Si a ambos lados de los observadores se pusiera un detector, ninguno de los dos observadores se pondría de acuerdo, en qué detector se activó primero. (En este experimento se pierden los conceptos de tiempo absoluto y de simultaneidad) y esa teoría recibió el nombre de “Teoría especial de la relatividad”, para poderla distinguir de “La teoría de la relatividad general”, que fue introducida por Einstein en 1915, en la que se consideran los efectos de la gravedad y de la aceleración. Otro de los artículos de aquel año, se titulaba: “Equivalencia entre masa y energía” y mostraba una deducción de la fórmula de la relatividad, que relaciona la masa y la energía. En este artículo se exponía, que la variación de la masa de un objeto que emite una energía es:
L sobre V al cuadrado
Donde V es la notación de la velocidad de la luz que hizo Albert Einstein en el año 1905, esta fórmula implica que la energía (E) de un objeto en reposo, es igual a su masa (m) multiplicada por la velocidad de la luz (C) al cuadrado.
Energía = masa por velocidad de la luz al cuadrado.
Muestra como una partícula con cuerpo masa, posee un tipo de energía llamada (energía en reposo) distinta de las clásicas energías cinética y potencial. La relación de masa energía, se utiliza comúnmente para explicar cómo se produce la energía nuclear, midiendo la masa de núcleos atómicos y dividiendo por el número atómico, se puede calcular la energía de enlace atrapada en los núcleos atómicos. Paralelamente, la cantidad de energía producida por la fisión de un núcleo atómico, se calcula como la diferencia de masa, entre un núcleo inicial y los productos de su desintegración, multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado.
En noviembre del año 1915, Einstein presenta una serie de conferencias en la academia prusiana de las ciencias, en la que describió la teoría de la relatividad general. La última de estas charlas, finalizó con la presentación de la ecuación que remplazó la ley de la gravedad de Newton. En esta nueva teoría, todos los observadores son equivalentes y no, únicamente, aquellos que se mueven con una velocidad uniforme. La gravedad no es una fuerza o acción a distancia, como era el concepto que creíamos en la gravedad de Newton, sino una consecuencia de la curvatura espacio tiempo. La teoría proporciona las bases para el estudio de la cosmología y permite comprender las características esenciales del universo; muchas de las cuales no serían descubiertas, sino con posterioridad a la muerte de Einstein. La relatividad general fue obtenida por Albert Einstein, a partir de razonamientos matemáticos, experimentos hipotéticos y rigurosa deducción matemática, sin contar con una base experimental, que era muy difícil por el escaso desarrollo de la ciencia. El principio fundamental de la teoría, era el denominado principio de equivalencia y a pesar de la abstracción matemática de la teoría, las ecuaciones permitían deducir fenómenos comprobables.
El 29 de mayo de 1919, Arthur Eddington, fue capaz de medir durante un eclipse, la desviación de la luz de una estrella al pasar cerca del sol, que era una de las predicciones de la relatividad general. Cuando se hizo pública esta confirmación, la fama de Einstein se incrementó enormemente y se consideró un paso revolucionario en la física. Desde entonces, la teoría se ha comprobado en todos y cada uno de los experimentos y verificaciones, realizados hasta el momento. A pesar de la popularidad, la comunidad científica y muy especialmente, los físicos teóricos, no habían podido asimilar una física sin límites y sin referencias, hasta hoy, el día en que surge la Teoría del absolutismo físico y filosófico (M). Einstein fue un incomprendido y todavía en el año 2021, sigue siendo incomprendida la magia de su teoría de la relatividad general, porque al romperse la secuencia del tiempo y del espacio, de la cuarta dimensión, se abre una nueva ventana de sabiduría en el cosmos del universo, que nos lanza de frente contra una quinta dimensión sin límites, en la que el pensamiento humano adquiere una relevancia especial.
La interpretación que el ser humano le ha dado al término “ley de la naturaleza” empieza a ser debatido, cuando los viajes espaciales nos prueban, que la fuerza de la gravedad es producto de la curvatura del tiempo y del espacio, y que en los puntos de máxima gravedad el tiempo se detiene y se comprime la materia. Es como si los seres humanos hubiéramos estado viviendo en una hermosa y estable burbuja de cristal, llamada tierra, en la que Isaac Newton (1647 – 1727) consiguió una total aceptación del concepto “Leyes de la naturaleza”, con sus tres leyes del movimiento y con su ley de la gravedad, que calculan las orbitas de la luna, de la tierra y de los planetas, y explican con mucha lógica fenómenos como las mareas, de una forma tan convincente, que las pocas ecuaciones que elaboró y el marco matemático que dedujimos a partir de ellas; son estudiadas en todas las universidades del mundo, y siguen siendo utilizadas por los científicos de la N.A.S.A, para lanzar los cohetes, para construir los edificios y para diseñar los diferentes vehículos de transporte. En pleno siglo veintiuno, la gran mayoría de los científicos dicen que una ley de la naturaleza, es un parámetro basado en una regularidad observada y que proporciona predicciones que van más allá, de las situaciones analizadas, en las que se ha basado la formulación, por ejemplo: En Colombia podemos decir que la nieve nunca cae en nuestro país y postular, en base a esa observación, que diga: “La nieve sólo está en la imaginación de los habitantes de otros países”. Esta es una generalización errónea, que va más allá de las limitadas observaciones de los residentes colombianos, que nunca han salido de su tierra tropical y que están convencidos que en su tierra ecuatorial, nunca va a nevar, porque es un fenómeno que no conocen. La interpretación del postulado: “Ley de la naturaleza” es un tema que no hemos podido asimilar los estudiantes de física y mucho menos, los estudiantes de filosofía, que son enviados a las universidades a estudiar una filosofía contaminada con teologías, como la de santo Tomás de Aquino. No se le puede decir a un habitante del polo norte, que es una ley de la naturaleza que el sol va a salir todos los días por el oriente; porque los habitantes de esa región, muy pocas veces al año, tienen la oportunidad de ver brillar el sol. Tampoco se puede decir que la manzana de la teoría de la gravedad de Isaac Newton, va a caer del árbol sobre tu cabeza, cuando puedes estar parado sobre la faz de la luna, en la que la gravedad no obedece las leyes terrícolas de Newton. Estos sencillos y hasta ridículos ejemplos, nos interesan, porque nos ilustran, porque no todas las generalizaciones que el ser humano cree observar, pueden ser consideradas “Leyes de la naturaleza” y, mucho menos, cuando la inteligencia del ser humano ya rompió la cómoda burbuja de cristal, mejor dicho, el cascarón de la matriz terrenal que nos encubó, para empezar a ser parte integral del universo.
En la ciencia moderna, las futuras “Leyes de la naturaleza” tendrán que ser formuladas en estrictos términos matemáticos; deben de ser exactas y se debe de haber comprobado que se cumplan, sin excepción, en todo el universo, porque desde el punto de vista científico, no podemos continuar siendo regidos por la conformidad, que nos reduce a esa cómoda “burbuja de cristal” llamada tierra, en la que el ser humano nace y se muere sin, aparentemente, ningún objetivo. No, señores científicos, el pensamiento del ser humano es más grande que su cómodo nido verde azul llamado tierra, y va más allá de sus aparentes límites, porque abarca la totalidad del universo. Todos estamos convencidos que la naturaleza se rige por leyes, pero son tan primarios y tan escasos nuestros conocimientos, que, Albert Einstein, tuvo que romper nuestra cotidianidad con dos o tres ecuaciones y una sencilla teoría de la relatividad general, que nos lanzó de cabezas contra la eternidad consciente de nuestro ser, porque ese maravilloso científico, tuvo la genialidad de llegar del futuro antes de haber partido hacia la eternidad.
Si vamos a entender por naturaleza, a nuestra pequeña e insignificante tierra, entonces debemos de cambiar el nombre a las leyes y llamarlas “Leyes naturales de la tierra”, porque, afortunadamente, cuando sacamos la cabeza del cascarón de la matriz de la tierra, se rompió el espacio y el tiempo, y la pequeña colección de leyes que habíamos descubierto, empezaron a ser obsoletas, para explicar la grandiosidad de ese ser humano que apenas estamos empezando a comprender. A todos nos resulta lógico, que existan leyes naturales constantes e invariables, y es por eso que hoy debemos concluir que:
1. Las leyes naturales se originan en la unidad eterna llamada universo, que posee un equilibrio perfecto y enmarca la grandiosidad del ser humano.
2. El libre albedrío del ser humano, hace que su pensamiento tenga un poder sin límites y sea la más poderosa de las fuerzas del universo.
El pensamiento del ser humano rompe el tiempo, rompe la continuidad del espacio y rompe el determinismo científico que decía: “Conociendo el estado del universo, en un instante dado, un conjunto completo de leyes invariables, determina por completo tanto el futuro como el pasado de las especies” Ese determinismo que, Laplace, formuló por primera vez, es la base de toda de toda la ciencia moderna, que se rompió en mil pedazos, cuando Albert Einstein, nos demostró con unos ejercicios sencillos la relatividad del tiempo y del espacio; porque si el espacio y el tiempo no son continuos, entonces la historia, como tal, desaparece. Porque el ser humano, con el poder de su mente, regresará al pasado las veces que sean necesarias, para señalar el camino y evitar que nos auto destruyamos con las armas nucleares y que una sola raza, pueda esclavizar a todas las otras, y no les permita descubrir la grandiosidad de su pensamiento.
Han dicho los más grandes científicos que: “Como vivimos e interaccionamos con los otros seres del universo, el determinismo científico, en la tierra, debe cumplirse también con las personas”, pero, sin embargo, aunque acepten que el determinismo científico rige los procesos físicos, harían una excepción para el comportamiento humano, ya que creen, que los seres humanos tienen libre albedrío. René Descartes, por ejemplo, para preservar la idea de libre albedrío, afirmó que: “la mente humana es una cosa diferente del mundo físico y no sigue sus leyes”. En su interpretación, las personas consisten en dos ingredientes que son: cuerpo y alma… Los cuerpos no son más que estructuras biológicas comunes, pero el alma y el poder de su pensamiento, no están sujetos a las leyes científicas.
Tenemos libre albedrío, porque podemos controlar todas las facetas de nuestras vidas, eligiendo lo que más nos favorezca en el proceso evolutivo de nuestras conciencias. Manejamos a nuestro antojo, los dos procesos más importantes de nuestra existencia, porque podemos reproducirnos o podemos dejar de existir cuando lo deseemos. También es muy grato descubrir que todo el universo posee ese libre albedrío que nos brinda la unidad eterna de sabiduría, porque, ¿cómo se le puede llamar a la inteligencia de los delfines, cuando señalan el camino hacia la playa, de los náufragos en alta mar?... También podemos pensar, que el perro está ejerciendo su libre albedrío, cuando empuja al niño para que salga a jugar con él, pero, ¿qué ocurre con el árbol de mango que nos entrega sus dulces frutos con amor?... Probablemente, nunca piensa que esa es la fruta preferida del autor de este libro, pero, aun así, continua su misión, lleno de felicidad, por alimentar los animales del bosque y por purificar el aire. ¿Está todo el universo integrado con el ejercicio del libre albedrío?... Podemos escoger lo que hacemos, y hemos descubierto que el tiempo y el espacio son relativos, y que podemos manejar esa relatividad a nuestro antojo, yendo y viniendo entre la cuarta y la quinta dimensión, y, entonces, el poder de nuestro pensamiento adquiere proporciones ilimitadas.
Los físicos teóricos y los filósofos teóricos, desde Platón hasta hoy, que ha nacido la teoría de “El absolutismo físico y filosófico” (M), hemos discutido sobre la naturaleza de la realidad. La ciencia tradicional está basada en la creencia de que existe un universo real, con propiedades definidas e independientes del observador que las contemple. Según la ciencia tradicional, los objetos existen y tienen propiedades físicas individuales, bien marcadas y reconocidas. En ese modelo, tanto el observador, como lo observado, hacen parte de un sistema que tiene una existencia objetiva, sin importar quienes son los protagonistas de la escena realista. Un universo que observamos todos los días en las vacas, en las gallinas, en los árboles, en los ríos, en el mar, en las nubes, en las estrellas y en las galaxias; de manera que, sustentado por el conocimiento científico, un perro es un perro, y un árbol de naranjas es un árbol de naranjas, sometidos a unas leyes naturales que los rigen y que también han servido para calcular las orbitas de los planetas y para calcular la velocidad de los autos en el velódromo. Todos esos seres que acabamos de mencionar, hacen parte de una realidad objetiva en la tercera y cuarta dimensiones, y todos los filósofos la han llamado realidad; y ese realismo nos había resultado muy cómodo y normal, hasta que llegó el desarrollo y la física moderna con la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, que nos lleva a descubrir la quinta dimensión, en las que el tiempo y el espacio no son constantes, por ejemplo: Según los descubrimientos de la física cuántica, una partícula no tiene una posición definida ni una velocidad definida, hasta que un observador la esté pensando; de hecho, los seres completamente individuales no existen, porque hacen parte de una unidad eterna llamada universo, y, muy contrario a la teoría del principio holográfico, estamos inmersos en un (espacio – tiempo) de cinco dimensiones, en las que el pensamiento evolutivo del ser humano es ilimitado.
En la historia del conocimiento, casi todas las teorías científicas que habían sido satisfactorias, han sido sustituidas posteriormente, cuando adquirimos mayor desarrollo en el conocimiento. Al principio, la ignorancia dijo que la tierra era plana y que el bordo estaba lleno de monstruos, después alguien descubrió que la tierra era redonda, pero nadie le creyó porque pensaban que se podían caer de cabezas en el espacio infinito. Después tuvieron que aceptar que la tierra era redonda y que giraba alrededor del sol, y así sucesivamente, hasta que por fin tuvimos que aceptar, que somos un planeta común y corriente, en una galaxia común, en un universo sin límites y eterno. La mayoría de los seres humanos, en medio de su ignorancia, han querido restringir la ciencia, a las cosas que pueden ser observadas y es, por esa razón, que muchos negaron la existencia de los átomos, porque no habían podido ver ninguno. Hasta que llegó George Berkeley (1685 – 1753) y propuso una teoría filosófica llamada “inmaterialismo” en la que Berkeley niega la realidad de las sustancias materiales y dice: “Los objetos que nos rodean no existen objetivamente, independientemente del hombre, y es por eso que los objetos existen en la medida que son pensados”… Diferentes pensamientos que nos han ido llevando a la conclusión que, lo que entendemos por realismo, depende de los modelos mentales conscientes o subconscientes, que cada individuo elija para interpretar y comprender su universo. No hay ninguna forma de eliminar nuestra percepción del universo, creada por la forma en que pensamos. El cerebro humano recibe una serie de datos incompletos, captados por nuestros sentidos y construye una imagen o modelo mental, del universo que desea.
¿Qué significa la existencia?... ¿Cómo sé que en la finca que poseo en El monte de los olivos, existen diez árboles de aguacate si no los he visto?... Lo sé porque hace cinco años planté las semillas y ya deben de haber crecido. El modelo de la cuarta dimensión, en la que seguimos considerando el tiempo secuencial, nos informa que, en los cinco años, deben de haber crecido los árboles de aguacate, pero si cambiamos el modelo y entramos en la quinta dimensión del tiempo relativo de Einstein, con el pensamiento vamos a lograr que los árboles de aguacate sean una realidad inmediata, aunque los otros observadores empiecen a pensar que es un milagro como el que hizo Jesucristo cuando multiplicó los panes y los peces.
¿Cómo explicar la existencia de las partículas subatómicas a las personas que no tienen conocimiento de la física cuántica?... Sería como explicar a un cavernícola que dentro del televisor no están los seres humanos y que la película no es cuestión de brujería. ¿Cómo hacer creer a las personas en átomos, en protones, electrones, neutrones y quarks, que nunca han podido ver?...
En el año de 1897, el físico inglés Joseph John Thomson, estudió el comportamiento y los efectos de los rayos catódicos, que son una corriente de electrones en tubos de vacío, es decir en los tubos de cristal que se equipan, por lo menos, con dos electrodos, un cátodo (electrodo negativo) y un ánodo (electrodo positivo) en una configuración conocida como diodo. Cuando se calienta el cátodo, emite una cierta radiación que viaja en línea recta hacia el ánodo. Si las paredes internas de vidrio detrás del ánodo, están cubiertas con un material fluorescente, brillan intensamente, principio que observamos todos los días en las lámparas fluorescentes. Pronto se vio que los rayos catódicos, están formados por los portadores reales de la electricidad, que hoy se conocen como electrones. El hecho de que los rayos son emitidos por el ánodo, es decir el electrodo negativo, demostró que los electrones tienen carga negativa.
Los rayos catódicos, se propagan en línea recta, en ausencia de influencias externas e independientemente de dónde se situé el ánodo, pero son desviados por los campos eléctricos o magnéticos (que pueden ser producidos colocando los electrodos de muy bajo voltaje o imanes dentro del tubo vacío) Esto explica el efecto de los imanes en una pantalla de televisión. El refinamiento de esta idea, es el tubo de rayos catódicos que es la clave en los televisores, los osciloscopios y las cámaras de televisión vidicón.
Pero no hay necesidad de avanzar con tanta profundidad, para maravillarnos de lo que puede hacer el pensamiento del más humilde de los inmortales y les voy a contar una anécdota personal que me trajo mucha felicidad. Un día cualquiera, amanecí con el instinto paternal muy desarrollado y pensé en crear una hija y desde ese instante lo desee con toda mi alma, y no me fue difícil hacerla, es más, lo disfruté mucho. Bueno, mi hija es una hermosa realidad, se llama Carolina Soto Marín y es la chica más hermosa del universo. Ya es adulta y se marchó del nido, para continuar con el proceso evolutivo de nuestro pensamiento, entonces, de esa misma forma evolutiva, los círculos gaseosos de Júpiter, pueden estar haciendo circulitos gaseosos, que van a crecer y se van a ir de la gruta; o en Saturno, las nebulosas brillantes de veinte capaz, pueden estar haciendo millares de nebulositas de muchas capaz, para ser muy felices, en resumen, la unidad eterna de sabiduría es un inmenso pensamiento en el que todo es posible y ese universo, con toda seguridad, está lleno de seres orgánicos e inorgánicos que, lentamente, vamos a ir descubriendo. Entonces, ¿qué significa la existencia?... ¿Cuál es el poder del pensamiento?... El pensamiento humano tiene el poder de intervenir los otros pensamientos del universo y dividirlos, en innumerables partes, para su beneficio; puede coger un árbol grueso, dividirlo en mil partes y construir, mesas, camas y todo lo que deseemos y pensemos, y, a su vez, esos pensamientos u objetos que creemos, van a permanecer hasta que lo deseemos, porque cuando los olvidemos, van a desaparecer bajo la lluvia, bajo el poder de la inmensa naturaleza que integrará esa energía, al eterno ciclo del pensamiento evolutivo constante. Eso mismo sucederá con los edificios, con los aviones, y con los barcos, que el pensamiento colectivo de los hombres ha construido y que, colectivamente, los conserva o los olvida, para que sigan siendo parte de la danza eterna.
Cuando enmarcamos el universo en la teoría de “El absolutismo físico y filosófico” la máxima teoría o teoría (M), desparecen muchas preguntas que nos hacían confundir como:
¿Qué existía antes del supuesto Big Bang?...
¿Existe la vida, o la conciencia evolutiva, más allá de la tierra?
La comprensión de la unidad eterna, acabó con todas las discusiones y con todas las teorías, nacidas de nuestra ignorancia, por ejemplo: Aristóteles dijo que el universo estaba formado por cuatro elementos, agua, tierra, aire, fuego y que los otros seres actuaban para cumplir su finalidad. Teorías sencillas e ingenuas, que el desarrollo de la ciencia superó. Einstein dijo: Una teoría debe de ser tan sencilla como sea posible, ¿y qué más sencilla podía ser una teoría que la nuestra, la de “El absolutismo físico y filosófico” que se resume en la unidad eterna?...
Los estudiantes de física son muy apegados a las antiguas teorías que admiran, y se resisten a aceptar el desarrollo del pensamiento que los engrandece. Tenemos ejemplos de varios modelos que han sido devastados por la lógica de las nuevas observaciones. Edwin Hubble (1889 – 1953), fue uno de los más importantes astrónomos estadounidenses del siglo veinte, famoso principalmente por la creencia general de que en el año de 1929, había demostrado la expansión del universo, midiendo el corrimiento al rojo de galaxias distantes. Ese año publicó un análisis de la velocidad radial, respecto a la tierra, de las nebulosas, cuya distancia había calculado estableciendo que, “aunque algunas nebulosas extra galácticas tenían espectros que indicaban que se movían hacia la tierra, la gran mayoría, mostraba corrimientos hacia el rojo que sólo podían explicarse bajo la suposición que se alejaban”; ósea que, dejando aparte “un grupo local” de galaxias cercanas que se acercaban, casi todas las nebulosas extra galácticas se estaban alejando. Observaciones que, supuestamente, demostraban que el universo era dinámico y estaba en expansión y contracción. Observaciones sometidas a muchas imprecisiones, porque se trata de observar con un telescopio, galaxias que se encuentran a 1.5 millones de años luz, observadas en los escasos años de vida de un científico que no alcanza a ser ni siquiera un destello en la ilimitada relatividad del tiempo. Los antiguos habitantes de la tierra, observaban como el firmamento giraba a su alrededor, como si fuera una cúpula fija de cristal, en la que siempre aparecían como proyectados los mismos grupos de estrellas, a las que dieron nombres de animales y objetos, que son las mismas constelaciones que conocemos hoy, El término constelación procede del latín: com (reunión) y stelar (brillante). Las constelaciones son agrupaciones de estrellas que se unen mediante trazos imaginarios y forman una silueta que adquieren formas singulares. Las constelaciones que conocemos en occidente hoy, son la base de las 88 oficialmente reconocidas por la Astronómica Internacional, que pertenecían a pueblos que habitaban en el hemisferio norte, especialmente Oriente Medio; pero todos los pueblos, incluidos los del hemisferio sur o austral, han reconocido la importancia de la posición de las estrellas para su vida cotidiana, por lo cual, crearon constelaciones con sus propias historias mitológicas.
La constelación ayudaba a recordar y reconocer las estrellas que servían de orientación a los antiguos navegantes y viajeros de los desiertos, así como elaborar calendarios agrícolas y religiosos. Para ayudar en la transmisión de su conocimiento se crearon mitos que contribuían a darle un carácter sagrado a su existencia y recordarlas.
Las constelaciones varían en importancia según la época o el hemisferio (constelaciones septentrionales en el norte, australes en el hemisferio sur). En Medio Oriente hace 5.600 años las constelaciones más importantes eran Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis, pero 3.000 años más tarde lo eran Tauro, Leo, Escorpio y Acuario.
Homero señaló en la Odisea, cuatro constelaciones de enorme importancia en su época, ocho siglos antes de Cristo: Orión, La Osa, las Pléyades (en Tauro) y el Boyero (Boötes), pero esas constelaciones de estrellas, desde hace miles y miles de años, han aparecido, noche tras noche, en el mismo lugar, pareciendo como si una cúpula de cristal con las mismas estrellas estáticas y pregrabadas, girara todas las noches, en un baile cíclico e interminable. Lo que no sabían los seres humanos antiguos, es que el universo es dinámico y siempre está en movimiento como la misma tierra, las estrellas, los planetas, el sol y todo lo que vemos, todos los astros tienen un gran movimiento y están a una gran distancia, pero nosotros los seres humanos acostumbrados a las pequeñas distancias en tercera dimensión de nuestro pequeño planeta, no podíamos imaginar que la distancia entre esos pequeños puntos luminosos, fuera de billones y de trillones de kilómetros, para las estrellas más cercanas. Distancias tan grandes que debemos emplear medidas como el año luz, que es la distancia que recorre la luz a trecientos mil kilómetros por segundo en un año, pero, un ser humano, común y corriente, ¿cómo puede saber qué esas estrellas se mueven a grandes velocidades, si no lo puede apreciar desde la tierra?... Resulta evidente que la forma de todas las constelaciones es la misma desde hace miles y miles de años, así que si no podemos observar sus movimientos es porque están a una gran distancia. Está probado que todas las estrellas se mueven a una gran velocidad por el firmamento, pero están tan lejos que no podemos apreciar sus movimientos a través de la duración de una vida humana, entonces, es muy atrevido asegurar que el universo se encuentra en total expansión, con las insignificantes observaciones que puede hacer el ser humano. Tenemos que reconocer que nuestra efímera vida biológica, es casi insignificante en medio de la eternidad del universo, y debemos aprovecharla para ser conscientes de nuestra eternidad e integrarnos en la hermosa danza del universo, desde la perspectiva del inmenso e ilimitado poder de nuestro pensamiento.
En la búsqueda de las leyes que rigen el universo, se han enumerado varias teorías, que fueron consideradas muy valiosas en esa época de ignorancia, pero que hoy, ante el acelerado desarrollo de la ciencia, nos llegan a parecer ingenuas y casi ridículas, por ejemplo: la teoría de los cuatro elementos, o la teoría de Ptolomeo que decía que la tierra se encontraba situada en el centro del universo y el sol, la luna y los planetas, giraban en torno a ella, arrastrados por una gran esfera, llamada “primum movile” mientras que la tierra era esférica y estacionaria. Otra obsoleta teoría era la del flogisto, sustancia hipotética que representa la inflamabilidad, según la cual, toda sustancia susceptible de sufrir combustión contiene flogisto. De esa forma, el concepto de realidad ha ido cambiando con cada marco teórico.
Al principio del siglo veinte, Einstein demostró que el efecto fotoeléctrico, utilizado en el flas de las cámaras digitales y en los televisores, se explica por el choque de un cuanto o corpúsculo luminoso, contra un átomo que deja escapar uno de sus electrones y fue de esa forma que hemos llegado a la conclusión, que la luz se comporta como onda o como partícula. Teniendo en cuenta que se llama luz, a la parte de la reacción electromagnética, que puede ser percibida por el ojo humano. En física, el término luz se usa en un sentido más amplio e incluye todo el campo de la radiación, conocido como espectro electromagnético.
Observaciones como ésta, en las que la luz se comporta como una partícula y como una onda, nos abren un universo de posibilidades, porque si las partículas pueden viajar a la velocidad de la luz, entonces, la idea de construir vehículos que viajen a la velocidad de la luz es posible, y de esa forma podríamos viajar hacia adelante o hacia atrás en la relatividad del tiempo y en nuestra maravillosa eternidad, es, en ese punto, cuando regresamos a la nueva teoría de “El absolutismo físico y filosófico”. La máxima teoría o teoría (M) que enmarca todos los aspectos del universo. Es claro que el desarrollo científico no nos permita, por el momento, describir todos y cada uno de los aspectos del universo, y es, en base a esas dificultades, que hemos asumido un marco teórico general, que nos permita observar el universo de una manera global, sin penetrar en los detalles matemáticos que, lentamente, vamos a ir descubriendo en nuestro proceso evolutivo. Con “El absolutismo físico y filosófico” por fin hemos desarrollado la máxima teoría o teoría (M), que describe y explica todos y cada uno de los aspectos del conocimiento, agrupando en una unidad eterna de sabiduría, las leyes de la naturaleza, las partículas energéticas que experimentan dichas fuerzas y el marco ilimitado y eterno, en que sucede toda esa magia. Es la realización del sueño milenario de los físicos, de lograr la teoría unificada que lo explica todo y que nos ayuda a tener una visión más amplia de la naturaleza.
La relatividad general y la teoría cuántica, nos abren la posibilidad de historias alternativas, en las que el universo no tiene una historia única y lineal, sino que cada posible visión del universo, existe simultáneamente, en lo que la ciencia llama una superposición histórica y eterna. La física moderna nos brinda un esquema conceptual completamente nuevo, muy diferente al que estábamos acostumbrados, en el que la posición, la trayectoria, e incluso, el pasado y el futuro de los seres, no están determinados con precisión. Ese marco teórico, le abre al pensamiento una cantidad de posibilidades ilimitadas, que nos hablan de la grandiosidad del hombre.
Uno de los más grandes descubrimientos del ser humano, es que las partículas de la materia se pueden comportar como una onda, porque será muy importante para desarrollar una tecnología que nos permita viajar, en el espacio infinito, a grandes velocidades como lo hacen las ondas de la luz o de la radio. Los físicos experimentales han observado y registrado, fenómenos ondulatorios con “partículas” de tamaño cada vez mayor y ese ejercicio es muy esperanzador para nuestra futura movilidad por el espacio.
Existe un sencillo experimento que fue llevado a cabo en el año 1927 por Clinton Davisson y Lester Germer, físicos experimentales, que estaban investigando cómo se comportaban los electrones lanzados contra una barrera que tenía dos rendijas verticales, a través de las cuales podían pasar los electrones, hacia una pantalla de registro que reveló, que los electrones, unas veces, se comportan como partículas y otras veces como ondas; y ese fue el tipo de observaciones experimentales, sorprendentes, que inspiraron la física cuántica, la teoría de la relatividad general y la teoría de “El absolutismo físico y filosófico (M)”… Que las partículas se comporten como una onda, sorprendió a todo el mundo, y que la luz se comporte, también, como una onda, nos abre posibilidades sin límites.
El físico inglés Thomas Young, a comienzos del siglo diecinueve, proyectó un haz de luz, sobre las rejillas del mencionado experimento y emergieron de las ranuras una serie de ondas que se encontraron sobre la pantalla. En algunos puntos las crestas y los valles coinciden y se forma una mancha brillante. En otros puntos, la cresta de la luz coincide con el valle del otro y se anulan entre sí, reflejando una mancha obscura que nos ayuda a convencer, a las personas, que la luz es una onda y también una partícula, como había dicho Newton, cuando afirmó y demostró, que la luz estaba compuesta por corpúsculos luminosos o partículas de energía. En la actualidad, esas partículas de energía son llamados fotones y, así, como los seres humanos estamos compuestos por millones y millones de átomos, la luz está compuesta por millones y millones de fotones. En el laboratorio, hemos producido haces de luz tan débiles, que consisten en un flujo de fotones que podemos detectar sobre una pantalla computarizada de registro y repitiendo el experimente de Thomas Young, hallamos que cuando observamos los fotones registrados en la pantalla, al otro lado de las ranuras, descubrimos que se comportaron como partículas, marcando dos líneas completamente verticales; pero cuando los proyectábamos sin observar, encontrábamos en los registros computarizados, un comportamiento de onda. Para nuestro equipo de físicos, esto resultó una revelación asombrosa, porque las partículas de la materia se comportan de una manera cuando el pensamiento del ser humano las observa, y se dispersan en ondas de múltiples posibilidades, cuando no existe un observador. Llegándose a constituir esta observación, en el descubrimiento más importante que hemos realizado en toda nuestra existencia, porque la materia se comporta de la forma en que la quiere moldear el pensamiento humano.
Otro de los principales descubrimientos de la física cuántica, es el principio de la incertidumbre, observado por Werner Heidelberg en el año de 1926, que resumidamente nos dice: “Mientras más precisa sea la medida de la posición de una partícula, menos precisa nos resultará la medición de la velocidad a la que se mueve la partícula, y viceversa”… Después de conocer estos análisis de la física cuántica y después de conocer los planteamientos de la relatividad general, las probabilidades de las partículas y de la materia, son ilimitadas, porque la probabilidad de cualquier destino, está construida a partir de las posibles historias que elija el libre albedrío, de todos los seres que conforman la unidad eterna. Fenómeno que Feyman demostró antes de llegar a la conclusión de que: “Para un sistema global, las probabilidades de cualquier observación, están constituidas a partir de todas las posibles historias que nos condujeron a dicha observación”… Es por todos esos descubrimientos, que Feyman es considerado el padre de las historias alternativas, o de los universos paralelos. Ahora, después de obtener una aceptable comprensión de la sorprendente física moderna, vamos a analizar un principio físico, que va a ser el más importante en el proceso evolutivo de nuestras conciencias eternas y es el principio que nos dice que: Pensar en una sustancia, en un ser o en un sistema en general, puede modificar su evolución y modificar su historia, yo, por ejemplo, pensaba mucho en una hermosa dama y ahora tenemos dos hermosos hijos, que modificaron su historia y mi historia. Según la física moderna, cuando estamos observando un sistema, cuando estamos pensando en un sistema, estamos interaccionando con él, y estamos moldeando la historia colectiva del universo en ese momento. Esta nueva forma de ver las cosas, tiene consecuencias muy importantes para nuestra idea de lo que es “el pasado”, porque todos siempre creímos que el pasado existía, como una serie bien definida de acontecimientos, que eran como una colección de fotografías de los abuelos en la finca, con nuestros padres y nuestros tíos, cuando eran unos adolescentes, o como el relato escrito de dos o tres guerras importantes, que nos dejaron unas dolorosas enseñanzas. Pero la física moderna ha llegado para decirnos que, por muy claro que nos resulte el presente, ese pasado en el que no estuvimos y el futuro, son indefinidos, y solamente existen en nuestra parcializada imaginación, porque, según la física moderna, el universo no tiene ni un pasado ni un futuro definidos y, ese fenómeno, nos lo recuerdan esas construcciones megalíticas, que dan la impresión haber sido hechas por unos seres más evolucionados, que los primitivos habitantes de esas épocas; seres humanos que pueden haber regresado desde la quinta dimensión, para señalar el camino más conveniente a la humanidad. Culturas que parecen haber desaparecido en los túneles del tiempo, sin dejar ningún rastro, y construcciones tan increíbles que son la prueba que algo mágico ocurrió. Historias que cualquiera puede buscar en internet y que hoy vamos a mencionar algunas para recordar su grandiosidad:
Las pirámides de egipto
“En las afueras del Cairo se levantan las impresionantes pirámides de Egipto. Se cree que fueron construidas hace más de cuatro mil quinientos años y que son las monumentales tumbas, donde fueron enterradas las reinas y los antiguos faraones. La gran pirámide está hecha de millones de piedras, talladas con mucha precisión, que pesan más o menos dos toneladas cada una. Incluso con las grúas de hoy y otros equipos de construcción modernos, la construcción de una pirámide tan grande, como la del Faraón “Gudu”, sería un inmenso desafío para los ingenieros del siglo veintiuno. Además, está la configuración astronómica de las pirámides, que se dice que se alinean con las estrellas en el cinturón de Orión. Es cierto que los científicos no están muy seguros, de cómo, los antiguos egipcios, construyeron las pirámides y, especialmente, cómo las hicieron tan rápidamente, pero hay una amplia evidencia que estas tumbas son el trabajo de miles de manos terrenales, aun así, hay muchos que apoyan la teoría que los antiguos egipcios recibieron ayuda interdimensional, para construir estos maravillosos monumentos”.
Lineas de Nazca
“En una meseta alta y seca, a uno 350 kilómetros al suroeste de Lima, Perú, más de ochocientas líneas largas y blancas, están grabadas al azar en el suelo del desierto peruano, juntas forman más de trecientas figuras geométricas y setenta formas de animales, estas increíbles líneas se empezaron a estudiar a principios del año 1900, e inicialmente se sospechaba que los diseños estaban alineados con constelaciones y soubsticios, pero trabajos más recientes señalan que las líneas de nazca apuntan a sitios ceremoniales o rituales, relacionadas con el agua y con la fertilidad. Aún se desconoce cómo podría, una cultura tan antigua, haber sido capaz de hacer diseños tan enormes en el desierto, sin poder volar, los científicos sospechan que los dibujos de nazca, son de dos milenios de edad, y debido a su edad, tamaño, visibilidad desde el cielo y naturaleza misteriosa, las líneas se citan como uno de los más claros ejemplos de trabajo interdimensional en la tierra. Este trabajo, seguramente, lo hicieron hombres que descubrieron las ventanas de sabiduría que les permitieron viajar adelante o atrás en el tiempo y en las diferentes dimensiones del universo”.
Complejo de Stonehenge
“El complejo Stonehenge, gran Bretaña, situado en la planicie de Salisbury, en el condado de Wiltshire, a unos ciento treinta kilómetros al oeste de Londres, este gran círculo de rocas aparece imponente sobre un montículo verde y su visión es impactante. La construcción de este lugar empezó hace cinco mil años y fue abandonado mil quinientos años después. No se sabe todavía su finalidad exacta, ni las razones que llevaron a su olvido. El complejo de Stahenenque se encuentra perfectamente alineado con los equinoccios y solsticios, ya que el sol que se eleva sobre el horizonte, parece estar perfectamente colocado entre las lagunas de estos megalitos. Este misterioso lugar fue construido por alguna razón y, probablemente, fue ayudado a construir por seres interestelares, porque nadie se explica cómo, estas piedras, pudieron ser colocadas en ese lugar, ya que pesan entre una y dos toneladas y miden unos tres metros de altura, y se ha demostrado que fueron extraídas de una cantera que se encuentra a 290 kilómetros del misterioso lugar”.
Sacsayhuamán
“Fuera de la antigua capital inca del Cuzco, una fortaleza llamada Sacsayhuamán se levanta en la cordillera montañosa de los andes peruanos, construida a partir de piedras enormes que han sido cinceladas y aplicadas como un rompecabezas, algunos dicen que esta obra es el trabajo de una antigua civilización que tuvo la ayuda de amigos interdimensionales. Las pareces entrelazadas dela fortaleza, de mil años de antigüedad, están hechas de rocas que pueden pesar hasta 360 toneladas y que fueron transportadas por más de treinta y dos kilómetros antes de ser levantadas, y encajadas en su lugar con una exacta precisión laser. Nadie sabe a ciencia cierta, ¿cómo es que una cultura antigua, pude haber logrado tal proeza de la ingeniería, con los básicos medios de esa época?”
Teotihuacan
“Teotihuacan, que significa la ciudad de los dioses, es una extensa y antigua ciudad de Méjico, que es conocida por sus templos piramidales y aleaciones astronómicas, construidas hace más de dos mil años. La edad, el tamaño y la complejidad de Teotihuacan, hace que muchos teóricos piensen que es obra de habitantes interdimencionales. De lejos, el más conocido de los edificios de Teotihuacan, es la enorme “pirámide del sol”. Esta pirámide es la mayor de las construcciones, de este tipo, en el hemisferio occidental, y representa una curiosa alineación estelar, que se cree que se basa en ciclos calendáricos, de hecho, un aspecto interesante relacionado con la pirámide del sol, es que se halla orientada de modo que siga el movimiento del sol, desde el amanecer hasta el anochecer, y de los equinoccios, así como el punto de la bóveda celeste por donde salen las pléyades. Los científicos sospechan que esta ciudad fue construida con ayuda de seres interdimensionales, por sus murales, herramientas, sistema de transporte y evidencia de prácticas agrícolas avanzadas. Teotihuacan se considera mucho más desarrollada tecnológicamente, de lo que debería haber sido en el antiguo Méjico pre azteca”.
Moai
“Los enigmas que rodean el Moai, la flota de grandes figuras de piedra de la isla de pascua, son otra construcción que parece haber sido ayudada a construir por viajeros interdimensionales. Su historia trata de contar cómo hicieron los Repanoi estas figuras, hace más de mil años y cómo terminó el Monai en la isla de pascua. Talladas en piedra, las casi 900 figuras humanas están esparcidas, a lo largo de los flancos de los volcanes extintos de la isla. Las figuras miden más de seis metros de alto y parecen haber sido cinceladas de la toba volcánica suave, encontrada en la cantera de la isla. Allí más de 400 estatuas, se encuentran en proceso de construcción y algunas de ellas ya están terminadas, esperando el transporte al lugar de reclinación previsto. Nadie se explica cómo lograron transportarlas desde la cantera hasta la costa de la isla, porque cada una pesa más de catorce toneladas. Tampoco se ha podido explicar la desaparición de los Repanoi”.
Llegó el momento de hacer conocer la nueva teoría de “El absolutismo físico y filosófico” la máxima teoría o teoría (M), que concuerda con los descubrimientos científicos y no con las conclusiones preconcebidas, desde la edad de piedra, en las que el ser humano, sumido en la oscuridad de la ignorancia, se inventó un Dios, para explicar cada cosa que no entendía. Lo que el universo siempre pidió, fue una teoría elegante y sencilla, que pudiera ser puesta a prueba y que respetara el poderoso libre albedrío del ser humano que avanza y retrocede en el tiempo, para ayudar a construir esas obras de ingeniería tan impresionantes y para evitar el holocausto nuclear que nos auto destruiría; cuando los pilotos de los aviones de guerra que conducían las bombas atómicas, observaron que eran escoltados por naves no identificadas, que parecían de otra dimensión. Acontecimientos interdimensionales que nos devuelven la fe a todos los seres humanos.
El universo está lleno de probabilidades y la física moderna llega para decirnos que nada está localizado en un punto definido, porque el espacio y el tiempo son relativos; de hecho, según la física cuántica, cada partícula tiene una cierta probabilidad de ser hallada en cualquier parte del universo. Es necesario advertir que las probabilidades de la física moderna, van más allá de la distancia y el tiempo, que creen percibir nuestros limitados sentidos, en esa como burbuja de cristal llamada tierra; y hemos llamado “burbuja de cristal” a nuestro hogar, que viaja en el espacio a una velocidad imperceptible de casi 2.000 kilómetros por hora, que nos brinda una fuerza gravitacional que nos permite estar sujetados en él, y que nos retrasa en avance del tiempo; porque al tener una gravedad más o menos alta, tenemos la oportunidad de vivir más tiempo de lo que viviríamos fuera de nuestra nave nodriza llamada tierra. Fenómeno gravitacional conocido por los científicos amigos del cantante Michael Jackson, “el rey del pop”, que dormía en una cámara hiperbárica, es decir con una presión atmosférica más alta, para retrasar el proceso de envejecimiento de su cuerpo y así poder vivir muchos años más, pero, desafortunadamente, el cantante más famoso de la tierra, no pudo comprender el verdadero poder de su equivocado pensamiento, que lo disolvió en la eternidad de su inconsciencia. No se trataba de tener una cama con más gravedad, sino de poseer una mente con más sabiduría. En todo el universo se repite el fenómeno del gusano que rompe la crisálida para convertirse en una hermosa mariposa de colores, o del pichón de águila que rompe el cascarón de la tierra y vuela, en el año de 1969, hasta la luna, y sigue tratando de volar hasta Marte y al resto del universo.
La unidad eterna de sabiduría, comúnmente llamada universo, es un poco difícil de comprender, porque está regida por leyes científicas como la de la relatividad general, que nos sumerge en un proceso constante de evolución y de cambio. El ser humano rompió el cascarón gravitacional de su nido, y, saltando sobre la luna, comprendió lo pequeña e insignificante que es la tierra, en comparación de los miles y millones de galaxias que la rodean, y que nos están esperando para descubrirlas y conquistarlas. Las sencillas leyes científicas, que pensábamos que habíamos descubierto, quedaron hechas trizas cuando rompimos la cómoda visión que teníamos del espacio y del tiempo, para sumergirnos en una relatividad general, en la que sólo es verdadero el poder de nuestro pensamiento, sumergido en un mar de electricidad y de magnetismo.
Las fuerzas eléctricas y magnéticas, son mucho más intensas que la gravedad, aunque, habitualmente, no las notamos en la vida cotidiana, porque los cuerpos macroscópicos contienen casi el mismo número de cargas positivas y negativas. Eso significa que las fuerzas eléctricas y magnéticas, entre dos cuerpos macroscópicos se anulan entre sí, a diferencia de las fuerzas gravitacionales que siempre se suman.
Sin riesgo a equivocarme, puedo decir que el electromagnetismo moderno está basado en una invención y dos descubrimientos, realizados todos ellos en el primer tercio del siglo XIX. La invención, es la construcción de una fuente de corriente eléctrica continua, la pila eléctrica, llevada a cabo por Volta hacia 1800. Gracias a este invento "la electricidad triunfa". Los dos descubrimientos son la demostración de los efectos magnéticos producidos por corrientes eléctricas realizadas por Oersted y Ampére en 1820 y la generación de corriente eléctrica a partir de campos magnéticos obtenida por Faraday en 1831. Los trabajos de Oersted y Ampère permitieron sentar las bases experimentales y matemáticas del electromagnetismo, mientras que Faraday es el responsable, además, de la introducción del concepto de "campo" para describir las fuerzas eléctricas y magnéticas, idea revolucionaria en sus días, pues suponía apartarse de la descripción mecanicista de los fenómenos naturales, al más puro estilo newtoniano, es decir, mediante acciones a distancia sin intermediación de medio alguno. Con estas tres contribuciones se habían puesto los pilares del moderno electromagnetismo, cerrado por la aportación de James Clerk Maxwell, ya en el último tercio del siglo XIX. Con Oersted y Ampère primero, y los trabajos de Faraday después, empieza a gestarse la síntesis electromagnética de Maxwell. La formulación matemática de Maxwell de los fenómenos electromagnéticos descritos por sus predecesores, supuso para la electricidad, el magnetismo y la luz, una síntesis; “la síntesis de Maxwell”, de tanta relevancia, como en su día fue “la síntesis newtoniana” de la física de los cielos y la física terrestre, es decir, del movimiento de los planetas y la caída de los cuerpos. Desde el siglo XVII no se había producido en la ciencia una teoría unificadora igualable a la de Newton, y Maxwell lo hizo, aportando el soporte conceptual y la formulación matemática necesaria, para elevar el electromagnetismo a las más altas cotas de la física. Esta unificación resulta de tal importancia, que los historiadores incluyen entre los grandes inventos de la humanidad, el descubrimiento de la relación entre la electricidad y el magnetismo, junto con la invención de la rueda y el establecimiento de los sistemas de numeración.
Las ecuaciones que introdujo Maxwell, permiten describir la interacción electromagnética, fundamentada en la idea de que los campos eléctrico y magnético, son descripciones complementarias, que se derivan de la misma propiedad básica de la materia, que es la carga eléctrica. Esta síntesis de Maxwell constituye uno de los mayores logros de la física, pues no solamente unificó los fenómenos eléctricos y magnéticos, sino que permitió desarrollar toda la teoría de las ondas electromagnéticas, incluyendo la luz. De este modo, a partir de Maxwell, otra parcela de la física hasta entonces independiente, la óptica, quedó en cierta medida englobada en el electromagnetismo.
En los albores del siglo XIX la física, todavía denominada “filosofía natural”, estaba plenamente dominada por la herencia newtoniana. La mecánica y la astronomía, o más bien la mecánica celeste, eran las dos disciplinas que habían llegado a alcanzar un mayor desarrollo, fundamentalmente por la aplicación de las matemáticas. La mecánica había abordado con éxito la resolución de un gran número de problemas mediante la aplicación de un tratamiento abstracto: la mecánica analítica. Además, para la resolución de los problemas mecánicos, no era necesario formular ninguna hipótesis sobre la constitución de la materia o la naturaleza de las fuerzas ejercidas entre sus componentes básicos. En contraste con ello, otros campos de la física, como el calor, la luz, la electricidad y el magnetismo, se explicaban de una forma totalmente especulativa y cualitativa, y se suponía la existencia de toda una serie de sustancias hipotéticas, fluidas y desprovistas de peso, de ahí el calificativo de “imponderables”, como el calórico, el éter, los fluidos eléctricos o los fluidos magnéticos. En realidad, la introducción de estos fluidos, fue un intento de materializar los fenómenos naturales en pleno apogeo del mecanicismo newtoniano. Además, la electricidad, el magnetismo y la luz eran considerados desde la antigüedad como tres fenómenos independientes, sin ninguna relación entre ellos.
El fenómeno de la electricidad era conocido desde la antigua Grecia y es muy importante, porque está relacionado directamente con la energía, que es el componente básico o primario del universo; y es por ese motivo que voy a tratar de profundizar en los conocimientos que, hasta hoy, poseemos sobre energía, magnetismo y electricidad, para que los lectores de este libro, tengan una visión general de los fenómenos más importantes que suceden a nivel microscópico y macroscópico, en toda la naturaleza. Electricidad proviene de la palabra griega electrón, es decir, ámbar, ya que era conocida la propiedad del ámbar de generar electricidad estática al ser frotado y atraer pequeños trocitos de tela o papel, y el concepto de fuerza eléctrica tuvo su origen en experimentos muy sencillos como la frotación de dos cuerpos entre sí. Cuando se frota una varilla de vidrio o de ámbar con un trapo o una piel, aquéllas atraen pequeños trocitos de papel. Si se frota una barra de ámbar con un trozo de piel y se suspende de un hilo y se le da electricidad una segunda barra de ámbar, frotada también con una piel, se observa que ambas barras se repelen. Lo mismo sucede si las dos barras son de vidrio pero frotadas con un trozo de seda. Sin embargo, si se aproxima una barra de ámbar frotada con una piel a una barra de vidrio frotada con un paño de seda, ambas suspendidas de sendos hilos, se observa que las barras se atraen entre sí. Esto permitió concluir que existían dos tipos de electricidad, la relacionada con el vidrio y la relacionada con el ámbar, de modo que los cuerpos con electricidades del mismo tipo se repelen mientras que con distinto tipo se atraen.
Los avances que se realizaron en la comprensión de los fenómenos relacionados con la electricidad, desde la época de los griegos hasta los comienzos del siglo XIX no fueron muchos. Stephen Gray (1670-1736), tintorero de profesión, experimentador aficionado y colaborador de la Royal Society, descubrió que la electricidad se podía transmitir por un hilo metálico (a una distancia de unos 200 metros) y distinguió entre conductores y aislantes. Como en el caso del calor, la electricidad se concebía como un fluido que podía pasar de unos cuerpos a otros y, de hecho, aún hoy se habla de "fluido eléctrico".
Charles F. Dufay (1698-1739), químico y administrador del Jardín del Rey, comprendió las distintas propiedades de la electricidad de distinto signo y supuso que existían dos clases de electricidad: la producida frotando sustancias vítreas como el cristal o la mica, y la producida por el ámbar frotado, el lacre, la vulcanita y otras sustancias resinosas. Asignó a estas dos clases de electricidad unos fluidos eléctricos, uno denominado "vítreo" y el otro conocido como "resinoso". Se suponía que los cuerpos eléctricamente neutros contenían cantidades equilibradas de ambos fluidos eléctricos, mientras que los cuerpos cargados eléctricamente tenían un exceso de electricidad resinosa o vítrea. En 1734 Dufay estableció que la característica de ambas electricidades es que, un cuerpo cargado con electricidad vítrea repele a todos los demás cargados con la misma electricidad y, por el contrario, atrae a los que poseen electricidad resinosa.
Por aquella época la electricidad se almacenaba en un dispositivo denominado botella de Leyden, desarrollada por Pieter van Musschenbroek (1692-1761), profesor de matemáticas de la ciudad de Leyden (Holanda), a partir de un diseño realizado por Ewald Jurgen von Kleist en 1745, formado por una botella de cristal con agua, sellada con un corcho a través del cual se introducía un clavo hasta tocar el agua. Para cargar eléctricamente la botella, se acercaba la cabeza del clavo a la máquina de fricción. Cuando la botella estaba cargada, si se acercaba a la cabeza del clavo un cuerpo no electrificado, saltaba una fuerte chispa entre ambos. Musschenbroek recubrió el interior y el exterior de la botella, hasta la mitad, con panes de plata, de este modo, el cristal de la botella hace el papel del aislante o dieléctrico del condensador. Si el pan exterior está conectado a tierra y el interior con un cuerpo electrizado, o viceversa, la electricidad (sea vítrea o resinosa) trata de escapar al suelo, pero es detenida por la capa de cristal. Este dispositivo permitía acumular grandes cantidades de electricidad y se podían extraer chispas impresionantes, conectando el interior y el exterior de la botella con un alambre. La primitiva botella de Leyden se ha convertido hoy en varios tipos de condensadores.
Benjamin Franklin (1706-1790), que comenzó a interesarse por la física a la edad de cuarenta años, concluyó que sólo existe un tipo de fluido eléctrico (la electricidad vítrea), en vez de dos como se admitía hasta entonces, y dos tipos de estados de electrización, una como la del vidrio y otra como la del ámbar, y llamó a la primera positiva y a la segunda negativa. De este modo, si un cuerpo tiene exceso de fluido eléctrico, aparece con electricidad positiva (vítrea), y si tiene defecto, la tiene negativa (resinosa). Cuando dos cuerpos, uno de los cuales tiene un exceso y el otro una deficiencia de fluido eléctrico, se juntan, la corriente eléctrica debe fluir desde el primer cuerpo, donde está en exceso, al segundo, donde falta. En 1754 identificó el rayo, como una descarga eléctrica, después de enviar cometas a las nubes tormentosas, para recoger electricidad de ellas y desde entonces se le conoce como el padre del pararrayos. La cuerda húmeda que sostenía la cometa servía como un perfecto conductor de la electricidad y con ella podía cargarse botellas de Leyden y obtener después chispas de ellas. Sus experimentos con el pararrayos y sus ideas políticas, opuestas a las monarquías absolutas, motivaron que en un busto suyo se escribiera que “había arrancado el rayo del cielo y el cetro del tirano”.
Henry Cavendish (1731-1810), hombre extremadamente rico y extremadamente tímido y un personaje ciertamente solitario, fue uno de los primeros en utilizar el concepto de carga eléctrica. Hizo muchos experimentos y descubrimientos entre 1760 y 1800, como la medida de la capacidad de un condensador o el concepto de resistencia y, desde luego, fue uno de los científicos experimentales más grandes que han existido jamás. Sin embargo, sólo publicó dos artículos sobre electricidad y dejó veinte paquetes de manuscritos, que quedaron en manos de sus parientes y no fueron conocidos hasta que, más de medio siglo después de la muerte de Cavendish, James Clerk Maxwell, por entonces director del laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge, los puso en orden y los publicó en 1879.
La ley que rige las fuerzas de atracción y repulsión entre cargas eléctricas, fue descubierta y formulada en 1785 por Charles Augustin Coulomb (1736-1806) tras una serie de experimentos realizados con una balanza de torsión de gran sensibilidad, formada por una varilla ligera que está suspendida de un largo y delgado hilo con dos esferas equilibradas a cada extremo. Según la ley de Coulomb, la fuerza entre dos cargas puntuales, es proporcional al producto de sus cargas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Esta fuerza es atractiva si las cargas son de distinto signo y repulsiva si el signo de las dos cargas es el mismo.
Siméon Denis Poisson (1781-1840) alumno de la Escuela Politécnica de París, donde tuvo de profesores a Laplace y Lagrange, y donde él mismo fue más tarde profesor, fue el primero en aplicar a la electricidad las ideas de Pierre Simon de Laplace (1749-1827) sobre el potencial gravitatorio. Introdujo el concepto de "potencial eléctrico" y en 1811 lo aplicó a la distribución de electricidad sobre una superficie en su obra, “Memoria sobre la distribución de la electricidad sobre la superficie de los cuerpos conductores”. Poisson siguió pensando en términos de dos fluidos eléctricos, aunque realmente estaba más interesado en la formalización matemática, de las fuerzas entre cuerpos electrificados, que la explicación física de los dos fluidos.
A pesar de los avances realizados en la comprensión de los fenómenos eléctricos, durante todo el siglo XVIII la única fuente de electricidad eran las máquinas electrostática de rotación, tales como las construidas por Otto von Guericke (1602-1686), que producían electricidad estática por frotamiento y sólo eran capaces de suministrar descargas transitorias, lo que dificultaba el avance del estudio de la electricidad. Era necesario, sin embargo, descubrir la forma de obtener un suministro estable y continúo de electricidad, es decir, de producir corriente eléctrica.
El precursor del descubrimiento de la corriente eléctrica continua fue el médico italiano Luigi Galvani (1737-1798) que estudió el efecto de la electricidad sobre los animales, siendo famosos sus experimentos con ancas de ranas realizados con máquinas eléctricas y botellas de Leyden. Galvani realizó un experimento, fechado el 20 de septiembre de 1786 en el diario de su laboratorio, en el cual empleaba una horquilla con un diente de cobre y otro de hierro con los cuales tocaba el nervio y el músculo del anca de una rana, la cual se contraía rápidamente a cada toque.
Sin embargo, fue el también italiano Alessandro G. Volta (1745-1827), quien interpretó que los dos metales juntos (hierro y cobre) de los experimentos de Galvani, producían la corriente eléctrica, después de sumergirlos en una solución salina y las ancas de rana sólo reaccionaban ante ella. Volta llamó "galvanismo" a este fenómeno y hacia 1800 fue capaz de producir una corriente eléctrica con una pila de discos de estaño o zinc y cobre o plata alternados y separados por otros de cartón impregnados de una solución de sal. De esta pila de disco, es de donde proviene el nombre de “pila voltaica”, que se ha generalizado para designar a las baterías eléctricas de este tipo. Napoleón se interesó mucho por los descubrimientos de Volta y mandó construir una gran pila voltaica en la Escuela Politécnica de París.
Humphry Davy (1778-1829), científico de la Royal Institution de Londres, explicó en 1807 que el proceso generador de la electricidad, lo constituyen los cambios químicos en la pila. Davy utilizó la pila de Volta para separar metales, introduciendo los electrodos en disoluciones de sales, iniciando el proceso de electrolisis. Como anécdota cabe señalar que ante la pregunta de cuál había sido su mayor descubrimiento, la respuesta de Davy fue: "mi mayor descubrimiento ha sido Michael Faraday". Precisamente Faraday, trabajando con Davy, descubrió las leyes de la electrolisis.
Georg Simon Ohm (1778-1854) aplicó al fenómeno de la electricidad conducida por un alambre, algunos descubrimientos hechos por Fourier sobre la propagación del calor, mediante una analogía entre la corriente eléctrica y la transmisión del calor. Obtuvo la relación entre diferencia de potencial, intensidad de corriente y resistencia conocida como ley de Ohm. Publicó sus resultados en un artículo titulado "el circuito galvánico investigado matemáticamente" y publicado en 1827. Sin embargo, su trabajo tuvo una mala acogida y hubo que esperar para que fuera reconocido hasta 1845, año en el que Gustav R. Kirchhoff (1824-1887), siendo estudiante en Könisberg, formuló las dos leyes de los circuitos que llevan su nombre: la ley de los nudos, relacionada con la conservación de la carga eléctrica, y la ley de las mallas, relacionada con la conservación de la energía.
Como sucede con la electricidad, el fenómeno del magnetismo era conocido desde la antigua Grecia y también su nombre es de origen griego. La palabra magnetismo viene de la palabra "magnes", imán en griego, que a su vez viene de Magnesia, región del Asia Menor, en la que se encuentran yacimientos del mineral magnetita (piedra imán), que tiene la propiedad de atraer objetos de hierro, así como conferir al hierro sus propiedades magnéticas. Se observó que el efecto de atraer pequeños trocitos de hierro era más pronunciado en ciertas zonas del imán llamadas polos magnéticos.
En 1269, Pierre de Maricourt, ingeniero militar al servicio de Carlos de Anjou y compañero de San Luis, en la primera cruzada, descubrió que si una aguja imantada se deja libremente en distintas posiciones sobre un imán natural esférico, se orienta a lo largo de líneas que, rodeando el imán, pasan por puntos situados en extremos opuestos a la esfera. Estos puntos fueron llamados polos del imán. También observó que los polos iguales de dos imanes se repelen entre sí y los polos distintos se atraen mutuamente. La carta dirigida en 1269 a un amigo (Epístola de magnete) supone el primer tratado científico sobre las propiedades del imán.
La utilización de una aguja imantada como brújula en la navegación, se remonta a la Edad Media, aunque el conocimiento de las propiedades de la brújula ya era conocido por los chinos varios siglos antes y llevado a occidente por los árabes. Si una varilla imantada se suspende libremente en un punto de la superficie de la Tierra, la varilla se orienta en la dirección Norte-Sur. Este hecho permitió distinguir los extremos de la varilla o polos magnéticos norte (N) y sur (S) y concluir que la propia Tierra se comporta como un gran imán. Se observó, asimismo, que la fuerza entre polos del mismo nombre es repulsiva, mientras que la fuerza entre polos de distinto nombre es atractiva. A diferencia de lo que sucede con las cargas eléctricas, los polos magnéticos siempre se presentan de dos en dos. No es posible tener un polo norte o un polo sur aislados y si se parte un imán para intentar separar sus polos, se obtienen dos imanes, cada uno de ellos con una pareja de polos norte y sur de igual intensidad. De estos experimentos se puede concluir que no existen monopolos magnéticos libres o que, al menos, hasta el momento no han sido encontrados.
William Gilbert (1544-1603), contemporáneo de Kepler y Galileo, llevó a cabo cuidadosos estudios de las interacciones magnéticas y publicó sus resultados en un libro, “De Magnete”, la primera descripción exhaustiva del magnetismo, publicada en 1600. Gilbert estudió medicina y llegó a ser un médico de prestigio, y en el año 1600 fue nombrado médico personal de la reina Isabel I de Inglaterra, aunque no debió ser muy bueno en ese cometido, pues la reina falleció casi inmediatamente. El único legado personal que dejó la reina antes de morir, fue una suma de dinero para William Gilbert, con la cual éste pudo continuar sus estudios sobre magnetismo. En sus estudios Gilbert concluyó que la Tierra puede considerarse como un imán gigante, con sus polos situados cerca de los polos norte y sur geográficos.
El magnetismo era uno de los ejemplos preferidos de los magos para probar la existencia de cualidades ocultas. Gilbert llegó a comparar los efectos de los imanes con los del alma, mientras que para René Descartes (1596-1650) el magnetismo era un torrente de corpúsculos, que salían del cuerpo magnético y que tenían forma de tornillos de rosca derecha o izquierda, por lo que, dependiendo de la forma, harían que los objetos a los que se acercaran se movieran hacia el imán o se alejaran del mismo.
En el siglo XVIII, por analogía con la electricidad, se supuso la existencia de dos fluidos magnéticos. Coulomb estudió las fuerzas entre polos magnéticos y propuso la ecuación de la fuerza entre polos magnéticos semejante a la fuerza electrostática entre cargas eléctricas y la fuerza gravitatoria entre masas gravitatorias. La ley que rige las fuerzas de atracción y repulsión entre las cargas eléctricas y los polos magnéticos, fue publicada en 1785 en un trabajo titulado "Segunda memoria sobre la electricidad y el magnetismo". Como había hecho Gilbert casi doscientos años antes y Tales de Mileto dos mil años antes, Coulomb consideró que los fenómenos eléctricos y magnéticos eran diferentes, puesto que, a pesar de la estrecha analogía que parecía existir entre ellos, los experimentos indicaban que los polos magnéticos y las cargas eléctricas (entonces sólo en reposo) no interactuaban entre sí. Una de las figuras claves en el desarrollo del magnetismo (y en el de otros muchos campos de la ciencia) es Karl Friedrich Gauss (1777-1855) que estableció el primer Observatorio Magnético en Gotinga e inició en él, observaciones continuas sobre el magnetismo terrestre y desarrolló en 1832 el primer magnetómetro.
El físico escoces James Clerk Maxwell, desarrolló las ideas de Faraday en un formalismo matemático, que demostró que los campos electromagnéticos pueden propagarse en el espacio como ondas y, a la vez, descubriendo que la luz es una onda electromagnética. Las ecuaciones de Maxwell son las, comercialmente, más importantes que conocemos, porque no sólo rigen el funcionamiento de todo, desde las instalaciones domésticas hasta los ordenadores, sino que son aplicables a todo el universo.
En algún tiempo se dijo que las ecuaciones de Maxwell, especificaban la velocidad de la luz con respecto a un medio llamado éter aluminífero, que era el nombre que le había dado Aristóteles a la sustancia que, según creía él, llenaba todo el universo más allá de la esfera terrestre, hipótesis, que en el siglo veintiuno es completamente obsoleta, porque decía que: todo el espacio está ocupado por un medio invisible e intangible, el éter, en el que se propagan las ondas de la luz y en el que se mueven los cuerpos celestes. La suposición de un plano espacial de éter aluminífero, en lugar de un vacío espacial, proporcionó el medio teórico requerido por las teorías de ondas de la luz. La hipótesis del éter, fue el tema de considerable debate a lo largo de su historia, ya que requería la existencia de un material invisible e infinito, sin interacción con los objetos físicos. A medida que se exploraba la naturaleza de la luz, especialmente en el siglo xix, las cualidades físicas requeridas de un éter se volvían cada vez más contradictorias. A fines del siglo xix, se cuestionaba la existencia del éter, aunque no existía una teoría física que lo reemplazara.
El resultado negativo del experimento de Michelson-Morley (1887) sugirió que el éter no existía, un hallazgo que se confirmó en experimentos posteriores hasta la década de 1920. Esto llevó a un considerable trabajo teórico para explicar la propagación de la luz sin un éter. Un avance importante fue la teoría de la relatividad, que podría explicar por qué el experimento no pudo ver el éter, pero se interpretó de manera más amplia para sugerir que no era necesario. El experimento de Michelson-Morley, junto con el radiador de cuerpo negro y el efecto fotoeléctrico, fue un experimento clave en el desarrollo de la física moderna, que incluye tanto la relatividad como la teoría cuántica, la última de las cuales explica la naturaleza ondulatoria de la luz.
Las teorías del éter lumínico y del bosón de Higgs, son dos teorías nacidas de las limitaciones tecnológicas de los seres humanos en diferentes épocas, la teoría del éter, nacida en la época de Aristóteles, llegó para explicar con una falsa ilusión, los fenómenos que no podían explicar los científicos de ese tiempo y la teoría del bosón de Higgs, llegó cuando los científicos profundizaron tanto en los conocimientos, hasta el punto de descubrir que el universo es un ilimitado mar de energía, en el que no existe la materia como nosotros la percibimos. Solamente existe una cantidad de energía sin limitaciones, que no se crea ni se destruye, ordenada por una sabiduría suprema, integral y colectiva, de la que el ser humano en su proceso evolutivo hace parte vital. El lector entenderá la importancia de este recorrido por la electricidad y los campos magnéticos, cuando sea consciente de que las emociones humanas crean y genera un campo magnético muy real, que irradia el exterior de nosotros y los otros seres vivos y el resto del universo están en sintonía permaente con el campo de nuestra influencia desiciva, porque lo que hacemos a nivel individual, afecta el entorno global. Pero observemos qué dice la teoría del bosón de Higgs, o teoría de la partícula de Dios, para que al final podamos comprender la grandiosidad del ser humano.
El bosón de Higgs o partícula de Higgs, es una partícula elemental, propuesta en el modelo estándar de física de partículas. Recibe su nombre en honor a Peter Higgs, quien, junto con otros, propuso en 1964 el hoy llamado mecanismo de Higgs para explicar el origen de la masa de las partículas elementales (Esa masa que nosotros percibimos como la materia real, y que, desesperadamente, tratamos de explicar, porque nos negamos a aceptar que nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos y hasta el perro de hogar, sólo sean unos hermosos pensamientos de nuestra evolutiva y poderosa conciencia. El bosón de Higgs constituye el cuanto del campo de Higgs (la más pequeña excitación posible de este campo). Según el modelo propuesto, no posee espín, carga eléctrica o color. Es muy inestable y se desintegra rápidamente; su vida media es del orden del zeptosegundo. En algunas variantes del modelo estándar puede haber varios bosones de Higgs.
La existencia del bosón de Higgs y del campo de Higgs asociado, sería el más simple de varios métodos del modelo estándar de física de partículas, que intentan explicar la razón de la existencia de masa en las partículas elementales. Esta teoría sugiere que un campo impregna todo el espacio y que las partículas elementales que interactúan con él, adquieren masa, mientras que las que no interactúan con él no la tienen. En particular, dicho mecanismo justifica la enorme masa de los bosones vectoriales W y Z, como también la ausencia de masa de los fotones. Tanto las partículas W y Z como el fotón, son bosones sin masa propia. Los primeros muestran una enorme masa porque interactúan fuertemente con el campo de Higgs, y el fotón no muestra ninguna masa porque no interactúa en absoluto con el campo de Higgs. Teoría que trata de explicar la vida biológica y el por qué los fotones, en los cuerpos con impulso vital, presentan una masa constante y el por qué, cuando desaparece el pensamiento, esos mismos fotones se disuelven en su energía primaria y desaparecen de nuestra visión periférica.
El supuesto bosón de Higgs, ha sido objeto de una larga búsqueda en la física de partículas, por esos mismos físicos teóricos que habían enterrado en pleno siglo veintiuno a la filosofía.
“El 4 de julio de 2012, el CERN anunció la observación de una nueva partícula «consistente con el bosón de Higgs»; pero se necesitaría más tiempo y datos para confirmarlo. El 14 de marzo de 2013, el CERN, con dos veces más datos de los que disponía en su anuncio del descubrimiento en julio de 2012, se encontró que la nueva partícula se asemejaba aún más al bosón de Higgs. La manera en que interactúa con otras partículas y sus propiedades cuánticas, junto con las interacciones medidas con otras partículas, indican fuertemente que es un bosón de Higgs. Todavía permanece la cuestión de si es el bosón de Higgs del modelo estándar, o quizás el más liviano de varios bosones predichos en algunas teorías que van más allá del modelo estándar”.
El 8 de octubre de 2013, en uno de los más grande de los errores cometidos por la ciencia, en el último siglo, se concedió a Peter Higgs, junto a François Englert, el Premio Nobel de Física «por el descubrimiento teórico, de un mecanismo que contribuye a nuestro entendimiento del origen de la masa de las partículas subatómicas, y que recientemente fue confirmado gracias al supuesto descubrimiento de la predicha partícula fundamental por los experimentos ATLAS y CMS en el Colisionador de Hadrones del CERN».
Pero hagamos un poquito de historia, para que conozcamos cómo fue que los científicos llegaron a la postulación de semejante error, solamente comparable, en toda la historia de la ciencia, con el error cometido en los tiempos de Aristóteles cuando se postuló ese vergonzoso error llamado éter lumínico. Los físicos de partículas sostienen que la materia está hecha de partículas fundamentales, cuyas interacciones están mediadas por partículas de intercambio conocidas como partículas portadoras. A comienzos de la década de 1960 se habían descubierto o propuesto un número de estas partículas, junto con las teorías que sugieren cómo se relacionaban entre sí, sin embargo, era conocido que estas teorías estaban incompletas. Una omisión era que no podían explicar los orígenes de la masa como una propiedad de la materia, esa misma masa que nosotros podemos hacer realidad con nuestro libre albedrío, cuando concebimos la idea de tener un hijo, o cuando reproducimos a nuestro antojo una serie innumerable de animales o vegetales. El teorema de Goldstone, relacionado con la simetría continua dentro de algunas teorías, también parecía descartar muchas soluciones obvias.
“El mecanismo de Higgs es un proceso mediante el cual los bosones vectoriales pueden obtener masa invariante, sin romper explícitamente la invariancia de gauge. La propuesta de ese mecanismo de ruptura espontánea de simetría, fue sugerida originalmente en 1962 por Philip Warren Anderson y, en 1964, desarrollada en un modelo relativista completo de forma independiente y casi simultáneamente por tres grupos de físicos: por François Englert y Robert Brout; Las propiedades del modelo fueron adicionalmente consideradas por Guralnik en 1965 y Higgs en 1966. Los papeles mostraron que cuando una teoría de gauge se combina con un campo adicional, que rompe espontáneamente la simetría del grupo, los bosones de gauge pueden adquirir consistentemente una masa finita. En 1967, Steven Weinberg y Abdus Salam fueron los primeros en aplicar el mecanismo de Higgs a la ruptura de la simetría electrodébil y mostraron cómo un mecanismo de Higgs, podría incorporarse a la teoría electrodébil de Sheldon Glashow, en lo que se convirtió en el modelo estándar de física de partículas”.
“Los tres artículos escritos en 1964 fueron reconocidos como un hito durante la celebración del aniversario 50 de la Physical Review Letters. Sus seis autores también fueron galardonados por su trabajo con el Premio de J. J. Sakurai para física teórica de partículas (el mismo año también surgió una disputa; en el evento de un Premio Nobel, hasta 3 científicos serían elegibles, con 6 autores acreditados por los artículos). Dos de los tres artículos del PRL (por Higgs y GHK) contenían ecuaciones para el hipotético campo, que eventualmente se conocería como el campo de Higgs y su hipotético cuanto, el bosón de Higgs. El artículo subsecuente de Higgs, de 1966, mostró el mecanismo de decaimiento del bosón; solo un bosón masivo puede decaer y las desintegraciones pueden demostrar el mecanismo”.
“En el artículo de Higgs, el bosón es masivo, y en una frase de cierre Higgs escribe que una característica esencial de la teoría "es la predicción de multipletes incompletos de bosones escalares y vectoriales". En el artículo de GHK el bosón no tiene masa y está desacoplado de estados masivos. En los exámenes de 2009 y 2011, Guralnik afirma que en el modelo GHK, el bosón es solo en una aproximación de orden más bajo, pero no está sujeta a ninguna restricción y adquiere masa a órdenes superiores y agrega que el artículo de GHK fue el único en mostrar que no hay ningún bosón de Goldstone, sin masa, en el modelo y en dar un completo análisis del mecanismo general de Higgs”.
“Además de explicar cómo la masa es adquirida por bosones de vector, el mecanismo de Higgs también predice la relación entre las masas de los bosones W y Z, así como sus acoplamientos entre sí y con el modelo estándar de quarks y leptones. Posteriormente, muchas de estas predicciones han sido verificados por precisas mediciones en los colisionadores LEP y SLC, confirmando abrumadoramente que algún tipo de mecanismo de Higgs tiene lugar en la naturaleza”. Pero aún no se ha descubierto la manera exacta por la que sucede, porque eso sería como explicar ¿por qué sucede la vida?... Se espera que los resultados de la búsqueda del bosón de Higgs, proporcione evidencia acerca de cómo se realiza esto en la naturaleza, para tener más claridad de cómo se origina el mágico impulso de la vida.
En la actualidad, prácticamente todos los fenómenos subatómicos conocidos se explican mediante el modelo estándar, una teoría ampliamente aceptada sobre las partículas elementales y las fuerzas entre ellas. Sin embargo, en la década de 1960, cuando dicho modelo aún se estaba desarrollando, se observaba una contradicción aparente entre dos fenómenos; por un lado, la fuerza nuclear débil entre partículas subatómicas, podía explicarse mediante leyes similares a las del electromagnetismo (en su versión cuántica); dichas leyes implican que las partículas que actúen como intermediarias de la interacción, como el fotón en el caso del electromagnetismo y las partículas W y Z en el caso de la fuerza débil, deben ser no masivas. Sin embargo, sobre la base de los datos experimentales, los bosones W y Z, que entonces solo eran una hipótesis, debían ser masivos. El segundo punto se explica con la Cromodinámica cuántica, que es la fuerza nuclear fuerte que queda explicada como interacciones fuertes entre cuarks en la cromodinámica cuántica, formulada por Fritzsch, Gell-Man, Leutwyler, y luego por t'Hooft y otros. Esta teoría supone tres "cargas fuertes" como fuente de las fuerzas.
“El modelo estándar quedó finalmente constituido, haciendo uso del mecanismo de Higgs. En particular, todas las partículas masivas que lo forman interaccionan con este campo, y reciben su masa de él. Hasta la década de 1980, no se pudo realizar ningún experimento en el que se utilizase la energía necesaria para comenzar a buscar dicho bosón, dado que la masa que se estimaba que podría tener era demasiado alta (unos cientos de veces la masa del protón)”.
El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del CERN en Ginebra, Suiza, inaugurado en 2008 y cuyos experimentos empezaron en 2010, se construyó con el objetivo principal de encontrarlo, probar la existencia del bosón de Higgs y medir sus propiedades, lo que permitiría a los físicos confirmar esta piedra angular de teoría moderna. Anteriormente también se intentó en el previo del CERN) y en el Tevatron (de Fermilab, situado cerca de Chicago en Estados Unidos). Procedimientos demasiado complicados cuando la naturaleza ha demostrado un funcionamiento elegante y sencillo.
Es necesario mostrarle a todos los lectores de este libro, el ridículo ejercicio que han hecho los científicos en pleno siglo veintiuno, tratando de capturar o de individualizar una supuesta partícula de dios, que sólo es producto de su imaginación, al igual que los diferentes dioses que han inventado en medio de su ignorancia y de su soledad a través de la relatividad del tiempo. Dioses e ignorancia que no le han permitido, al ser humano, observar en su interior, para descubrir su propia grandiosidad.
“Antes del año 2000, los datos recogidos en el Large Electron-Positron collider (LEP) en el CERN para la masa del bosón de Higgs del modelo estándar, habían permitido un límite inferior experimental de 114.4 GeV/c2 con un nivel de confianza del 95% (CL). El mismo experimento ha producido un pequeño número de eventos, que podrían interpretarse como resultantes de bosones de Higgs con una masa de alrededor de 115 GeV, justo por encima de este corte, pero el número de eventos fue insuficiente para sacar conclusiones definitivas”.
“En el Tevatrón del Fermilab, también hubo experimentos en curso buscando el bosón de Higgs. A partir de julio de 2010, los datos combinados de los experimentos del CDF y el DØ en el Tevatron eran suficientes para excluir al bosón de Higgs en el rango de 158 -175 GeV/c2 al 95% de CL. Resultados preliminares a partir de julio de 2011 extendieron la región excluida para el rango de 156-177 GeV/c2 al 95% de CL”.
“La recopilación de datos y análisis en la busca del bosón de Higgs se intensificaron desde el 30 de marzo de 2010, cuando el LHC comenzó a operar en 3,5 TeV. Resultados preliminares de los experimentos ATLAS y CMS del LHC, a partir de julio de 2011, excluyen un bosón de Higgs de modelo estándar en el rango de masa 155-190 GeV/c2 y 149-206 GeV/c2, respectivamente, en el 95% CL”.
“A partir de diciembre de 2011 la búsqueda se había estrechado aproximadamente a la región de 115–130 GeV con un enfoque específico alrededor de 125 GeV, donde tanto el experimento del ATLAS y el CMS informan, independientemente, de un exceso de eventos. Esto significaba que, en este rango de energía, se detectaron, en un número mayor que el esperado, patrones de partículas compatibles con la desintegración de un bosón de Higgs. Los datos eran insuficientes para mostrar si estos excesos se debían a fluctuaciones de fondo (es decir, casualidad aleatoria u otras causas), y su significado estadístico no era lo suficientemente grande como para sacar conclusiones o ni siquiera para contar formalmente como una "observación". Pero el hecho de que dos experimentos independientes habían mostrado excesos alrededor de la misma masa, entusiasmó considerablemente la comunidad de la física de partículas”.
“El 22 de diciembre de 2011, la colaboración de DØ también reportó limitaciones sobre el bosón de Higgs dentro del modelo estándar mínimamente supersimétrico (MSSM), una extensión del modelo estándar. Colisiones protón-antiprotón (pp) con una energía de masa de 1,96 TeV les había permitido establecer un límite superior para la producción del bosón de Higgs dentro de MSSM desde 90 hasta 300 GeV y excluyendo tan β > 20-30 para masas del bosón de Higgs, por debajo de 180 GeV (tan β es la relación de los dos valores de la expectativa del vacío del doblete de Higgs)”.
“Por todo esto, a finales de diciembre de 2011, se esperaba que el LHC pudiera proporcionar datos suficientes para excluir o confirmar la existencia del bosón de Higgs del modelo estándar, para finales de 2012, cuando se hubiera examinado la colección de datos de 2012 (en energías de 8 TeV)”.
“Durante la primera parte de 2012, los dos grupos de trabajo del LHC continuaron con las actualizaciones de los datos tentativos de diciembre de 2011, que en gran medida se estaban confirmando y desarrollando aún más. También estuvieron disponibles actualizaciones en el grupo que estaba analizando los datos finales desde el Tevatrón. Todo esto continuó para resaltar y estrechar la misma región de 125 GeV, que estaba mostrando características interesantes”.
“El 2 de julio de 2012, la colaboración del ATLAS publicó análisis adicionales de sus datos de 2011, excluyendo los rangos de masas del bosón desde 111,4 GeV a 116,6 GeV, 119.4 GeV a 122.1 GeV, y 129.2 GeV a 541 GeV. Observaron un exceso de eventos correspondiente a las hipótesis de masas del bosón de Higgs de alrededor de 126 GeV con un significado local de sigma 2,9. En la misma fecha, las colaboraciones del DØ y el CDF anunciaron más análisis, que aumentaron su confianza. El significado de los excesos de energías entre 115–140 GeV se cuantificó como de desviaciones estándar de 2,9, correspondiente a una probabilidad de 1 en 550 de ser debido a una fluctuación estadística. Sin embargo, esto todavía quedó lejos de la confianza de sigma 5. Por tanto, los resultados de los experimentos LHC son necesarios para establecer un descubrimiento. Ellos excluyen los rangos de la masa de Higgs de 100–103 y 147–180 GeV”.
“En una nota interna del CERN, del 21 de abril de 2011, se contextualizaba el rumor de que los físicos del LHC habían detectado por primera vez el bosón de Higgs”.
“La nota interna habla de la observación de una resonancia en los 125 GeV, justo la clase de fenómeno que se esperaría detectar si se hubiera encontrado un bosón de Higgs en ese rango de energía. Sin embargo, el elevado número de eventos observados, hasta treinta veces más de los predichos en el modelo estándar de física de partículas, sorprendía a los propios investigadores”.
“A finales de 2011, dos de los experimentos llevados a cabo en el LHC aportaron indicios de la existencia del bosón”.
El 22 de junio de 2012 el CERN anunció un seminario cubriendo las conclusiones provisionales para ese mismo año, y poco después comenzaron a difundirse, en los medios de comunicación, rumores de que esto incluiría un anuncio importante, pero no estaba claro si se trataba de una señal más fuerte o de un descubrimiento formal.
“El 4 de julio de 2012 fueron presentados por el CERN, con la presencia de varios científicos, incluyendo al propio teórico del tema Peter Higgs, los resultados preliminares de los análisis conjuntos de los datos tomados por el LHC en 2011 y 2012 en los dos principales experimentos del acelerador (ATLAS y CMS). El CMS anunció el descubrimiento de un bosón con masa 125.3 ± 0.6 GeV/c2 a una significación estadística de sigma 4,9, y el ATLAS de un bosón con masa 126.5 GeV/c2 de sigma 5. Esto cumple con el nivel formal necesario para anunciar una nueva partícula que es "consistente con" el bosón de Higgs”.
“El estudio de las propiedades y características, de la nueva partícula, necesita aún más tiempo para poder confirmar si, realmente, se trata del bosón de Higgs del modelo estándar o uno de los bosones de Higgs, que predicen las teorías supersimétricas o si se trata de una nueva partícula desconocida. Se espera que los datos recopilados en el Gran Colisionador de Hadrones del CERN, puedan esclarecer la naturaleza de este nuevo bosón”.
Es increíble la confusión que se ha generado en torno a lo que los seres humanos percibimos como materia, y los científicos, cuando descubrieron, en el análisis profundo de los cuerpos, que ninguna de las partículas poseía materia, aceptaron la teoría del bosón de Higgs y del campo de Higgs asociado, porque sería el más simple de varios métodos del modelo estándar de física de partículas, que intentan explicar la razón de la existencia de masa en las partículas elementales. Esta teoría sugiere que un campo impregna todo el espacio y que las partículas elementales, que interactúan con él, adquieren masa, mientras que las que no interactúan con él no la tienen. Originalmente se trataba de aceptar un campo de atracción, que diera origen a la masa de los cuerpos, que no se puede explicar desde la física profunda, porque ninguna de las partículas fundamentales posee masa, y terminaron buscándole masa a la supuesta partícula de un dios imaginario. El campo de Higgs se originó tratando de explicar, bajo el determinismo científico en la cuarta dimensión del tiempo y del espacio (sin todavía poder aceptar la teoría de la relatividad general de Albert Einstein), tratando de interpretar ese fenómeno que crea el impulso de vida y que origina la materia como nuestros sentidos la perciben, y eso sería lo mismo que tratar de determinar cuáles son los fenómenos fisicoquímicos que originan el pensamiento o tratar de construir una red microscópica para capturar una idea.
Es necesario dejar esa teoría en la que todo un campo es impregnado por una sustancia o fuerza, que nadie puede probar y que nos obliga a recordar ese famoso error de la ciencia al que llamaron éter aluminífero, porque un 30 de junio, pero de 1905, un desconocido físico de 26 años publicaba en la prestigiosa revista Annalen der Physik, un artículo "Sobre la Electrodinámica de los Cuerpos en Movimiento", el cual haría temblar los cimientos de la ciencia newtoniana. Era el inicio de lo que se conocería como la Teoría de la Relatividad Especial y el joven, por supuesto, nada menos que Albert Einstein, quien por esa entonces era un 'simple' empleado de la oficina de patentes de Berna, en Suiza. Este artículo sería uno de los 4 publicados por Einstein en ese mismo año, de 1905 y por los cuales hoy se le denomina el "Annus Mirabilis". En este artículo hizo la hipótesis de que las leyes de la física y, en especial, la velocidad de la luz en el vacío, deben parecer las mismas a todos los observadores que se muevan en movimientos uniformes. Este pensamiento revolucionó nuestros conceptos de, espacio – tiempo, de la siguiente manera, supongamos que un hombre rebota un balón de futbol dentro de un tren supersónico, el hombre al interior del tren observa que el balón rebota en el mismo sitio, pero el hombre que lo observa desde la acera observa que el balón rebota en sitios diferentes y equivalentes al desplazamiento de la distancia entre un rebote y otro, con la velocidad del tren. Supongamos ahora que los dos hombres observan un rayo de luz que sale desde la cola del tren hasta la cabina, de la misma forma que en el ejercicio anterior, no estarán de acuerdo en la distancia que la luz ha recorrido desde su emisión en la cola del tren, hasta su llegada en la cabina del mismo. Como la definición de velocidad es: la dista sobre el tiempo, eso significa que si están de acuerdo en la velocidad con la que viaja el rayo de luz, no estarán de acuerdo con el tiempo entre la salida y la llegada del rayo, porque la distancia del hombre que está en el suelo es mayor, fue de esa manera que Albert Einstein llegó a la conclusión lógica, de que las medidas del tiempo transcurrido, así como las de la distancia, dependen del observador. Ese fenómeno es la base de la teoría de la relatividad especial, que nos dice que el tiempo y el espacio son relativos.
Es muy interesante saber que los seres biológicos, en reposo, envejecen más rápido que los mismos seres que avanzan a grandes velocidades. Esa teoría, de Albert Einstein, demostró de forma experimental que ni el tiempo ni el espacio son absolutos, a diferencia de lo que, hasta ese momento, creía toda la humanidad. Cada ser tiene su propia medida del tiempo y los tiempos medidos, del sujeto que duerma en una cámara hiperbárica o del sujeto que viaja en una nave a grandes velocidades, son diferentes a los del campesino que medita con tranquilidad en la cumbre de las montañas antioqueñas. Todo esto sucede en la cuarta dimensión del tiempo matemático que destrozó Einstein con la teoría de la relatividad, ¿pero qué sucedió cuando el campesino con experimentos sencillos descubrió la quinta dimensión sin relativos y, con la fuerza del pensamiento, empezó a viajar hacia adelante y hacia atrás en el tiempo?... Sencillo procedimiento que todos podemos aprender en el libro “La religión de los inteligentes” que lo encontramos de forma gratuita en google, digitando la página del autor jorgesotobuiles.es.tl en la que hallarán un menú con todas sus obras.
Albert Einstein descubrió que la velocidad de la luz es constante para todos los observadores y Maxwell, con su teoría de electricidad y magnetismo, nos da a conocer que el tiempo y el espacio no pueden ser considerados separadamente, porque han originado la cuarta dimensión de futuro y pasado, además de las tres dimensiones donde se aplican las teorías de Newton, derecha izquierda, adelante atrás y arriba abajo.
Esta cuarta dimensión trajo nuevas preguntas, porque, según la antigua gravedad de Newton, en cada segundo del tiempo, los objetos son atraídos entre sí, por la fuerza de la gravedad que depende de la distancia entre ellos, en ese segundo o fracción del tiempo, pero la teoría de la relatividad anuló el concepto de tiempo absoluto, de manera que no hay manera de medir el tiempo y la distancia entre las masas y fue por ese insignificante detalle que, en los próximos once años, Albert Einstein desarrolló una nueva teoría de la gravedad, a la que llamó “Relatividad general” y ya todos sabemos lo apasionante que nos ha resultado “la teoría de la relatividad general de Einstein”, que nos lanzó hacia la quinta dimensión y ha traído conceptos como agujeros negros, curvatura del espacio-tiempo, expansión del universo, conos de luz, ondas gravitacionales, agujeros de gusanos, viajes al futuro y demás. Tanto que niños, jóvenes y adultos, ya se interesan por estas ideas y siempre están pendientes, preguntando cada vez más sobre el tema.
Por otro lado, “la teoría de la gravedad de Newton” supo explicar el fenómeno de las mareas, de los equinoccios, el movimiento de los cuerpos celestes, los viajes espaciales, la caída de los objetos a la tierra, el descubrimiento de los planetas Urano, Neptuno y Plutón, y mucho más. ¿Qué tal si repasamos algunos de los puntos clave de cada teoría?
La teoría de la gravedad de Newton es una teoría matemática bella, pero sencilla y fácil de manejar. En esencia, según sus postulados, los objetos se atraen de acuerdo a su masa y la distancia entre sus centros: si la distancia aumenta, la fuerza disminuye, y si la masa aumenta, la fuerza es más intensa. En consecuencia, cuando la teoría de Newton predice que la fuerza aumenta con la masa, aunque es una realidad, encuentra su límite de acción en ella misma, pues en objetos súpermasivos la teoría de newton ya no hace predicciones exactas.
La teoría de la gravedad de Albert Einstein o teoría de la relatividad general, igualmente es una teoría matemática muy complicada, su explicación más sencilla es que la materia y el espacio trabajan en un dúo, en el cual el espacio cede el camino por el que debe pasar la materia y la materia dirige ese camino distorsionando el espacio mediante un campo de fuerza intenso. Y como a los seres humanos todavía nos falta un largo recorrido en la evolución de nuestras conciencias, esta teoría de forma errónea, (porque hasta el más grande de los pensadores que ha dado la humanidad, se ha dejado influenciar por los científicos que manejaban el poder de las instituciones y tuvo que cambiar su teoría inicial de un universo eterno y sin límites, y tuvo que aceptar el concepto generalizado, de principio y fin, que nos ha mostrado nuestro nacimiento y nuestra muerte, sin tener en cuenta la continuidad del puente evolutivo entre padres e hijos, que es el verdadero camino de la evolución de nuestro pensamiento), predice que el universo nació en un punto infinitesimalmente pequeño, que tiene por nombre “una singularidad” en el Big Bang; solo que a esa escala, esta teoría también encuentra su límite de acción, pues a escalas pequeñísimas la realidad corresponde al dominio de la teoría cuántica. Así la teoría relativista no puede decir qué paso antes de la supuesta gran explosión o qué pasa en el interior de un agujero negro.
Aunque la teoría de la relatividad general de Einstein es fascinante, su complejidad al profundizar en la cuarta y en la quinta dimensión, hace que, de momento, sea poco usual para fines tecnológicos y muchos dicen, que esta teoría destronó a la de la gravedad Newtoniana. Incluso en documentales se puede escuchar este pensamiento, realmente avanzado, ya que las misiones espaciales y colocación de satélites, son realizadas con proyectos cuyos cálculos utilizan la ley de la gravedad de Newton y sus leyes del movimiento, que funcionan de manera aceptable en la tercera y cuarta dimensión.
El trabajo de Einstein no es incorrecto, sino que la teoría de la gravedad de Newton, es igualmente correcta para la tercera dimensión sin relativos, pues todos los viajes espaciales y construcción de las aeronaves, barcos, autos y maquinaria, entre otros, se basan en las teorías de Newton. Lo que sí es un grave error, es no explicarles a los estudiantes, que Newton no estaba equivocado, porque sus teorías funcionan perfectamente en la tercera y cuarta dimensión de la tierra; fenómenos muy distintos a los que suceden en la quinta dimensión, porque son dos escenarios completamente diferentes.
Es necesario analizar con detenimiento cada una de las teorías de la gravedad, para poder entenderlas y comprender cómo es que nos han revelado la cuarta y la quinta dimensiones del universo. El gran Isaac Newton, fue uno de esos primeros físicos, que buscaron encontrar una explicación absoluta sobre la fuerza de gravedad, por supuesto, mucho después de los primeros acercamientos que se dieron con la gloriosa civilización de la Antigua Grecia. Sin embargo, aunque los esfuerzos de Newton fueron más que notables y aunque permitieron explicar el movimiento de los planetas mediante sus fórmulas, había otros sucesos, como el caso del planeta Mercurio, que no se ajustaban completamente a las predicciones de estos cálculos.
Albert Einstein formuló su razonamiento basándose en su teoría de que nada puede viajar más rápido que la luz. Por lo tanto se imaginaba la siguiente escena: el Sol emite su luz y esta nos llega a nosotros unos 8 minutos después, esto por la distancia que nos separa, la cual es de aproximadamente unos 150 millones de kilómetros. Ahora, supongamos que el Sol repentinamente desaparece. Es curioso saber que si esto ocurriese, en la Tierra todavía tendríamos 8 minutos de luz antes de que los últimos rayos del Sol lleguen a nuestro planeta. Sin embargo, Isaac Newton afirmaba que la gravedad era una fuerza instantánea, por lo tanto, al momento de desaparecer el sol, la fuerza de gravedad que mantiene a la Tierra girando alrededor del Sol desaparecería, por lo que ésta saldría disparada mucho antes de que la luz del sol pudiera llegar a tocar la Tierra, pero eso estaba en contra de la idea de que nada puede viajar más rápido que la luz. Einstein, tras muchas horas de insomnio, llegó a una genial explicación que es la siguiente: la gravedad, cuya presencia estaba presente en todos lados donde existiera un cuerpo, no se trataba de una fuerza en sí, sino de geometría, la presencia de un cuerpo en el espacio deformaba el “espacio-tiempo” y era esta deformación, lo que atraía a los cuerpos entre ellos.
Para poder entender un poco más este concepto, imaginemos el siguiente experimento. En un aro en el cual hemos colocada una tela elástica, hacemos rodar una pequeña pelota de una extremo a otro, el cual pasa sin ningún problema en línea recta. Sin embargo, si ahora colocamos un objeto pesado como una bola de metal en el centro de este aro, la tela se deforma alrededor de él, formando una curvatura que es más notoria entre más cerca está de esta bola de metal. Ahora, si volvemos a hacer rodar la pelotita, veremos que esta se desvía de su trayectoria recta debido a la curvatura formada por la bola de metal. Pues esto es lo que dedujo Einstein: el espacio y el tiempo son deformados ante la presencia de una masa, y se crea el fenómeno de la atracción gravitacional; de lo que se puede deducir, después de conocer “El absolutismo físico y filosófico (M)” que el espacio y el tiempo son deformados ante la poderosa fuerza de un pensamiento.
Si el espacio y el tiempo se curvan, y siendo la tierra un circulo, no podemos seguir diciendo que la menor distancia en la quinta dimensión es una recta como en la geometría Euclidiana de la tercera dimensión, y debemos empezar a hablar de la línea geodésica, que se define como la línea de mínima longitud que une dos puntos en una superficie dada, y está contenida en esta superficie. El plano osculador de la geodésica es perpendicular en cualquier punto al plano tangente a la superficie. Las geodésicas de una superficie son las líneas "más rectas" posibles (con menor curvatura) fijado un punto y una dirección dada sobre dicha superficie. Más generalmente, se puede hablar de geodésicas en "espacios curvados" de quinta dimensión, llamados variedades riemannianas en donde, si el espacio contiene una métrica natural, entonces las geodésicas son (localmente) la distancia más corta entre dos puntos en el espacio. Un ejemplo físico, de variedad semiriemanniana es el que aparece en la teoría de la relatividad general, que establece que las partículas materiales se mueven a lo largo de geodésicas temporales del espacio-tiempo curvo.
El término "geodésico" proviene de la palabra geodesia, la ciencia de medir el tamaño y forma del planeta Tierra; en el sentido original, fue la ruta más corta entre dos puntos sobre la superficie de la Tierra, específicamente, el segmento de un círculo máximo.
El 25 de noviembre de 1915 Albert Einstein presentó una innovadora y revolucionaria fórmula matemática que podía cambiarlo todo.
En plena Primera Guerra Mundial, y solo tres años después de que se hundiera el «insumergible» Titanic, presentaba la Teoría General de la Relatividad. Su principal cometido era describir cómo el espacio y el tiempo no eran entidades rígidas, sino que estaban vivas como unos poderosos pensamientos. En concreto, Einstein sostenía que constituían una nueva entidad conocida como espacio-tiempo, y que esta podía ser deformada por la gravedad y por la velocidad. Cuantas más intensas fueran estas magnitudes, más podía deformarse ese espacio-tiempo. Por eso, los segundos y los metros ya no medían lo mismo en todas partes, sino que eran relativos (a la velocidad y a la gravedad).
«Esta fórmula era la culminación de una década de trabajo. En 1905 había inventado el concepto de espacio-tiempo (en la Teoría de la Relatividad Especial), pero en 1915 dijo cómo la gravedad podía deformar ese espacio-tiempo. Hoy en día, los revolucionarios postulados de Albert Einstein han pasado muchas pruebas, y tienen importancia para varias aplicaciones cotidianas, «Si los GPS no tuvieran en cuenta la relatividad del tiempo, debida a la velocidad de los satélites y a su altura en el campo gravitacional de la Tierra, los relojes atómicos de su interior perderían la calibración», porque «Al cabo de un día, acumularían un error de kilómetros y dejarían de ser útiles». El motivo es que, el tiempo y el espacio en la superficie de la Tierra y en un satélite, están sometidos a distintas velocidades y a distintas intensidades en el campo gravitatorio. Por ello, no son iguales y el GPS se desajusta. Otro ejemplo de la aplicación de las teorías de Einstein lo observamos en «Las televisiones antiguas, que usan tubos de rayos catódicos, que son pequeños aceleradores de partículas que hacen que los electrones choquen contra una pantalla. Estos electrones van muy rápido (al 30% de la velocidad de la luz), así que hay que diseñar imanes para dirigirlos que tengan en cuenta las fórmulas de la relatividad». Sin Einstein, estas teles no funcionarían. «Todo lo que tenga que ver con la energía nuclear, como las bombas atómicas, los reactores nucleares o la radiactividad, está relacionado con la famosa ecuación de Einstein (E=mxc2); estos procesos implican cambios de masa en los núcleos, que se traducen en cambios de energía». «Todo lo que tenga que ver con los campos magnéticos, está explicado por un efecto relativista. Estos campos ya se habían descrito antes, pero después entendimos que es la relatividad la que explica el magnetismo en realidad». «En las capas altas de la atmósfera, los rayos cósmicos galácticos generan unas partículas que se llaman muones, que son como electrones pero más pesados. Si tuvieras uno en la palma de la mano, verías que se desintegra en un microsegundo. Desde la parte de arriba de la atmósfera tardarían más en llegar al nivel del mar, así en teoría, antes de llegar ya se habrían desintegrado. Y, sin embargo, se detectan muones. La razón es que van tan rápido que su reloj interno dilata el tiempo, así que los muones viajan al futuro» y ese fenómeno nos muestra la posibilidad que tenemos de avanzar o retroceder en el tiempo; un ejercicio muy sencillo que se da cuando nuestra conciencia evoluciona y nos permite ser como un muon en la quinta dimensión.
Después de lograr probar que la velocidad o la comprensión de una partícula, dilata o contrae el tiempo, para viajar hacia adelante o hacia atrás, en las diferentes dimensiones del universo, es inaudito que la gran mayoría de los científicos, sigan considerando aceptable el modelo del Big Bang, que, supuestamente, superó la velocidad de la luz para poder cubrir la enorme distancia en la que también el espacio se tuvo que curvar, para que se redujera el tiempo y el universo se pudiera expandir hasta el infinito; es por eso que vamos a investigar de qué se trata la equivocada teoría del big bang.
“En el tratado De Luce (De la luz) 1225, del teólogo inglés Roberto Grosseteste, se abordó la naturaleza de la materia y del cosmos. En dicho tratado se describe el nacimiento del universo como en una explosión y la subsiguiente cristalización de la materia, para formar las estrellas y los planetas, en un conjunto de esferas anidadas alrededor de la Tierra. De Luce fue el primer intento de describir los cielos y la Tierra, utilizando un único conjunto de leyes físicas. En 1610, Johannes Kepler empleó el argumento de la oscuridad del cielo nocturno, para demostrar su teoría en favor de un universo finito. Setenta y siete años más tarde, Isaac Newton describió el movimiento a gran escala en todo el universo”.
La descripción de un Universo que se expande y contrae de manera cíclica, fue presentada por vez primera en un poema publicado en 1791 por Erasmus Darwin. Edgar Allan Poe presentó un sistema cíclico similar en su ensayo titulado Eureka en 1848: se trataba de un poema en prosa, que aun siendo obvio que no era un trabajo científico, pretendía, a partir de principios metafísicos, explicar el universo usando el conocimiento físico y astronómico de su época. Ignorado por la comunidad científica y, a menudo mal entendido por los críticos literarios, sus implicaciones científicas se han empezado a considerar en los últimos tiempos. Según Poe, el estado inicial de la materia era una sola "partícula primordial": el "Querer Divino", que manifestándose como una fuerza repulsiva, fragmenta la partícula primordial en átomos. Estos átomos se reparten uniformemente por todo el espacio, hasta que deja de haber fuerza de repulsión y atracción y aparece una de reacción: la materia comienza a agruparse formando estrellas y sistemas de estrellas, en tanto que el universo material se comprime de nuevo por la gravedad, que termina colapsándose para finalmente volver a la fase inicial de partícula Primordial, para iniciar el proceso de repulsión y atracción de nuevo. En esta parte de Eureka, se describe un universo en evolución newtoniana que comparte varias propiedades con modelos relativistas, y por esta razón, Poe, anticipa algunos temas de la cosmología moderna.
“En la década de 1910, Vesto Melvin Slipher y más tarde, Carl Wilhelm Wirtz, determinaron que la mayoría de nebulosas espirales (ahora llamadas correctamente galaxias espirales) se alejaban de la Tierra. Slipher utiliza la espectroscopia para observar los períodos de rotación de los planetas, la composición de las atmósferas planetarias, y fue el primero en observar las velocidades radiales de las galaxias. Wirtz observó un corrimiento al rojo sistemático de las nebulosas, que eran difíciles de interpretar en términos de una cosmología en la que el universo está lleno de estrellas y nebulosas, más o menos uniformemente. Pero no fueron conscientes de sus implicaciones cosmológicas, ni de que las supuestas nebulosas fueran en realidad galaxias que se encuentran fuera de nuestra propia Vía Láctea”. También en esa década, apareció la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, que admitía, sin soluciones cosmológicas estáticas, los supuestos básicos de la cosmología descritos en los fundamentos teóricos del Big Bang. El universo (es decir, el espacio-tiempo métrico) fue descrito como un «tensor métrico», que se expandía o contraía (es decir, no era constante o invariable). Este resultado, obtenido desde una evaluación de las ecuaciones de campo de la teoría general, en un primer momento, llevó al propio Einstein a considerar que su formulación de las ecuaciones de campo, en la teoría general, estaban equivocadas y trató de corregirlo agregando una constante cosmológica . Esta constante retomaría la descripción de la teoría general del espacio-tiempo, como un tensor métrico invariante para el tejido del espacio-tiempo existente. La primera persona que aplicó seriamente la relatividad general a la cosmología, sin la constante cosmológica, fue Alexander Friedmann. Friedmann formuló la solución de un universo en expansión con las ecuaciones de campo de la relatividad general en 1922. En 1924 los trabajos de Friedmann incluye "Über die Welt mit einer Möglichkeit KONSTANTER negativer Krümmung des Raumes" (Acerca de la posibilidad de un mundo con curvatura negativa constante) que fue publicado por la Academia de Ciencias de Berlín el 7 de enero de 1924 Las ecuaciones de Friedmann describen el universo Friedmann-Lemaître-Robertson-Walker. Por otro lado, en 1927, el sacerdote católico belga Georges Lemaître, propone un modelo de expansión para el universo, para tratar de explicar los desplazamientos al rojo observado en nebulosas espirales, y calculó la ley de Hubble. Basó su teoría en el trabajo de Einstein y De Sitter, e independientemente, dedujo las ecuaciones de Friedmann para un universo en expansión. Asimismo, el desplazamiento al rojo en sí mismo no era constante, pero varia en la forma, y llegó a la conclusión de que no había una relación clara entre cantidad de desplazamiento al rojo de las nebulosas y la distancia de los observadores.
En 1929, Edwin Hubble proporcionó una base observacional integral para la teoría de Lemaître. Las observaciones experimentales que Hubble llevó a cabo, descubrieron que, en relación con la Tierra y todos los demás objetos observados, las galaxias se alejan en todas direcciones a velocidades (calculándolo a partir de los corrimientos al rojo observados) que son directamente proporcionales a su distancia de la Tierra y entre sí. En 1929, Hubble y Milton Humason, formularon la ley del corrimiento hacia el rojo, en relación con la distancia de las galaxias, hoy en día conocida como la ley de Hubble, por la cual una vez que el corrimiento al rojo se interpreta como una medida de la velocidad de recesión, es compatible con las soluciones de las ecuaciones de la Relatividad General de Einstein, para un crecimiento homogéneo e isotrópico del espacio. La naturaleza isotrópica de la expansión era una prueba directa de que es el espacio (el tejido de la existencia) el que se está expandiendo, no los cuerpos en el espacio, que simplemente se mueven hacia fuera en un espacio vacío preexistente, infinitamente más grande. Fue esta interpretación la que llevó al concepto de la expansión del universo, sin tener en cuenta que al mismo tiempo otros cuerpos se contraen a la misma velocidad. La ley establece que cuanto mayor sea la distancia entre dos galaxias, mayor es su velocidad relativa de separación. Este descubrimiento dio lugar más adelante a la formulación del modelo del Big Bang.
En 1931, Lemaître propone en su "hypothèse de l'atome primitif" (hipótesis del átomo primitivo) que el universo comenzó con la "explosión" del "átomo primigenio" - lo que más tarde fue llamado el Big Bang. Esto constituía un curioso (y revolucionario) planteamiento filosófico: Una gran nada, más allá del espacio y el tiempo, contenía el potencial de todo lo que existe, ha existido o existirá. Uno de los principales fundamentos de la teoría, para Lemaître, consistía en que los rayos cósmicos eran los restos del Big Bang, pero actualmente se sabe que estos se originan dentro de la galaxia local. Lemaître tuvo que esperar, hasta poco antes de su muerte, para conocer del descubrimiento de la radiación de fondo cósmico de microondas: la radiación remanente de una fase densa y caliente en el universo temprano.
La Ley de Hubble sugiere que el universo se está expandiendo, lo que contradice el principio cosmológico mediante el cual el universo, cuando se ve en escalas de distancia lo suficientemente grandes, no tiene direcciones preferentes o lugares preferidos. La idea de Hubble dio lugar a dos hipótesis opuestas:
1. La primera era el Big Bang de Lemaitre, defendido y desarrollado por George Gamow.
2. La segunda era la teoría del estado estacionario de Fred Hoyle, en la que la nueva materia se crea (argumento que contradice la ley que dice que: la energía no se crea ni se destruye, porque solamente se transforma) en las galaxias que se alejan unas de otras. En este modelo, el universo es más o menos el mismo en cualquier punto en el tiempo. En realidad, fue Hoyle quien acuñó el nombre de la teoría de Lemaître, refiriéndose a ella como "la idea" “big bang", durante un programa de radio el 28 de marzo de 1949, en el tercer programa de la BBC.
- Cuando el modelo del Big Bang se admitió como algo evidente, y el consenso se generalizó, el propio Hoyle, aunque algo renuente, lo aceptó mediante la formulación de un nuevo modelo cosmológico, al que otros científicos se refirieron más tarde como la "constante de Bang". Desde 1950 a 1965, el apoyo a estas teorías se dividía a partes iguales, con un ligero desequilibrio que surge del hecho de que la teoría del Big Bang, aclaraba tanto la formación como la abundancia observada de hidrógeno y helio, mientras que el “Estado Estacionario” explicaba el modo en que se formaron, pero no la razón de la de dichos elementos. Sin embargo, la evidencia de observar la abundancia de estos elementos, comenzó a apoyar la idea de que el universo evolucionó a partir de un estado denso y caliente. Se observaron objetos como cuásares y galaxias de radio, que eran mucho más comunes a grandes distancias, en el pasado distante que en el tiempo cercano, mientras que el estado estacionario predecía que las propiedades medias del universo deben ser inmutables en el tiempo. Además, el descubrimiento de la radiación de fondo cósmico de microondas en 1965, se consideró la sentencia de muerte del estado estacionario, aunque esta predicción fue sólo cualitativa, y no pudo predecir la temperatura exacta del CMB. (La predicción clave del big bang es el espectro del cuerpo negro del CMB, que no se midió con gran precisión hasta el satélite COBE en 1990). Después de alguna reformulación, el Big Bang ha sido considerada como la mejor teoría del origen y evolución del cosmos. Antes de finales de 1960, muchos cosmólogos pensaban que la singularidad infinitamente densa y físicamente paradójica, en el momento de inicio del modelo cosmológico de Friedmann, podría evitarse al permitir un universo que se contrae antes de entrar en el estado denso y caliente, y comenzando a expandirse de nuevo. Esto se formalizó como universo oscilante de Richard Tolman. En los años sesenta, Stephen Hawking y otros, demostraron que esta idea era inviable y la singularidad, es una característica esencial de la física descrita por la gravedad de Einstein. Esto llevó a la mayoría de los cosmólogos a aceptar la idea de que el universo actualmente descrito, por la física de la relatividad general, tiene una edad finita (¿pero qué significa el término finito cuando ya hemos comprobado que el tiempo es relativo?). Sin embargo, debido a la falta de una teoría de la gravedad cuántica, no hay manera de demostrar si la singularidad ( big bang) es un punto de origen real para el universo, o si los procesos físicos que lo rigen, provocan que el universo sea efectivamente eterno en su esencia.
Hacia los años 1970 y 1980, la mayoría de los cosmólogos aceptan el Big Bang, pero varias incógnitas permanecieron, incluyendo el no descubrimiento de anisotropías en el CMB, y observaciones ocasionales que insinuaban desviaciones de un espectro del cuerpo negro. Así, la teoría no se confirmó totalmente.
“En 1990, las mediciones desde el satélite COBE mostraron que el espectro de la CMB coincide con un cuerpo negro 2.725 K a muy alta precisión, desviaciones que no superan 2 partes por 100 mil. Esto mostró que las alegaciones anteriores de desviaciones espectrales no eran correctas, y, además que el universo fue caliente y denso en el pasado, ya que ningún otro mecanismo conocido puede producir un cuerpo negro con esa gran precisión. Otras observaciones del COBE en 1992 descubrieron pequeñas anisotropías del CMB a grandes escalas, aproximadamente como se predijo a partir de modelos del Big Bang con materia oscura. A partir de entonces, los modelos de cosmología no estándar, sin el modelo del Big Bang, se hicieron muy poco frecuentes en las revistas de astronomía general. Grandes avances en la cosmología del Big Bang se realizaron a finales de 1990 y principios del siglo XXI, como resultado de importantes adelantos en la tecnología del telescopio, en combinación con enormes cantidades de datos procedentes del Telescopio Espacial Hubble. En 1998, las mediciones de supernovas distantes indicaron que la expansión del universo se está acelerando, junto con el apoyo de otras observaciones, incluidas las del CMB en la tierra y las grandes encuestas sobre el corrimiento al rojo de las galaxias. De 2003 a 2010, el WMAP de la NASA tomó fotos muy detalladas del universo por medio de la radiación del fondo cósmico de microondas. Las imágenes se pueden interpretar para indicar que el universo es de 13,7 mil millones de años (con un uno por ciento de error) y que el modelo Lambda-CDM y la teoría inflacionaria, supuestamente, son correctos”.
Supuestamente la inflación es el origen de todo: del propio espacio, del tiempo, y de todas las leyes físicas conocidas, incluido el límite de la velocidad de la luz que viaja en ondas electromagnéticas y es el más veloz de los medios conocidos por el ser humano, para que se desplace la materia en el espacio. Todo se crea en esa inflación hipotética, que contradice todas las leyes naturales descubiertas por la ciencia. Así que la inflación del Universo no está sometida al límite de la velocidad de la luz. La inflación crea nuevo espacio entre los objetos y los aleja.
“La inflación fue la primera propuesta hecha por el físico y cosmólogo estadounidense Alan Guth en 1981 e independientemente Andrei Linde, y Andrea Albrecht junto con Paul Steinhardt le dieron su forma moderna”.
Aunque el mecanismo detallado de la física de partículas, para la inflación se desconoce, irresponsablemente se ha utilizado dizque porque la imagen básica, proporciona un número de predicciones que se han confirmado por pruebas observacionales. La inflación es actualmente considerada como parte del equivocado modelo cosmológico estándar de Big Bang caliente (una actualización de la teoría antigua, que, de todos modos, tiene la misma idea principal). La partícula elemental o campo hipotético que se piensa que es responsable de la inflación es llamada inflatón… ¿Que nadie sabe qué es?
La inflación sugiere que hubo un periodo de expansión exponencial en el Universo muy pre-primigenio. La expansión es exponencial porque la distancia entre dos observadores fijos se incrementa exponencialmente, debido a la métrica de expansión del Universo (un espacio-tiempo con esta propiedad es llamado un espacio de Sitter). Las condiciones físicas desde un momento hasta el siguiente son estables y la tasa de expansión, dada por la constante de Hubble, es casi constante, lo que lleva a altos niveles de simetría. La inflación es a menudo conocida como un periodo de expansión acelerada, porque la distancia entre dos observadores fijos se incrementa a una tasa acelerante cuando se mueven alejándose. (Sin embargo, esto no significa que el parámetro de Hubble se esté incrementando, porque todas las formas de masa-energía producen un parámetro de desaceleración. Por lo tanto, cualquier universo debería tener un parámetro de Hubbe decreciente, eso implica que el universo se desacelelararía para cualquier fluido cósmico con una ecuación de estado mayor; cualquier fluido que satisfaga la condición de energía fuerte lo hace, al igual que cualquier forma de materia presente en el modelo estándar, pero dizque excluyendo la famosa inflación que los científicos hipotéticamente nos han querido postular, para sustentar la equivocada teoría del big bang).
El 17 de marzo de 2014, los astrofísicos del BICEP2 anunciaron la presunta detección de ondas gravitacionales inflacionarias al observar modos-B en la polarización del fondo cósmico de microondas. Los modos B en el fondo cósmico de microondas podrían ser debidos a la teoría de la inflación de Guth y para el Big Bang.
La inflación resuelve varios problemas en la cosmología del Big Bang, que fueron señalados en los años 1970. Estos problemas vienen de la observación que para parecerse a como es el universo hoy, el universo tendría que haber empezado de unas condiciones iniciales "especiales" o muy puestas a punto cerca del Big Bang. La inflación resuelve estos problemas proporcionando un mecanismo dinámico que conduce al universo a este estado especial, de esta manera formando un universo como el nuestro mucho más natural en el contexto de la teoría del Big Bang.
La inflación cósmica tiene el efecto importante de resolver heterogeneidades como la anisotropía y la curvatura del espacio. Esto pone al universo en un estado muy simple, en el que está completamente dominado por el campo inflatón y las únicas heterogeneidades significativas son las débiles fluctuaciones cuánticas en el inflatón. La inflación también diluye partículas pesadas exóticas, como los monopolos magnéticos predichos por muchas extensiones del modelo estándar de física de partículas. Si el universo estuviese lo suficientemente caliente como para formar tales partículas anteriores al periodo de inflación, no serían observados en la naturaleza, ya que serían tan raras que es bastante probable que no haya ninguna en el universo observable. Juntos, estos efectos se llaman el "teorema de no pelo inflacionario" por analogía con el teorema de no pelo para los agujeros negros.
El "teorema de ausencia de pelo" es esencialmente porque el universo se expande por un factor enorme durante la inflación. En un universo en expansión, las densidades de energía generalmente caen según se incrementa el volumen del universo. Por ejemplo, la densidad de la materia (polvo) "fría" ordinaria es proporcional a la inversa del volumen, osea, que cuando las dimensiones lineales se duplican, la densidad de energía cae en un factor de ocho. La densidad de energía en la radiación cae incluso más rápidamente según se expande el universo. Cuando las dimensiones lineales se duplican, la densidad de energía de radiación cae en un factor de dieciséis. Durante la inflación, la densidad de energía en el campo inflatón es casi constante. Sin embargo, la densidad de energía en heterogeneidades, curvatura, anisotropías y partículas exóticas está descendiendo y, con una inflación suficiente, estas se hacen insignificantes. Esto deja un universo vacío, plano y simétrico que es llenado de radiación cuando la inflación termina.
Un requisito clave es que la inflación tiene que continuar lo suficiente, para producir el universo observable actual de un simple y pequeño volumen de Hubble inflacionario. Esto es necesario para asegurar que el universo parece plano, homogéneo e isótropo en las escalas observables mayores. Este requisito es generalmente pensado que se satisface, si el universo se expandió con un factor de al menos 1026 durante la inflación. Al final de la inflación, ocurre un proceso llamado recalentamiento, en el que las partículas inflatón decaen en la radiación que empieza del caliente Big Bang. No se conoce cuanto duró la inflación, pero se piensa que fue extremadamente corta comparada con la edad del universo. Asumiendo que la escala de energía de inflación está entre 1015 y 1016 eV, como se sugiere en los modelos más simples, el periodo de inflación responsable del Universo observable probablemente duró unos 10-33 segundos.
Todas las formas de masa-energía producen un parámetro de desaceleración. Por lo tanto, cualquier universo debería tener un parámetro de Hubble decreciente, eso implica que el universo se desaceleraría para cualquier fluido cósmico con una ecuación de estado mayor (cualquier fluido que satisfaga la condición de energía fuerte lo hace, al igual que cualquier forma de materia presente en el modelo estándar, pero excluyendo la famosa inflación que los científico hipotéticamente nos han querido acomodar, para explicar la equivocada teoría del big bang).
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Ninguna otra teoría cosmológica puede tener todavía una gama tan amplia de parámetros observados, como la relación de las abundancias elementales en el universo temprano, la estructura del fondo cósmico de microondas, la mayor abundancia observada de los núcleos activos de galaxias en el universo primigenio y las masas de los cúmulos de galaxias. Gran parte del trabajo actual en cosmología, incluye la comprensión de cómo se forman las galaxias en el contexto del Big Bang, la comprensión de lo que sucedió en los primeros tiempos (vuelven, los científicos, a caer en la linealidad de ese fenómeno llamado tiempo que la teoría de la relatividad general hizo trizas) después del Big Bang, y la conciliación de las observaciones con la teoría básica. Los cosmólogos continúan calculando muchos de los parámetros del supuesto Big Bang, hasta un nuevo nivel de precisión que los lleva de frente contra cifras inexplicables como las siguientes:
El límite del Universo visible desde la Tierra está a 46.500 millones de años luz, en todas las direcciones. Es decir, un diámetro de 93.000 millones de años luz. Un año luz son 9'46 billones de kilómetros. El cálculo es enorme, y aun así, es sólo la parte del Universo que podemos ver. Tras el supuesto Big Bang, el Universo se expandió tan rápidamente que parte de su luz aún no ha llegado hasta nosotros y, por eso, no podemos verlo. Pero si el Universo sólo tiene 13.800 millones de años, ¿cómo puede haber objetos alejados a 93.000 kilometros de años luz? ¿Es posible que se hayan alejado millones y millones de veces más rápidamente que la velocidad de la luz?
Los científicos continúamos haciendo investigaciones más detalladas y más precisas, que corrijan los múltiples errores que se han cometido en el afán de hayar explicación a fenómenos tan complejos como los cuerpos negros y la energía oscura.
¿Pero qué es la energía oscura, materia oscura o cuerpo negro?
La historia de la física cuántica comenzó con Max Planck y su correcta descripción de la radiación, observada por un dispositivo muy concreto: el cuerpo negro. Veamos de qué se trata: “Un cuerpo negro es un objeto teórico o ideal, que absorbe toda la luz y toda la energía radiante que incide sobre él. Nada de la radiación incidente se refleja o pasa a través del cuerpo negro. Lo que diferencia un cuerpo negro, de la materia oscura, es que el cuerpo negro emite luz y constituye un sistema físico idealizado para el estudio de la emisión de radiación electromagnética”. El nombre Cuerpo negro fue introducido por Gustav Kirchhoff en 1862. La luz emitida por un cuerpo negro se denomina radiación de cuerpo negro, pero aclaremos qué es lo que los científicos llaman energía negra o materia negra, que es esa materia del espacio infinito que no emite luz, y, por lo tanto, en distancias inimaginables, no puede ser detectada por las limitaciones del ojo del ser humano, pero esas limitaciones no implican que esa energía y esa materia no exista desde siempre, y que tenga efectos gravitacionales sobre el resto del universo. Es casi ingenuo venir a decir ahora, que en el espacio infinito hay gases y compuestos diferentes, alrededor de las estrellas que brillan, como si el hombre hubiera imaginado que los soles y las estrellas estuvieran completamente solos y suspendidos en la nada; siendo conscientes que la nada es sólo un concepto humano.
El obstinado deseo del ser humano que, muy en el fondo de su alma, busca que la eternidad del universo tenga un principio y un fin, como su efímera condición biológica, desarrolló un procedimiento denominado “renormalización”, que trata de anular los infinitos que van surgiendo en las ecuaciones matemáticas. “Esta manipulación nos confunde y nos sumerge en un mundo de engaños, porque la renormalización es, en efecto, matemáticamente discutible”
La división que le ha hecho el ser humano a la energía, agrupándola en cuatro clases así: Gravedad, electromagnetismo, fuerza nuclear débil y fuerza nuclear fuerte, carece de sentido y es la consecuencia de nuestra falta de comprensión del universo. Es por toda la confusión que ha surgido, que los científicos debemos empezar a trabajar sobre la teoría del todo, llamada “El absolutismo físico y filosófico”, que agrupa todo en una sola y máxima teoría (M), que explica la unidad perfecta y eterna del universo en todos los aspectos. Un indicio de que la unificación de todo, es el camino correcto, vino de la teoría de las interacciones débiles, porque la teoría cuántica de campos, que describe la interacción débil, por sí sola, no puede ser renormalizada, es decir, sus infinitos no pueden ser anulados restándoles otros infinitos, para dar un numero finito, en magnitudes como la masa y la carga. Desde ese momento, los resultados en las ecuaciones matemáticas, demasiado comunes, que nos llevaban al infinito, fueron consideradas una plaga y empezaron a surgir teorías que unificaban el electromagnetismo y eliminaban los resultados que nos llevaban al infinito, pero se predijeron nuevas partículas llamadas W+ W- Y Z0 y empezamos a renormalizar la fuerza nuclear, con una teoría denominada “cromodinámica cuántica” (QDC) por sus siglas en inglés (quantum chromodynomics). Según la (QCD) el rotón, el neutrón y muchas otras partículas elementales de la materia, están formados por quarks, que tienen la notable propiedad que los físicos han denominado color, de donde viene el termino cromodinámica, aunque los colores de los quarks son imaginarios y se utilizan como referencia, para reducir un poco la complejidad en el manejo de esas partículas que los físicos han llamado quarks y que no hemos podido ver ni aislar y que tampoco se han podido producir en laboratorio; y a pesar de que esos quarks son imaginarios, porque no se pueden aislar individualmente, los equivocados científicos aceptan el modelo porque, según ellos, explica muy bien el comportamiento de los protones y neutrones, que forman los núcleos de los átomos que constituyen la base de toda la materia del universo. El ser humano sigue buscando, desesperadamente, cuál es esa fuerza mágica, que une los protones y los electrones, que no poseen masa, pero que en su interacción crean el fenómeno que nuestros sentidos perciben como materia, y nos tuvimos que inventar la cromodinámica cuántica (QCD) que, supuestamente, posee la libertad asintótica, que significa que las fuerzas fuertes entre quarks, son pequeñas cuando los quarks están muy próximos entre sí, pero aumentan si se separan, como si estuvieran unidos por una goma elástica. Fenómeno que también se ha querido explicar con el campo de Higgs, que también terminó originando el imaginario bosón de Higgs y que también trata de unir los electrones y los protones, con una fuerza mágica que origina el fenómeno que percibimos como materia. Dos teorías muy parecidas, que tratan de explicar, desde la referencia de la física de partículas, la magia del pensamiento absoluto que nos hace percibir nuestra maravillosa y cambiante realidad material.
Se han unido varias teorías, para originar la gran unificación (GUT, de sus siglas en inglés, Grand Unified Teories) que unen la fuerza nuclear fuerte, con la fuerza nuclear débil y con el electromagnetismo, para explicar la estabilidad y el origen de la materia; pero como la teoría de la gran unificación (GUT) no se ha podido comprobar con evidencias observables, entonces la gran mayoría de los físicos, han adoptado una teoría paralela, denominada “El modelo estándar”, que ha tenido muchos éxitos y concuerda con las evidencias observacionales, pero que nos deja una gran frustración, porque no unifica las fuerzas electro débiles y electro fuertes, y que tampoco incluye la gravedad que regula el espacio y el tiempo. El mayor problema que ha tenido la física, es la dificultad de unir la gravitación, que es la fuerza más importante del universo, con las otras fuerzas de la materia, y esto sucede porque al crear una teoría cuántica de la gravedad, inmediatamente la relaciona con el principio de incertidumbre de Heisember, que nos dice que el valor de un campo y su tasa de cambio temporal, desempeñan el mismo papel que la posición y la velocidad de una partícula; incertidumbre que nos lanza, de nuevo, hacia el infinito de la quinta dimensión sin relativos, en la que estamos sujetos al poder ilimitado del pensamiento humano. Todos los caminos de la física conducen a la quinta dimensión de la eternidad y es, en ese glorioso momento, cuando renace la filosofía que reflexiona y articula el conocimiento, en la unidad eterna de sabiduría del universo.
La teoría cuántica de la gravedad, con sus múltiples posibilidades, nos dice que no existe el espacio vacio, porque un espacio vacío significa que el valor de un campo es exactamente igual a cero y que la tasa de cambio del campo, es también exactamente igual a cero y como el principio de incertidumbre no permite que los valores del campo y de su tasa temporal de cambio, tengan valores exactos, simultáneamente, ese espacio nunca está vacío. Finalizamos con una teoría de la gravedad cuántica, que predice que algunas magnitudes, como la curvatura del espacio tiempo, son infinitas; teoría que convierte la plaga de infinitos en un hermoso canto a la eternidad. Los bucles cerrados en los diagramas de Feynman para la gravedad, producen infinitos que no pueden ser absorbidos por la improvisada renormalización, ya que en la relatividad general no hay suficientes parámetros renormalizables para, de una forma totalmente equivocada, querer eliminar todos los infinitos cuánticos de la teoría.
Cada vez que, en la solución de ecuaciones físicas, surgía un infinito, se convertía en un problema para los científicos humanos, que están programados mentalmente para ser efímeros. El ser humano nunca pudo dar respuesta a la pregunta, ¿qué fue primero, la gallina o el huevo?... Porque siempre anduvo buscando un principio o un final, sin poder tener en cuenta el fenómeno de la continuidad del eslabón en un proceso infinito. El principio del ser humano no empieza con el llanto desesperado de un nacimiento, el ser humano es apenas un eslabón en el proceso evolutivo de una conciencia que se inicia en la eternidad del universo, y que no finaliza con la muerte biológica de ese padre al que lloran los hijos, que la vez son la copia biológica de él, y que continúan en el proceso de evolución constante. ¡No, señores científicos del siglo veintiuno, no es un nacimiento y una muerte, en un periodo de tiempo dado; es un proceso evolutivo y continuo, enmarcado en la eternidad del universo!
Los científicos continúan confundidos porque, casi todas las ecuaciones terminan en el infinito y, en el año 1976, creyeron descubrir la solución a lo que ellos, en medio de su ignorancia, consideraban un problema. Esa solución la llamaron “supergravedad” y ese calificativo lo añadieron no porque fuera una real “supergravedad”, ni una gravedad superior o más fuerte, si no para que tuviera similitud con la “supersimetría”, una propiedad que en la física tienen los sistemas, cuando sufren una rotación espacial y no se ven afectados, por ejemplo, si rotamos en el espacio un balón de futbol, seguiremos observando el mismo balón sin notar ningún cambio, aunque, verdaderamente, las implicaciones reales de la “supersimetría”, es que las partículas de la materia y unas supuestas partículas de fuerza, son dos facetas de una misma cosa. En medio de esta nueva confusión, eso significa que cada partícula de materia, como el imaginario quark que nadie ha visto ni ha podido separar, tiene una partícula de fuerza asociada y que, cada partícula de fuerza, como el fotón, debe tener una partícula indeterminada de materia. Supuestamente, ese descabellado enredo, tiene la capacidad de resolver el problema de los infinitos; porque los infinitos que proceden de los bordes cerrados de las partículas de fuerza son positivos, entretanto que los infinitos procedentes de los bucles cerrados de las partículas de materia, son negativos, para que se eliminen entre sí. Desafortunadamente, los cálculos necesarios para comprobar si todos los infinitos se han anulado en la “supergravedad”, son tan largos y difíciles, que nadie los quiere hacer. Es deprimente que la gran mayoría de los científicos, dediquen horas y horas de sus remuneradas actividades, a probar que la supuesta “supergravedad”, era la respuesta correcta al desafío de unificar la gravedad con la electricidad y con el magnetismo. Nunca se han podido observar las supuestas partículas de fuerza, pero los cálculos realizados por los científicos, indican que las partículas de materia, compañeras de las partículas que observamos, deberían de ser miles de veces más pesadas que un protón. La “supersimetria” fue la idea básica para generar la “supergravedad”, pero la verdad es que esa idea se había originado en los investigadores físicos, que estudiaban una teoría que se llamó “la teoría de cuerdas”, en las que las partículas no son puntos, sino modos de vibración que tienen longitud, pero no altura ni anchura, como filamentos de cuerda, infinitamente delgados, y, para sorpresa general, especialmente de los físicos, que se consideran efímeros y no quieren saber nada de la eternidad, la teoría de cuerdas también nos conduce al infinito, lanzándonos nuevamente contra la maravillosa quinta dimensión. Esta novedosa teoría de cuerdas, tiene una característica nueva, en la que se descubre que el espacio tiene once dimensiones en lugar de las cinco que habíamos analizado previamente. Pero surge una pregunta, ¿si existen once dimensiones, por qué no las habíamos conocido hasta el momento?... Según la teoría de cuerdas, están enrolladas en un espacio de un tamaño minúsculo, mejor dicho, están tan curvadas en una escala tan pequeña, que no podemos verlas; están enrolladas en “un espacio interno” que existe en el espacio tridimensional, que podemos percibir en la tierra. Como podemos imaginar, otros espacios internos pueden ser dimensiones ocultas, donde se originan esos fenómenos sin explicación que todos llaman milagros, que empiezan a tener una importancia muy grande en la nueva teoría de “El absolutismo físico y filosófico (M)”. Los físicos de “la teoría de las cuerdas”, están convencidos que las cinco diferentes teorías de las cuerdas y la “supergravedad”, son simples aproximaciones a la máxima teoría de “El absolutismo físico y filosófico” que nos unifica con la eternidad del universo.
“El absolutismo físico y filosófico” es la máxima teoría, es la teoría “M” que el ser humano siempre estuvo buscando, y que lentamente vamos a ir puliendo desde el lenguaje matemático que nos dejó Albert Einstein para esa quinta dimensión, donde se rompió el espacio y el tiempo, y haciendo honor a la sencillez de las leyes universales de la naturaleza, la teoría “M” nos lleva a esa unidad eterna sin principio ni fin, de la que somos parte renovadora y vital; es por eso que, desde hoy en adelante, para descubrir el universo, solamente tenemos que emplear la teoría de la unidad absoluta, porque la gravedad, la electricidad, el magnetismo y la luz, son diferentes manifestaciones de esa única energía que ni se crea ni se destruye, porque es universal y eterna. La teoría “M” es la máxima teoría, también llamada “El absolutismo físico y filosófico”, en su espacio-tiempo, y tiene cinco dimensiones, en lugar de las diez que los teóricos de las cuerdas habían creído descubrir, porque trabajos recientes han demostrado que habían dejado de lado la dimensión del espacio-tiempo que los introduce en la eternidad. Es bueno saber que la teoría “M”, la máxima teoría, nos indica que la unidad eterna contiene no sólo cuerdas vibrantes, sino partículas puntuales, membranas bidimensionales, burbujas tridimensionales y otros objetos que resultan más difíciles de representar y que ocupan todavía más dimensiones espaciales. En la teoría de “El absolutismo físico y filosófico”, las múltiples dimensiones espaciales, que forman el espacio interno, determinan los valores de las constantes físicas, como la carga del electrón y la naturaleza de las interacciones entre las partículas elementales, es decir, el espacio interno determina las leyes de la naturaleza, refiriéndonos a las cuatro fuerzas ya clasificadas y a los parámetros como las masas y las cargas, que caracterizan las partículas elementales y que hacen parte de las leyes fundamentales de la unidad eterna, que explica la máxima teoría de “El absolutismo físico y filosófico”. Lo que nos lleva a la conclusión de que las leyes que alberga la máxima teoría (M), permiten diferentes universos, con leyes diferentes, que surgen según como esté curvado el espacio interno de dicho universo. La teoría de “El absolutismo físico y filosófico” (M) que fusionó todo en la unidad eterna, posee ilimitadas posibilidades, que permiten ilimitados espacios internos, lo que significa que permite ilimitados universos, cada uno con sus propias leyes en medio de la eternidad.
Desde hace siglos, el ser humano ha descubierto que las ecuaciones matemáticas, pueden proporcionar una descripción asombrosamente precisa, de la manera en que interaccionan los objetos, tanto en esta burbuja de condiciones especiales llamada tierra, como en el resto del espacio infinito. Los seres humanos empezamos a creer que el futuro de todo el universo podría ser contemplado, con tan sólo que descubriéramos la teoría adecuada y esa teoría máxima (M) ha llegado, porque saber que pertenecemos a una unidad absoluta y eterna de sabiduría, nos va a simplificar los caminos, porque los científicos no van a estar preocupados por los dioses imaginarios que crean universos, ni por el principio ni por el fin y van a poder estar concentrados en la grandiosidad del pensamiento humano, en un universo ilimitado y eterno.
¿Por qué existe el pensamiento consciente del ser humano en medio de la eternidad?...
- Porque somos parte esencial y dinámica, de la totalidad del universo.
¿Cuál es el objetivo de nuestra evolución en la tierra?...
- El objetivo es tener plena conciencia de nuestra eternidad, para liberarnos de las limitaciones del espacio y del tiempo.
Dos preguntas muy importantes a las que hemos podido dar respuesta con la ayuda de este libro, que nos ha dado la certeza de que el universo es ilimitado y eterno, y que los conceptos de espacio y tiempo, se originaron en las condiciones especiales de nuestro pequeño nido llamado tierra. El concepto de eternidad nos llena de tranquilidad y regocijo, y nos permite empezar a comprender la maravillosa evolución de nuestra conciencia dentro de esa eternidad.
Antes de continuar, es necesario aclarar la confusión de los científicos, que postulan teorías como la del supuesto origen del universo en el ridículo big bang, que dice que el universo se expandió millones y millones de kilómetros en un segundo, acontecimiento imaginario que contradice la teoría de la relatividad general, que estableció que hasta el momento no existe nada que pueda viajar más rápido que la velocidad de la luz que rompe los conceptos de tiempo y espacio.
Nos vamos a detener un instante, porque es necesario todos comprendamos el principio, probado con sencillos experimentos y con múltiples observaciones, de que la fuerza de la gravedad deforma el espacio y el tiempo, es decir, que el espacio y el tiempo lineales, sólo existen en las observaciones de los seres humanos en la tercera y cuarta dimensión de la tierra; también sabemos que la energía y la materia, deforman el tiempo y hacen que la dimensión temporal se mezcle con las dimensiones espaciales. Esa deformación del universo, alarga o contrae la distancia entre dos puntos del espacio y modifica su forma o geometría y, a su vez, la deformación del tiempo alarga o contrae los intervalos temporales de la misma forma antes descrita, para abrir posibilidades ilimitadas y sorprendentes al pensamiento humano, que se sitúa por encima de la distancia y el tiempo. Vamos a repetir esa conclusión para que todo el mundo sepa que “El pensamiento controla y modifica, el espacio y el tiempo”
Resulta muy agradable y sorprendente, tener que retomar el pensamiento de Aristóteles que hace miles de años nos dijo y creyó, que el universo había existido siempre y no necesitó de ningún dios imaginario para que lo creara, y ha sido nuestra condición biológica, que nos muestra un nacimiento y una muerte, la que nos obliga a buscarle un principio y un fin a todo, sin poder tener en cuenta que apenas somos un eslabón en el proceso evolutivo de nuestra conciencia, heredada de nuestros ancestros y transmitida de forma maravillosa a nuestros hijos. La observación de que el tiempo se comporta como el espacio, nos abre nuevas perspectivas y elimina, definitivamente, la inquietud inmemorial de que el universo tenga un principio y un fin; ideas o suposiciones que nos traían confusión. Estas conclusiones nos llevan al universo mágico de Feynman, en el que todo es posible, porque él demostró que una partícula no tiene una única historia, es decir, cundo la partícula se mueve en el universo desde el punto A hasta el punto B, no sigue un camino recto ni bien definido, sino que toma simultáneamente todos los posibles caminos, que conectan ambos puntos. Aplicando al movimiento de una partícula, el método de Feynman, nos dice que para calcular las posibilidades de un punto final particular, cualquiera, debemos considerar todas las historias que el libre albedrio de la partícula podría seguir, desde su punto de partida hasta su punto de llegada. Asombrosamente, también podemos utilizar los métodos de Feynman, para calcular las probabilidades cuánticas en diferentes observaciones del universo. Si son aplicadas al universo en general, no existe un punto de partida, de forma que sumamos sobre todas las historias que satisfacen la condición ilimitada y que continúan en la eternidad del universo que vivimos hoy, y que es única e individual para cada observador; aparece de esa forma lo que todos llamamos el “multiverso”, que es la forma de expresar la suma de Feynman sobre las diferentes historias, como la de Michael Jhakson que terminó prematuramente y sumida en la confusión de un comprobado maltrato familiar.
Somos el producto de combinaciones cuánticas de una unidad eterna de sabiduría, también llamada universo. De esta idea nace la máxima teoría de “El absolutismo físico y filosófico” (M), que es muy distinta del concepto tradicional de principio y fin, y nos lleva a modificar la manera en que pensamos el universo, porque el concepto historia empieza también a ser relativo, con la deformación del tiempo y del espacio. La hipótesis habitual, en cosmología, era que el universo tenía una historia, única, bien definida y que se podían utilizar las leyes de la física, para calcular como esa historia se iba desplegando con el tiempo que considerábamos absoluto; pero con la fractura del tiempo, debemos tomar en consideración la naturaleza cuántica del universo, expresada por la suma de Feynman sobre múltiples historias. La amplitud de probabilidades de que el universo se halle hoy, en un estado particular, se consigue sumando las contribuciones de todas las historias de los observadores que satisfacen la condición de eternidad; es decir, en cosmología no debemos de seguir la historia del universo o (botton – up) porque supone una historia con un punto inicial y una evolución bien definida, como en la tercera dimensión, y tampoco una historia descendente de arriba hacia abajo o (top – down) partiendo del instante actual, porque el concepto o la idea de lo que los hombres llaman tiempo, depende, como lo demostró Einstein, de cada observador y, entonces, habrá diferentes historias para los diferentes estados posibles de la eternidad del universo. Algunas historias serán más probables que otras y la suma total, estará dominada por la eternidad, porque lo que es eterno no tiene punto de partida ni punto final. Esta teoría de “El absolutismo físico y filosófico” nos conduce a una visión completamente diferente de la cosmología y de la evolución de nuestra conciencia en la eternidad del universo. De esa manera, el ser humano crea la historia y con el libre albedrio de su pensamiento, se convierte en parte integral y evolutiva de la sabiduría absoluta, porque la percepción de poseer una conciencia eterna, es capaz de cambiar la estructura potencial de la aparente realidad del universo.
La condición de eternidad del universo, sin principio, sin fin y sin ninguna clase de bordes o de límites, implica que la amplitud de probabilidades es máxima (M) para todas las posibles historias. Sin ninguna duda, nos hallamos en un punto glorioso de la ciencia, en el cual debemos modificar la concepción de nuestros objetivos, porque los valores de los parámetros fundamentales y la forma de las leyes de la naturaleza, han cambiado de forma radical, para convertirnos en habitantes de todo el universo, sin ninguna clase de limitaciones. Este descubrimiento ha resultado sorprendente para todos los que no esperaban que la máxima teoría (M) de “El absolutismo físico y filosófico” nos librara de las limitaciones del espacio y del tiempo, y nos convirtiera en parte esencial y dinámica de la totalidad del universo. Los parámetros pueden tomar muchos valores diferentes y las leyes naturales pueden adoptar cualquier forma que conduzca a una teoría matemática, autoconsciente, para generar el universo que deseemos. Este gran descubrimiento ha dejado satisfecho nuestro deseo humano de ser muy especiales, porque hemos hallado la manera clara y precisa, de modificar el universo a nuestro favor.
Existe una ilimitada posibilidad de universos (multiversos) y los universos en los que pueda existir vida, como en el nuestro, deben de ser más comunes de lo que imaginamos. En todos los sistemas planetarios la vida es posible, porque la vida como la conocemos es un pensamiento que hace parte de la unidad eterna de sabiduría, que lo abarca todo; y aunque el sistema planetario sea completamente diferente al nuestro, se pueden generar vidas completamente diferentes a las nuestras, porque las combinaciones energéticas no tienen límites.
Esa unidad eterna de sabiduría llamada universo, posee un diseño preciso en el que las leyes de la naturaleza son invariables y exactas, en el que resultan muy asombrosas las magnitudes energéticas de las fuerzas nucleares de los elementos, que a partir de la resonancia incrementa el ritmo de las reacciones nucleares, para originar fuerzas energéticas como las del sol, a partir de elementos tan sencillos como el berilio, como el helio y como el hidrogeno. Sorprendentes fuentes de energía nuclear, que es la energía que se obtiene al manipular la estructura interna de los átomos, útil habitualmente para producir electricidad aunque también se puede aplicar en otros sectores como en aplicaciones médicas, medioambientales o bélicas. Se puede obtener de dos formas: por fusión nuclear y por fisión nuclear. En la fusión nuclear, la energía se libera cuando los átomos se combinan o se fusionan entre sí para formar un átomo más grande; así es como el Sol produce energía y actualmente este procedimiento no es practicable a pesar de estar en proceso de desarrollo. En la fisión nuclear, los átomos se separan para formar átomos más pequeños, liberando energía; las centrales nucleares utilizan esta técnica para producir electricidad. Cuando se produce una de estas dos reacciones físicas, los átomos experimentan una ligera pérdida de masa, que se convierte en una gran cantidad de energía calorífica como descubrió Albert Einstein en la famosa ecuación e = mxc2
La energía nuclear es una fuente energética que garantiza abastecimiento eléctrico, frena las emisiones contaminantes, reduce la dependencia energética exterior y produce electricidad de forma constante, con precios estables y predecibles.
En la segunda mitad de la década de los sesenta, Estados Unidos lanzó el primer programa nuclear destinado a la generación de electricidad, aunque cuatro años antes, el Reino Unido inauguró Calder Hall, la primera central nuclear del mundo. Poco después, otros países industrializados siguieron el mismo ejemplo, llevando a cabo sus propios programas de construcción y explotación de centrales nucleares. El fuerte crecimiento de la demanda eléctrica y sus prometedoras expectativas económicas, fueron el motor del desarrollo de esta fuente energética. .
A principios de los años setenta la crisis energética del petróleo proporcionó el impulso definitivo a la energía nuclear dentro de los planes energéticos de muchos países industrializados como Alemania, Canadá, Italia y Japón. Destaca la fuerte apuesta por el desarrollo de la energía nuclear que realizó Francia, abandonando los reactores de grafito-gas por la tecnología nuclear. A su vez, otros países como México, Brasil, Taiwán y Corea se prepararon para iniciar sus programas nucleares.
El principal uso que se le da actualmente a la energía nuclear es el de la generación de energía eléctrica. Una Central o Planta Nuclear, es la instalación industrial encargada del proceso, caracterizada por el empleo de combustible nuclear. Al dispositivo donde se produce una reacción nuclear controlada se le llama “Reactor Nuclear” aunque en los medios usualmente se considera como sinónimo. El funcionamiento de una central nuclear es idéntico al de una central térmica que funcione con carbón, petróleo o gas excepto en la forma de proporcionar calor al agua para convertirla en vapor. En el caso de los reactores nucleares este calor se obtiene mediante las reacciones de fisión de los átomos del combustible. Prácticamente todas las centrales nucleares en producción utilizan la fisión nuclear. A nivel mundial el 90% de los reactores destinados a la producción de energía eléctrica son de agua ligera.
Los programas nucleares de los diferentes países, así como todas las instalaciones nucleares, se encuentran bajo la supervisión y control del Organismo Internacional de Energía Atómica con sede en Viena. El principio básico de una central es la obtención de energía calorífica mediante la fisión del núcleo de los átomos del combustible. Esta energía calorífica en forma de vapor de agua, se convierte en energía mecánica en una turbina y, finalmente, la energía mecánica se convierte en energía eléctrica mediante un generador.
El Reactor nuclear es el encargado de provocar, controlar y mantener en cadena las fisiones atómicas que generarán una gran cantidad de calor, con lo que se calienta agua para convertirla en vapor a alta presión y temperatura utilizado para accionar las turbinas de la central. En este momento parte de la energía calorífica del vapor se transforma en energía cinética. La turbina que está conectada a un generador eléctrico transformará la energía cinética en energía eléctrica. El vapor de agua que sale de la turbina, entra en un tanque (depósito de condensación) que se enfría al contacto con tuberías de agua fría convirtiendo el vapor de agua a líquido y mediante una bomba se redirige nuevamente al reactor nuclear para volver a repetir el ciclo.
Es muy difícil, con el escaso desarrollo científico que poseemos, descifrar la maravillosa complejidad de ese universo eterno, del que somos parte vital, porque en nuestra incansable búsqueda, hemos hecho análisis y postulado teorías que todos los científicos han rechazado en su momento, por la escasa comprensión, pero que, después, cuando la ciencia va evolucionando, descubrimos que esas teorías inicialmente rechazadas, son muy válidas e importantes, como sucedió con la constante cosmológica de las ecuaciones del doctor Albert Einstein, en la teoría de la relatividad general; en el año de 1915, Einstein pensaba que el universo era ilimitado y eterno, es decir, que a pesar de ser dinámico no se expande ni se contrae porque lo llena todo; como la materia atrae a la materia, introdujo en su teoría una la constante llamada “fuerza antigravitatoria”, para contrarrestar la tendencia del universo a colapsar sobre sí mismo. Esa fuerza, a diferencia de las demás fuerzas, no procedía de ninguna fuerza en particular, sino que debía estar incorporada en el universo mismo.
Es interesante conocer todas y cada unas de esas teorías tan excepcionales, que nos van revelando la grandiosidad de un sorprendente mundo, porque los seres humanos debemos asimilar el concepto de eternidad de este universo, que posee leyes precisas e invariables, en medio de una sabiduría absoluta a la que hemos llamado pensamiento. Nos ha resultado maravilloso descubrir, a los seres humanos como especie, que somos generadores conscientes y activos de esa sabiduría que renueva y modifica constantemente el mundo; impresionante fenómeno que le brinda a nuestro pensamiento una posibilidades ilimitadas, más allá del tiempo y del espacio, para convertirse en eternidad absoluta. Universo de estructuras complejas e inteligentes, con ilimitadas posibilidades de albergar ese fenómeno consciente y evolutivo al que nosotros llamamos vida, porque las leyes de la naturaleza universal, constituyen un sistema autónomo de sabiduría y, esas leyes físicas, se pueden combinar en diferentes posibilidades de vida que aún no conocemos y que ni siquiera nos alcanzamos a imaginar. Los seres humanos y todos los seres vivos de nuestro planeta, que también son pensamientos en diferente grado de evolución, no somos el producto de una serie de coincidencias de esas leyes físicas, porque somos una parte integral, básica y renovadora de esa sabiduría absoluta del universo y es, por todas esas razones, que necesitamos una forma de pensar, que sea más evolucionada, si deseamos sobrevivir como especie y trascender al infinito; un proceso que requiere de nuestro mejor esfuerzo y que empieza con esta nueva teoría cosmológica de “El absolutismo físico y filosófico” (M) que hoy les presento.
Atentamente, Jorge Soto Builes.
“En el universo, lo único que verdaderamente importa es la evolución de nuestra conciencia hacia la eternidad, porque todo lo demás es relativo y es el escenario para que podamos descubrir cuál es el objetivo de nuestra vida en la tierra”