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     Débora Arango Pérez "Pinturas de una verdad prohibida para las mujeres"
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     RENACE LA LEYENDA DEL CAMPEÓN, FERNANDO GAVIRIA RENDON
     Fernando Gaviria Rendon



LITERATURA UN MUNDO MÁGICO - Débora Arango Pérez "Pinturas de una verdad prohibida para las mujeres"


 

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


  

                                           

DÉBORA ARANGO PÉREZ

 

 

 

 

 

 

PINTURAS DE UNA VERDAD PROHÍBIDA PARA LA MUJERES

 

 

 

 

 

JORGE SOTO BUILES

 

 

 

 

 

 

 

DEDICATORIA                                                                          

 

Dedico esta crónica de vida a:

Carolina Soto Marín, mi adorada hija.

A Mélida Builes Mendoza, mi santa madre.

 A todas las mujeres que viven en Envigado pluricultural cuna de artistas, empresarios y escritores, y muy especialmente a la memoria de Fernando González Ochoa, el filósofo más importante que ha nacido en Colombia.

 

 

 

 

“El arte no puede reñir con la política, ni con la moral cristiana, porque es un ejercicio cultural, al que se le puede dar la interpretación que el observador desee, y, repito, el arte como manifestación de la cultura, nada tiene que ver con los códigos de la moral.

Débora Arango.

 

 

INTRODUCCIÓN:

Es un gran honor para mí, Jorge Soto Builes, escribir esta crónica literaria que de una forma mágica y misteriosa, casi de milagro, llegó hasta mis manos, para que todos pudiéramos conocer una nueva faceta en la vida de la maravillosa e inolvidable Débora Arango Pérez, que es otra más de esos genios valientes que, como ella, se atrevieron a caminar por senderos nunca antes explorados, para finalizar imponiendo su forma de pensar sobre la turba ciega de los inquisidores que están completamente equivocados. Una artista maravillosa que se convirtió en un referente cultural para todos los habitantes de Envigado, Antioquia, Colombia y el mundo, porque nos dejó un legado cultural que continúa siendo vigente en nuestra vida moderna. Se refugió en medio de la soledad de su taller de pintura, porque a ella le tocó enfrentar condiciones muy difíciles, por un machismo generalizado en una sociedad inculta y dominada por fanatismos religiosos, que le ayudaron a cultivar una mentalidad extremadamente fuerte. Débora, con su humildad y su ejemplo, nos enseñó poderosas lecciones de vida que nos llevarán a aceptar la soledad, para desarrollar la autodisciplina que necesitamos para enfrentar los desafíos de una vida exitosa. Nuestra querida y respetada pintora, nos dejó un legado invaluable, no solamente por su obra artística sino también por una profunda filosofía de vida, que sólo pudimos conocer sus familiares y sus amigos más allegados.

Viviendo en este hermoso país, que siempre se ha encontrado en una constante y violenta guerra civil, una aguerrida y desconocida mujer, exponía sus humildes obras, desafiando todos los convencionalismos sociales de una sociedad machista e inculta, en la que las mujeres tenían muy pocos derechos, sin esperar nada a cambio y por el sólo placer de ponerle color a todo el amor que albergaba en su corazón. El legado de la carismática, Débora Arango Pérez, no se limitó a sus impresionantes pinturas, porque ella trascendió el oficio tradicional del artista y se convirtió en una líder social, que se enfrentaba, con sus pensamientos y sus pinceles, a la oligarquía corrupta que perseguía y exiliaba a casi todos los pensadores y artistas de nuestro país. Humilde pintora de nuestros afectos que, en medio de un encierro voluntario y estratégico, se convirtió en una pensadora y filósofa, que nos dejó unas enseñanzas intelectuales muy importantes que, al final de sus días, ha querido compartir con todos nosotros. A través de toda su vida, la genial pintora de nuestro pueblo, decidió pintar sus reflexiones en una abundante y colorida obra artística, que hoy reposa en el museo de arte de Medellín. Una obra que nos revela el pensamiento crítico de una mujer antioqueña, adelantada, en su forma de pensar y en su profunda filosofía de vida, a todas las otras mujeres de su época, para convertirse en una guía para vivir una vida llena de propósitos humanísticos, que fueron transformando lentamente las equivocadas costumbres de nuestra sociedad.

¿Y qué tiene que ver la obra artística de una pintora de provincia, con la triste realidad de un país sumergido en una violenta guerra civil casi que generalizada?...

Tiene que ver mucho, porque, aunque vivimos en una época distinta, las pinturas de las masacres, de los asesinatos selectivos, del hambre, del abandono y de la corrupción de los políticos, parecen ser el reflejo exacto de las mismas masacres, de los mismos asesinatos selectivos, de la misma corrupción y de los mismos atropellos de los derechos humanos, que hemos soportado en los últimos años y que siguen siendo un problema vigente. En pleno siglo veintiuno, seguimos soportando desafíos muy similares a los que enfrentó nuestra adorada pintora, durante toda su vida. Debemos tomar decisiones difíciles sobre dilemas éticos y estar en una búsqueda constante de oportunidades, en una sociedad en la que el estado no garantiza los derechos humanos de la gran mayoría de las personas. La obra artística y la vida ejemplar de la genial pintora, son una guía para encontrarle sentido a nuestras existencias en medio de la violencia generalizada y para fortalecer la autodisciplina, también son una invitación a reflexionar sobre el objetivo de nuestra existencia en el universo, porque la genial pintora buscaba trascender las limitaciones de los hombres, para empezar a ser conscientes de la grandiosidad ilimitada del ser humano. El camino de la soledad que ella vivió, en su retiro voluntario, después de los constantes fracasos de sus exposiciones artísticas, no se trató de un aislamiento social, sino de la virtud para encontrar la paz interior, sin dependencias morales o afectivas, de esa religión heredada que la extorsionaba con la excomunión, si continuaba pintando la piel desnuda de los campesinos y de los indígenas muertos de hambre. En pleno siglo veintiuno, rodeados por una sociedad consumista, materialista y ambiciosa, que solamente piensa en el derroche de esos egoístas que únicamente quieren satisfacer los sentidos, el estilo de vida de nuestra genial pintora, Débora Arango Pérez, adquiere una relevancia aún mayor, porque en esos momentos de soledad, como los que ella vivió en su encierro voluntario, podemos llegar a comprender la evolución de nuestra conciencia, hacia esa quinta dimensión sin espacio y sin tiempo de la unidad eterna de sabiduría. El arte nos recuerda y nos muestra la naturaleza celestial de nuestras vidas y, Débora Arango Pérez, nos introduce en la creación de un universo mágico, que se puede moldear a nuestro antojo, como lo hizo ella, con los colores intensos y vibrantes de su pasión y de sus deseos.

La genial pintora nos motiva a crear nuestro propio universo, aprendiendo a pensar y aprendiendo a moldear la realidad material que percibimos, sin aferrarnos a las cosas materiales que no podemos llevar a ningún lado en nuestro proceso evolutivo. Débora siempre pensó qué al fortalecer nuestra propia fuerza interior, a través del pensamiento, nos volvemos más eficaces para enfrentar los desafíos que nuestra milagrosa vida nos presenta. La famosa obra artística de la genial pintora antioqueña, contiene la sabiduría y la experiencia de toda una vida dedicada a la reflexión y al aprendizaje, porque a lo largo de la carrera artística de nuestra querida paisana, encontramos muestras de una sabiduría que nos reta a crecer como seres humanos, a enfrentar la vida con coraje y prudencia, y, a pesar de que estos cuadros fueron pintados desde hace muchos años, su mensaje sigue trascendiendo el tiempo y sigue siendo importante para nuestro querido país, que sigue sumergido en la misma violencia que asesinó a Jorge Eliecer Gaitán, el caudillo del pueblo, y a miles y millones de campesinos hambreados y sin tierra. En todas las pinturas de Débora Arango Pérez, encontramos mensajes sobrecogedores que nos inspirarán a ser mejores personas, porque ella fue una excelente mujer, que nos enseñó a aceptar las diferentes condiciones de la vida, sin apegarnos emocionalmente a ellas, porque ese desapego nos brinda una maravillosa libertad interior, que nos permite adaptarnos con tranquilidad a los cambios y a los desafíos que enfrentamos en este país, en el que la educación es un privilegio de los habitantes de las grandes ciudades y de los ricos; también nos enseñó que no debemos buscar la felicidad en la acumulación de cosas materiales, porque la verdadera felicidad y la completa realización, no se encuentra en posesiones económicas, ni en circunstancias externas, y ella nos probó, con su carismática vida, que la felicidad y la realización, se encuentran en nuestro interior, aprendiendo a pensar y trabajando en la perspectiva de otras dimensiones de la vida. ¿Y cómo se pueden lograr esos pensamientos?... Asumiendo una actitud positiva y decidiendo, como lo hizo ella,  que todos los días vamos a ser muy felices haciendo lo que nos gusta, y por eso fue que, nuestra genial artista, siempre actuó con amor y rectitud en todas sus acciones, y aunque se tuvo que aislar voluntariamente, porque el estado y la iglesia católica, la perseguían por ser una luchadora en favor de los derechos humanos, continuó su trabajo silencioso, sin negociar la ética y la honestidad, que son fundamentales en la construcción de una profesión tan significativa y tan especial como la suya. El arte es autónomo y no se puede catalogar de moral o inmoral, y el arte no puede negociar pactos de paz, con los esbirros de una oligarquía corrupta que, sistemáticamente, han mantenido al pueblo sumergido en la esclavitud de la ignorancia, y por esa razón era que, Débora, cada que tenía la oportunidad, alentaba a sus familiares y amigos, a asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, y como nunca estuvo dispuesta a pintar lo que el arzobispo de Medellín le insinuaba, decidió continuar con su trabajo silencioso, en la calidez de su maravillosa “Casa blanca”, en la que no dependía de factores externos, para convertirse en una de las artistas más prestigiosa de nuestro país. Nunca se lamentó por todos los atropellos que sufrió en el pasado, y con una leve sonrisa en su rostro, decía que esas dificultades la ayudaron a ser la aprendiz de artista, que convertía a sus enemigos en sapos, y fue esa actitud, la que le ayudó a construir un futuro mejor. Nunca estuvo obsesionada con la búsqueda del placer en una pareja, y canalizó todo ese amor que guardaba en su corazón, para buscar una satisfacción más profunda, en sus experiencias, en su crecimiento y en su consolidación como artista. Débora Arango Pérez, encontró un equilibrio emocional que le permitió vivir con más plenitud y control, mientras que desarrollaba su colorida e impactante obra artística, recorriendo el camino del aprendizaje sin titubear y con mucha determinación, para enfrentar todos los problemas que se le presentaban en una sociedad parroquial y machista, que se avergonzaba de la desnudez del cuerpo humano y que trataba de obstaculizar la libertad del pensamiento creador. Con mucha confianza en el amplio universo que le abrían los caminos del arte, avanzó con paso firme en la construcción de una obra cultural invaluable, dando muestra de una gratitud inmensa con su familia, con Envigado, su tierra natal, y con todas las personas que le permitieron consolidar su carrera artística. Siempre tuvo un inmenso deseo de mejorar sus técnicas de pintar, y esa actitud la condujo a buscar maestros internacionales y a visitar los más importantes museos en Europa; conocimientos que la ayudaron a desarrollar su máximo potencial como artista. Nuestra querida pintora, encontraba una satisfacción muy grande en todo lo que hacía y esa pasión la llevo a soportar todas las dificultades que se le presentaron, y le ayudó a encontrar una profunda paz interior, que se reflejaba en su rostro. Siempre cuidó de su bienestar físico y emocional, y eso le dio la fortaleza y la energía para trabajar y perseverar, superando el miedo a un destierro, por estar en favor de los pobres, muy parecido al que sufrió Gabriel García Márquez. Destierro inmisericorde que le tenían pronosticado los politiqueros de la capital de la república y, superar esos miedos, le dio poder para enfrentar esas situaciones difíciles con valentía y determinación, manteniendo la calma y la lucidez mental, que la llevaron a tomar decisiones muy acertadas, que le permitieron conservar intacta su obra artística de inmenso valor, para dejar un legado cultural importantísimo, que es la culminación de una vida muy bien vivida, que la llevó a convertirse en esa pintora espectacular que todos llevamos en el corazón.

Aprender de sus traumáticas experiencias, en el difícil camino del arte, en un país que no apoya ninguna de las manifestaciones culturales, nos puede servir como un punto de referencia, histórico, para continuar con la lucha en favor de esos derechos humanos, sistemáticamente violados por los corruptos de turno, que no les interesa que el pueblo aprenda a pensar, para poder conservar sus privilegios. La contemplación de su maravillosa obra, nos va a permitir crecer y madurar como seres humanos, porque la sabiduría se cultiva a través de esta milagrosa oportunidad de vivir, en la que, por lo menos, debemos descubrir, ¿cuál es el objetivo de nuestra vida en el universo?... Débora Arango vivió con determinación, con perseverancia y eso le permitió perseguir sus sueños y objetivos, viviendo cada día con mucha intensidad y profundo significado, en la maravillosa evolución de su conciencia hacia el infinito.

Jorge Soto Builes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta historia empezó el día en el que, caminando por el centro de Medellín, en uno de los andenes de la carrera Bolívar, encontré un sujeto vendiendo toda clase de objetos viejos. Sobre una lona de tela, tenía varias vasijas de bronce, zapatos de segunda y hasta de tercera mano, ollas a presión, estufas eléctricas, alicates, destornilladores, muñecas, carros de juguete, blue jeans gastados, flores de plástico y unos cuadros para decorar. En aquella tienda miserable, mis ojos contemplaron la pintura de una adolescente medio desnuda, que me llamó la atención. Tomé el cuadro entre mis manos y sentí la fuerza impresionante de una obra artística, que me hizo sentir muchas emociones. Aquel hermoso cuadro estaba firmado por Débora y un emocionante escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Recordé la famosa pintora de mi pueblo, que se llamaba, Débora Arango Pérez, y tratando de ocultar la emoción que me embargó, le pregunté al dueño del humilde negocio:

-      Amigo, ¿cuánto vale esta pintura? – le dije, girando el cuadro, para que viera que estaba muy comido por el comején y, extrañamente, enmarcado con un vidrio de color gris en la parte de atrás.

El sujeto me contestó que valía tres mil pesos, sin salir del mutismo en el que, seguramente, lo hundían la cantidad de problemas que se reflejaban en su angustiado rostro. Aquella cifra tan insignificante, alejó todas las sospechas de mi mente, porque el valor de los materiales para la elaboración de un óleo de esas dimensiones, con toda seguridad, debía de ser superior a esa cifra. Nadie me estaba haciendo trampa, nadie estaba jugando con mis emociones, porque aquella ridícula cantidad que pedía el buen hombre, por el cuadro, estaba lejos de cualquier engaño. No quise pedir rebaja, aunque sólo tenía los tres mil pesos y un puñado de monedas, para subsistir el resto de mi vida, después de que el ejército nacional de Colombia me secuestró dentro de las instalaciones de la universidad de Antioquia, me torturó y me entregó a los paramilitares para que me asesinaran. Con las manos temblorosas, saqué los billetes de mi cartera y pagué ese hermoso cuadro que ahora era mío.

-      Señor, ¿me puede contar de dónde saca estas cosas tan lindas que, usted, vende? – Le pregunté, tratando de averiguar el origen de la pintura.

-      Yo soy un reciclador y en la basura encuentro muchas cosas que la gente puede reutilizar. Entonces, yo vengo todas las tardes, y pongo este negocio en el que me consigo unos pesos extras.

-      ¿Y en qué parte de la ciudad recicla? – le pregunté, nuevamente, tratando de encontrar más información.

-      Yo siempre reciclo en Envigado, que es en la única ciudad de Colombia en la que sacan a la basura televisores, estufas, colchones y camas, en buen estado.

Esas palabras del reciclador fueron música para mis oídos, porque la pintura provenía de mi tierra, Envigado, la cuna de Fernando González Ochoa, el escritor y filósofo, y de la mismísima Débora Arango, autora de esa pintura, y una de las mujeres más espectaculares de nuestro país en toda su historia. Le di las gracias al humilde vendedor y me fui completamente feliz, abrazando aquel cuadro espectacular que, donde resultara ser original, podría valer muchos millones de pesos. El marco del cuadro se estaba cayendo a pedazos entre mis dedos, muy afectado por la plaga del comején, pero ese problema era lo de menos, porque la pintura estaba en buen estado y conservaba el color y todos los trazos característicos de la famosa pintora. Una inmensa emoción agitaba todo mi cuerpo. Tomé el autobús muy cerca del parque de Berrio y, por el largo camino, me fui observando todos y cada uno de los detalles de esa hermosa pintura, que me atrapaba y me sumergía en el universo mágico del arte.

Llegué casi hasta el parque de Envigado y me fui caminando las diez o doce cuadras que me separaban de mi habitación en el barrio “Alcalá”, en la misma casa donde nací hace muchos años, atendido por una partera amiga de mi pobre madre, que se llama doña Gabriela, una señora evangélica que, además, recibía a nuestros familiares en su casa, cada vez que mi padre perdía el empleo y nos sentíamos acosados por el hambre y la pobreza absoluta. Coloqué la pintura en una de las paredes de mi cuarto y me quedé observándola, como atrapado en la magia de la sensualidad de aquella hermosa chiquilla, que sujetaba entre sus dedos una flor. Me embargó una emoción indescriptible, como sintiendo el impacto de la pasión de la genial artista. Aquellos sentimientos eran nuevos y muy extraños para mí, porque, legalmente, nunca había sido ni un fanático, ni un estudioso del arte y de la pintura, aunque sé que en nuestro país han existido pintores de la talla de Fernando Botero, de Enrique Grau, de Omar Rayo, de Pedro Nel Gómez y de muchos otros, que en este momento no puedo recordar.

Casi no pude dormir aquella noche, porque me acosté sin comer nada. Mi cuerpo convulsionaba sin césar y sumergido en una fiebre intensa, soporté el dolor de todos mis huesos en una noche de perros, en la que solamente podía pensar en esa pintura de Débora Arango, que se tendría que convertir en la única salvación a mi desesperada situación económica. Revisé mis bolsillos y sólo me quedaban cincuenta pesos, que no alcanzaban ni para un pan, ni para un café y ni siquiera para un pasaje en el autobús. Apenas estaba amaneciendo, pero no pude resistir más. Salté de la cama. Descolgué el cuadro de la pared y sumergido en un éxtasis desconocido para mí, me puse a revisar el marco deshecho, que se desmoronaba con facilidad bajo la presión de mis dedos. Busqué un bisturí y empecé a cortar las cintas de papel que lo sujetaban al vidrio gris, que extrañamente lo protegía por detrás. Retiré el vidrio con mucho cuidado y resultó ser un espejo, que no me explico por qué o para qué se lo colocaron ahí. Lo importante era que la pintura estaba en buen estado y eso me tranquilizó un poco. Dejé la pintura sobre la cama y me metí al baño para darle una ducha de agua fría a mi cuerpo deshidratado. La casa estaba en completo silencio y aunque tenía un hambre terrible, salí a la calle, con la pintura salvadora en mis manos, sin atreverme a despertar a doña Gabriela, para que me diera la taza de agua de panela con limón que me obsequiaba todos los días. Me sentía muy débil, pero sacando fuerzas de mi alma, me dirigí en busca de la carrera cuarenta y tres, con la calle treinta y dos, que era por donde quedaba la “Casa blanca” de la famosa pintora.

Avancé, lentamente, como haciendo tiempo para que terminara de amanecer y no llegar muy temprano a la cita con la reconocida artista. La ciudad hacia rato había despertado y en las calles todas las personas se movían precipitadamente, en busca de sus lugares de trabajo. Mi casa no quedaba tan lejos de la mansión de la pintora y, antes de lo esperado, doblé en la última esquina y pude contemplar a dos mujeres y un hombre viejo, como haciendo fila al frente del jardín de la casa. Me acerqué lentamente y de mi boca se escapó un breve saludo.

-      Buenos días.

-      Buenos días, señor -, contestaron los otros tres con amabilidad.

No pregunté nada más. Me quedé esperando en silencio, hasta que apareció una mujer de raza negra y de sonrisa fácil, que nos dijo:

-      Ya estamos terminando de hervir el chocolate, para servirles un desayuno bien caliente y bien delicioso.

La esperanza de comer alguna cosa, me hizo permanecer estático y, con el cuadro abrazado contra mi pecho, no pude revelar el verdadero motivo de mi visita. Permanecí ahí parado y fui otro más, de los limosneros que llegaban todos los días hasta el comedor de la abnegada artista.

Nos sirvieron chocolate con leche, huevos revueltos, arepa con mantequilla, dos tostadas y un pedazo de queso, me senté en la acera, coloqué el cuadro a mi lado y devoré el desayuno más rápido de lo que la buena educación lo hubiera permitido. Sentí vergüenza conmigo mismo, por tragarme el desayuno casi entero, pero todos cómo que estábamos hambreados, porque las bandejas quedaron limpias en unos pocos minutos. Las mujeres y el anciano, dieron las gracias y yo me quedé mirando a la mujer afrodescendiente, que me preguntó:

-      ¿Desea algo más?

-      Si, señora, necesito hablar con doña Débora.

La mujer se quedó mirándome unos segundos y después de que posó los ojos sobre la pintura que yo tenía abrazada contra mi pecho, me dijo:

-      Siéntese por ahí y espere unos veinte minuticos, mientras que yo le llamo a la señora.

La amable mujer se fue. Yo me quedé, de pie, contemplando las hermosas matas del colorido jardín   y no habían pasado ni siquiera dos minutos, cuando apareció la misma Débora Arango en persona.

-      Buenos días, jovencito, ¿qué se le ofrece por aquí?

-      Buenos días, señorita Débora – dije sin saber cómo la debía de tratar -, es que compré esta hermosa pintura y vine a ver si usted es tan amable y me certifica su autenticidad.

La reconocida pintora se quedó mirando mi cuadro, con una amplia sonrisa en su rostro y me dijo:

-      Esa es la copia de una de mis pinturas, que hizo una estudiante de apellido Rodríguez, si mal no recuerdo, porque, de vez en cuando, vienen unas muchachitas del colegio a que yo les enseñe a pintar… ¿y cómo la conseguiste?

-      Yo se la compré, anoche, a un señor en Medellín.

A la famosa pintora la historia de mi cuadro cómo que le cayó en gracia, porque reía y reía sin parar.

-      Ah, bueno, por lo menos mis alumnas venden algo, que es lo que yo casi no he podido hacer – y sin dar más explicaciones me preguntó:

-      ¿Y tú qué haces en la vida real, aparte de comprar copias de mis pinturas?

-      Yo estudiaba ingeniería química en la universidad de Antioquia, hasta el 29 de agosto del año pasado, que fue el día en que el ejército nacional de Colombia me agarró, dentro de la ciudad universitaria, y me llevaron preso para el batallón bombona – terminé de decir un poco avergonzado.

-      ¿Y por qué te capturaron? – me preguntó, la artista, como asustada.

-      Es que el 27 de agosto asesinaron al doctor, Héctor Abad Gómez, un médico que era el padrino mío y como estábamos protestando por todos los profesores y estudiantes masacrados, entró el ejército y me cogieron allá adentro. Me tuvieron detenido ilegalmente, me torturaron durante dos días y, al tercer día, me entregaron a los paramilitares para que me ajusticiaran y yo me les escapé.

-      ¿y, ahora, no estás estudiando?

-       No, señora, porque la universidad está cerrada y, además, yo no puedo volver por allá, porque esos señores del DAS, me están buscando para matarme.

-      Qué complicada es la vida en este agitado país – dijo la buena mujer, como preocupada con mi historia - y, entonces, ¿qué piensas hacer?

-      Por el momento estoy escribiendo la crónica de vida de mi difunto padrino, el doctor Héctor Abad Gómez, que era un hombre muy importante para el departamento de Antioquia y para los derechos humanos de este país. Vivo dónde una amiga de mi mamá, aquí en Envigado, pero siento mucha vergüenza, porque ella es muy pobre y casi no tenemos nada para comer –terminé de decir, con la voz casi quebrada por la impotencia.

-      Yo te puedo colaborar con el desayuno y con la comida, para que sigas viniendo todos los días a visitarnos y, por ahí derecho, te voy contando mi historia que también es muy sufrida, pero muy linda, a ver si algún día me inmortalizas escribiendo otra de tus crónicas de vida.

-      Bueno, señora –. Le dije, muy feliz, porque la cosa se estaba poniendo buena para mí.

-      ¿Y cómo te llamas? – me preguntó la dulce pintora, que ya me estaba cayendo bien.

-      Jorge Soto Builes, para servirle.

-      Venga pues, Jorgito, yo le muestro el original de esa humilde obra que usted adquirió y también aprovechamos para que conozcas el taller donde se hacen realidad todos mis sueños.

Ingresamos en ese santuario maravilloso y sumergido en la magia de la creación artística, me quedé hablando con la increíble Débora Arango, hasta las cinco de la tarde de ese espectacular día.

 

En esos días yo estaba aguantando hambre como un perro y con mucha vergüenza recuerdo que después de haber desayunado bien, a la hora del almuerzo me dieron frijoles con chicharrón, huevo frito, patacones y aguacate, y me comí todo eso con un apetito voraz. Después de verme comer con muchas ganas, la genial pintora me dijo:

-      Espero que, de verdad, escribas un libro sobre mi vida, para que podamos seguir educando a nuestro pueblo, porque yo, Débora Arango Pérez, quiero enseñarles a los jóvenes de Antioquia la grande, que el éxito está al alcance de todos, pero solamente lo logran aquellos que son capaces de transformar sus sueños en realidades palpables; también les quiero enseñar cómo superar los obstáculos sociales, culturales y religiosos, para alcanzar las metas más elevadas. Prepárate para escribir una crónica con las sentidas experiencias que he vivido, porque en medio del ir y venir de la vida cotidiana, en la provincia, es posible que nos encontremos atrapados en la sencillez de las obligaciones diarias, y en medio de los deseos y sueños, que parecen llenar la totalidad de nuestro pensamiento y de nuestro tiempo, sin poder darnos cuenta que somos unos seres celestiales con una grandiosidad absoluta. Todos los días nos enfrentamos a nuevas oportunidades, a decisiones y desafíos, y es, de la forma en la que enfrentamos estas circunstancias, donde se encuentra el verdadero potencial de transformación, y no podemos dejar que el miedo, la duda o la comodidad, no nos permitan aspirar a ser mejores seres humanos en nuestras vidas. La mente, con su maravillosa capacidad para influir en nuestra percepción y actuaciones, se convierte en el centro de todos los procesos creativos que emprendemos para mejorar.

En el proceso evolutivo de mi consciencia y de mi carrera artística, fui descubriendo como la mente y el pensamiento, influyen poderosamente en todas las circunstancias de la vida, y he podido descubrir la conexión entre el pensamiento, la acción y los resultados verificables. Estas experiencias han clarificado la forma en que percibo la grandiosidad humana y cómo podemos aprovecharlas para crear pinturas, cerámicas, posturas filosóficas y todo lo que deseemos. Una de las observaciones más importantes que he tenido, fue descubrir el poder del pensamiento humano. Mi dedicación a las actividades artísticas y el proceso evolutivo que sufrió mi pensamiento, me han demostrado que una actitud optimista, mejora tu estado emocional y tiene un impacto directo en el rendimiento de tu poder creador. La mentalidad positiva aumenta la creatividad y la capacidad para superar todos los obstáculos que se presentan en nuestra sociedad inculta, desigual y violenta; estado emocional que te ayuda a fortalecer el carácter, para poder lograr las metas que te propongas. En un retiro voluntario, que decidí tomar en mi taller de pintura, descubrí que podemos entrenar nuestro cerebro y nuestra mente, para crear modelos de pensamiento más constructivos y positivos, y esto influye en nuestra capacidad para enfrentar y solucionar problemas de la mejor manera, y poder lograr grandes objetivos. Este proceso evolutivo del pensamiento, me sirvió para mejorar la concentración, obtener más ideas creativas y lograr una absoluta claridad mental. Este ejercicio cerebral, promueve la salud en general y me demostró el impacto directo, en la toma de decisiones efectivas y en la habilidad para mantener los objetivos e intereses, a largo plazo. El pensamiento positivo es una fuerza muy poderosa para lograr el éxito y la felicidad, en esta maravillosa oportunidad de vivir, porque el pensamiento positivo tiene el potencial de hacer evolucionar nuestras mentes y nuestras vidas, manteniendo esa forma de pensar beneficiosa.

Otra de las principales enseñanzas que me ha dejado mi humilde carrera artística, es la de mantener un deseo intenso y me refiero a un deseo apasionado, claro y perfectamente definido, para alcanzar una meta. No debe ser un deseo superficial y pasajero, sino un deseo como lo fue mi deseo de ser una gran artista, para poder decir muchas cosas que, al final, pudieron decir mis pinturas. Mi pasión por el arte fue una pasión intensa, que me impulsó a la acción constante, durante toda mi vida, y a la perseverancia, cuando la iglesia católica, apostólica y romana, me cuestionó, me juzgó y me excomulgó moralmente, por el solo hecho de pintar la piel desnuda de los indios hambreados de este país. Fue ese deseo de ser una artista, tan intenso, que se convirtió en una obsesión positiva, que ocupaba permanentemente mi pensamiento y me motivaba a luchar por los derechos humanos, que son constantemente pisoteados en nuestro país. De mis padres, de Jesucristo y de la biblia, aprendí a conocer la fe y, al final, comprendí que la fe es la creencia en uno mismo, y en la posibilidad de lograr los sueños y los objetivos deseados. Tener fe, es tener confianza profunda y positiva, en que las acciones y los esfuerzos que hacemos, nos conducirán a lograr las metas deseadas y la felicidad. La fe actúa como una fuerza que atrae las oportunidades y las circunstancias favorables, para las personas que tienen la fortuna de poseerla, sin importar el grado de dificultad que tengan las metas que nos propongamos. Mis metas y mis deseos, fueron especialmente difíciles, porque en esa época no existían mujeres triunfadoras o reconocidas en el amplio universo de las actividades culturales y artísticas, que estaban casi completamente monopolizadas por los hombres. Mi vocación artística fue prácticamente una autosugestión, porque fue una influencia consciente y deliberada, sobre mi propia mente, a través de deseos, pensamientos y visualizaciones muy constantes. La autosugestión es un procedimiento muy poderoso, para moldear nuestras vidas, porque podemos influir en nuestra mente subconsciente, mediante la repetición constante de afirmaciones constructivas, porque al repetir esas afirmaciones con mucha fe, creamos una programación mental que refuerza nuestra creencia en las múltiples capacidades que nos ofrece la grandiosidad humana, porque al cambiar la forma en que pensamos a cerca de nosotros mismos y de nuestras circunstancias, ya sean favorables o desfavorables, podemos cambiar nuestras formas de enfrentar la vida y, en última instancia, podemos cambiar los resultados a nuestro favor. Después de haber desarrollado una experiencia y unas habilidades artísticas y creativas, pude contemplar con más autoridad intelectual y moral, las grandes equivocaciones y los múltiples atropellos, contra los derechos humanos, que comete la clase gobernante de nuestro país, y es por esa razón, que se ha perseguido a casi todos los intelectuales y todos los artistas, que se atreven a opinar sobre la desigualdad cultural, económica y social, de nuestra sociedad.

Para mí, Débora Arango Pérez, una humilde pintora de Antioquia, fue imposible aceptar que la mujer, ese ser maravilloso que origina la vida del ser humano, fuera tratada de una forma tan humillante, en una sociedad retrograda que nos consideraba como objetos o seres de segunda; una sociedad que hasta hace poco no nos permitía decidir en las elecciones políticas, en una sociedad que nos hacía trabajar más horas, por un salario más bajo que el de los hombres. También hemos tenido que soportar a la iglesia católica, que nos colocó el rótulo de pecadoras, que nos oprimía y les daba la libertad, a los hombres, para que nos maltrataran y nos mantuvieran sumisas como si fuéramos sus esclavas. Yo preferí el escarnio público, mientras luchaba con el arte silencioso de mis pinturas, para reivindicar los derechos de las mujeres y de los grupos étnicos minoritarios, antes de permanecer en silencio, pintando bodegones y flores, e ignorando la tiranía y la corrupción de la burguesía terrateniente, que asesina sistemáticamente a los líderes sociales. No me importó que la iglesia y el gobierno me persiguieran, pero mi sensibilidad artística no podía permanecer en silencio, ante los atropellos que se cometían y cometen contra el pueblo. Voy a tratar de buscar en estos últimos días de mi vida, con la credibilidad que me da mi exitosa carrera artística, la divulgación de mi verdadero pensamiento, a ver si entre todos logramos obtener un poquito de justicia social y de libertad; esa libertad generalizada por la que lucharon el general simón Bolívar y Jorge Eliecer Gaitán; esa libertad que esta burguesía privilegiada, que se tomó el poder desde hace muchos años, no ha hecho más que obstaculizar una y otra vez. El pueblo colombiano deja la sangre y la vida, en las barricadas de esos pobres jóvenes sin oportunidades, que pelean con piedras contra los proyectiles que disparan los policías de la burguesía indolente, para demostrarnos que la juventud se cansó y que ya no puede soportar más la tiranía moral de la iglesia católica, ni la tiranía física de un gobierno de corruptos, que no les interesa los sufrimientos de las pobres mujeres desamparadas, y es, por todas esas injusticias, que mis pinturas siempre van a destilar lágrimas y sangre. Nunca acepté que en nuestro país pudieran existir seres humanos, que tengan el corazón tan corrompido para someter la ciudadanía a una guerra civil permanente, en la que los campesinos pobres y sin educación, participan perdiendo todo, hasta la vida, en vez de aprovechar los talentos personales y las riquezas de nuestra tierra. Después de haber vivido casi un siglo, con preocupación observo que la burguesía continúa arrebatando la tierra y los derechos adquiridos, con mucho sacrificio, por los trabajadores. Todos los habitantes de Colombia continuamos viviendo momentos muy difíciles, aunque hayan cambiado un poco la visión sobre las actividades artísticas y, por lo menos, ya han reconocido mi silenciosa labor y han permitido que exponga mis cuadros en lugares respetables, sin recibir ninguna agresión.

Es que el pensamiento de los seres humanos va evolucionando lentamente y cada vez que pueden observar una pintura, o cualquier clase de actividad artística, antes desconocida para ellos, establecen nuevas conexiones neuronales en su cerebro y empiezan a comprender el mensaje de los que pensamos con absoluto amor; pero estoy hablando de personas inteligentes y de buen corazón, y nunca de sujetos malvados e ignorantes, como el difunto Laureano Gómez, que me persiguió toda la vida, sin que, él, pudiera comprender el significado de una humilde pintura.

La primera vez que observamos una buena pintura nos pude parecer interesante, pero la segunda vez que la apreciamos, la podemos entender un poco mejor, hasta que llega el momento en que podemos sentir todo el amor y toda la pasión que motivó al artista para su creación. El observador de arte empieza a mirar la obra y, al poco tiempo, siente el impacto de una inmensa fuerza en su mente, en el momento que puede visualizar la idea del artista y la incorpora en su proceso evolutivo, como una nueva experiencia de vida; porque desde ese momento, no será capaz de apreciar la miseria de la gente, sin sentir un profundo dolor en su corazón. Es de esa forma que he colaborado con mi obra pictórica, para que el pueblo colombiano vaya despertando de su letargo ancestral, conociendo y evolucionando, hasta el día en que se abran nuevas ventanas de sabiduría y seamos capaces de cambiar el sistema de gobierno que nos ha dominado y explotado en los últimos cien años, de los que he sido víctima y testigo, en carne propia, de sus atropellos.

Me dediqué toda la vida, con una enorme pasión, pero con muy poco reconocimiento, a pintar las realidades de nuestro país, para levantar una voz de protesta a través del arte, que contribuya con una nueva visión a los futuros arquitectos del cambio, que, con toda seguridad, van a dignificar a la maltratada mujer colombiana, porque esta es una sociedad machista que no está dispuesta a que la mujer se exprese libremente. El aprendizaje a través de la pintura, es un proceso lento pero natural, en el que se van a tener que esforzar mucho los inquisidores de mi excomunión, que se han perdido en el celibato y en la práctica, antinatural, de avergonzarse del maravilloso cuerpo humano. Nunca han podido comprender que la piel de una mujer, es solamente una piel, y que un seno desnudo es solamente una glándula mamaria desnuda, y que el arte no tiene nada que ver con los tratados de esa falsa moralidad, que los ha conducido al homosexualismo y a la pederastia; prácticas antinaturales que alejaron a mi pobre hermana, Catalina, la que se fue de monja, de su criminales y asolapadas instituciones. Fueron muy pocos los días que ella permaneció en el convento, pero fueron suficientes para que pudiera ser testigo directa, del acoso sexual y de prácticas tan pecaminosas, que aprendió a aceptar mis dibujos de cuerpos desnudos, como simples pinturas de las humildes y desnutridas indias. Ella me contó todo lo que observó y todas las agresiones sexuales que tuvo que soportar, cuando, hasta la hermana superiora, trataba de meterse en su cama a media noche, para abusar de ella, y fue tan grande su decepción, que aceptó y aprobó, la comentada pintura que hice del arzobispo y sus dos libidinosos monaguillos, como una protesta ante los atropellos y abusos sexuales que sufren las mujeres.

No sé en qué momento de mi vida, fui marcada con el signo trágico del artista, que me obliga a amar y a pintar a cada uno de mis semejantes, viendo la realidad de la vida de una forma especial; de una manera en la que los seres humanos me conmueven profundamente, mientras que los directores morales que heredé de mi familia, los dirigentes de esa iglesia ambiciosa y torturadora, en la que me bautizaron mis padres, caminaban robustos y satisfechos en medio de sus elegantes mansiones, disfrutando de exquisitos manjares, mientras que las indias, las campesinas y las negras, se desmayaban de hambre en la puerta de “Casa blanca”; esa hermosa casa que nos dejaron de herencia nuestros padres y que me sirvió de refugio para trabajar y para atender los mendigos que llegaban hambreados, hasta el punto en el que habían tantos pobres, que mis hermanos empezaron a quejarse de la situación, dizque porque yo había convertido la casa en un asilo de ancianos  y de limosneros. En ese tiempo nunca dije nada de los sacerdotes, a pesar de tener que soportar sus críticas constantes y esos atropellos, de los que fueron conscientes mi padre y mi madre, los dos grandes pilares de apoyo y resistencia, que me permitieron desarrollar mi difícil, pero, al final, y sólo al final, mi satisfactoria y hermosa carrera artística. Todo resultó demasiado complicado para mí, porque en cualquier otro oficio, el aprendiz recibe las indicaciones precisas de lo que tiene qué hacer, pero por desgracia, en Colombia y de pronto, hasta en todo el mundo, las pintoras de la grandiosidad humana éramos muy pocas, porque en ese tiempo, a las mujeres nos trataban como propiedad de los hombres. Sin la posibilidad de participar en las actividades políticas, sin poder económico y sin ninguna clase de oportunidades, inicié mi carrera completamente a ciegas, por una maravillosa pasión que se agitaba en todo mi ser y me conmovía hasta las lágrimas, sin esperar ninguna recompensa material, y con el único ánimo de divertir y de servir, dibujando la vida sagrada de mis maltratados semejantes, que eran explotados por una oligarquía de apellidos muy conocidos como los de los Gómez, los Lleras, los Ospina, los Santos, los Pastrana, los Barco, los valencia y los Rojas, que hasta a mí, una humilde pintora de provincia, me hicieron la vida imposible, persiguiéndome casi durante cuarenta años, porque me atreví a pintar unos pobres negros que el ejército de Colombia asesinó, el día en que la burguesía mandó a matar al caudillo del pueblo, Jorge Eliecer Gaitán. Fueron dos o tres cuadros los que pinté y en uno de ellos se ven unas ratas ruñendo el dinero, y no sé por qué motivo, se lo tomaron tan a pecho; seguramente porque el pecado los hizo sentir culpables y prefirieron callar a esta pobre mujer, que, para su propia satisfacción, se pudo encerrar a trabajar, cuarenta años, sin que nadie la pudiera mortificar. Si fuera por Laureano Gómez, por Álvaro Gómez Hurtado o por Mauricio Gómez, tres vástagos de la misma mata de asesinos, que aprendieron a matar, aunque a ellos también los alcanzaron a lastimar las balas y, desafortunadamente, cuando los muchachos pobres de la ciudad de Medellín aprendieron a asesinar, ellos tuvieron que huir, abandonando el país como ratas despavoridas y fue la única forma en que pude salir de nuevo a la luz pública.

Fui la auto encargada de enarbolar la bandera de la libertad, de la igualdad y de la dignificación de la mujer, sin saber por qué, unas pocas familias de apellidos repetitivos, viven en la opulencia y son los dueños de todo, mientras que los negros, los indios y los pobres trabajadores, tienen que vivir en la ignorancia, la miseria, el sufrimiento y la falta de oportunidades. El hombre Colombiano se debate en muchas conjeturas, desafortunadamente, casi todas erradas, y llega el día de nuestra muerte, sin que hayamos podido adivinar, ni siquiera, la verdad de lo que nos enseñaron nuestros padres, porque ahora, después de vieja y de boba, sólo me parece verdadero lo que construí con tanto esfuerzo, porque todas las oraciones vacías y sin sentido, que he rezado todos los días, para no quedarme dizque atrancada en el purgatorio, por culpa de las indias desnudas que pinté, cómo que se las llevó el viento y nadie las escuchó, porque los pobres siguen aguantando hambre y yendo a la escuela con los zapatos rotos, en amplias zonas de nuestro país, sin que al gordo monseñor García Benítez, que casi me excomulga, y a sus sucesores, les importe aunque sea un poquito.

En mi proceso evolutivo de esta vida de soledad, cuestionada y amarga, que me tocó, aprendí a pensar, porque todo lo que tú piensas y deseas con fuerza, se convierten una milagrosa realidad material, y con mi pensamiento y con mis ganas de vivir, fui capaz de detener la artritis y las pequeñas enfermedades que me fueron aquejando, para poder vivir casi un siglo completo, que me está garantizando el triunfo de mi amor y de mi pasión por mi actividad artística, sobre la ignorancia y la mala voluntad de una iglesia pecadora, y de una oligarquía despiadada. Fue mi actitud y mi profunda capacidad de amar, la que determinó todo lo que me sucedió en la vida, para bien o para mal; y fueron mis pensamientos y todo lo que vi en ese universo, que he moldeado con mi libre albedrío, lo que me llevó a descubrir la grandiosidad humana y, al final, estoy pensando que Dios me ha dejado para semilla, para seguir incomodando a “los godos”, a los hijos y herederos de Laureano Gómez, que ahora reposa en una tumba muy parecida a la de Jorge Eliecer Gaitán, convertidos en los dos polos opuestos de una lucha de clases por el poder, de una lucha por los privilegios, exclusivos, que los motivan para asesinar personas humildes, que sólo reclaman un pedazo de pan y un puñado de oportunidades para sus hijos. Siempre pensé que iba a ser una gran pintora, y, aunque muchos me decían que no sabía dibujar, insistí e insistí tanto, que al final recibí una condecoración de la gobernación de Antioquia y expusieron mis obras en el nuevo museo de arte moderno de la ciudad de Medellín, y ese día comprendí, que todo lo que nos sucede en la vida, obedece a nuestros principios, a nuestros pensamientos, a nuestros deseos y a nuestras creencias; leyes universales importantísimas, que todos los niños de Antioquia deben de conocer algún día. El pensamiento es una fuerza que muy pocas personas utilizan para superar las dificultades y conseguir el éxito en sus vidas; yo creo firmemente en su poder y voy a tratar de explicar su funcionamiento, para que los muchachos de nuestro pueblo, lo utilicen como quieran. En las largas horas de meditación, refugiada en mi taller de pintura, pude comprender esa fuerza del pensamiento que posee una cualidad mística; esa energía que explica la magia de las coincidencias y es la fuente de la grandiosidad humana. Comprendí que había encontrado algo efectivo y lo consideré muy místico, porque es una virtud maravillosa que poseen todas las personas; el pensamiento es una fuerza que siempre han sabido canalizar los afortunados, que han triunfado en todas las épocas de la existencia humana, pero que la gran mayoría de las personas no han sabido utilizar. Después de ese largo periodo de meditación y de intenso trabajo, llegué a la conclusión de que cualquier persona inteligente, puede alcanzar las metas que se proponga si aprende a pensar con intensidad. Estoy convencida de que, desafortunadamente, no podemos seguir practicando a ciegas, la herencia espiritual que nos dejaron nuestros padres, porque si lo hacemos, estaremos sometidos a la dictadura de unos sacerdotes completamente equivocados, que censuran las funciones biológicas naturales, tildándolas de pecaminosas, en contravía de lo que es normal. Fue por todos esos errores que se han cometido en contra de las personas, que he querido dejar esta crónica de vida, que solamente tiene el propósito de desarrollar el pensamiento y la iniciativa privada, de todos los que se tomen el trabajo de leerla. En mi reclusión voluntaria y artística, he tenido la oportunidad de leer muchos libros de filosofía, psicología, metafísica, magia negra, magia blanca, yoguismo, teosofía, cristianismo, nosticismo y muchos otros temas relacionados con el pensamiento humano. Algunos libros eran muy interesantes, otros demasiado profundos, pero ninguno aburrido y después de mí inmersión en el mundo de los grandes filósofos de la humanidad, mi vida empezó a ser orientada por el imperativo categórico de Immanuel Kant, que dice: “Actúa de tal manera, que la máxima de tu conducta, pueda convertirse en ley universal”. Es una frase que encierra una conclusión genial, porque los seres humanos tenemos los más variados intereses y preferencias, entonces será qué podemos juzgarlos mediante la escala moral que nos impone la religión que hemos heredado de nuestros padres, cuando en esa congregación, completamente machista, se permitía que los hombres pintaran cuerpos desnudos, mientras que a las mujeres nos exigían pintar escenas religiosas, bodegones y flores, para no ser cuestionadas y señaladas de seguir siendo las eternas pecadoras, candidatas a la excomunión extorsiva. La filosofía me llevó a percibir el valor de todas las preguntas que ahora debemos responder. ¿Cómo podemos convivir pacíficamente, en un país multiétnico y multicultural como el nuestro?... ¿Cómo podemos mantener nuestra autonomía de pensamiento, en una sociedad que ni siquiera respeta la diversidad de géneros?... ¿Cómo equilibrar las finanzas en un sistema de gobierno, en el que la gran mayoría no posee nada, mientras que los burgueses corruptos son los dueños de casi todo?... Yo, en mi encierro cultural y académico, empecé a preguntarme, ¿quién es el responsable de nuestro futuro?... ¿El estado corrupto, la iglesia católica, apostólica y romana o cada uno de nosotros por su cuenta?... Y fue para responderme esas preguntas, que emprendí una minuciosa investigación a través de esos libros, en los que descubrí a Immanuel Kant, un brillante pensador en asuntos de responsabilidad y un genio adelantado a su época, que tiene muchas cosas para decirnos a los colombianos, porque en estas hermosas tierras apenas está empezando el tiempo de la educación, que convertirá en una realidad el sueño del recientemente asesinado epidemiólogo Héctor Abad Gómez, que deseaba la paz y el progreso para todos los habitantes de Medellín y de toda el área metropolitana. Necesitamos de una nueva ilustración, para afrontar la llegada del siglo veintiuno, y podamos descubrir dónde empieza la responsabilidad individual o colectiva.

Para esta humilde artista, el hogar y el taller de pintura, son más que un lugar y se han convertido en un templo cultural para ayudar a las otras personas, y fue por ese gran amor que siento por todos los seres humanos, que empecé a estudiar filosofía, porque desde hace mucho tiempo, todo que lo que hago corresponde a un universo que va más allá de mí, y es el mundo de la cultura, del pensamiento y de la justicia. ¿Muchas veces me pregunté cómo iba a lograr a través del arte y de mis escasos recursos económicos, para asumir la responsabilidad y actuar con moralidad, en una lucha pacífica en favor de los derechos humanos?... No estoy luchando en busca de privilegios, ni por vanidad, ni por lujos, ni siquiera por posesiones materiales, porque estoy levantando una bandera cultural, por lo que es lo más básico, el derecho a la vida, el derecho al trabajo y el derecho a la libertad de tener una existencia digna. Fue en esa búsqueda sagrada de la grandiosidad humana, que encontré a Immanuel Kant, el precursor de la carta de las naciones unidas, de la constitución alemana, y el responsable de la unión europea; nacido en 1724, hijo de un artesano que fabricaba correas y bolsos de cuero, publicó un ensayo que se tituló así: “¿Qué es la ilustración?” en el que nos muestra el camino para salir de la ignorancia auto infligida, porque todos podemos pensar de manera autónoma, seguir la razón y actuar correctamente, porque no se trata de buscar el responsable de los crímenes que vienen sucediendo en nuestro país, sino de la construcción de nuestro futuro como nación. Nuestra atrasada sociedad parece necesitar instituciones que nos repriman y esclavicen, dejándonos claro, según ellos, que no podemos pensar en la reorganización de un estado que le brinde educación, vivienda y salud, a todos los habitantes de nuestro país. Nunca debimos llegar a este punto en el que no se respeta ni la vida, ni los derechos humanos, ni la libertad de las personas, dominadas absolutamente por la iglesia católica y por una burguesía corrupta, y fue en ese momento, cuando leyendo la obra de Immanuel Kant, descubrí una idea revolucionaria, radical, porque ya no va a ser el arzobispo de Medellín el que se va a sentar en el trono del poder, sino la razón, la que nos debe gobernar; es la capacidad de discernir principios universales y la capacidad de orientar inteligentemente nuestras acciones, la que va a gobernar nuestra vida y quien esté en condiciones de hacerlo, podrá crear sus propias leyes, porque el ser humano es libre por naturaleza, pero tiene que ser responsable de sus acciones. Nuestro país ha empezado a cambiar y en todos los sectores de la sociedad, se observan movimientos políticos y culturales que, de diversas formas, intentan liberarse del modelo alienante que nos ha impuesto la burguesía corrupta, aliada del imperialismo norteamericano. Vivimos en un modelo de gobierno que no tiene en cuenta consideraciones morales, ni éticas, y parece ser que solamente les importa el aspecto económico. Personalmente a mí, una humilde pintora de provincia, me parece que nuestra sociedad debe replantear la manera en que las personas miden el éxito, porque como no estamos actuando de manera sustentable y con visión de futuro, cuando medimos el triunfo o el fracaso, según la cantidad de cosas materiales que acumulamos, sin tener en cuenta ni la evolución espiritual ni la felicidad.

En mi carrera artística, fui descubriendo que la supuesta moralidad, estaba muy mal estipulada por los sacerdotes de una iglesia católica, que continúa practicando ese aberrante celibato antinatural, que los conduce directamente al homosexualismo.

¿Qué es lo moralmente correcto o incorrecto, cuando a los pobres sacerdotes los encierran en un convento, para que repriman una de las funciones biológicas más importantes, como lo es la de la reproducción?... Y, finalmente, pude comprender a qué se debía el escándalo y el rechazo que sufrí, cuando me atreví a pintar los senos desnudos y el vello púbico de las mujeres que ellos siempre tuvieron prohibidas, y que son la causa de su doloroso trauma. También comprendí el por qué, a los sacerdotes, les resultaba tan difícil cambiar su manera de actuar, y es porque nuestras organizaciones sociales siguen buscando soluciones a sus problemas, desde la conveniencia económica y no desde lo racional. Estoy segura que Immanuel Kant, no aceptaría las equivocaciones de una sociedad machista que victimiza a las mujeres y, seguramente, protestaría en voz alta, tratando de hallar el imperativo categórico, y buscaría una directriz para que los que ostentan el poder, obren correctamente, y, hasta de pronto, les diría a los del gobierno y a los de la iglesia católica lo siguiente: “Actúen honestamente, de forma que la máxima de su conducta, pueda convertirse en ley universal, porque los seres humanos tenemos las más variadas preferencias e intereses, y es por eso mismo, que no podemos juzgarlos con una escala moral dictada por unos célibes que están completamente alejados de la realidad. Immanuel Kant tenía clara la forma en que nos debemos de comportar, pero ese filósofo nunca se imaginó la obsesión de algunos gobernantes, por la acumulación de dinero y de propiedades, que no pueden llevar a ningún lado. ¿Qué haría Immanuel Kant, ante la ignorancia de un arzobispo que se escandaliza porque una adolescente dibujó los senos de una india desnutrida? ¿Seguramente también protestaría por el destierro que le hicieron a Gabriel García Márquez y a otros intelectuales, o les mandaría una carta a las naciones unidas, para que la burguesía colombiana deje de asesinar a los campesinos para despojarlos de sus tierras?... Immanuel Kant era muy optimista con la razón, pero muy pesimista con respecto a la humanidad, porque como seres humanos parece que no somos capaces de actuar de manera responsable y poder compartir un poco de lo que poseemos con los demás. El famoso filósofo de otro tiempo, tenía la razón, en que debemos de ser más sensatos, porque es la característica que hace a los seres humanos únicos, y es por eso que, como humanidad, tenemos obligaciones universales de los unos con los otros, basados en la razón. Somos responsables de todas y cada una de las criaturas del universo y debemos ayudarnos.

Estudiando a los grandes filósofos, adopté una filosofía de vida que declara, que tú eres igual de importante que cualquiera de las otras criaturas del universo… Encerrada en “Casa blanca” mi refugio, no pensaba solamente en mí, sino en todos y cada uno de los indígenas de La Guajira, del Amazonas y en los negros de las costas atlántica y pacífica. Colaboré con los campesinos y con los más pobres, porque comprendí que formamos parte activa y vital de la unidad eterna de sabiduría; porque comprendí que somos una de las principales fuerzas creativas en el universo.

¡Atrévete a pensar como nos lo sugirió Immanuel Kant, porque él, por encima de todo, trató de enseñar al ser humano a pensar por sí mismo y a rechazar los dogmas de todo tipo, que destruyen la razón y someten el libre pensamiento a ideas fijas!

¡El conocimiento, la ilustración y el pensamiento, no son fenómenos limitados, sino procesos en constante evolución!

Lentamente fui descubriendo que existe un hilo conductor, que une todos los pensamientos y los conocimientos del ser humano, que los hace útiles y eficaces, para todos los que deseen conocer y aprender, y que ese hilo conductor se puede resumir en una sola y poderosa palabra: fe. Es la maravillosa fe, la que permite que los enfermos se sanen mediante la sugestión, que otros logren el éxito produciendo resultados espectaculares en sus vidas. La fe es una fuerza que produce milagros y es un fenómeno que no se puede explicar con facilidad, pero no podemos tener dudas sobre su realidad, porque hay una cantidad de hechos que la prueban desde la antigüedad. Fue de esa forma, que mis ideas empezaron a dar vueltas, alrededor del inmenso poder del pensamiento y de la fe. Estoy segura de que las famosas brujas antioqueñas, poseían un secreto que pocas personas llegan a conocer realmente, porque ningún ser humano capta la verdad hasta que está preparado para recibirla, y, esa verdad, era el descubrimiento de la eternidad de esa conciencia, que les permitía moverse con libertad en la quinta dimensión, donde el espacio y el tiempo son relativos. Cuando les expliqué a mis hermanos y amigos, el poder del pensamiento humano, me encontré con la sorpresa de muchos de ellos, porque mientras que, para unos, era algo que ya conocían, para los otros era muy difícil entender. Yo imaginaba que la mayor parte de las personas sabía algo del poder del pensamiento, pero me di cuenta que estaba equivocada y que eran muy pocos los que sabían sobre el tema. La ciencia del pensamiento es tan vieja como la misma historia de la humanidad y los hombres inteligentes, de todas las épocas, la han conocido y la han estudiado. Afortunadamente todas las personas están empezando a darse cuenta, que existe una fuerza mental que todo lo puede y existen millones de seres humanos, que comprenden su funcionamiento y han comprobado que el pensamiento es una fuerza efectiva.

Toda la vida he sido una lectora constante y leí, todo lo que pude, sobre física cuántica y sobre la teoría de la relatividad de Einstein. También leí la “Ley de los fenómenos físicos” de Thomson Jay Hudson y, rápidamente, estaba sentando la base de una serie de conocimientos, que desencadenarían las fuerzas que habrían de llevarme a la consecución de todos mis objetivos. Existen personas que no saben nada del mágico poder del pensamiento y, al principio, me van a observar con incredulidad al tratar de exponerles esta ciencia. No ignoro que el pensamiento ha sido analizado desde muchos puntos diferentes, que van desde el enfoque religioso al metafísico, pero también comprendo que hay muchas personas que se alejan de todo lo que sea religioso o metafísico y que pertenezca al ocultismo, es por  eso, que estoy haciendo esta exposición en el lenguaje de una pintora humilde, que está convencida de que, pensando con sinceridad y hablando clara y sencillamente, se le puede transmitir a la gente cualquier mensaje, por complicado que parezca. Puede que hayan escuchado decir que cuando uno está convencido de hacer alguna cosa, siempre se consigue hacerla. Si crees que lo puedes hacer, entonces lo realizarás. La creencia y el deseo, son las fuerzas motoras que le permiten a cualquier persona alcanzar sus metas. Si estás enfermo y tus pensamientos te llevan a la convicción de que te vas a sanar, todas las posibilidades de sanar estarán a tu favor. Es la creencia o la fe, las que producen tu transformación física. “El milagroso don de la sanación”. Creo ciegamente, que cuanto más se aprende sobre el poder del pensamiento, seremos testigos de muchas más curaciones que hoy en día parecen imposibles para los médicos, porque en esta vida, todo puede suceder y la esperanza y la fe, son los factores más importantes para producir milagros, como lo fue el milagro de mi obra artística que le voy a dejar de herencia a toda la gente de Antioquia la grande.

Si en la capa más profunda del inconsciente, se consigue cambiar el modo de pensar, el ser humano podrá hacer lo que desee. Este es un tema muy estudiado por los médicos psiquiatras, y se ha podido advertir que algunos de ellos, especialmente los jóvenes, que conocen el desarrollo de la física cuántica, ya están de acuerdo con los argumentos relativos a la importantísima parte que juega el pensamiento, no sólo porque provoca determinadas enfermedades, sino también, porque puede curar las mismas, para poder llegar a sentir que hemos nacido para semilla, como yo, que sigo viva aunque casi todos mis hermanos y amigos hallan muerto. La gran mayoría de los médicos de este tiempo, son hombres de mentalidad abierta, aunque existen unos pocos que se niegan a admitir cualquier cosa que no se halla incluido en su programa académico, y en sus creencias dogmáticas. Esta resistencia al poder del pensamiento, no queda solamente limitada a los médicos, porque hay personas en otras actividades, como los de la iglesia católica y los del gobierno, que saben muy poco de la magia de la física cuántica, y cuyos cerebros se niegan a admitir cualquier cosa que quede por fuera de su radio de acción; cualquier cosa que esté por fuera del marco de su normalidad y esta es una terrible paradoja, porque muchas personas aparentemente inteligentes, perderán por su ignorancia, las grandes oportunidades que les puede brindar el poder del pensamiento, y estoy casi segura que todas esas personas, han hecho y siguen haciendo una aplicación inconsciente de esa fuerza universal llamada pensamiento, aunque sea para seguir robando el futuro a los negros del Urabá antioqueño, a los negros del chocó, a los negros del pacífico y a los pobres indios de la Guajira. Por otro lado, hay muchas personas que solamente creen lo que desean creer, rechazando todo lo que parezca oponerse a sus concepciones y pensando que todos los pobres campesinos son comunistas. Casi todos los hombres, cuyas ideas dieron origen a la civilización, en que hoy vivimos, fueron perseguidos, hostilizados y crucificados, por los ignorantes de sus diferentes épocas de vida, como lo hicieron con Jesucristo, con Gandhi, con Martin Luther King, con Jorge Eliecer Gaitán, con Gabriel García Márquez, con Héctor Abad Gómez y conmigo.

Todos los problemas que tuve que soportar en mi carrera artística, eran el reflejo de mi lucha interna entre esa tal santidad mal manejada, que predican los sacerdotes católicos encerrados en los conventos y monasterios, y el gran amor que yo sentía por los seres humanos, hambreados e imperfectos, que dormían en las aceras de la calle… Muchas veces fui amenazada con la excomunión y aunque me preocupaba mucho, porque estaba siendo mirada por toda la sociedad, como la más mala de las malas, quise contagiar a todos mis admiradores de esa supuesta maldad, que para mí era un profundo amor por el ser humano, reflejado en la desnudez de mis cuadros. No fui consciente de la evolución de mis pensamientos e ideas, que fueron desarrollándose en mi cerebro, porque ellas se fueron formando con todas las experiencias traumáticas que tuve en la sociedad secreta y dañina de las siervas de María Auxiliadora, que atropellaban nuestros derechos y nuestros pensamientos, con una falsa moral de la que sólo se escapaban las novicias que tuvieron el valor de fugarse con los vendedores de frutas que llegaban hasta el frente del colegio. Nadie conoce las dificultades de nuestras vidas y como todas las instituciones están ligadas, unas con otras, para seguir explotando a los pobres; porque la religión no deja de ser otra institución política y económica y, hasta de pronto, la más poderosa y rica de todas, que no podía permitir que una adolescente dibujara los senos de una indígena mugrienta y desnutrida, pero no era por la desnudez que prohibían mis pinturas, era porque reflejaban el estado lamentable de la salud y de la miseria del setenta por ciento de la población colombiana, aunque nosotras éramos unas niñas ricas que lo teníamos todo. Mi vocación artística no era morbosidad, ni rebeldía sin causa, ni un homosexualismo enquistado, como lo escribió un cobarde en Bogotá, que no fue capaz de decírmelo de frente, antes de destruir mi honra; mi actividad artística era una lucha diaria, contra el sistema de gobierno que viene masacrando a los líderes sociales desde hace más de cien años.

Dios y la vida han sido tan grandes conmigo, que me han permitido vivir para contemplar la vida y obra de hombres tan valientes como Jorge Eliecer Gaitán, como Jaime Pardo Leal y como Héctor Abad Gómez, un epidemiólogo de Medellín, que era un verdadero santo y lo han asesinado hace poco, y me he atrevido a nombrarlos, para que todo el país conozca la triste realidad de un sistema de gobierno que fue capaz de perseguir, durante cincuenta años, a una pobre pintora vieja y artrítica, porque dibujó una india con los senos afuera y a un arzobispo robusto y bien vestido, acompañado de dos monaguillos libidinosos, mientras que los pobres seguían muriendo de hambre, tirados en las aceras de Medellín. Nunca pude decir malas palabras, porque mi estricta educación me lo prohibió, desde siempre, pero esos políticos colombianos si tienen que ser hijos de una mala madre, de esas de la liga de la decencia, que no permiten que los pobres se acerquen a sus jardines para pedir una limosna. La verdad es que una artista no puede estar alejada del mundo, y menos yo, que me dejo conmover mucho por la miseria, por ese arrastrarse de la gente por la tierra, sin poder comprender el objetivo de sus vidas en el universo. El arte tiene que ser un mecanismo de denuncia, porque en este país hay unos pocos que tienen mucho y muchos que no tienen nada; el arte tiene que ser un medio de lucha, porque los burgueses colombianos parecen ser unos seguidores de Adolf Hitler y de las políticas nazis, y no han tenido ningunos escrúpulos para asesinar centenares y centenares de negros, de indios y de campesinos, en las masacres de las bananeras, porque esos pobres trabajadores estaban exigiendo mejores condiciones laborales.

Durante la mayor parte de mi juventud, traté de caminar por el sendero de la superación mental y fui estableciendo, progresivamente, un método para poder desarrollar mi conciencia evolutiva, a pesar de las múltiples agresiones que recibía de una sociedad machista, atrasada e inculta. Sentí que el universo me estaba probando para saber si yo, a través de mi más grande pasión, que siempre fue la pintura, podía evolucionar conscientemente hacia la dimensión de lo eterno; para tal prueba, el universo fue colocando, ante mí, los mejores maestros como lo fueron Pedro Nel Gómez, Eladio Vélez, Federico Cantú un muralista mejicano y ellos, con su gran sabiduría, me fueron dando las instrucciones o normas de conducta, que un artista debe seguir en su carrera. Ejercicios que debía trasladar al lienzo y, de esa forma, saber exactamente el por qué, yo, debía representar a una sociedad que se atrasó centenares de años en la práctica de una religión machista, que redujo a la mujer dizque a ser un pedazo de las costillas de los hombres; una religión que convirtió las mujeres en eternas pecadoras por una historia ridícula, de una manzana, que, a la luz de la teoría de la evolución de las especies, yo nunca pude comprender. Traté de olvidar esas historias tan tontas y tan infantiles, y me dediqué a pintar en mis lienzos, la realidad amarga del atraso cultural de mi pueblo; traté de alejarme de la ignorancia enquistada en la sociedad y buscar el conocimiento, a través del arte y de la meditación, pero solamente logré pintar unas muecas desesperadas de mi propio dolor. No me dejé sumergir en los pozos putrefactos de las muertes colectivas, que ordenaba una burguesía corrupta, que nunca dudó en masacrar a esos líderes que sólo reclamaban oportunidades de educación y un pedazo de pan, y fue a través del deseo creativo y dinámico, que fui descubriendo la grandiosidad humana que todo lo puede. Descubrí el poder de la fe, que me permitía pintar cosas maravillosas y alimentar centenares y centenares de humildes limosneros, y eso fue maravilloso.

La sola idea de que cualquier mujer de nuestro país, puede ser lo bastante afortunada para lograr una determinada educación, aunque sea de forma auto didacta, que le merezca el reconocimiento y la admiración de los demás, pese a la indolencia e indiferencia, casi generalizada, es suficiente para generar el respeto del pueblo y la cólera de los poderosos. Es prácticamente imposible que los trabajadores más pobres y los hombres más ricos, logren comprender la naturaleza místico espiritual del mundo que los rodea, y que va más allá de lo que sus limitados sentidos perciben, por lo que toda enseñanza y hasta los principios fundamentales sobre la naturaleza espiritual, de la unidad eterna de sabiduría, serían UNA VERDAD PROHIBIDA PARA LAS MUJERES, que la sociedad siempre ha querido mantener subyugadas. Es por esa razón, que los sabios ocultan la mayor parte de sus conocimientos a la multitud, porque reconocen las limitaciones de las mentes estrechas y de las opiniones contaminadas por las religiones y por los prejuicios sociales. El ignorante se ríe de lo que no puede comprender, como lo hacía el difunto Laureano Gómez conmigo, pensando que con sus burlas demuestra alguna superioridad, en lugar de demostrar su gran estupidez.

Los progresos más importantes que tendremos los colombianos y la humanidad en general, en los próximos cincuenta años, serán los relacionados con la evolución del espíritu y del pensamiento, porque nos hallamos en el umbral del conocimiento, sobre los indiscutibles poderes psíquicos y la grandiosidad del ser humano.

Mucho se ha dicho, dibujado y escrito, sobre las fuerzas místicas, sobre los poderes desconocidos del ocultismo y de la metafísica, que van más allá del desarrollo de la ciencia y de la psicología, que es la ciencia del alma, haciendo pensar, a estos paisas que les han gustado tanto las brujerías, que esas fuerzas quedan dentro del reino de lo sobrenatural, cuando todo es la naturaleza, cuando todo es la unidad eterna de sabiduría, de la que hacemos parte integral y dinámica. Mi teoría personal es que somos parte activa de lo que debemos llamar Dios, porque en ese ilimitado universo de energía, el pensamiento total, que es el impulso vital de todas las cosas, es nuestro mismo pensamiento en evolución.

Mi afición a la pintura me reveló, con toda claridad, el inmenso poder de mi pensamiento creador; era algo que yo podía experimentar y aplicar, día tras día, porque la persistencia da confianza y una actitud mental positiva, seguida por una acción consistente, logra el éxito, y cuando uno tiene interiorizado ese conocimiento, desaparecen todos los miedos y los afanes, porque las cosas empiezan a marchar favorablemente. Cuando descubrí el poder del pensamiento creador, desaparecieron todos mis supuestos enemigos, se ausentaron todas las dificultades y comenzaron a flotar en mi mente las ideas de “eternidad consciente”, pero, en ese entonces, no me daba cuenta de lo que ese descubrimiento significaba para mí. Sólo después del revuelo que provocaba la exposición de mis pinturas, cuando hasta el presidente de la republica las quería censurar, comprendí el verdadero significado de las palabras “eternidad consciente”, conocimiento que me daba el poder de ayudar a la construcción de una sociedad más justa a través del arte. En cada una de mis pinturas plasmé detalladamente mi inspiración, expresando ese estado que me hacía sentir iluminada bajo la influencia de una inmaculada luz blanca, que hacía resplandecer todo mi taller, pero luego desistí de exponer mi obra, cuando mis amigas y mis hermanos me decían: “La gente no comprende cuál es tu mensaje, ni cuál es el significado de esa energía extraña que emerge de tus cuadros e, incluso, todos están pensando que estás loca”.  Me tuve que tranquilizar y me refugié a trabajar, en la relatividad de mi tiempo y de mi espacio, sin embargo, a todos los que visitaban mi taller, que por cierto eran un círculo de amistades muy íntimas, les expliqué algo de “la iluminación cósmica” y los dejé maravillados, contemplando esa intensa luz blanca que iluminaba, de forma milagrosa, mi taller y todas mis pinturas. De todas maneras, siempre quedará en mi memoria esa extraordinaria experiencia que me hablaba de eternidad, porque en aquellos instantes de inspiración, en los que brillaba la intensa luz blanca, adquirí más sabiduría y comprensión, de lo que había logrado atesorar a lo largo de muchos años de estudio. Fue en esos mismos días, cuando, con la claridad de la inmaculada luz de la evolución mental, comprendí que el fracaso de todas mis exposiciones, no se debía a las persecuciones del corrupto del Laureano Gómez, al que convertí, para toda la eternidad, en un horripilante sapo, ni a ninguna otra causa externa, sino, exclusivamente, a mi actitud mental, porque estaba sucumbiendo bajo el peso de mis temores y de mis pensamientos pesimistas; no me daba cuenta que la depresión no solamente debilitaba mi espíritu, sino que me llevaba a chocar con un inmenso poder económico y político, con el que me iban a desterrar o me iban a asesinar, como lo hicieron con el caudillo Jorge Eliecer Gaitán y con Gabriel García Márquez, que lo hicieron exiliar definitivamente en Méjico. Se me ocurrió que todo lo que debía hacer, para salvar mi integridad artística y mi vida, era cambiar mis pensamientos, reprimir el deseo de figurar y de tratar de cambiar la mentalidad de los que tenían el poder. Puse, entonces, manos a la obra y me encerré a trabajar y a producir las más extraordinarias de mis creaciones, pero al utilizar el poder que me daba la fuerza del pensamiento, jamás la utilicé para hacer daño, ni con malos propósitos, porque también hubiera podido pensar en regocijarme con la muerte de Laureano Gómez o con la muerte a balazos de cualquiera de sus hijos.

Desde el principio en la conformación de nuestro país, siempre hubo dos bandos en disputa; los campesinos sin tierra y la burguesía dueña de todo y dominante. Ambos son terriblemente poderosos, con sus respectivas fuerzas. El principio básico que los hace accionar, es el poder mental y, a veces, parece imponerse el mal y otras veces el bien. Ese poder mental del que les hablo, ha construido desarrollados países en paz y también a sumergido a otros países en interminables y horrorosos genocidios, como los que han sucedido en el nuestro… ¡Si tú, querido lector, estás leyendo estas notas de un modo reflexivo, comprenderás que el inmenso poder del pensamiento, puede emplearse como una terrible fuerza destructora o también como una maravillosa energía creadora, con buenos fines, que nos pueden beneficiar a todos, por lo tanto, espero que tengas mucho cuidado de no emplear mal estos conocimientos que estás aprendiendo y solamente los utilices para construir un futuro feliz para ti y para tu familia!

Con la ayuda de mis maestros y con todo el tiempo que disponía para meditar, empecé a ampliar mi capacidad mental y desarrollé lo más que pude mi cerebro, para poder comprender el objetivo de nuestra vida en la tierra y, así, poder tomar el camino de nuestra evolución consciente hacia la eternidad, que es un camino que todos los seres humanos debemos emprender y, espero, que mis pinturas puedan mover esas fibras internas, que despiertan el deseo y la necesidad de adquirir el conocimiento, para derrumbar esas estructuras sociales que sumergen el pueblo en la mediocridad de una ignorancia casi que generalizada. No basta con memorizar, sistemáticamente, lo que nos enseñan esos profesores, en academias y universidades, arrodilladas ante la cruz de un sistema educativo, que sólo busca la sumisión del pueblo y la conservación de los privilegios económicos de una sola clase social. No basta con copiar las formas básicas de un oficio, dentro de esta sociedad completamente equivocada; debemos romper las formas y las dimensiones de lo tradicional, para hallar y comprender el verdadero mecanismo, que se encuentra detrás de lo que nuestros imperfectos sentidos perciben. No basta con satisfacer nuestras necesidades y nuestras ambiciones primarias, porque es necesario comprender el verdadero objetivo de nuestra existencia en el universo, para poder comprender el inmenso poder de nuestro pensamiento, que modifica la realidad material y nos permite crear esas obras que despiertan admiración. Desafortunadamente, ni mis obras artísticas, ni mis palabras, van a ser comprendidas por la totalidad de la población, pero tengo la esperanza de que más adelante, si la demencia de nuestros gobernantes no destruye el planeta antes de comprenderlo, mi obra y estas palabras que ahora estoy dictando, puedan llevar un poco de entendimiento y de amor, a los que puedan tener la oportunidad de conocerlas.

En el arte y en la vida, no basta con hacer cosas bellas, porque aquel que quiera triunfar, tiene que conocer todos los secretos que se esconden detrás de los ojos tristes y profundos, de la campesina hambreada que se desnuda ante la pintora. ¿Qué hay más allá de lo que percibimos?... ¿Cuál es nuestra razón de ser en este inmenso universo de energía eterna?... Debemos tener la facultad para comprender más allá, de lo que a todos les parece muy real, debemos penetrar en las profundidades de la física cuántica, donde el tiempo es relativo y la materia deja de ser materia, para convertirse en pensamiento. Es toda esa magia y todo ese sentimiento, lo que intenté reflejar en mis pinturas; fenómeno espectacular, que nos lleva a reconocer el milagro de la grandiosidad humana que todo lo puede, y es, por esa otra dimensión que apenas estamos percibiendo, que debemos meditar y permanecer en silencio, conectados con la unidad del universo, para poder practicar lo observado y lo aprendido al principio de nuestras vidas, al principio de nuestro camino, en el proceso evolutivo de nuestra consciencia y, en cada paso que demos, para poder comprender la hermosa realidad de nuestra eternidad. Es de esa manera, que podemos comprender el milagroso fenómeno de la vida, porque estamos aprendiendo qué, en esta oportunidad de existir, podemos encontrar los conocimientos necesarios para comprender la majestuosidad de nuestro poder sin límites… ¡Es de esa manera, que puedes comprender el maravilloso milagro de tu existencia, porque estás aprendiendo que, en esta oportunidad de vivir, puedes encontrar los conocimientos necesarios para descubrir la majestuosidad de tu poder sin límites ¡

En medio de mi humilde profesión de pintora, aprendí que los seres humanos ignorantes, trabajan sin descanso para conseguir una casa, un carro y muchas riquezas, que los hagan sentir muy poderosos, y pierden la oportunidad de evolucionar conscientemente hacia lo eterno, porque están muy ocupados cuidando esas riquezas que no podrán llevar a ningún lado. Es muy triste haber visto que el hombre ha dejado de ser una buena persona, bondadosa con los más necesitados, por tener muchas cosas materiales que no significan nada en el proceso evolutivo de la consciencia. Existen fenómenos más importantes que la avaricia de acumular propiedades, existen conexiones mentales entre lo que percibimos como materia y el pensamiento, existen dimensiones que elevan al ser humano a la categoría de los que anteriormente fueron llamados Dioses. Descubrimiento que me mostró cómo se recrea la materia y el pensamiento, moldeándolo en su libre albedrío, para conseguir la felicidad o la destrucción, dependiendo de la cantidad de amor que se albergue en el alma, y eso fue lo que traté de hacer con mis pinturas y con mi gran pasión, y creo que lo he logrado, porque al final de casi un siglo de lucha, la emancipación de la mujer Colombiana y latinoamericana, se ha ido dando lentamente, porque hemos ido ganando respeto y participación en todas las actividades de la sociedad, en la industria, en el deporte, en la política y en la cultura. Socialmente hemos ido ganando espacios de reconocimiento, que antes era imposible pensarlo, porque se decía que los hombres eran los que llevaban los pantalones y el control de absolutamente todo.

En medio de mi aislamiento voluntario y a través de mi constante actividad creativa, donde mi ingenio produjo obras maravillosas, aprendí que sólo existen dos clases de seres humanos en el universo, y esas dos clases son, los que conocen el objetivo de sus vidas en el mundo y los que su escaso desarrollo mental no les permite apreciar esos acontecimientos mágicos, que le muestran las inmensas posibilidades de su consciencia en la eternidad, y ese conocimiento es lo que verdaderamente importa, porque nos muestra cuál es el verdadero objetivo del milagro de nuestras vidas en el infinito universo. No importa si eres católico, cristiano, mahometano, budista o nóstico, porque todas las religiones se originaron en el amor, hace miles de años, cuando no existían la comunicaciones, ni la ciencia y los hombres, asustados por los fenómenos naturales que no se podían explicar, inventaron al Dios del fuego, al Dios del trueno, al Dios del viento y al Dios de los pastores del desierto y a todos esos dioses que, afortunadamente, no han representado a los hombres de raza negra de nuestro país, que se han mantenido al margen de esos fanáticos que se arrodillan ante la cruz de su ignorancia y excomulgan humildes pintoras que sólo han querido servir. Por medio de mi carrera artística aprendí, que lo único que realmente importa, es la evolución de tu pensamiento y de tu consciencia hacia la eternidad, hacia el infinito. Cuando el hombre comprenda el poder de su pensamiento, y conozca su grandiosidad, realmente, comprenderá todos esos fenómenos a los que hemos llamado milagros y comprenderá el poder ilimitado de su pensamiento, porque es en su pensamiento, donde se origina y evoluciona el universo y de esta manera, y en virtud de su facultad creadora, entrará en el universo de las energías infinitas, mágicas y autónomas, trabajando por la evolución de la consciencia y del pensamiento, para ser parte integral y dinámica de la eternidad.

La gran mayoría de las mujeres y de los hombres, ignoran cuál es el objetivo de sus vidas en el universo y, por lo tanto, se dedican al placer de vivir su individualidad, con absoluto egoísmo, sin poder comprender que todos somos uno; que todos somos parte de la unidad eterna de sabiduría, y que todo el sufrimiento, la incomodidad y el dolor, que generemos con nuestra condición despiadada, terminará devolviéndose contra nosotros mismos, en la ley universal de la acción y la reacción. Esa ley maravillosa del perfecto equilibrio en el universo, sin hacer análisis filosóficos de lo que signifique, para cada uno, el bien y el mal, es lo que he tratado de representar en mis pinturas, con la tristeza profunda de mis protagonistas, que reclaman, en absoluto silencio, por la ambición de nuestros gobernantes, que pisotean a las minorías étnicas, en una sociedad desigual en la que los privilegios y las ambiciones de las mismas familias que siempre  han gobernado, maltratado y asesinado, al pueblo Colombiano, sin  ninguna clase de escrúpulos. Se dirige toda la sociedad, en busca de la riqueza material, sin darse cuenta que lo más importante es la evolución de la conciencia y del pensamiento, y hasta que no hayan comprendido cuál es el objetivo de sus vidas en el universo, no podrán encontrar las ventanas de sabiduría que les permitirán evolucionar hacia la quinta dimensión de la eternidad consciente; por lo tanto, ese descubrimiento de la eternidad de la consciencia del ser humano, es el primer paso que se debería dar en la educación de todos los niños de Envigado pluricultural y de Colombia en general.

Es necesario, después de descubrir nuestra eternidad, recordar que entre lo real y lo ilusorio, existen muchas dimensiones y que es muy importante saber elegir entre lo que tiene importancia y lo que no la tiene, en el maravilloso proceso de nuestra evolución. No debería ser difícil la elección entre lo correcto y lo incorrecto, porque los que hemos decidido descubrir esa grandiosidad del ser humano, que no tiene límites, debemos practicar el bien a toda costa, actuando con mucho amor y mucha bondad en todos los casos.

La sociedad, el ser humano y la vida, son la recreación del proceso evolutivo hacia la unidad eterna de sabiduría, y, es por eso, que cuando tu cuerpo y tu consciencia deseen alguna cosa, debes detenerte y reflexionar, para ver si realmente lo deseas, porque tú eres ese Dios creador y debes actuar, en todo momento, con absoluta responsabilidad. Es necesario que tú busques, en lo más profundo de tu ser, a ese Dios que te permite crear lo que desees apasionadamente, para que puedas comprender el verdadero valor de tu pensamiento, que es una fuerza muy poderosa, evolucionando hacia la eternidad. Cuando la sociedad entera y hasta mi familia, se oponían a la creación de mis pinturas, la certeza de mi eternidad y la evolución de mi conciencia y de mi pensamiento, me daban la fuerza necesaria para continuar con ese trabajo incansable que me llenaba de satisfacción, porque yo sabía que mi lucha iba a ser muy importante en el empoderamiento de la mujer Antioqueña, colombiana y latinoamericana, del futuro.

En el camino de mi formación artística, cuando me encontraba en pleno proceso de aprendizaje, se me presentaba la oportunidad de ayudar a alguien y mi cuerpo sufría una transformación inmediata, en la que no necesitaba ni descanso, ni alimento, ni recompensas materiales de ninguna clase, porque mi corazón y mi espíritu, estaban llenos de amor, y, esa pasión, era un impulso vital que todo lo podía. Fue de esa forma, en la que aprendí, que la fuerza del amor no tiene límites y que el cuerpo humano es siempre bello por ser humano, por ser natural, y no me explico por qué, la iglesia y la burguesía colombiana, se oponían con tanta ferocidad a mis desnudos, sin poder comprender que un cuerpo desnudo, es la naturaleza sin disfraz. El cuerpo humano es nuestro pensamiento hecho forma, porque la física cuántica ha demostrado que, en la más remota profundidad del átomo, sólo existe la energía de un impulso milagroso que nos da vida. El cuerpo humano es lo único que poseemos, y es, al mismo tiempo, consciencia, percepción material e impulso divino; es, por ese milagro hecho realidad, que debemos cuidarlo mucho, haciendo ejercicio con regularidad y alimentándonos bien, y fue, comprendiendo que el cuerpo es un paquete espiritual, que logré superar mis pequeñas enfermedades, para tener una vida larga y productiva, porque, sin un cuerpo muy fuerte, hubiera sido imposible mantener esta lucha cultural, ideológica y académica, en favor de las personas más vulnerables de la sociedad, durante casi cien años. No puedo decir, tampoco, que toda mi vida fui una santa, porque muchas veces monté en cólera, cuando los politiqueros de turno obstaculizaban y criticaban mis pinturas, mostrando una ignorancia total sobre lo que puede significar las manifestaciones culturales para un pueblo, supuestamente en libertad, y también maldije y pronuncié palabras de alto calibre contra el godo recalcitrante del Laureano Gómez, el papá del  politiquero Álvaro Gómez Hurtado, cuando me persiguió y me hizo la vida prácticamente imposible, hasta el punto de mandar al embajador de Colombia, en España, a que cancelará mi primera exposición en Madrid y a que destruyera mis pinturas. Godo, sinvergüenza, creador de “Los pájaros”, una organización paramilitar que masacró centenares de miles de campesinos, que sólo pedían educación básica, un pedazo de tierra y oportunidades para que sus hijos tuvieran una vida más digna. Yo también deseé más oportunidades y quise tener cientos y cientos de cosas, pero al final solamente anhelaba servir a la comunidad. Era muy difícil, para una mujer sola, participar en la política de un país machista, donde los hombres podían exponer pinturas de desnudos y las mujeres no, como si los hombres tuvieran licencia para pecar; era muy difícil opinar en un país en el que gobernaba, desde siempre, una burguesía corrupta que utiliza el poder para enriquecer a unas cuantas familias auto elegidas, y fue por ese motivo y por todas las otras frustraciones, que se producía el atraso y la ignorancia casi generalizada del pueblo. Yo me sumergí en un auto aislamiento con el arte y la pintura, con la esperanza de que la cultura fuera evolucionando lentamente y, algún día, el pueblo pudiera apreciar y comprender, aunque fuera un poquito, mi obra artística. Nunca pensé mucho en mí y, más bien, pensaba en los campesinos, en los negros y en los indios, que se acostumbraron a cambiarme su desnudez por un pedazo de pan. Un ejercicio que repetí muchas veces, con el corazón crispado por el dolor, ante la imagen pálida y delgada, de las indias embarazadas que exhibían su desnudez, ante la mirada triste de esa pintora que habita en el fondo de mi alma. En ese ejercicio constante de la meditación, descubrí que yo era una fuente del pensamiento y de la sabiduría, en medio de ese universo fantástico, que ni los políticos de la muerte fueron capaces de destruir.

El arte no acepta diferenciación entre lo que, supuestamente, es bueno o es malo, porque son apenas conceptos muy humanos, originados en lo que nos conviene y en lo que no nos conviene. A toda costa, traté de hacer lo que me parecía correcto en la vida y me abstuve de hacerle mal al prójimo, sin pensar mucho en lo que decía el monseñor, García Benítez, de mi parroquia, que me amenazaba continuamente con la excomunión, por estar pintando las pieles desnudas del hambre y del sufrimiento de los pobres que, a pesar de su miseria, seguían arrodillados ante la cruz de los esbirros que les habían robado las tierras, desplazándolos a punta de sangre y fuego.

Como la confusión reinaba en mi mente y todo lo establecido por la sociedad colombiana, me parecía tan excluyente e injusto, me puse en la tarea de estudiar filosofía, para poder comprender el origen y las causas del comportamiento humano, me leí toda la historia de la filosofía y analicé el pensamiento y los postulados de los grandes clásicos, como Sócrates, Aristóteles, René Descartes, Jean Rousseau, Friedrich Nietzsche, Inmanuel Kant  y Michel Foucault, para entender un poco mejor lo que estaba pasando y cuando pude comprender el análisis metódico, que nos lleva al conocimiento, me di cuenta que el establecimiento de nuestra sociedad, estaba diseñado para conservar los privilegios de un puñado de familias adictas al poder. Fue después de comprender las leyes del universo y del comportamiento humano, que tuve que adaptar mi vida a esas leyes de supervivencia, empleando siempre la razón y el sentido común, en mi vida personal y profesional. Aprendí a distinguir lo verdaderamente importante de lo inútil, y tomé la decisión de encerrarme a trabajar en “Casa blanca”, la maravillosa propiedad que me dejaron mis padres y que era un verdadero paraíso en la mitad del universo ilimitado y eterno.

Me volví firme y fuerte como una roca, a pesar de mi frágil condición femenina, cuando se trataba de los principios básicos de la vida, pero era dulce y bondadosa cuando se trataba de cosas simples y rutinarias. Traté de ser amable, razonable y condescendiente, en mitad de mi incansable trabajo artístico, en el que tenía mucho contacto con los rostros del ser humano y con el sufrimiento casi generalizado de nuestro país. Traté de alimentar a los campesinos, a los negros, a los indios, a los estudiantes muertos de hambre y, en general, a todos los pobres, y sentí que era una labor buena y noble, pero mis hermanos empezaron a reclamar, dizque porque estaba convirtiendo la casa en un refugio menesterosos. Tuve muchos problemas porque mi hermana Catalina, la católica empedernida que se fue de monja, se enfurecía cuando yo invitaba a comer a un pobre, argumentando que estaba convirtiendo el vecindario en un refugio de limosneros y yo, la supuestamente atea evolucionada, le tenía que dar clases de la filosofía de Jesús de Nazaret, todos los días; una filosofía de amor que, desafortunadamente, ella nunca pudo entender. Me dediqué a alimentar el alma, plasmando en mis pinturas la desesperación, la angustia y la rabia, de todas esas personas que llegaban hasta mi adorada “Casa blanca” que, la verdad, casi convierto en un refugio de pobres. Era muy común cinco o seis personas haciendo fila, con ollas en las manos, para recibir un poco de sopa, un pan caliente y una voz de aliento, para seguir en la lucha incansable de su evolución consciente hacia la eternidad. Cualquier persona adinerada puede alimentar a los pobres, pero, solamente, los que poseemos el amor, los conocimientos y la evolución necesaria, podemos alimentar sus espíritus, señalándoles el camino mágico de su evolución hacia su eternidad consciente, porque, si conoces el objetivo de tu vida en el universo, si eres consciente del proceso evolutivo de tu pensamiento y de tu consciencia hacia la eternidad, debes ayudar a los otros seres humanos a comprenderlo, y eso es lo que he tratado de hacer toda mi vida, a través del arte, de la pintura y de esta crónica de vida… ¡Por muchos conocimientos que poseas, por muchos títulos universitarios que hayas obtenido, te queda mucho por aprender en la unidad eterna de sabiduría, porque el ser humano apenas está descubriendo, por medio de la física cuántica y por medio de la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que todo va más allá de lo que nuestros limitados sentidos perciben!...

Vivimos en un universo de magia y de pensamientos, en el que ni siquiera la existencia de la materia, en las más grandes profundidades del átomo, se ha podido probar, y toda la vida se reduce a una atracción divina, moldeada por el inmenso poder de nuestro pensamiento creativo, que puede pintar obras maravillosas y alimentar menesterosos, a pesar de que sólo utilizamos un pequeño porcentaje de nuestra capacidad cerebral. El camino del arte y de la pintura, me sumergieron en largas horas de estudio y de meditación, en las que desarrollé una gran capacidad de analizar y de pensar, y en las que, luchando contra la ignorancia de los hombres que tenían el poder, tuve que desarrollar mis propias teorías filosóficas, para tratar de corregir un poco, el atraso y los grandes errores que nos ha traído esta administración social, que tanto daño le ha hecho a los campesinos, a los aborígenes, a los negros y, en general, a toda nuestra sociedad que avanza completamente equivocada. A los antioqueños nos falta mucho por aprender, en el proceso evolutivo de nuestros pensamientos y de nuestra consciencia de eternidad, de tal forma que se necesita de toda la inteligencia para elegir, cuidadosamente, qué es lo que vale la pena aprender, porque estamos muy equivocados en esta sociedad en la que se mueren los niños y los ancianos, de hambre y de desnutrición. Todo el conocimiento es importante y espero que, algún día, alcanzaremos todo el saber, pero mientras tanto vamos desarrollando nuestra capacidad cerebral, porque es importante estudiar y leer mucho, para ir ampliando nuestra capacidad de pensamiento y, lentamente, ir descubriendo la grandiosidad del ser humano que no tiene límites.

 ¡La unidad eterna de sabiduría funciona en un perfecto equilibrio y cuanta mayor sea tu capacidad de pensar y tu inteligencia, tanto mayor control tendrás sobre la realidad material, sobre el universo y sobre tu vida! ¡Estudia con amor y con juicio, pero, primero que todo, estudia aquello que más te fortalece y te capacita, para ayudar a los más débiles! ¡Persevera pacientemente en la evolución de tu consciencia y no con el fin de que la gente te considere la más grande de las pintoras, o una sabia, y ni siquiera por el reconocimiento y la fama de ser la mejor de las artistas, o de las abogadas, o de las doctoras, sino porque, solamente, el ser humano que conoce la extraordinaria verdad de su eternidad, puede ayudar con sabiduría, porque, por grande que sea tu voluntad y tus deseos de ayudar a los demás, si eres un ignorante y practicas religiones o políticas equivocadas, podrías hacer más mal que bien, como lo hicieron con la amenaza de mi excomunión, cuando me hicieron firmar un documento el que me comprometí a no pintar más la piel desnuda del hambre, la desnutrición y la barbarie, o como lo hacían en la inquisición y en las cruzadas católicas que, supuestamente, querían convertir los impíos al catolicismo y salvar a los señalados pecadores, asesinándolos y torturándolos; o como lo ha hecho la burguesía colombiana, que ha tratado de imponer la paz y el orden, asesinando miles y miles de campesinos humildes, porque piensan diferente, es decir, tratando de imponer la paz a punta de sangre y fuego!... Debemos aprender a pensar y eso no es tan fácil, porque algunas de las practicas del ser humano pueden estar equivocadas y es, por ese fenómeno, que no debemos practicar una creencia, simplemente porque nos lo enseñaron en la casa, o porque mucha gente la práctica, o porque haya existido desde la antigüedad, o porque está escrito en cualquier libro que la gente considere sagrado; debemos pensar las cosas por nosotros mismos y juzgar si la creencia es razonable o si está errada. Recuerda que aunque centenares y centenares de personas, estén de acuerdo sobre un tema, si no saben nada del asunto, su opinión carece de valor y puede ser dañina; como resultaron ser dañinas las tesis de Adolf Hitler con el nazismo, o como ha resultado de nefasto el fanatismo violento de los musulmanes que siguen al pie de la letra el Corán, o como resultaron ser dañinos los postulados de las cruzadas y de la inquisición, de esa religión que heredamos de nuestros padres y que llevamos sujeta en el pecho, en un crucifijo que nunca hemos podido comprender y que, en mi caso, se ha vuelto una costumbre, para poder encajar dentro de esta sociedad que está completamente equivocada. En mi casa, todos los días se ha rezado el rosario, desde que tengo uso de razón, pero ha sido un ritual inútil, porque en la guajira se siguen muriendo los niños de hambre, porque los negros del pacífico no tienen servicios sanitarios básicos, porque los drogadictos siguen durmiendo tirados en las aceras de nuestra indiferencia, sin que el estado haga nada por ellos.

El líder que desee señalar el camino, primero debe de aprender a pensar por sí mismo, porque los imperfectos sistemas de gobierno, las supersticiones, las religiones, los fanatismos descontrolados y la ambición desmedida, son unos de los mayores males del mundo; sistemas de opresión de los que debemos tratar de alejarnos totalmente, aunque reconozco que es muy difícil, porque hasta yo continúo llevando en mi pecho la cruz, aunque sé que es un instrumento de castigo que me persigue, me limita y me excomulga.

Todo conocimiento humano es incierto, inexacto y parcial, y eso lo he aprendido en la vida y en mis largas horas de meditación y trabajo, en el taller de pintura, y esta conclusión me ha servido para no caer en dogmatismos; sean dogmatismos religiosos, políticos, ideológicos o de cualquier clase, lo importante es que le puedo decir a todos los jóvenes de Envigado pluricultural y de Colombia, que deben de ser críticos, que deben de analizar para descubrir cuáles son las actividades que se hacen con amor y sin intereses mezquinos, porque no podemos seguir ciegamente a instituciones, así sean de derecha o de izquierda, porque primero debemos valorar sus acciones, teniendo un punto de vista personal, un punto de vista orientado al servicio de la comunidad; una opinión que nos podemos formar a través de la crítica de esas instituciones que, desde tiempos inmemoriales, nos vienen calificando de pecadoras y pecadores, sin comprender el motivo. Debemos analizar esas instituciones, enfermas, que satanizan las funciones biológicas naturales, como lo son las funciones sexuales y reproductivas, y que también se avergüenzan del cuerpo humano, aunque sólo esté representado en una imperfecta pintura. Debemos comprender que no hay verdades absolutas y que todos los seres del planeta y del universo, debemos permanecer en el camino de la evolución y del aprendizaje, porque se triunfa con lo que se aprende en esta oportunidad de vida, en este milagro que nos ha permitido disfrutar la unidad eterna de sabiduría, que es la fuente de todas las cosas. Tenemos que ser conscientes de que nadie sabe nada, cuando empezamos a definir nuestra profesión y, mucho menos, cuando alguien se dedica a una actividad artística, como lo hice yo, porque el que pretende que lo sabe todo, sobre la actividad que desea y que va a emprender, al final no resulta haciendo nada, porque el camino del aprendizaje está lleno de pequeños obstáculos que se nos presentan, para que aprendamos, para que ganemos experiencia y, al final, seamos los mejores. Nunca se está lo suficientemente preparado para nada, porque el aprendizaje se va logrando a medida que uno va evolucionando. Lo importante es desear y querer hacer algo, siendo una persona observadora, inteligente y curiosa. Debemos estudiar, leer mucho y aprender de los maestros, porque estos nos pueden aportar técnicas e ideas interesantes, y nunca desfallecer en nuestra misión de vida; porque esta misión nos ayudará a comprender cuál es el objetivo de nuestra existencia en la mitad del universo. Nuestra capacidad de aprender y de adaptarnos, siempre estará disponible, esperando a que la pongamos en práctica, para llegar al máximo nivel, en el que podamos ser conscientes de nuestra evolución eterna.

¡Es necesario que tu pensamiento sea amoroso, respetuoso y sincero, con respeto a los demás, porque con esa buena actitud, podrás encontrar el camino que te llevará a ser consciente de tu grandiosidad como ser humano, que todo lo puede ¡ ¡No digas de tus semejantes lo que no te conste, no los juzgues, ni supongas que ellos te quieren hacer daño sin un motivo aparente, porque la gran mayoría de los seres humanos, somos buenos por naturaleza¡… En toda mi carrera artística aprendí que se debe tener mucha cautela, porque si una persona, llámese arzobispo del arquidiócesis de Medellín, o un funcionario público o el dueño de la tienda de la esquina, hace alguna cosa que tú piensas que puede hacerte daño, o dice alguna cosa que tú crees que puede referirse a ti, no puedes pensar que esa persona te quiere ofender directamente, porque es muy posible que ni siquiera haya pensado en ti, porque cada persona obedece leyes y estatutos de diferentes organizaciones, y sus pensamientos giran alrededor de esas instituciones. Si una persona te habla con furia, no pienses que esa persona te odia o trata de perjudicarte, porque puede ser que otro ser humano u otra circunstancia, lo haya puesto iracundo y por haberte encontrado, casualmente, haya descargado su cólera contra ti. Todo eso lo aprendí al convertirme en un personaje público, y en mi calidad de artista supuestamente rebelde, mujer salida de las normas convencionales, llegué a pensar que toda la sociedad actuaba en contra mía, pero con el tiempo fui comprendiendo que nadie me agredía por el hecho de ser mujer, o por ser artista; porque ellos, los burgueses dueños del poder y de las tierras, solamente trataban de defender el modelo económico y social, retrogrado y anticuado, que prácticamente había generalizado la sumisión de la mujer a nivel nacional, y fue muy triste, para mí, comprender que en casi en todo el mundo, las mujeres eran tratadas, prácticamente, como esclavas de un machismo generalizado, que ha existido desde siempre. Fue muy doloroso conocer el maltrato que ejercían otras culturas y otras religiones, más atrasadas aún que la religión católica, que no les permiten a sus mujeres ni descubrirse el rostro, ni estudiar, ni hacer deporte, ni elegir sus propios destinos. Desde mi encierro voluntario, seguí luchando contra el machismo de este país y en mis pinturas plasmé un grito desesperado, que busca la libertad de las mujeres, de los ancianos, de los niños y, en general, de todos los más vulnerables. Me encerré en mi mutismo y en mi taller de arte, y para no repetir palabras de descrédito, contra la iglesia católica, apostólica y romana, y contra los políticos ladrones y corruptos, guardé silencio y sólo dejé que hablaran los protagonistas de mis obras pictóricas. Reflexioné mucho antes de hablar, para no decir barbaridades y permanecí encerrada más de cuarenta años, hasta que la lucha de todas las mujeres empezó a dar sus frutos y la mujer colombiana y latinoamericana, empezó a ganar espacios de opinión y de reconocimiento. Fui muy sincera con mis acciones, y nunca pretendí aparecer como la pintora rebelde, salvadora y revolucionaria, que señalaban y cuestionaban los asesinos del poder, que mataron a Jorge Eliecer Gaitán, a Jaime Pardo Leal y al precursor de los derechos humanos en Antioquía, el doctor Héctor Abad Gómez. Me dediqué por completo, al noble ejercicio de pintar y nunca pretendí ser algo diferente a la humilde pintora de Envigado, sin pretensiones sociales, culturales o económicas, porque toda suplantación, toda falsa pretensión, son un obstáculo en el proceso evolutivo de tu pensamiento y de tu consciencia de eternidad, que debe de ser un estandarte en la dignificación del ser humano y en el descubrimiento de su grandiosidad sin límites. En mi retiro voluntario, aprendí a diferenciar entre lo desinteresado y el egoísta interés, porque en estas sociedades capitalistas, brilla por su ausencia el amor, pero, gradualmente, fui fortaleciendo mi pensamiento para ayudar a los demás, hasta el punto en que ya no tuve ni espacio ni tiempo, para pensar en mis propias necesidades. Utilicé mi inteligencia para descubrir el Dios que llevamos todos los seres humanos en nuestra esencia, y también descubrí la grandiosidad del ser humano, que no tiene límites. Ayudé a los indios, a los negros, a los campesinos y a todos los que se acercaban hasta “Casa blanca”, y les hablé de la eternidad de nuestra conciencia en el infinito y, para mi sorpresa, todas esas personas humildes quisieron aprender a ser conscientes de su divinidad, en la unidad eterna de sabiduría, también llamada universo, y, con ejercicios muy sencillos, les enseñé a liberar el espíritu de la carne, como lo hicieron desde tiempos muy remotos las famosas brujas de Antioquia, y fue de esa manera, que descubrieron el objetivo de sus vidas en la tierra y empezaron a ser muy felices, a pesar de sus difíciles condiciones económicas, porque ese conocimiento les mostró, que las cosas codiciadas por la gran mayoría de los seres humanos, como lo son las posesiones materiales, la fama, el reconocimiento y el poder, no vale la pena poseerlas, cuando conocemos la verdad del objetivo de nuestra existencia; porque el verdadero propósito, es la evolución consciente de nuestro espíritu hacia la eternidad. Lograr este nivel de sabiduría es sencillo, y sólo se necesita que las personas aprendan a pensar, porque la gran mayoría de la gente piensa que el objetivo de sus vidas, es la acumulación de propiedades, de ganados y de inmensas sumas de dinero, aunque en ese proceso les toque pisotear a los campesinos y a las comunidades más vulnerables, sin darse cuenta que están completamente equivocados, porque, esos limosneros y menesterosos, son parte de nosotros mismos en la unidad eterna de sabiduría. En este grado de evolución y de conocimiento, todo es sencillo y solamente se requiere que el ser humano pueda dimensionar su grandiosidad milagrosa, que le permite crear lo que verdaderamente desee, pero a la gran mayoría le da pereza pensar y mejor se refugian en comunidades religiosas que los manipulan, para hacerlos sentir pecadores y tenerlos subyugados, con un supuesto pecado original que estigmatiza a la mujer, convirtiéndola en la pecadora que cogió y ofreció, la ridícula manzana de la tentación o de la sabiduría. Espero que los jóvenes del nuevo milenio, analicen esas historias tan infantiles y evolucionen para no caer en los mismos errores, en los que hemos venido cayendo durante más de dos mil años. La vida no se trata de perseguir un cielo ideal, fuera de la unidad eterna de sabiduría, se trata es de hacer evolucionar tu consciencia y tu pensamiento, hasta el punto de ser consciente de tu eternidad y de tu poder ilimitado, porque estos conocimientos cambiarán tu forma de apreciar las cosas y vas a empezar a hacer el bien por amor a tus semejantes, y no con la esperanza de ir a un cielo lleno de angelitos rubios, de ojos azules, que por supuesto no van a querer compartir con nosotros, los descendientes de los afroamericanos y de los indígenas. ¡Deberás trabajar intensamente, por amor a esa profesión que te permite evolucionar como persona, y nunca con la esperanza de acumular montañas de dinero, que nunca llevarás a ningún lado! ¡Debes dedicarte al servicio de tus semejantes, al servicio de la unidad eterna de sabiduría, porque eres parte integral, dinámica y creativa de ella!

Todos los sufrimientos se derivan de la ignorancia y de la falta de evolución mental en los seres humanos, porque, cuando el hombre comprende el poder ilimitado de su pensamiento y lo pone en práctica, para crear una obra de arte, o en un cohete para viajar a la luna, no le importará equivocarse, porque también comprenderá la relatividad del tiempo y del espacio, y podrá emplear toda su energía trabajando por la evolución su consciencia y por la evolución de los demás. Esos poderes ilimitados, en los que el pensamiento moldea y modifica la materia, a su antojo, vendrán en el curso de tu paulatino desarrollo mental y cerebral. Será muy bueno que te acostumbres desde ahora, que conoces la eternidad de tu consciencia y el poder de tus pensamientos, a pensar cuidadosamente antes de actuar, porque una vez alcanzada la iniciación de la evolución de tu conciencia en el infinito, deberás vigilar y ser responsable de cada pensamiento, con el fin de que no se te escape ninguna creación que pueda lastimar a los demás. Tu pensamiento tiene el mayor poder creador del universo, y debes de ser muy consciente de eso, porque se puede utilizar para bien o para mal, aunque estos dos últimos conceptos sean relativos, Porque ¿qué significa lo bueno o lo malo en la unidad eterna de sabiduría?...

Fueron las largas horas de meditación artística y mi capacidad creadora, las que permitieron la evolución y el desarrollo de mi capacidad cerebral, y fue el ejercicio continuo de la creación de mis pinturas, lo que me permitió descubrir el ilimitado poder del pensamiento humano, que todo lo puede transformar y recrear en el universo. He alargado mi vida todo el tiempo que he querido, sanando todas las enfermedades que creía tener; también he descubierto el maravilloso objetivo de mi vida en la tierra y estoy dejando todos estos conocimientos por escrito, para que las futuras generaciones de mi amada ciudad, Envigado, y de todas las otras ciudades del país, los tomen en consideración, para que puedan ser más felices en el universo del amor. Nunca puedo aguantar los deseos de mencionar a Envigado pluricultural, la ciudad donde nació Fernando Gonzáles, el más grande de los filósofos de Colombia, la ciudad donde nació “La religión de los inteligentes”, la ciudad donde nació “El absolutismo físico y filosófico” que es la primera teoría cosmológica postulada en Latinoamérica, y la ciudad donde nací yo, la más amorosa y la más humilde pintora del mundo. Bueno, pero dejemos ya la vanidad y el mercadeo, y concentrémonos en lo que verdaderamente nos interesa, que es la evolución de nuestra conciencia y que empezó cuando me dije:

¡Piensa!

¡La consciencia eterna eres tú!

Ser conscientes de nuestra eternidad, es el más importante logro en la espiritualidad, porque, solamente, si somos conscientes de la grandiosidad del ser humano, podemos descubrir la verdad del objetivo de nuestra vida en el universo.

Estas notas que les estoy dejando por medio de este extraordinario escritor, son la profundización de mi pensamiento, para tratar de liberarnos de las tradiciones y de las enseñanzas equivocadas, que han minimizado al ser humano hasta convertirlo, según ellos, en un pecador. Desafortunadamente, la religión católica que heredé de mis padres se convirtió en un negocio y desvirtuó el mensaje de amor de Jesucristo, el hijo de Dios, llegando a ser uno de los más grandes obstáculos que han tenido mi carrera artística, el progreso de la ciencia, el desarrollo del pensamiento y la evolución de la consciencia, porque los primeros hombres de ciencia murieron incinerados en las hogueras cristianas, de unas creencias supersticiosas, que negaban la redondez de la tierra. Equivocación generalizada que nació en los desiertos, donde la ignorancia vestida de sotanas largas, se fue popularizando hasta el punto de conquistar muchas de las tierras de américa, basada en una biblia manipulada con historias bastante infantiles, en la que satanizan a las mujeres, condenándonos a ser un pedazo del hombre y unas pecadoras por naturaleza. Fue muy difícil, para mí, comprender la equivocación de mis padres, de mi sociedad y de gran parte de la población mundial, y fue, por todos estos pensamientos, y por la persecución que sufrí de parte de los miembros del estado colombiano y por los ministros de esa iglesia católica corrupta, que me quisieron excomulgar varias veces, cada que aparecía un seno desnudo en uno de mis cuadros, que me tuve que refugiar en “Casa blanca” y en el universo del arte y de la pintura. Fue ese encierro voluntario el que me llevó a despertar mi espiritualidad, porque solamente con los ojos bien abiertos, podemos descubrir el objetivo de nuestra vida en el universo y comprender qué obstáculos nos impiden hallar el conocimiento.

En medio de mi solitario trabajo aprendí a pensar y hallé la iluminación. Fue algo así como la salida del tibio sol, después de una terrible tempestad; fue una hermosa verdad que se reveló ante mis ojos, desnuda de todas las falsedades, conveniencias e hipocresías, de la misma forma en que se revelaba una sonrisa en los rostros de las personas que venían a mi casa por un pedazo de pan. La iluminación es el estado final de nuestra eternidad consciente, la iluminación es el punto final en nuestro proceso evolutivo, la iluminación es la alegría de vivir que se descubre a sí misma. El verdadero artista es ese ser iluminado, que todo lo ve con la claridad del espíritu, porque ha logrado trascender la relatividad del tiempo y del espacio, para poder servir a los demás. Espero que cada persona, cada joven, cada estudiante que esté leyendo este libro, analice cada una de las palabras aquí escritas, pensando en su significado, en su trascendencia y en lo que les puede aportar para sus propias vidas; pero haciendo un análisis sincero, sin tener en cuenta las equivocadas enseñanzas que nos han transmitido nuestros padres y nuestros maestros, porque, tristemente, siempre estuvieron equivocados por su falta de educación y por la influencia del poder del estado. Lo más importante en este milagro de vida, es conocer la eternidad de nuestra consciencia, a través de nuestro propio proceso evolutivo, sin tener en cuenta el fanatismo religioso de las diferentes religiones, porque… ¡Eres tú, el que tiene que asumir el proceso evolutivo de tu pensamiento y de tu consciencia, sin importar lo que prediquen esas religiones inventadas por la cobardía de los hombres y la sociedad!... No importa ser ateo, musulmán, católico, cristiano, budista o mahometano, lo importante es ser consciente del proceso evolutivo de tu consciencia hacia la eternidad. El ser inteligente, es saber pensar, para descubrir la grandiosidad del ser humano, que encuentra el verdadero objetivo de su existencia en el universo. ¡Si quieres seguir adorando imágenes de barro, es porque aún estás dormido y perdido!... Lo importante es salir de la ignorancia en que nos sumergió esta sociedad atrasada, para no volver a caer en ella; la solución está en tu capacidad de pensar y de comprender, para poder ver la magia que hay detrás de lo que nuestros limitados sentidos perciben. Tratar de comprender lo que hay detrás de estos procesos, aparentemente materiales, que nos ayudan a evolucionar hacia la unidad eterna de sabiduría, es uno de los objetivos más importantes de nuestra existencia.

¡Cuando evolucione tu capacidad de pensar, verás cómo todo cambia, comprenderás la relatividad del espacio y del tiempo, y verás que el pasado es el hoy y que, el hoy, es también el mismo futuro de tu eternidad evolutiva!

Estar despierto es comprender la evolución de tu conciencia hacia el infinito, y poder lograr la iluminación que lograron Mahoma, Buda, Jesucristo, Krisna, sor Teresa de Calcuta, Gandhi, Martin Luther King, Fernando Botero el pintor, Fernando González Ochoa el filósofo, Gabriel García Márquez y muchos otros, que en este momento no recuerdo. Concientización que se puede lograr a través del arte, a través de la meditación o a través de la actividad que elijas, si te dedicas a ayudar a las demás personas, porque el amor desinteresado conduce a la iluminación. Debemos despertar de ese letargo en el que nos ha sumergido la ignorancia de nuestros ancestros, para no perder esta maravillosa oportunidad de vida. Se trata de vivir el presente, se trata de aprender a pensar. Debes empezar a dominar tu proceso evolutivo y para saber cómo estás, existe un criterio, porque si tú sufres, es porque todavía no has ingresado en el camino de la sabiduría y, por lo tanto, no puedes ayudar a las otras personas, porque es como si un ciego se ofreciera a guiar a otro ciego. Si sufres por causas materiales, es porque no has encontrado la certeza de tu eternidad. Cualquier persona me puede decir que los dolores físicos sí existen, como lo es un dolor de cabeza o un dolor de muelas, y es cierto que el dolor existe, pero no el sufrimiento; porque el sufrimiento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres por algo, es porque todavía no has iniciado tu proceso evolutivo, para descubrir la grandiosidad humana, porque los seres humanos verdaderamente inteligentes, que saben pensar, no sufren por las diferentes circunstancias de la vida, porque, en sí, el sufrimiento no existe; es un producto de tu ignorancia, es un producto de una sociedad equivocada.

“Todo se ve, según el cristal con el que se mire” Es una frase muy popular, que nos explica la situación que estamos viviendo particularmente. Si estás contaminado por esta sociedad que está completamente equivocada, y si esta sociedad te dice que todos los hombres de raza negra son groseros y ladrones, en el pacífico colombiano sólo verás ladrones violentos que te quieren robar, y no te podrás dar cuenta que eso es falso, hasta que te liberes de la maligna influencia de los medios de comunicación, de un estado que discrimina y victimiza a las comunidades étnicas más desfavorecidas; no te darás cuenta de lo que está pasando en nuestra desigual sociedad, hasta que no descubras el verdadero objetivo de tu existencia, porque si no aprendes a pensar y a amar, perderás tu oportunidad de vida y tu código genético tendrá que seguir evolucionando, hasta que logre el nivel de sabiduría necesarios para trascender.

Si tienes problemas, es porque no sabes pensar, porque la vida nos es problemática y sólo nos presenta interesantes desafíos que nos traen enseñanzas. Es tu mente la que crea los problemas y debes de llegar al grado de sabiduría, en el que comprendas que el sufrimiento no está en la realidad de tu universo, sino en ti. La realidad solamente nos presenta pequeños obstáculos, porque los supuestos problemas nacen de la ignorancia y de nuestra incapacidad para pensar. Se puede decir que casi no existen personas libres y felices, sin problemas y sin ninguna clase de preocupaciones, y es porque la gran mayoría no ha podido descubrir el verdadero objetivo de su existencia.

¡Y si tú, no te has sentido libre y feliz, en este maravilloso paraíso terrenal, es porque no has descubierto la grandiosa verdad de tu eternidad!... ¿Qué sucede cuando eres consciente de tu proceso evolutivo hacia la eternidad?... No cambia nada en la matriz de la tierra, todo continua igual en la sociedad y en la naturaleza, pero tú eres el que ha cambiado, para entrar en el proceso evolutivo que te llevará a la iluminación. Primero[J1]  me molestaba que nadie opinara sobre los temas de mis pinturas y que nadie las quisiera tener, y, ahora, que el alcalde y el gobernador me han propuesto que reposen en el museo de arte de Medellín, todos las están admirando y todos las han querido comprar, pero eso ya no me conmueve, porque saber la verdad de nuestra eternidad, es aceptarlo todo, no como religión, ni como ley, ni como sacrificio, ni como imposición, sino como iluminación y pertenencia a la quinta dimensión del sin tiempo y sin espacio. Empiezas a aceptarlo todo, en nuestra sociedad desigual, porque ese todo lo ves claro y nada ni nadie te puede engañar, porque es parte del proceso evolutivo universal.

La iluminación y la concientización de nuestra eternidad, es el despertar a la luz del conocimiento. Se acaban los sufrimientos, se acaban las prisas, se acaba la vanidad, se acaban las ambiciones sin medida y el universo se convierte en un espectacular remanso de amor. Descubres que puedes moldear la realidad a tu antojo, y que puedes ser la creadora de hermosas obras de arte, o crear un espectacular árbol de mangos en el jardín de “Casa blanca”, después de hacer germinar una semilla, en un tarro de galletas con tierra, y, al final, esas pinturas que todos odiaban, dizque porque las mujeres no podíamos pintar cuerpos desnudos; todos, hasta el gobernador de Antioquia, terminaron amándolas como las he amado yo. Cuando conoces el objetivo de tu vida en el universo, todo empieza a ser soportable y todas las luchas son útiles; así como fueron útiles los resultados de esas confrontaciones que tuve con la iglesia católica y con los gobernantes de turno, que dieron origen a mis más famosas pinturas, especialmente la del sapo aquel, en el que convertí al expresidente que dio la orden para que asesinaran al caudillo del pueblo, Jorge Eliecer Gaitán. Debemos buscar la sabiduría que se encuentra en todos los lados, y vivir la vida porque es vida. Se terminan las cegueras, el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad y la ignorancia, porque nada de eso existe, sino en la mente de los ignorantes, que no han podido descubrir la grandiosidad del ser humano.

¡La realidad la construyes tú, porque eres parte esencial de la unidad eterna de sabiduría, porque eres parte integral del universo! ¡La grandiosidad del ser humano te coloca en el centro de la razón y tus decisiones, tus acciones son importantísimas en el desarrollo de la vida, porque es la vida lo más importante y esa vida sigue el desarrollo y la evolución que tú le quieras dar! ¡Solamente, cuando comprendas que tú eres el arquitecto de tu destino y te acoples a la unidad eterna de sabiduría, tu vida cobrará sentido en la eternidad, porque tú eres el portador de la luz, porque tú eres el pensamiento hecho realidad!

En el encierro voluntario que realicé en mi taller de pintura, después de haber sido sometida al escarnio público, y después de haber sido excomulgada moralmente, por la religión que heredé de mis padres, por la religión católica, apostólica y romana, comprendí que el mensaje amoroso de Jesucristo, en manos de los célibes pederastas del vaticano, le puede hacer mucho daño a la humanidad, porque en nombre del Dios rubio y de ojos azules, se han cometido muchas barbaridades y asesinatos, creyendo que, de esa forma violenta y poco razonable, incinerando en la hoguera a pobres mujeres acusadas de brujería, sin un juicio responsable, van a conseguir más seguidores fieles. Los sacerdotes del catolicismo, no han podido comprender lo que debe ser una religión en esencia, con libertad y con inteligencia; sin fanatismo, sin racismo y sin ideologías de una clase social en especial, y fue por esa ambición de poder que hicieron y siguen haciendo tanto daño.

Para poder ser conscientes de nuestra eternidad, debemos estar dispuesto a olvidar la gran mayoría de cosas que nuestros padres nos han enseñado, porque, desafortunadamente, estaban erradas por culpa de su escasa educación y por culpa del poco desarrollo científico de esa época, en que la comunicación entre los pueblos era prácticamente imposible. Debemos, como sociedad, ir más allá de lo que creamos bueno o malo; creencias que solamente se han determinado por lo que nos conviene o por lo que nos afecta. Debemos cuestionarlo todo, para poder descubrir el verdadero objetivo de nuestra vida en el centro de este maravilloso universo. No podemos seguir identificándonos con esas teorías de la edad de piedra, nacidas en esa ignorancia que no podía explicar ni los rayos, ni las centellas, de ese firmamento al que ellos llamaban cielo, cuando se pensaba que la tierra era tan plana como un campo de futbol; debemos analizar todo a la luz de nuestra nueva razón, a la luz de las nuevas tecnologías, y tratando de descubrir la verdad de nuestro proceso evolutivo, para poder establecer nuestros propios criterios de opinión. Debemos transformarnos en seres humanos conscientes de nuestra grandiosidad, conscientes de nuestra eternidad, en hombres muy libres que pueden amar sin límites. Evolucionar hacia nuestra eternidad consciente, es la experiencia más importante que vale la pena vivir.

Mi vida es el milagro más hermoso que me ha sucedido en la eternidad, y lo descubrí en mi taller de creación artística, cuando fui creando mis obras como por arte de magia, y pude pintar el universo con los colores que yo quería. Recogí los pedazos de la vida que me dejaron mis abnegados padres y tuve que moldear la cerámica de mi futuro, pintándola con los colores intensos de la felicidad. Tuve que tener la disposición para reconocer que el sufrimiento, las angustias y las tristezas, que se despertaban con la persecución política y religiosa, se originaban dentro de mi mente, porque era yo la que me estaba dejando afectar, por el simple juego de las conveniencias sociales. Cuando fui capaz de darme cuenta que podía manejar todos esos percances, sin dejarme afectar tan profundamente, fue cuando mi conciencia eterna empezó a despertarse, para descubrir el milagro de mi existencia en el universo. Milagro que me trajo la curación de todos mis males y preocupaciones, milagro que trajo el fin de todos mis afanes en la vida.

¡Cuando tus relaciones con la sociedad no funcionan tan bien como lo deseas, puedes tratar de mejorarlas, puedes detenerte y empezar una tregua, como lo hice yo, cuando me encerré en mi taller, a trabajar en silencio y a fortalecer mí pensamiento, durante más de cuarenta años, para poder descubrir la verdad de mí eternidad!

Debemos aprender a pensar a toda costa, libres de doctrinas heredadas y malsanas, que nos hacen sentir culpables de unos supuestos pecados que nunca cometimos, y es, ése, un buen momento para descubrir el verdadero objetivo de nuestras vidas, porque se nos cae un velo ancestral de los ojos y estamos dispuestos a pensar y a evolucionar en el amor; porque donde hay amor, hay evolución hacia el infinito.

Si amas de verdad a los seres humanos, debes de tener el valor para decirles: ¡Te amo como realmente eres y no como desearía que fueras! Porque, realmente, ¿qué es lo que deseas?... Amar a ese ser humano, tal cuál es, sin ningún interés egoísta y sólo deseándole el bien, porque todos dependemos, de una u otra forma, de alguien; del campesino agricultor, del panadero, del carnicero, del pescador, del negro, del indio, del amarillo, del mestizo y de todos en general, porque somos parte integral de la unidad eterna de sabiduría, y eso es lo que no han podido comprender los grandes terratenientes y la burguesía de Colombia, que se atreven a seguir despojando y desplazando a los campesinos, llevándolos hasta los cordones de miseria en las ciudades, donde la desesperación los convierte en criminales y aprenden a asesinar, como lo hicieron con don Guillermo Cano Isaza gerente y dueño de “El espectador” el periódico más importante de este país, con Rodrigo Lara Bonilla y con muchos otros, que pertenecían a la elite de este país. Desafortunadamente, los muertos han pertenecido a los dos bandos, al de los ricos y al de los pobres, y hemos estado en una continua guerra civil, por más de cien años; guerra dolorosa que me atreví a plasmar y a interpretar en mis pinturas, como un grito de protesta ante el genocidio, al que, un puñado de familias poderosas económicamente, han sometido a este país.

Me tuve que refugiar en el taller de mis sueños, porque fue demasiada grande la presión que sufrí por parte de la iglesia católica y de la sociedad en general, y fueron la pintura, la cerámica y la filosofía, los pasatiempos que potenciaron el amor y la felicidad que se albergan en mi corazón, y, solamente, lo que quise y pude expresar a través de esta vocación de pintar la vida, tan mía, me pudo hacer inmensamente feliz, porque las injusticias y el maltrato, que vino de manos de los esbirros del gobierno y de la iglesia católica, sólo pudieron generar dolor y desesperanza.

Dentro de mi alma resuena una melodía de felicidad, cuando llegan hasta mi casa los indios descalzos que vienen a pedir un pedazo de pan, con esos rostros cansados y tostados por el sol, que me sirven de modelos para plasmar nuestra terrible realidad. Con esos rostros serios, construí las pinturas de mis lienzos, que tanta rabia le producen a los politiqueros corruptos y a los castos sacerdotes del vaticano. Pasé muchas horas conversando con los pobres, pero al final, cuando los campesinos, los negros y los indios se iban, me quedaba con sus imágenes grabadas en mi mente para siempre, y no se agotaban mis emociones, porque eran decenas y decenas de seres humanos hambrientos, los que llegan en busca de un poco de comida y de una voz de aliento. Puedo tener unas pinturas que me gusten más que otras, pero no me aferré a ninguna de ellas, porque sabía que se tendrían que marchar hacia un museo, para llevar mi mensaje de amor, a todos los que las vean.

Existen dos tipos de deseos en el corazón del ser humano, los deseos de cuya realización depende su felicidad y los deseos de cuya realización no depende su felicidad; el primer deseo es muy comprometedor, porque hago depender de su cumplimiento o de su no cumplimiento, mi felicidad o mi sufrimiento; en cambio la segunda forma de desear con más cordura, que fue la que aprendí después de que se murieron esos padres maravillosos que hacían que se cumplieran todos nuestros sueños, deja abiertas varias alternativas, porque, de todas formas, cuando uno tiene mucha fe, se cumplen nuestros deseos.

¿Si, de pronto, se cumplen como me los imaginé?... Me alegro, y si no se cumplen como lo desee, busco otras satisfacciones y recompensas en el proceso de su realización. Esa forma de desear me deja más o menos satisfecha, porque no le pongo todas mis esperanzas a la realización de un sueño, que de todas formas se va a realizar, pero existe una tercera opción, porque las personas inteligentes tenemos otra manera de vivir los deseos, cuando nos encontramos en el proceso evolutivo, que nos llevará a ser conscientes de nuestra eternidad, y esa forma es la concientización de que, lo que importa, no es ganar o perder, sino vivir. Cuando el artista pinta, compone, moldea o escribe, para ganar reconocimiento, fama o dinero, está previamente condicionado y no es capaz de lograr la inspiración que nace del alma. Cuando se piensa mucho en el oro, el brillo de ese metal enceguece y la inspiración artística desaparece. El deseo del triunfo, el deseo de ser un ganador inmediato, se convierte en el enemigo que le roba la visión, la intuición, la inspiración y la excelencia, al artista. El deseo marca una dependencia, porque todos dependemos, en cierto sentido, de las otras personas, de los campesinos, de los gobernantes y de los familiares, que son necesarios para nuestra rutina diaria de vida, pero depender de los aplausos y del reconocimiento público, para lograr la felicidad, es muy malo para el artista, porque el arte es un ejercicio íntimo de amor, que simplemente surge como cuando nace una flor.

La verdad es que yo siempre fui muy independiente, y nunca me apegué de nada ni de nadie, porque siempre estuve llena de arte y de amor, y sólo me quedaba tiempo para dormir. El arte me ha llevado a comprender mi universo, esa unidad eterna de sabiduría y ahora comprendo que soy campesina, negra, india, obrera y que soy toda la Colombia olvidada, que nunca ha dejado de luchar. Pobre de mí, si cada vez que el arzobispo se molestaba por un seno desnudo, de esos que él nunca pudo ni contemplar y ni acariciar, por culpa de su fanatismo demencial, que lo condujo al celibato antinatural; pobre de mí, si mi vocación artística dejara de crear, por las múltiples críticas de los gobernantes corruptos, que no desean que, el dolor que producen, se refleje en los lienzos de una humilde pintora de la ciudad de Envigado pluricultural y cuna de artistas; pobre de mí sino hubiera vivido plenamente.

El tener una dependencia de las opiniones de otras personas, para poder estar triste o alegre, para sentirse útil o inútil en la sociedad, es irse en contra de la más profunda esencia de nuestra grandiosidad ilimitada, es ir en contra del libre albedrio que nos permite disponer hasta de la vida y del futuro de los demás, porque la felicidad y la alegría de vivir, no pueden venir de agentes externos, porque están dentro de mí y solamente yo puedo crear ese universo de amor, de felicidad y de servicio a la comunidad, que se alberga dentro de mi alma. Soy la responsable de lo que pueda expresar a través de mi habilidad artística, porque todo lo que viene desde afuera, es el reflejo mágico de los pensamientos que he ido generando. Dentro de mi alma suena una hermosa melodía, cuando se pone en marcha el poder de mi pensamiento creador, y ese pensamiento maravilloso, es el que me hace feliz o triste, y cuando despierto en las mañanas, estoy envuelta en la sinfonía de mis pensamientos y nunca se agotarán esas melodías de eternidad, porque con todas y cada una de las personas que llegan hasta “Casa blanca” resuena una canción diferente, que me hace muy feliz, y enriquecen mi vida, sin importar que sus vidas estén llenas de escasez, de hambre, de desnutrición, de abusos y de dolor. Puedo soportar una o dos melodías, que me hacen llorar y estremecer como una hoja en medio de una tormenta, pero no me aferro a ellas y, con el rostro bañado en lágrimas, les doy comida caliente y un poco de mi amor, y, después, las inmortalizo en mis lienzos y trato de librarme de la nostalgia que me producen, para poder seguir viviendo y sirviendo a la gente humilde de mi país. La verdad es que después de descubrir la eternidad de mi consciencia, ya no sufro tanto con el dolor, con el hambre y con la angustia de los pobres limosneros que llegan hasta mi casa, porque los llevo hasta mi taller y después de brindarles un plato de sopa caliente, trato de explicarles el verdadero objetivo de sus vidas en la tierra, y trato de hacerles entender que el universo se genera con su pensamiento y, aunque es un poco difícil, porque están contaminados con los mitos, las leyendas y las supersticiones religiosas que, supuestamente, les están haciendo pagar un pecado original que ellos no cometieron; trato de hacerles entender que el centro de la razón son ellos mismos, pero están tan aporreados y tan lastimados, que no pueden creer que sea verdad, que llevan la semilla de Dios por dentro. No pueden creer que están hechos a imagen y semejanza de Dios. No pueden creer que son hijos de esa unidad eterna de sabiduría a la que todos hemos llamado Dios. Pobre de mí, si no hubiera comprendido la relatividad del tiempo y del espacio; pobre de mí sí, a través del arte, no hubiera descubierto el verdadero objetivo de mi vida; pobre de mí, si no hubiera descubierto la grandiosidad del ser humano, porque mi corazón se hubiera destrozado por el dolor en este jardín de injusticias, de abusos y de guerras, que han instituido en nuestro país, ese puñado de familias que nos han gobernado desde siempre. Amo los campesinos, amo los negros, amo los indios, porque, ahora, comprendo que son parte integral de mí, y los amo porque sigo enamorada de la vida y de todos esos desafíos que nos fortalecen, que nos hacen ampliar nuestra capacidad mental. Todos somos parte de la misma pintura del universo y, por fortuna, también existe el color verde de la esperanza y el blanco de la paz, porque sería muy triste que, en la paleta de mi vida, sólo existieran el color rojo de la sangre y el color negro de la muerte.

Todos los seres humanos necesitan descubrir que el amor y la felicidad están dentro de ellos mismos, porque solamente cuando descubran que son los dioses de su propio destino, podremos cantar y disfrutar del concierto eterno del amor y de la felicidad. Sólo descubriendo el amor y gozando de él, vamos a ser realmente felices, porque el ser humano tiene dentro de sí, todos los elementos necesarios para ser feliz. Mi respuesta al atropello del estado, fue el amor, mi respuesta a la excomunión moral de la iglesia católica, fue el amor y la dedicación a mi trabajo silencioso y, al final, de mi maravillosa vida, estoy teniendo la oportunidad para sentarme a escribir mis pensamientos más profundos, que nunca pude expresar libremente, porque, con toda seguridad, la iglesia católica e inquisidora, no me hubiera condenado a la excomunión sino a la hoguera.

Conocer el verdadero objetivo de nuestra vida en el universo, que se logra a través del proceso evolutivo de nuestra eternidad consciente, es la más importante experiencia que vale la pena vivir. Utilizar toda nuestra capacidad de razonamiento, para poder comprender que la angustia, la tristeza y las preocupaciones, no vienen de la unidad eterna de sabiduría, sino de nuestros pensamientos y de nuestras ideas equivocadas, es muy importante, porque el día que logremos descubrir la grandiosidad sin límites del ser humano, seremos eternamente felices.

Para ser inmensamente dichosos, los seres humanos no necesitamos acumular muchas cosas materiales, sino descubrir nuestra grandiosidad ilimitada, que nos hace protagonistas, y parte integral y dinámica, de esa unidad eterna de sabiduría a la que hemos llamado Dios.

Ese grado de evolución, que nos convierte en los protagonistas de nuestro propio universo, solamente se consigue aprendiendo a pensar, para poder liberarnos de esa gran cantidad de mentiras que nos han enseñado en esta sociedad que marcha completamente equivocada, en un capitalismo salvaje, postrado ante la cruz de unos fanatismos religiosos que nos han hecho mucho daño.

¡Tú, querido amigo, eres felicidad y amor, desde el momento en que eres consciente de tu grandiosidad en medio de este maravilloso e impresionante universo, del que eres el principal protagonista, porque eres consciente de tu existencia!...

Fue la ignorancia de nuestros ancestros, la que llenó de fantasías, de fanatismos, de miseria, de egoísmos y de dolor, nuestra gran experiencia de la vida, programándonos para hacernos sentir pecadores, con unas historias tan infantiles y tan ridículas, inventadas hace más de dos mil años, cuando los conocimientos científicos y tecnológicos no existían y ni siquiera sabían que la tierra era redonda. En esta atrasada sociedad, nos han programado para ser felices o infelices, según las alabanzas o las críticas de los sacerdotes que se encierran en los seminarios a comer y a rezar un puñado de oraciones, que mantienen idiotizados a la gran mayoría de los hombres. Debemos darnos cuenta de este error generalizado y tratar de potencializar nuestra capacidad de pensar, para poder comprender el proceso evolutivo que debe seguir tu conciencia eterna, porque si no logramos despertar y no somos capaces de cuestionar las enseñanzas equivocadas que nos dejaron nuestros padres, nada se podrá hacer y perderemos la oportunidad de trascender hacia la quinta dimensión, donde no existe ni el espacio, ni el tiempo y todo es felicidad, amor y eternidad.

¡Piensa!

¡Analiza!

¡Desprográmate!   

¡Descubre tu grandiosidad!

¡Descubre el poder de tu pensamiento!

¡Descubre tu capacidad de creación!

¡Descubre tu eternidad!

¿No te parece muy maravilloso, ser consciente de tu existencia en la mitad de este universo mágico e ilimitado?

Eres el milagro más grande de la naturaleza y lo tienes que aprovechar para evolucionar a la quinta dimensión de la eternidad, donde no existe ni el espacio ni el tiempo.

Debemos aprender a pensar, para no ser dependientes en esta sociedad atrasada, en la que el estado corrupto y las diferentes religiones, nos programan para que seamos una oveja más del rebaño equivocado. Solamente el pensamiento libre y autónomo, es tuyo, y te lleva a comprender tu grandiosidad sin límites y tu papel protagónico, dentro de la sociedad y el universo. Nuestra realización no puede depender de lo que digan los sacerdotes de la iglesia católica, que nos hacen sentir pecadores, porque depender de los juicios esos célibes que están completamente desconectados de la realidad, es muy nefasto para los seres humanos, porque ellos te someten a la excomunión de la vida bilógica y de la realidad. El tener el pensamiento sujeto, durante toda la vida, a una doctrina casi infantil y ridícula, es ir en contra de tu evolución consciente, porque el desarrollo de tu capacidad mental, sólo se logra con la interpretación y el conocimiento que vas logrando en tu única y maravillosa oportunidad de vivir. Solamente uno mismo puede actualizar las experiencias y las enseñanzas, que va logrando comprender a través de la vida, y, solamente, cada individuo puede evolucionar conscientemente hacia la eternidad de su propio universo, y, solamente, lo que yo pueda expresar desde mi realidad particular de pintora empedernida, podrá construir mi universo dentro de la unidad eterna de sabiduría.

Dentro de mi alma suena una melodía eterna, cuando visualizo la grandiosidad del ser humano, y son esas visualizaciones de eternidad, las que siempre quise plasmar en mis pinturas, porque una de mis misiones, es tratar de pintar el amor y la felicidad que existen dentro de mi corazón, y solamente lo que yo consiga expresar dentro de esas experiencias mías, puede hacer que mejore, aunque sea un poquito, a nuestra atrasada sociedad.

La incomoda enfermedad de la artritis que me acompañó durante gran parte de mi vida, la vergonzosa necesidad de sentirme querida y aceptada por la sociedad que no me comprendía, y el deseo inconfesable de encontrar un amor sincero, fueron mis más grandes debilidades, producto de la ignorancia que me sumergió en gran cantidad de equivocaciones continuas; necesidades físicas y emocionales, que nos lanzan a tratar de conseguir la felicidad en las cosas externas, sin poder descubrir que tú eres el amor, la felicidad, la salud y la totalidad del universo en ti mismo. Solamente descubriendo la eternidad de tu consciencia, vas a ser feliz realmente; sin disculpas, sin retrasos, porque tienes dentro de ti, todos los elementos y todo el poder, para construir el universo que deseas. La respuesta de aceptación y de amor, que te brindan tus familiares y amigos, nos agrada y nos estimula para seguir trabajando, para seguir soñando con cosas importantes, pero no te puede brindar más felicidad de la que tú dispones, porque, tú mismo, eres toda la felicidad, todo el amor y toda la evolución que puedas desarrollar. Tú eres la verdad, el amor, la vida, la felicidad y la realidad de esa maravillosa consciencia, que se manifiesta dentro del inmenso universo. Evolucionar conscientemente hacia la eternidad, es la más importante de las experiencias que tuve, en todo ese tiempo que permanecí encerrada en mi estudio de pintura, cuando disfruté del privilegio de estar en contacto con esos seres humanos libres de todos los disfraces de la conveniencia y fue, en ese retiro espiritual, donde comprendí que, para ser inmensamente felices, entre otras cosas, debemos desprendernos de las falsas doctrinas que nos condenan dizque a un pecado original supremamente ridículo. Debemos desprendernos de esas falsas ideas, producto de la ignorancia de un pueblo que se aferra al materialismo salvaje que nos está llevando a la extinción. Debemos desprendernos de prejuicios que no nos dejan apreciar la grandiosidad del ser humano; grandiosidad que es parte integral y primordial de la consciencia evolutiva y creadora, que origina la unidad eterna de sabiduría.

Ese grado de evolución, al que todos debemos llegar, solamente se consigue cuando el ser humano empieza a ser consciente del poder de su pensamiento; poder que yo fui descubriendo a través del proceso creativo del arte. Fue maravilloso descubrir que mi pensamiento podía modificar el universo, al crear esas obras artísticas que influenciaban a las personas, para despertar esos nobles sentimientos que las impulsan a ser mejores seres humanos.

Tú eres la felicidad y el amor, pero no lo puedes apreciar realmente, si aún no eres consciente de la eternidad de tu espíritu. Te dejas influenciar de las fantasías, de las ilusiones que se manifiestan a través de tus sentidos imperfectos, que te atrapan en la cuarta dimensión del tiempo y del espacio, sin poder comprender esa relatividad en la que nace la eternidad de la consciencia. Debes darte cuenta que estás hecho a imagen y semejanza de Dios y debes de salir de la programación mediocre, a la que te somete esta sociedad estancada en la edad de piedra, en la que adoraban y, hasta hoy, siguen adorando imágenes de barro. Si te empeñas en no evolucionar, si no deseas descubrir la verdad de tu eternidad, si no deseas conocer el verdadero propósito de tu vida en la tierra, nada se podrá hacer y tus descendientes tendrán que seguir evolucionando, atrapados en la cuarta dimensión del espacio y del tiempo, hasta que logren tener la sabiduría necesaria para ingresar en la quinta dimensión de la eternidad consciente.

¡Libérate de la manipulación y el atraso que te impone esta sociedad inculta y equivocada!

¡Descubre la grandiosidad del ser humano, y descubre tu eternidad sin límites!

Lo que haces habitualmente, te convierte en dependiente de una sociedad completamente equivocada, que no sabe para dónde va y se dirige a la extinción de la especie humana; una sociedad atrasada que se refugia en un puñado de religiones ridículas e infantiles, para no tener que pensar en el verdadero objetivo del ser humano en la tierra.

¡Solamente el poder de tu pensamiento te hará libre!

Lo realmente importante, es que seas capaz de darte cuenta que eres un ser celestial. Un ser eterno y con un inmenso poder creador, un Dios sin limitantes, porque a la luz de tu eternidad, debes reprogramar tu vida, porque, desafortunadamente, estamos programados desde nuestra infancia, por las conveniencias de una sociedad elitista, con una completamente equivocada educación, por la solapada iglesia católica y por otras religiones, todavía más violentas que la que heredamos de nuestros padres. Vivimos programados para permanecer indiferentes ante las atrocidades que comete la oligarquía corrupta, que asesina a los campesinos para arrebatarles las tierras y para perpetuarse en el poder. Vivimos programados para pensar, solamente, lo que el estado corrupto quiera y damos las respuestas que ellos desean, ante la terrible realidad de muerte y de hambre en nuestro país, sin poder detenernos a pensar, ¿qué hay de verdadero en esa ideología que nos condenó dizque a ser pecadores por herencia, de un supuesto pecado original que no he podido entender y, personalmente, a una excomunión ridícula, por haber pintado el cuerpo desnudo de una india famélica y hambrienta?... Llevamos programadas en nuestras mentes, las ideas convencionales y culturales, que al estado autoritario le conviene, pero debemos aprender a pensar con libertad y autonomía, para poder lograr el desarrollo mental que nos permita comprender ese maravilloso universo, que está más allá de lo que nuestros limitados sentidos nos permitan observar.

En nuestro país, estigmatizan a los grupos poblacionales por el color de su piel, cuando en realidad no debería existir la discriminación en un país multiétnico y pluricultural. Es la alienación cultural, la que provoca los odios y las diferencias, porque todos pertenecemos a esa Colombia con diferentes dialectos, con diferentes culturas y con diferentes razas. Son variadas las formas de observar la realidad y son mis pinturas una mirada de amor y de respeto, por las maravillosas diferencias de nuestro país. Es necesario tener mucho carácter para no convertirnos en un producto, de esa alienación cultural, a la que nos someten los medios de comunicación, propiedad de esa burguesía de raza blanca, que hace más de doscientos años que nos vienen gobernando, porque te puedes convertir en un sujeto completamente esclavizado a sus intereses. Nos han enseñado a estar arrodillados siguiendo sus normas y besando la cruz despiadada de la inquisición que excomulga y señala, al que se atreve a hablar de justicia social. También nos enseñaron que los rubios de ojos claros son los dioses, los ángeles y los modelos del éxito comercial, y que los pobres negros, indios y mestizos, son ciudadanos de segunda clase y no pueden acceder a la educación, porque es demasiado costosa para ellos. Es una lucha continua, la que se libra a diario, por mantener los privilegios de una clase aparte, que no permite, ni siquiera, la opinión de una humilde pintora como yo, y fue por ese motivo que empecé a dibujar el hambre, las injusticias, las masacres, la muerte y la desolación, que han sembrado a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Le enseñan a los niños una religión católica, apostólica y romana, y una forma de comportarse que no hemos elegido, sino, que nos ha sido impuesta por el sistema de gobierno, antes de que tuviéramos la edad o el discernimiento para escoger, y la gran mayoría del pueblo sigue así, sumergido en la desgracia de haber nacido cuando los burgueses corruptos ya eran dueños de los medios de comunicación, de casi todas las tierras buenas, de los sistemas financieros que abusan de tus necesidades y dueños hasta de tu conciencia y de tu forma de pensar, y por eso fue que me atacaron, me excomulgaron y me hicieron encerrar, porque empecé a reclamar a través de mi obra artística, por todos los atropellos y por todos los crímenes que han venido cometiendo desde siempre.

Solamente lo que nace y se origina en lo más profundo de tu pensamiento, es auténtico y te hace libre. Debes de aprender a pensar, debes tratar de desarrollar tu capacidad cerebral y debes ser consciente de la evolución de tu consciencia hacia el infinito, porque las ordenes que te dicta la sociedad, no las puedes dejar de cumplir, porque si no las cumples, te castigan con la excomunión, con la expulsión de las academias artísticas, con la expulsión del trabajo y con la expulsión de los círculos sociales, que fue exactamente lo que me pasó a mí. Te hacen dependiente del gobierno, de la burguesía corrupta y esclavo de lo que diga la televisión y la sociedad de consumo, con sus tarjetas de crédito, porque te han programado para que trabajes en sus fincas y en sus fábricas, sin pensar, sin reclamar una vivienda digna, sin reclamar el derecho a la educación, sin reclamar por una reforma agraria que le de tierra a los campesinos. Debemos aprender a pensar, debemos descubrir el poder del pensamiento que construye la realidad física, porque solamente lo que surge de tu mente, lo analizas y te decides a plasmarlo y a ponerlo en práctica, es tuyo y te hace libre. Recuerda que aprender a pensar te trae la libertad, como a mí, que tuve que romper mi historia, y la programación que, equivocadamente, pero con mucho amor, habían tejido mis padres, y tuve que dibujar un nuevo futuro, para poder responder por mí misma y por esta sociedad, que algún día tiene que renacer de sus cenizas, para poder vivir en paz. No se puede vivir influenciada por las enseñanzas de profesores que están completamente equivocados y que castigan con ceros, tus pequeños errores, en vez de aprovechar la oportunidad para enseñarte a pensar y a encontrar las soluciones. No se puede vivir, en silencio, en esa Colombia injusta que asesina a los que piensan diferente, y lo mejor que puedes hacer por tu futuro, es ser sincera o sincero, teniendo claridad de percepción y tratando de llenar vuestro corazón de amor. Debes tratar de dar respuestas precisas, sin engañarte y sin engañar por conveniencia a los más débiles, como traté de hacerlo yo, dándole respuestas a la vida, desde mis pinturas, desde mi ejemplo, desde mi humilde profesión, desde mi pensamiento y desde esa realidad que me correspondía muy íntimamente a mí; una realidad de una artista llena de frustraciones. Afortunadamente, muy temprano en la vida, aprendí que mi éxito o mi fracaso no dependían del arzobispo de esa iglesia de pederastas, que excomulga y maltrata a las mujeres; un éxito que tampoco dependió de ese conservador recalcitrante que mandó asesinar a Jorge Eliecer Gaitán, porque el caudillo del pueblo quiso llevar agua potable y servicios sanitarios básicos a los negros del pacífico… La evolución de mi consciencia y de mi actividad artística, sólo dependían de mí, y así lo hice, tomando las riendas de mi destino y pintando mí futuro con los más lindos colores. Lo menos que se puede hacer por el pueblo y por el amor que sentimos por la diversidad, es ser sinceros, es tener claridad de percepción y tener el valor de denunciar las injusticias que se están cometiendo en contra de los más pobres.

Me tomé el atrevimiento de escribir estas páginas, con la ayuda de Jorge Soto Builes, un amigo muy querido, para darles unos humildes consejos, que les van a permitir alcanzar cualquier meta que tengan en su mente, y les permita convertir sus deseos en el éxito que desean para sus vidas. Les quiero enseñar un método que tiene que ver con las experiencias que he acumulado en mi extensa y solitaria vida de arte y meditación, porque los pensamientos son las más importantes fuerzas del universo, y me refiero al poder que poseen esos pensamientos, para que el ser humano que se anime a empezar cualquier proyecto, logre resultados importantes. El pensamiento es una canalización importante de la energía universal, que, orientada hacia proyectos y adjetivos bien definidos, da como resultado un camino que te guiará hacia el éxito y hacia la realización personal. Después de que los pensamientos son unidos al deseo, a la perseverancia, a la fe, a la disciplina y a la inspiración, se convierten en una fuerza creadora de vida, que ira moldeando el maravilloso futuro que cada uno se merece. El pensamiento es el origen y el impulso, necesarios, para lograr hacer realidad los planes que cada uno se fije en la vida, porque todo lo que se necesita para lograr la realización y ser felices, es una idea, un deseo persistente y una fe inquebrantable, como la que yo tuve en mi carrera artística y especialmente en la pintura, que me ha traído tantos problemas y tantas satisfacciones. Ningún joven se encuentra listo para vivir y definir su camino, hasta que no aprende a pensar y se apasiona por un deporte, o por una actividad empresarial o cultural, que lo motive y lo haga creer que puede alcanzar su realización.

En mi carrera artística tuve muchas frustraciones y muchas dificultades, pero la fuerza de mi amor al arte, me impulso para rodearme de excelentes profesores; de maestros que sabían más que yo y fue con mi perseverancia, que logré el objetivo de convertirme en una artista reconocida en una sociedad machista y excluyente, que siempre trató a las mujeres como ciudadanas de segunda clase, y digo trató, porque mis cansados ojos han tenido la felicidad y la dicha de poder ver la progresiva emancipación de la mujer colombiana y latinoamericana. En mi emocionante vida aprendí, qué si tienes determinación, puedes lograr hasta los objetivos que parecen imposibles, porque todo lo que el pensamiento puede concebir y desear, se puede realizar. El primer paso de todo proyecto es el deseo, que es esencial, y lo descubrí en mi difícil carrera artística, porque primero tuve que soñar con ser una gran pintora, después tuve que desearlo con locura y, ante todas las dificultades, tuve que esperar mucho tiempo para poder disfrutar de las mieles del éxito. Como ya lo dije antes, todo empezó con un deseo ferviente y obsesivo, que me impulsaba a dibujar y pintar la triste realidad de mi país, sumergido en la desigualdad social y en la violencia generada por la injusticia. Desear la realización personal, con una disposición mental que se convierta en una obsesión, fue la fuerza que me llevó a trabajar por más de cincuenta años en mi taller de pintura, con el corazón inflamado de amor por esos personajes anónimos que plasmé en mis pinturas. Planifiqué estrategias y sistemas definidos, para poder lograr la excelencia en mi proyecto de vida, y llevé a cabo todos esos planes, con una perseverancia que nunca aceptó la derrota. Para alcanzar el éxito hay que dar varios pasos que humildemente he tratado de definir así:

-      Piense exactamente qué es lo que desea hacer en su vida.

-      Piense en la gran cantidad de amor que se propone dar en cambio de ese deseo.

-      Sea consciente que el tiempo es relativo y que su proyecto de vida, continuará siendo vigente por toda la eternidad.

-      Desarrolle un plan para llevar a cabo su proyecto de vida.

-      Escriba una descripción precisa, de todos los detalles de su proyecto.

-      Lea cuatro veces al día, cada uno de los puntos de su plan.

-      Piense que ya es una famosa pintora, doctora, profesora, escritora o la profesión que haya escogido o deseado, en su plan de vida.

-      Asuma sus deseos, asuma su lucha con todo el amor del mundo y no contemple la posibilidad de renunciar a sus deseos, porque fue así, con ese compromiso, con ese deseo ardiente, que mantuve la motivación que me permitió convertirme en una pintora feliz.

Desea, sueña y piensa, sin límites, sin importar las dificultades que puedan surgir en tu camino hacia la felicidad. No hay límites para la mente, no hay límites para el pensamiento, en la maravillosa unidad eterna de sabiduría, también llamada universo. Debo confesar, humildemente, que todas las ideas y pensamientos que comparto en esta crónica, son la recopilación metódica de todas las enseñanzas que me han ido transmitiendo los grandes maestros de la vida, como lo fueron la hermana sor Teresa de Calcuta, Gandhi, Mandela y el maravilloso Jesucristo, que me enseñó el verdadero significado de la fe, porque la fe es un estado mental del que te tienes que apropiar. Debemos tener mucha fe, porque no hay límites para el alma, para el espíritu del ser humano. Debemos visualizar lo que deseemos y creer en la consecución de nuestras metas, porque mediante la repetición de afirmaciones y deseos, se crea un estado mental de fe, en el subconsciente, que es el que origina la realidad material que percibimos; por eso es que ese pensamiento que se repite y que ingresa en el subconsciente, después se convierte en una hermosa realidad, a la que la gente llama milagro. La mente humana es la creadora del universo personal en el que vivimos y, a cada ser humano, se le van abriendo las ventanas de sabiduría necesarias para su evolución consciente hacia el infinito; por eso es que una mente llena de amor y de pensamientos positivos, se convierte en ese estado mental en el que no existen ni miedos ni preocupaciones, al que hemos llamado iluminación, un estado poderoso que puede curar todas tus enfermedades,  crear todo lo que desees y multiplicar los panes y los peces de forma milagrosa; estado que me ayudó a luchar contra todas las adversidades, en el difícil camino que tenemos que recorrer todos los artistas, en estas sociedades subdesarrolladas como la nuestra. Nunca perdí la fe y nunca dudé del beneficio intelectual y cultural, que le hacían mis pinturas a esta sociedad machista y atrasada, que estigmatiza y sataniza el cuerpo humano, y que tilda de pecaminosa a la exhibición o apreciación de nuestra piel.

¡Respetados obispos inquisidores, no es la pintura de una glándula mamaria o del vello púbico, el origen del pecado; el pecado se origina en el manejo desvergonzado que, ustedes, le han dado a esa filosofía de amor que nos dejó ese ser humano maravilloso al que llamamos Jesucristo, hasta convertirla en un negocio que alimenta la avaricia, la gula y las aberrantes prácticas homosexuales, de las que fue víctima mi querida hermana Catalina, en la obscuridad de esa clausura en la que pretendieron someterla!

En el difícil pero gratificante proceso constructivo de mi carrera artística como pintora, tuve que fortalecer de forma sistemática mi subconsciente, con pensamientos constructivos, en los que visualicé la conquista progresiva de espacios tradicionalmente vetados para las mujeres, y fue por eso que empecé a colocarme pantalones y a montarme en los caballos a horcajadas, con las piernas abiertas, como lo hacían los hombres, y fue por eso que empecé a pintar el cuerpo humano desnudo, también como lo hacían sin ningún problema los hombres. Ejercicios de rebeldía que me trajeron dolorosas consecuencias, cuando una vecina, más machista que los mismos hombres, me lanzó una caneca de agua caliente desde su balcón, de la que me protegieron el amado sombrero que usamos los paisas y una chaqueta de cuero que había traído de Méjico, en uno de mis escasos viajes. Yo sabía con claridad cuáles eran mis metas y me las repetía continuamente, para que se convirtieran en esas verdades que fueron mis  puntos de resistencia, hasta el reconocimiento artístico que logré más allá de las presiones de los funcionarios públicos y de la iglesia, que me presionaron  y me persiguieron hasta lograr mi excomunión moral y el descredito de mi profesión, y es por eso que le doy gracias al Dios de Baruch Spinoza, al Dios de la unidad eterna de sabiduría, por la fortaleza de mi alma, que nunca se rindió ante las dificultades, porque hasta en las difíciles condiciones de mis circunstancias adversas, nunca me lamenté, ni lloré y aunque estaba sometida a la crítica despiadada y a la persecución directa de esos políticos corruptos, que cerraban las exposiciones de mis pinturas, siempre permanecí con la cabeza erguida, altiva y con el orgullo intacto, más allá de esta sociedad llena de ignorancia, injusticias, dolor, hambre y atropellos, donde se originan los desplazamientos masivos, las torturas físicas en los batallones del gobierno y los asesinatos selectivos. Permanecí trabajando sin miedo y no me importaron las limitaciones de mi taller, y no me importaron los castigos de esa iglesia inquisidora, y no me importaron las críticas despiadadas de la burguesía, porque soy la dueña de mi destino y parte integral y dinámica de la eternidad… ¿y cómo alimenté mi subconsciente?... Yo cerraba los ojos, y, en medio de los lienzos y de los pinceles, visualizaba mis pinturas expuestas en los museos de arte de Antioquia, porque nunca más soñé con exponer en Bogotá, por la despiadada persecución que me hizo el difunto Laureano Gómez, ni exponer en ningún otro país, después del maltrato que sufrí por parte del general Franco, que me expulsó con mis cuadros de la madre patria de España, influenciado por la burguesía corrupta de Colombia, que me tildaba de comunista por pintar campesinos, indios y negros, con hambre. Siempre estuve decidida y destinada, a llevar un grito de libertad y de amor con mis pinturas, por mi tierra, y como el subconsciente asimila cualquier orden que se le dé, en un estado mental de absoluta fe, me refugié en mi taller y los cuadros fueron naciendo como milagrosas flores de amor, llenos de color y de magia, para adornar las paredes de mi querida ciudad de Envigado, de Medellín, de Antioquia y de Colombia. Cada adversidad, cada crítica, cada obstáculo y cada fracaso, fortalecieron en mi alma la capacidad de trabajar sin descanso, por el solo placer de brindar todo ese amor que se alberga en mi corazón y en mi mente, y logré la inmortalización del grito desesperado de las mujeres colombianas, por lograr una sociedad más justa, en la que ojalá, algún día, reconozcan todos nuestros derechos como seres humanos.

Estudié con los más grandes maestros de mi país y de Méjico, y alcancé a lograr un buen nivel de conocimiento en el mundo del arte, que se me convirtió en una herramienta muy poderosa, para influir en una sociedad en proceso de construcción como la nuestra. El objetivo era levantar una voz de protesta a través del arte y más directamente, a través de la pintura de mis cuadros, que exhiben la desnudez y la fragilidad de las mujeres, en medio de esta sociedad machista que no nos permitía llevar los pantalones de nuestro destino, que no nos permitía tomar decisiones importantes, ni en la educación, ni en la política, ni en nuestros cuerpos y ni en prácticamente nada. Estábamos secuestradas por un estado sin derechos y por unas instituciones religiosas que nos impusieron el estigma de pecadoras, con la ridícula historia de una manzana que convirtió la más hermosa de las funciones bilógicas de la reproducción, en un eterno pecado que solamente se pudo originar en la mente de los beatos que permanecen encerrados en los monasterios, fraguando estrategias para hacer sentir culpables a los pobres peregrinos, y, de esa manera, poder cobrar los diezmos de una supuesta salvación que les permite vivir rezando sin trabajar. Desde mi infancia, comprendí que esta sociedad que despoja de tierra a los campesinos, a los indígenas y a los negros, estaba completamente equivocada y, con mucho dolor en el alma, pude encontrar la forma de protestar en silencio, embarrando los lienzos con las pinturas, con mis lágrimas y con mi sangre. El sudor de mi trabajo también se mezcló con los colores intensos de la lucha, de la resistencia y de la perseverancia, de esas mujeres campesinas que no se dejaron esclavizar eternamente.

El maravilloso éxito de mi carrera, como pintora, se debió a mi inteligencia creativa, y pude convertir los escasos recursos económicos que nos dejaron nuestros padres, en una invaluable obra artística, que le dejo como legado a nuestro amado pueblo antioqueño. Pude pintar esas humildes obras de arte, utilizando un poder oculto en mi ser, que combinó la riqueza mental, emocional y espiritual, para poder lograr ese objetivo que me impulsó a moldear el destino, con el que siempre soñé. El ser humano posee en su mente el poder creativo de los dioses, guardado en lo más profundo de su consciencia evolutiva, disponible para cuando de aprenda y se quiera utilizar. El final feliz de mi carrera artística, se originó en mi mente y tuve la sabiduría para salir victoriosa, a pesar del atraso cultural en el que nos mantiene sumergidos la burguesía corrupta que gobierna este país. Dentro de nuestra mente está el secreto para poder hallar el éxito, la salud, la felicidad, la amistad, la intelectualidad, la paz mental y el amor. El pensamiento dinámico es la fuerza más grande del universo y es la mente del ser humano, uno de los más maravillosos instrumentos que creo la unidad eterna de sabiduría en su proceso evolutivo.

Con el ejercicio cotidiano de la pintura, aprendí que el pensamiento del ser humano moldea la conformación material del universo y la realidad particular en la que vivimos, y fue ese pensamiento dinámico y progresivo, el que me llevó a perfeccionar mis técnicas de creación y a moldear mi querida obra, que espero, el pueblo Antioqueño acoja, con ese mismo amor que me inspiró el crearla, y fue mi intuición la que me llevó a romper el tiempo y el espacio, para poder llevar un poco de cultura y de educación artística a nuestro pueblo, y siendo una niña de Envigado, común y corriente, fue mi poder mental, el que me llevó a convertirme en una orgullosa pintora, que se ha ganado el aplauso y el reconocimiento de nuestro hermoso país. Desafortunadamente, a nuestros niños casi nadie les ha enseñado las fortalezas mentales que poseen y no han podido descubrir que cada uno de ellos, es un genio en potencia, con el solo hecho de utilizar el pensamiento dinámico que se origina en sus mentes. Cuando el ser humano deja volar con libertad su pensamiento, puede romper las barreras del espacio y del tiempo, para superar los obstáculos de la pobreza y de la falta de educación, y las limitaciones que le imponen el establecimiento político y religioso, que no están interesados en el cambio, ni en la evolución cultural y social del pueblo… Cuando cambiamos nuestra forma de pensar, hacia el lado positivo, inmediatamente, liberamos fuerzas mentales y físicas, que mueven toda tu vida en una dirección positiva, que te ayudará a construir una carrera exitosa como la mía. Lo más importante es creer en nosotros mismos, en nuestro talento, aunque resulte uno que otro, que te diga que no sabes dibujar, o vivir, o actuar, como lo hicieron varias veces conmigo... Cuando tienes fe, cuando crees en lo que piensas y en lo que haces, se establecen corrientes de energía positiva en todo el universo, que hacen que se logren todos tus objetivos y todos tus sueños. Tu pensamiento dinámico hará que te conviertas en lo que piensas y deseas ser. Piensa que eres muy talentosa, piensa que eres muy fuerte, piensa que eres muy buena, piensa que puedes lograr el éxito, piensa que tienes don de gentes y que eres muy atractiva para todos, y estarás utilizando el poder mágico del pensamiento dinámico, que te ayudará a materializar todos tus deseos y a evolucionar conscientemente hacia la eternidad. Todos los seres humanos podemos utilizar el poder creativo de la imaginación, para construir una profesión y una vida exitosa, solamente nos hace falta un poquito de creatividad para visualizar, en la profundidad de nuestra mente, las cosas que deseamos crear; un ejercicio que ha sido muy común y muy constante para mí, porque yo, a diario, tenía que visualizar y pensar cada una de mis creaciones artísticas dentro de mi mente, antes de plasmarlas con hermosos colores en los lienzos de inmaculada blancura. Tu mente puede crear una pintura, una cerámica, una canción, una crónica literaria, una profesión o una inmensa fortuna económica, porque lo que desees está al alcance de tu poder creativo y dinámico. El deseo es la principal fuerza motriz del ser humano, sin ella estaríamos condenados a la resignación de una miserable existencia, con una lenta evolución como la de las demás especies, porque el deseo es la más importante emoción, que nos conduce al descubrimiento de todo el potencial que se alberga en nuestra mente, que lo es todo. Los seres humanos poseemos una mente que vibra en altas frecuencias de energía, cuando el deseo se activa en la dirección correcta. Si utilizamos esa emoción apropiadamente, podemos generar una energía dinámica, que hará que consigamos lo que deseamos constantemente. Mi deseo de ser una gran artista, me condujo a estudiar y a capacitarme, con grandes maestros internacionales, constantemente, y eso me llevó a ganar el reconocimiento y el respeto de esa sociedad machista, que empezó a mirar de otra manera, las capacidades y los talentos de nuestras mujeres. Mi deseo de plasmar la realidad de una forma hermosa y colorida, me llevó a crear mis humildes obras, para que las disfruten las nuevas generaciones que ya están más avanzadas. La ley del deseo trabaja constantemente, para ayudarte a lograr todo lo que quieras, y yo descubrí este sencillo método, que te ayuda a poner en practica todo lo que desees y establecer acciones y posibles reacciones en tu mente, que hará más fácil lograr todo lo que deseas. Todas las personas desean muchas cosas, desean tener dinero para gastar, desean tener un auto y una casa, pero estos deseos, comunes en todas las personas, son débiles y casuales, no son la clase de deseos y pensamientos que traen la realización y es ahí, cuando yo tuve una fe inquebrantable y un propósito firme, que me llevó a la realización de todas mis metas.

El pensamiento es la programación de la inteligencia de esa unidad eterna de sabiduría llamada universo, y aunque no sabemos exactamente en qué consiste, lo definimos como una acción mental, que nos hace ser conscientes de nuestro cuerpo y de nuestra alma. El pensamiento es una fuerza invisible que, aunque no la podemos ver, la podemos percibir por todas partes, en sus diversas manifestaciones. El pensamiento lo podemos percibir en los animales, en todos los seres vivientes y en todas las cosas que convierten la energía en materia, y cuanto más analizamos y estudiamos, más cuenta nos damos que es una fuerza de poder ilimitada. En cualquier parte que nos encontremos, nuestros sentidos nos dirán que estamos contemplando una serie de objetos inanimados, lo que es cierto sólo en la percepción visual, porque en realidad, estamos contemplando pensamientos o ideas de otro tipo, que se han materializado por medio de la unidad eterna de sabiduría y se han transformado por el trabajo creador de un ser humano, o de cualquier otro ser inteligente, porque hasta los pájaros convierten las hierbas en complicados nidos. Las obras de arte, los aviones, los barcos, los autos, los edificios y el dinero, han salido de esa maravillosa fuerza a la que llamamos pensamiento creador. El padre de cualquier acción es el pensamiento y cuando podamos comprender eso, empezaremos a comprender que todo el universo es un pensamiento, y que todo lo que existe es la mente universal, que yo he llamado unidad eterna de sabiduría, y por eso es que todo lo que somos, es el resultado de lo que hemos pensado y deseado. Mi vida es el resultado de mi pensamiento y el resultado de mis procesos mentales, porque la dibujé al mismo tiempo en que pintaba mis cuadros. Nuestro cuerpo está compuesto por un setenta por ciento de agua y unos cuantos minerales sencillos que, a su vez, están compuestos por moléculas y átomos, que sólo son energía, porque es nuestra mente y todo lo que pensamos, lo que nos hace ser lo que somos. La clave del éxito no está en el exterior, sino dentro del hombre, en todos sus pensamientos. Detrás de cada paso que damos en la vida, detrás de cada decisión que tomamos, sea cuál sea la dirección que sigamos, se haya esa fuerza espectacular llamada pensamiento. Una fuerza vital y milagrosa, que me permitió crear mi propio universo, lleno de color, lleno de paz y de felicidad. Nuestra manera de hablar, de movernos, de caminar y de comportarnos, refleja nuestra forma de pensar. Una apariencia descuidada, es el indicio de un pensamiento tranquilo, romántico y relajado, mientras que una apariencia ordenada y elegante, es el reflejo del orden, de la rigurosidad metódica y de la confianza; exactamente lo que mostramos por fuera, es lo que somos en nuestro interior y en nuestro pensamiento. Lo que creemos ser, es lo que somos, y yo siempre desee ser una artista exitosa y al final lo estoy siendo. El pensamiento es la fuente de todo éxito, de todo nuestro universo material, de todos los avances de la ciencia y de todas las creaciones artísticas. Sin el pensamiento no existiría nada, ni las ciudades, ni los países, ni las grandes fortunas, ni las organizaciones sociales, ni la pobreza, ni la mendicidad; en conclusión, es por nuestra limitada capacidad de pensar, por la falta de educación, que estamos sumergidos en una guerra civil interminable y en la casi pobreza absoluta de nuestro pueblo. Nuestros pensamientos; esos pensamientos que dominan nuestra cotidianidad, son los que determinan nuestra condición social, son los que determinan nuestro carácter y nuestra vida, y solamente de esta manera, es posible comprender lo que significa la antigua afirmación que dice: “Los pensamientos del hombre lo hacen y lo deshacen”

En las largas horas de meditación que tuve en mi taller de pintura, descubrí que el universo en que vivimos, es una creación de nuestros pensamientos; pensamientos que están coordinados por una unidad eterna de sabiduría, que nos permite moldear y pintar la vida con los colores que deseemos. Es por eso que los hombres con mentalidad dinámica, han dirigido los países, imponiéndoles sus pensamientos y conduciéndolos, unas veces al desarrollo y otras veces al atraso cultural y a la miseria, como lo han hecho en Colombia, que dificultan la educación sistemáticamente, para mantener a la gran mayoría del pueblo en la ignorancia; para que los obreros del sueldo mínimo no piensen y se mantengan subyugados. Jamás hubo otra época en la historia de nuestro país, en la que sea más necesaria la educación gratuita, para estudiar y generar pensamientos e ideas, que nos permitan utilizarlos para mejorar la calidad de vida de zonas deprimidas como el chocó, como la guajira, como el pacífico y como casi toda la Colombia rural y abandonada, extrayendo fuerzas de esa inmensa fuente de energía que todos llevamos dentro. Ni en mi familia, ni en mi época de estudios con las monjas de María Auxiliadora, nadie me hablo de la fuerza magnética del pensamiento, y tuve que descubrirla en mi taller, mientras pensaba y creaba mis obras, observando como el pensamiento estaba relacionado con el deseo, con la acción y con la materialización de mis sueños, y de cómo, esa ausencia de pensamientos, afecta a los más humildes que no tienen ni para comer. Indudablemente, llegamos a ser lo que pensamos y deseamos ser, y yo lo demostré humildemente, al soportar todas las agresiones, todas las censuras y las amenazas de la iglesia católica, y todas las persecuciones de los políticos y del estado, para al final convertirme en una incansable pintora. Nunca me dejé trastornar, no dejé debilitar la confianza que siempre he tenido de mí misma y no me dejé desviar de mi gran pasión artística. Fueron los pensamientos alienantes de la iglesia y del gobierno, los que, para conservar sus privilegios, mantienen el pueblo en la ignorancia y en la miseria, pero yo no me dejé callar y los convertí en sapos, en ratas y en aves de rapiña, que los han inmortalizado también a ellos, porque Laureano Gómez el papá de Álvaro Gómez, también se murió y no se pudo llevar todas las riquezas que le negó a las personas pobres de Colombia.

Existe una ley universal de causa y efecto, que, aplicada al funcionamiento de la mente, les da significado a frases como: “La mente es el origen de una fuerza sin límites” y como “Todas las posibilidades las llevamos dentro de nosotros mismos” porque, lo que sembremos, es lo mismo que vamos a cosechar más adelante, y si siembras y das amor, recibirás amor constantemente. Tu bienestar está a tus pies y la fortuna está al alcance de tu mano, cuando aprendas a pensar. Todos los seres humanos tenemos derecho a tener una vida de abundancia. No hay límite para tus aspiraciones, pero mientras más grande y más interesante sea lo que deseas, mayor será el precio que tendrás que pagar por esas aspiraciones. Cada ser, al descubrir la eternidad de su consciencia, descubre y asegura su riqueza espiritual, porque al ser consciente de su eternidad, encuentra la libertad y desaparecen todas sus angustias, sus miedos y encuentra el éxito y la prosperidad. Jamás se consiguió y nunca se pondrá conseguir nada importante, duradero y poderoso, por parte de los seres humanos que no han aprendido a pensar, porque el pensamiento es el origen de tu universo, del poder, de la superación y del éxito. La ley de la oferta y de la demanda, no es un simple ejercicio económico para un hombre que sabe pensar, sino la manifestación material de una ley que es espiritual. Las sociedades ricas en los países desarrollados, son el escenario sobre el que gran número de hombres, supieron agruparse y encontrarse a sí mismos y hacer sus propias empresas, para trabajar con mucha comodidad, enriqueciéndose a sí mismos, a sus socios y a la sociedad en general. No se trata de la explotación de la fuerza laboral de los otros, sino de la manifestación de conocimientos y de virtudes, fácilmente adquiridos por los espíritus libres, que aprendieron a pensar para el beneficio de todos y no me explico por qué tanta mezquindad de parte de la burguesía de nuestro país, que le niega hasta la educación al pueblo, cuando todos ya sabemos que la educación es la llave maestra que nos abre las posibilidades de un futuro próspero.

Con una imaginación poderosa, se puede dar forma física a cualquier deseo, como lo hacía yo con mis cerámicas y con mis pinturas. El espíritu del ser humnano es tan grande que no tiene límites y si pudiéramos comprender la mente humana, nada sería imposible para los hombres en el universo. Una fe férrea y constante, fortalece la imaginación, porque crea la intuición y la voluntad. La fe proviene del descubrimiento de nuestra grandiosidad y nos ofrece una clara comprensión de nuestra eternidad. Las personas que han triunfado en las diferentes épocas de la historia, lo han logrado por la fuerza de sus pensamientos y el corazón, las manos, los pies y el cerebro, son simples instrumentos de nuestra mente. Tus pensamientos y tus objetivos, deben de estar coordinados para concentrar tu acción constante, hacia el logro de la meta que te hayas propuesto, porque cualquier cosa que desees hacer, la conseguirás si conviertes ese proyecto en la razón más importante de tu vida, como lo hice yo durante toda mi existencia, completamente dedicada a la producción artística. Si empleamos las fuerzas dinámicas de la fe y de los deseos, pondremos en marcha los enormes poderes que existen en el interior de nuestra alma y en la unidad de sabiduría eterna,  es decir en el universo, para lograr todo lo que deseemos. Lo primero que debemos hacer, es saber con precisión qué es lo que deseamos crear, empezando con la idea principal de que soñamos con ser muy felices al lograr éxito, porque no podemos hacerlo con la imprecisión que lo hacen la gran mayoría de las personas. Debemos tener pintado en nuestra mente, el cuadro final de lo que es nuestro objetivo. ¿Qué es lo que deseo crear? ¿Qué es lo que sueño hacer? ¿Cuál es el objetivo de mi vida en la tierra?... Debemos visualizar con exactitud qué es lo que deseamos y tener muy presente que el éxito no se debe medir con los logros materiales, porque al fin de cuentas, lo más importante es la felicidad en nuestro proceso evolutivo. La gran mayoría de las personas, poseen la idea de que quieren tener éxito y se limitan a dejar transcurrir los días, pensando en la forma de acumular más dinero, pero son como corchos atrapados en un remolino, sin poder comprender el verdadero objetivo de sus vidas en el universo. Es muy importante saber qué es lo que deseamos lograr en la vida. Primero que todo, necesitamos saber hacia dónde avanzamos, y, después de que lo sepamos, debemos compartirlo con todos nuestros semejantes, para que por fin comprendan la grandiosidad del ser humano que no tiene límites. Descubrir de forma consciente la eternidad de nuestra conciencia, constituye un paso decisivo, porque desde ese momento ya no vamos a preocuparnos por las posesiones materiales, por tener varias casas en la ciudad, por tener el carro más lujoso o por tener una inmensa cuenta bancaria, porque cuando somos conscientes de nuestra eternidad, desaparecen todas las preocupaciones, todas las angustias, todos los afanes y todos los miedos. Es el deseo de lograr ese nivel de sabiduría, lo que cambiará nuestra vida por completo; porque es el poder de creer en la grandiosidad humana, el que pone en marcha las fuerzas de la totalidad del universo, para que se nos abran nuevas ventanas de esa sabiduría que nos ayudará a evolucionar conscientemente hacia la eternidad, por lo tanto, se empieza con el deseo, cuando se espera evolucionar a una dimensión superior de conocimiento. El deseo es una fuerza motriz, en el interior de cada uno de nosotros, porque sin un deseo intenso, nada puede materializarse en nuestra realidad física. Todo lo que existe es el gran pensamiento universal, pero, en lo que se refiere a nosotros como personas, no se convierte en algo real y palpable, hasta que le demos vida con nuestra capacidad de pensar o por medio de las elaboraciones de nuestra prodigiosa imaginación. Conocimientos que pueden parecer extraños, conocimientos que yo fui comprendiendo, lentamente, mientras que les daba vida en el refugio de mi taller de pintura, cuando convertí en hermosa y coloridas obras de arte, mi pensamiento y mi imaginación.

No se trata de nada nuevo, porque durante muchos años, los más grandes pensadores han venido anunciando que el ser humano, con la fuerza de su pensamiento, puede dar forma a sus construcciones, a sus obras de arte y hasta a modificar la realidad material que percibe; y cuanto más estudiamos la física cuántica, más nos vamos a dar cuenta de los increíbles poderes de nuestra mente. Para mí, también ha resultado claro qué en el pensamiento del ser humano, existe un inmenso poder constructivo o destructivo, sólo comparable con el de los iluminados como Jesucristo, Mahoma, Buda, Krisna, Abrahán, Gandhi, sor teresa de Calcuta, Gabriel García Márquez, Fernando González el filósofo, Fernando Botero el pintor y otros que en este momento no recuerdo. Mis observaciones y mis ejercicios artísticos, han sido concluyentes, y aunque no tengo la menor idea de en qué consiste esa fuerza o ese poder, que emerge de mi mente, en el proceso creador, aprendí a manejar mi pensamiento, para labrarme la exitosa realidad que hoy estoy viviendo. Me imagino que los materialistas de la cuarta dimensión, se van a reír cuando lean estas notas, pero sería bueno que pensaran en que, si las ondas de la radio atraviesan el espacio y las paredes sin ningún problema, las ondas de la vibración del pensamiento, pueden crear el ordenamiento energético y molecular de lo que percibimos como realidad.

“El pensamiento crea las obras que usted desee”

“El pensamiento crea mi realidad física”

Son mis frases preferidas, porque yo las cree, o las viví, en mi carrera artística, aunque, desafortunadamente, las cosas que más temía, también las atraía hacia mí y, extrañamente, mis más grandes detractores, se fueron muriendo como por arte de magia, y no he podido aceptar que yo, en el fondo de mi alma, aunque me incomodaba mucho con Laureano Gómez, el papá de Álvaro Gómez Hurtado, y con el general franco de la republica de España, que cerró mi primera exposición en el viejo continente, sin darme ninguna explicación, nunca desee la muerte de ellos; bueno, un poquito nada más.

El pensamiento atrae las cosas sobre las cuales se dirige, porque todo lo que yo más temía, se abalanzaba sobre mí, haciéndome comprender que los pensamientos negativos, tienen el mismo poder creador, para atraer los problemas; funcionando de la misma forma en que funcionan los pensamientos positivos. De manera que, según nuestra forma de pensar, creamos los instantes buenos o malos, que nos suceden en la vida y, cuando estos desagradables pensamientos están constantemente en nuestra imaginación, ejercen una gran influencia en nuestras vidas. Los pensamientos construyen una realidad, que va más allá de todos los límites conocidos por el ser humano, y ese poder creador, es directamente proporcional a la intensidad, a la constancia y a la fuerza del pensamiento.

La virtud creadora del pensamiento, solamente se manifiesta cuando nuestros pensamientos están completamente visualizados, cuando tenemos una pintura mental completa y nuestra imaginación puede ver gráficamente, la realización de nuestros sueños, siendo una pintura, una cerámica, un mercado para obsequiar a los pobres, un hermoso refugio como “Casa blanca” o lo que sea que imaginemos, como si ya fuera una realidad. Cualquier sistema de pensamiento, así sea el más rutinario, como el que empleamos cuando rezamos el rosario, que nosotras le rezamos a la virgen del Carmen todos los días, funciona. El pensamiento mágico, el gnóstico, la brujería o el que sea, da resultados evidentes, cuando el individuo que lo está practicando crea firmemente en ese procedimiento, porque ese es el poder mágico de la fe, porque existe en nuestra alma una parte iluminada de la mente, una fuerza descomunal que actúa constantemente, moldeando nuestros pensamientos y acciones. Es un poder maravilloso que no hemos terminado de descubrir, pero que ha sido evidente por toda la eternidad. Los paisas nos hemos referido a esa fuerza como el “espíritu”, “el alma”, o “la mente” y es el todo que poseemos, porque el resto es la eterna energía universal. Para esta humilde pintora, esa fuerza maravillosa que nos hace conscientes en medio del universo, es nuestra inteligencia que, a su vez, es parte de la inteligencia absoluta, ósea, la unidad eterna de sabiduría, a la que los inteligentes llamamos Dios y todos reconocemos que es la esencia misma de la vida, y que su poder no tiene límites. Es un flujo mágico, es una inteligencia superior, que viene en nuestro auxilio en los momentos difíciles y muchas veces nos salva cuando los caminos parecían haberse cerrado. Es una fuerza que nos guía en todos los momentos de nuestra existencia y nos permite utilizarla adecuadamente, para realizar nuestros pequeños milagros de vida. Es una fuerza poderosa que obedece a nuestra voluntad, una fuerza que eliminó todos los obstáculos y los enemigos en mi vida, y me permitió convertirme en una feliz artista, a pesar de todas las dificultades que tuve. Se ha comprobado en los más modernos laboratorios científicos, que el poder de la mente tiene la virtud de controlar los átomos de la materia, permitiéndonos moldear la conformación del universo con nuestra voluntad y eso lo he comprobado personalmente, al crear centenares de obras artísticas que le han traído y le traerán mucha felicidad a toda la gente de mi país. Estos razonamientos fueron los que me impulsaron a escribir estos manuscritos, con la ayuda de un muy buen amigo, y aunque siempre llevaré un crucifico colgado en mi pecho, en honor a, Jesucristo, ese líder de amor que siguieron mis padres, sé que cuando comprendamos la grandiosidad humana, no tendremos necesidad de inventar Dioses rubios, o amarillos o negros. Casi todas las personas utilizan la fe y la fuerza creadora de sus almas, para obtener riquezas, poder, fama o salud, y los únicos pasos que tienen que dar, es creer en el poder del pensamiento, tener mucha fe y visualizar lo que deseen. El pensamiento, la consciencia, mejor dicho, la mente, lo es todo, y no comprendo por qué la gran mayoría de los seres humanos no utilizamos su poder, para resolver todos nuestros problemas. Gracias al pensamiento se me han ocurrido todas las ideas, para crear todas mis pinturas y para convertirme en una artista exitosa y ejemplar. No podemos olvidar el avance de la tecnología, de la música, de la filosofía, de la literatura y en general de todas las ideas creadoras, que proceden de los pensamientos de las personas. Es muy fácil vivir bien, sólo es necesario pensar intensamente, en lo que queremos, manteniendo un firme de deseo de lograr lo que uno se propone y, al final, siempre se lograrán buenos resultados. Yo siempre he dicho que cuando empiezo un proyecto, la inteligencia del universo se pone en marcha para ayudarme a lograrlo, fue así, que cuando yo empezaba a pintar un cuadro, con la ayuda de la unidad de sabiduría eterna, las pinceladas se sucedían como por arte de magia, como si una mano divina las estuviera esparciendo. He logrado resultados sorprendentes, y surgían y surgían ideas, para llegar a convertirme en un referente cultural para mi pueblo de Envigado pluricultural y cuna de artistas, y no resistí la tentación de mencionarlo, porque nuestra ciudad es la tierra donde nace el amor y todo se vuelve un milagro. Lo que puede parecer suerte en mi existencia trascendente, no es tal, sino la realización constante y metódica, de un pensamiento que se inició en mi juventud y al que he dedicado toda mi vida. También estoy convencida de que millones de personas que triunfan y tiene éxito en su existencia, logran cosas maravillosas, aunque no tengan consciencia de su poder creador y de la fuerza de su pensamiento.

 “Viviendo encerrada en mi taller de pintura, alejada de los políticos, de los sacerdotes y de la burguesía corrupta, he observado que los que se hallan en contacto con la naturaleza, comprenden con más facilidad los maravillosos poderes del pensamiento, porque muchos de los indígenas que pinté desnudos, después de mis largas conversaciones con ellos, regresaron a contarme que eran completamente felices en medio de sus carencias y se habían convertido en líderes de sus comunidades, y creo que no está muy lejano el día, en que la ciencia demuestre que el poder de nuestras mentes no tiene límites.

La fuerza que pone en marcha la conciencia profunda, es el pensamiento continuo y perseverante, es decir el cuadro mental en el que visualizamos lo que pretendemos crear. Hay muchas formas para iniciar el impulso correcto del pensamiento consciente, que haga entrar en acción al pensamiento subconsciente, aunque a veces sólo es necesaria una pequeña alarma. Es de esa forma que ocurre en los instantes de máximo peligro, cuando el ser humano se ve enfrentado con la necesidad de actuar inmediatamente, para poder salvar su vida. La mente subconsciente actúa con mayor rapidez, en ayuda de los que están acostumbrados a tomar decisiones rápidas, porque solamente acciona con eficacia cuando se libera de la lentitud de la mente consciente y analítica, de esos pensamientos razonables que la hacen muy lenta. El método más eficiente para provocar la intervención del subconsciente, es el sistema de las imágenes mentales, el empleo de la imaginación, porque mediante la visualización se perfecciona la imagen del cuadro que voy a pintar, de la cerámica que deseamos, o del proyecto que cada uno escoja; de la misma forma que va a ser en la realidad física y entonces la energía universal lo materializa. La mayor parte de las visualizaciones, se producen por el deseo de lograr lo que queremos y ojalá las personas tuvieran esas visualizaciones más constantemente, para que se lograran más y mejores experiencias y la vida en nuestra sociedad fuera mejor. Es por la fuerza de esta fe, y sus maravillosos poderes, que se producen esos milagros para los que todavía no hay una explicación científica, y estoy hablando de esa firme convicción que surge de lo más profundo de nuestra alma, porque es la fuerza de esa manera de pensar, la que produce los más espectaculares resultados. Esa fe moldea la fuerza del pensamiento y afecta todo lo que nos rodea, incluyendo los objetos y las personas que se hallan a grandes distancias, porque vivimos en una unidad eterna de sabiduría en la que todo está interconectado, con una precisión absoluta.

No hay artista, científico o escritor, que no sepa del extraordinario poder de la mente profunda o subconsciente y es por esa virtud que, en el interior de todos los seres humanos, se encuentra una facultad que permite alcanzar el éxito, a cada individuo, si lo desea en el fondo de su alma y de su mente. Los más importantes poderes de la mente son la razón, la lógica, el cálculo, el juicio y, mediante ellos, tomamos conciencia del universo que percibimos a través de nuestros imperfectos sentidos. Nuestra mente consciente, es el desarrollo provocado por el pensamiento y es la guía que poseemos en la evolución de nuestra consciencia hacia la eternidad. La función más elevada de la mente, es llegar a ser conscientes de una eternidad en la que somos parte creativa y dinámica, de la unidad eterna de sabiduría, también llamada universo o Dios.

Todos los seres humanos utilizamos la fuerza del pensamiento, para resolver nuestros problemas, ya sean artísticos, sociales o personales, y, a través de las experiencias, hemos descubierto que la solución a todas las dificultades, se consigue con el poder de esa mente que nos lleva al glorioso camino de la auto realización y del éxito. La mente subconsciente nos conecta con la quinta dimensión y está más allá del espacio y del tiempo, y es el vínculo directo con la sabiduría eterna de ese, todo, llamado universo, y es tan grande el poder de nuestra mente subconsciente, que se comunica con el estado que percibimos como físico y, según la teoría de la relatividad de Einstein, se puede mover entre el pasado, el presente y el futuro, que son apenas impresiones de la mente humana en la unidad eterna del universo. La sabiduría del pensamiento, proviene de esa unidad eterna en perfecto equilibrio, también llamada universo o Dios. La verdadera sabiduría proviene de hacer uso del pensamiento en todos los instantes de nuestra existencia y debemos preferir, en todos los casos, su guía y su orientación, que jamás deja de funcionar cuando lo utilizamos. Los principales poderes de la mente son la intuición, la inspiración, la imaginación y la creación. La mente opera con mayor eficiencia y cumple las funciones más importantes, cuando nuestros imperfectos y limitados sentidos no participan, y este mecanismo mental funciona cuando estamos despiertos y también cuando estamos dormidos. La mente, el espíritu, es una es una entidad autónoma y en medio de mi análisis paciente y cuidadoso, he llegado a la conclusión que la mente y el cuerpo son el mismo pensamiento divino, que nos origina, y hace que desaparezca esa dualidad filosófica y teológica, que nos hablaba de un cuerpo y un alma, y es en ese momento cuando se origina “El absolutismo físico y filosófico”.

Para poner en acción los recursos de tu alma subconsciente, debes estar seguro de que pides algo que puedes obtener, porque el alma solamente se manifiesta de acuerdo al nivel evolutivo de la persona. Debemos crear la sensación, en nuestra alma, de haber logrado lo que necesitamos y mientras logramos el convencimiento, para pensar y sentir que el éxito es nuestro, es necesario que visualicemos con anticipación ese momento ganador; es decir, que nos debemos sentir y visualizar, mentalmente, haciendo lo que deseamos hacer. El último paso es esperar con paciencia, mientras que el alma subconsciente siga trabajando para lograr nuestros deseos, porque yo me demoré más de cuarenta años para poder disfrutar de éxito de mis queridas obras de arte. A medida que van fluyendo las ideas y los planes del alma subconsciente, hacia la mente consciente, se revela la solución y el correcto desarrollo de la acción. También es posible que nuestras ideas y nuestros deseos, no se desarrollen inmediatamente, de un modo directo que guie nuestros pasos hacia la completa realización de lo que deseamos, y es posible que sintamos que una inteligencia superior o una fuerza misteriosa, nos impulsa a hacer cosas que parecen no tener ninguna relación lógica y, sin embargo, debemos seguir creyendo en el poder de la unidad eterna de sabiduría, hasta que el día menos esperado, nos vamos a encontrar en la posición deseada, como por arte de magia, como ha sucedido conmigo, que al final de mi carrera artística, pude disfrutar de la aceptación social de mí obra. Sólo entonces, al observar lo ocurrido, comprendemos que todas las actividades, aparentemente raras e inconexas, que la mente subconsciente nos impulsó a hacer, están finamente unidas por una línea lógica de acontecimientos, siendo la realización de nuestros sueños, la culminación de nuestros más sinceros deseos y esperanzas, y la realización del éxito personal al que aspirábamos.

“Si crees que lo puedes lograr, lo lograrás” No importa cuál es el deseo que quieres cumplir, porque si pensamos que lo podemos realizar, lo llevaremos a feliz término. Todas las veces, ésta firme convicción, nos permite hacer lo que otras personas consideran imposible, porque la fuerza mental que genera ese poder, empieza con el sencillo acto de creer. Este fenómeno se origina por esa poderosa fe que cree que es posible lograrlo todo y contagia a la energía del universo, que se moldea ante tus deseos. Fue de esa manera, que siendo una adolescente soñadora, que siempre creyó en la poderosa fe que enseñaba Jesucristo, en contra de la sociedad machista y atrasada, logré convertirme en una artista respetable, que desea servir de ejemplo a las nuevas generaciones.

La fe del ser humano, según lo que dice en la biblia, actúa directamente con la fuerza de la unidad eterna de sabiduría. En otras palabras, el pensamiento y la fe, son los verdaderos padres de lo que nos sucede en esta maravillosa experiencia de vivir. El éxito o el fracaso, en la vida, dependen más de las actitudes mentales y del pensamiento, que de las condiciones sociales y ambientales que afectan a la persona, porque al final de nuestro proceso evolutivo, lo que los seres humanos piensan y creen ser, eso es lo que serán. Cada ser humano es la creación de sí mismo, la imagen de sus propios pensamientos, porque lo que tú piensas, eso es lo que eres. En el maravilloso camino del arte, me resultó muy claro que la imaginación o visualización de las cosas, es uno de los principales factores para el desarrollo de las fuerzas eléctricas que moldean a nuestro antojo el universo. Es en el esfuerzo mental que se efectúa para poder visualizar lo que nos interesa, donde se origina el poder creador, por ejemplo, a mí siempre me interesó una sociedad más justa, donde las mujeres tuvieran los mismo deberes y los mismos derechos que los hombres; una sociedad que pudiera apreciar la belleza del cuerpo humano sin ningún falso pudor, una sociedad más justa donde no se asesine al que piensa diferente, una sociedad que respete y admire la diversidad de razas y culturas, una sociedad donde se respeten los derechos humanos y todos podamos vivir en paz, y fue tratando de influir en esa sociedad más justa, que convertí los políticos más fanáticos en sapos y las masacres colectivas en oscuros cuadros de dolor, para que más adelante, cuando en los hogares se converse sobre estos temas, o cuando tengamos la oportunidad de votar por nuestros gobernantes, y recordemos esas pinturas llenas de dolor, hambre y violencia, ese cuadro mental que tenemos del futuro de nuestro país, nos lleve a tomar la mejor decisión. Debemos ayudar a construir la nación prospera que deseamos, con nuestros pensamientos, con nuestros sentimientos y con nuestras manos, y, en mi caso, con mis lienzos y con mis pinceles. El proceso es el mismo, cuando se trata de construir una pintura, una cerámica una sociedad o un país entero. Empezamos a verlo con los ojos del alma, y después lo vamos materializando con mucha fe, porque sin la visualización o cuadro mental de lo que deseamos, muy poco se consigue. ¿Deseamos un país en paz y más justo?... Pues lo vamos a tener, cuando cada una de los colombianos sea capaz de compartir algo de lo que tiene, con los pobres indios de la Guajira, con los negros del pacifico y con los indios de amazonas, que casi no tienen nada.

En mi larga y carismática carrera artística, aprendí que el pensamiento es la mayor fuerza que existe en el universo, aunque la gran mayoría de los seres humanos, rechazan el poder de la percepción espiritual y dizque sólo creen en lo que se comen, y es por ese motivo, que los que tenemos una imaginación más desarrollada como lo somos los artistas, los escritores, los científicos e inventores, que poseemos la virtud de visualizar o formarnos imágenes mentales cuando lo deseemos, somos los llamados a dejar un legado cultural, que le ayude a los hombres a comprender la grandiosidad humana que no tiene límites. Entender el rechazo de los gobernantes y de la iglesia católica, apostólica y romana, hacia mis pinturas, fue el motivo que me impulsó, en medio de mi encierro involuntario, a estudiar los grandes filósofos de la historia, para poder comprender el comportamiento de esos líderes nefastos, que asesinan caudillos como a Jorge Eliecer Gaitán, que sólo quería llevar un plato de sopa caliente, educación, salud y bienestar, a la gran totalidad del pueblo marginal, y fue por esos crímenes que, con el sistema que he tratado de explicar en las páginas de este humilde libro y con las aclaraciones que estoy ofreciendo y que voy a ofrecer, cualquier persona que lea estos razonamientos, no tendrá la menor dificultad para ver las cosas con los ojos del alma, con todo el poder de su imaginación, y va a poder proyectar, en su pensamiento, las cosas que desee ver materializadas en la realidad. Es sencillo, si introducimos en nuestra mente el propósito de hacer cualquier cosa, como una casa, un cultivo, una pintura al óleo, una cerámica, una acuarela, una canción, un libro o una fortuna económica, iniciamos una serie de acontecimientos, una cantidad de fuerzas que moldean la energía del universo, para que se materialice nuestro deseo. Fue de esa misma forma que cree y materialicé todas esas pinturas, que los antioqueños van a disfrutar en su museo de arte moderno.

Si las personas comunes y corrientes, se detienen un solo instante, para analizar mi historia y la historia de los grandes inventores, de los arquitectos, de los grandes empresarios, de los músicos famosos y de los hombres de negocios, obtendrán una idea aproximada, del sencillo método que los llevo a triunfar a ellos también. Sólo se trata de emplear la imaginación, para asumir y perfeccionar las virtudes que, supuestamente, no tengamos, porque el hombre todo lo puede, al estar echo a la imagen y semejanza de Dios, sin importar la religión o la creencia que tenga. Se trata es de visualizar la persona que deseamos ser, porque si continuamos manteniendo esa actitud mental, llegará el día en que vamos a ser, como pretendemos ser, y de esa misma forma acurre con la realización de nuestros sueños, en esta sociedad que está brindando más oportunidades en la actualidad.

El futuro de nuestro país y de la humanidad en general, saldrá de los pensamientos de los hombres, y ese universo estará formado y controlado, por los deseos y pasiones que nos mueven, aunque el hombre apenas está descubriendo su grandiosidad y apenas está aprendiendo a controlar el mundo con su mente.

La gran mayoría de las personas aceptan su lugar en la vida, como algo que un destino a prefijado para ellos, y, muy pocas veces, se realiza un esfuerzo físico y mental, para salir de condiciones tan adversas, como las que ha establecido la burguesía corrupta que ha gobernado nuestro país, desde siempre. Observen, por ejemplo, las dificultades que he sufrido en mi condición femenina, para salir adelante, construyendo mi humilde carrera artística, en la que tuve que vencer todos los obstáculos que me impusieron el arzobispo de Medellín y el esbirro del Laureano Gómez, un político que ustedes no conocieron, porque de todas maneras se murió antes que yo. Superé todas las dificultades y, con mucho esfuerzo, conseguí el propósito de ser una reconocida pintora, porque utilicé todos los poderes de mi mente, para lograr la electrizante visión de mi meta deseada. Recuerden pues, queridas niñas y niños de Envigado, de Antioquia y de Colombia, que siempre que fijemos nuestros pensamientos y nuestra imaginación, atraeremos las metas deseadas. El poder del pensamiento, es un fenómeno que cualquiera puede probar en su propio beneficio, y los resultados son consecuencias de la grandiosidad humana, que nos convierte en creadores de nuestro propio universo.

Es muy importante que todos comprendan que nuestros pensamientos determinan la presencia física, nuestra expresión facial, la forma de hablar, la forma en que nos movemos y todo lo demás que nos caracteriza, porque somos el resultado de nuestra forma de ser interior, somos el reflejo del impulso divino de vuestra alma. Son muchas las personas que aumentan su auto estima, sintiéndose perfectamente bellas, especializándose en cultivar su belleza y su inteligencia, vistiendo ropa elegante, porque el hábito sí hace al monje. Todos hemos visto en la magia de las películas, cómo cambia la apariencia de una persona, cuando está vestida con trajes elegantes después de haber estado vestida con harapos y es, de esa forma, en la que podemos llegar a ser exactamente como lo deseemos. Con el inmenso poder del pensamiento, cualquier ser humano puede detener su proceso de envejecimiento, y puede prolongar su vida y su salud, si mantiene una imagen mental en la que se vea lindo o linda, saludable y juvenil, como lo hacen de forma sorprendente los grandes artistas de la farándula. Desde hace varios años pude comprender que la consciencia profunda, controla nuestra edad biológica, mejor dicho, qué, durante toda la eternidad, la mente subconsciente del ser humano, ha sido sugestionada para creer que la vejez empieza después de los cincuenta años, y, desafortunadamente, para la gran mayoría de las personas, no puede ser de otra manera, porque sus mentes así lo creen. Pero yo, humildemente, hice un ejercicio en mi retiro voluntario en el taller de pintura, pensando que estaba joven y fuerte, para vivir siquiera cien años y como todos pueden ver, me mantengo activa y fuerte, y espero seguir así hasta el siglo veintiuno. Yo voy a ser la prueba viviente de que no podemos dejar penetrar, en la mente subconsciente, que somos fracasados y que nos estamos volviendo viejos, inútiles o enfermos, y, por medio del pensamiento, vamos a mejorar la probabilidad de prolongar la vida dinámica y activa, todo el tiempo que así lo deseemos y éste no es un descubrimiento casual, porque es el método que le ha funcionado a casi todas las personas que han vivido más de cien años.

En esta milagrosa vida, yo fui pintando lo que fui viendo y espero que mi lucha no haya sido una lucha estéril. Espero que mis pinturas sigan clamando por la libertad, por la justicia y por la paz. Espero que mi carrera artística haya sido un mensaje de profundo amor para el pueblo.

Débora Arango Pérez

Jorge Soto Builes.












 [J1] 

                                           

DÉBORA ARANGO PÉREZ

 

 

 

 

 

 

PINTURAS DE UNA VERDAD PROHÍBIDA PARA LA MUJERES

 

 

 

 

 

JORGE SOTO BUILES

 

 

 

 

 

 

 

DEDICATORIA                                                                          

 

Dedico esta crónica de vida a:

Carolina Soto Marín, mi adorada hija.

A Mélida Builes Mendoza, mi santa madre.

 A todas las mujeres que viven en Envigado pluricultural cuna de artistas, empresarios y escritores, y muy especialmente a la memoria de Fernando González Ochoa, el filósofo más importante que ha nacido en Colombia.

 

 

 

 

“El arte no puede reñir con la política, ni con la moral cristiana, porque es un ejercicio cultural, al que se le puede dar la interpretación que el observador desee, y, repito, el arte como manifestación de la cultura, nada tiene que ver con los códigos de la moral.

Débora Arango.

 

 

INTRODUCCIÓN:

Es un gran honor para mí, Jorge Soto Builes, escribir esta crónica literaria que de una forma mágica y misteriosa, casi de milagro, llegó hasta mis manos, para que todos pudiéramos conocer una nueva faceta en la vida de la maravillosa e inolvidable Débora Arango Pérez, que es otra más de esos genios valientes que, como ella, se atrevieron a caminar por senderos nunca antes explorados, para finalizar imponiendo su forma de pensar sobre la turba ciega de los inquisidores que están completamente equivocados. Una artista maravillosa que se convirtió en un referente cultural para todos los habitantes de Envigado, Antioquia, Colombia y el mundo, porque nos dejó un legado cultural que continúa siendo vigente en nuestra vida moderna. Se refugió en medio de la soledad de su taller de pintura, porque a ella le tocó enfrentar condiciones muy difíciles, por un machismo generalizado en una sociedad inculta y dominada por fanatismos religiosos, que le ayudaron a cultivar una mentalidad extremadamente fuerte. Débora, con su humildad y su ejemplo, nos enseñó poderosas lecciones de vida que nos llevarán a aceptar la soledad, para desarrollar la autodisciplina que necesitamos para enfrentar los desafíos de una vida exitosa. Nuestra querida y respetada pintora, nos dejó un legado invaluable, no solamente por su obra artística sino también por una profunda filosofía de vida, que sólo pudimos conocer sus familiares y sus amigos más allegados.

Viviendo en este hermoso país, que siempre se ha encontrado en una constante y violenta guerra civil, una aguerrida y desconocida mujer, exponía sus humildes obras, desafiando todos los convencionalismos sociales de una sociedad machista e inculta, en la que las mujeres tenían muy pocos derechos, sin esperar nada a cambio y por el sólo placer de ponerle color a todo el amor que albergaba en su corazón. El legado de la carismática, Débora Arango Pérez, no se limitó a sus impresionantes pinturas, porque ella trascendió el oficio tradicional del artista y se convirtió en una líder social, que se enfrentaba, con sus pensamientos y sus pinceles, a la oligarquía corrupta que perseguía y exiliaba a casi todos los pensadores y artistas de nuestro país. Humilde pintora de nuestros afectos que, en medio de un encierro voluntario y estratégico, se convirtió en una pensadora y filósofa, que nos dejó unas enseñanzas intelectuales muy importantes que, al final de sus días, ha querido compartir con todos nosotros. A través de toda su vida, la genial pintora de nuestro pueblo, decidió pintar sus reflexiones en una abundante y colorida obra artística, que hoy reposa en el museo de arte de Medellín. Una obra que nos revela el pensamiento crítico de una mujer antioqueña, adelantada, en su forma de pensar y en su profunda filosofía de vida, a todas las otras mujeres de su época, para convertirse en una guía para vivir una vida llena de propósitos humanísticos, que fueron transformando lentamente las equivocadas costumbres de nuestra sociedad.

¿Y qué tiene que ver la obra artística de una pintora de provincia, con la triste realidad de un país sumergido en una violenta guerra civil casi que generalizada?...

Tiene que ver mucho, porque, aunque vivimos en una época distinta, las pinturas de las masacres, de los asesinatos selectivos, del hambre, del abandono y de la corrupción de los políticos, parecen ser el reflejo exacto de las mismas masacres, de los mismos asesinatos selectivos, de la misma corrupción y de los mismos atropellos de los derechos humanos, que hemos soportado en los últimos años y que siguen siendo un problema vigente. En pleno siglo veintiuno, seguimos soportando desafíos muy similares a los que enfrentó nuestra adorada pintora, durante toda su vida. Debemos tomar decisiones difíciles sobre dilemas éticos y estar en una búsqueda constante de oportunidades, en una sociedad en la que el estado no garantiza los derechos humanos de la gran mayoría de las personas. La obra artística y la vida ejemplar de la genial pintora, son una guía para encontrarle sentido a nuestras existencias en medio de la violencia generalizada y para fortalecer la autodisciplina, también son una invitación a reflexionar sobre el objetivo de nuestra existencia en el universo, porque la genial pintora buscaba trascender las limitaciones de los hombres, para empezar a ser conscientes de la grandiosidad ilimitada del ser humano. El camino de la soledad que ella vivió, en su retiro voluntario, después de los constantes fracasos de sus exposiciones artísticas, no se trató de un aislamiento social, sino de la virtud para encontrar la paz interior, sin dependencias morales o afectivas, de esa religión heredada que la extorsionaba con la excomunión, si continuaba pintando la piel desnuda de los campesinos y de los indígenas muertos de hambre. En pleno siglo veintiuno, rodeados por una sociedad consumista, materialista y ambiciosa, que solamente piensa en el derroche de esos egoístas que únicamente quieren satisfacer los sentidos, el estilo de vida de nuestra genial pintora, Débora Arango Pérez, adquiere una relevancia aún mayor, porque en esos momentos de soledad, como los que ella vivió en su encierro voluntario, podemos llegar a comprender la evolución de nuestra conciencia, hacia esa quinta dimensión sin espacio y sin tiempo de la unidad eterna de sabiduría. El arte nos recuerda y nos muestra la naturaleza celestial de nuestras vidas y, Débora Arango Pérez, nos introduce en la creación de un universo mágico, que se puede moldear a nuestro antojo, como lo hizo ella, con los colores intensos y vibrantes de su pasión y de sus deseos.

La genial pintora nos motiva a crear nuestro propio universo, aprendiendo a pensar y aprendiendo a moldear la realidad material que percibimos, sin aferrarnos a las cosas materiales que no podemos llevar a ningún lado en nuestro proceso evolutivo. Débora siempre pensó qué al fortalecer nuestra propia fuerza interior, a través del pensamiento, nos volvemos más eficaces para enfrentar los desafíos que nuestra milagrosa vida nos presenta. La famosa obra artística de la genial pintora antioqueña, contiene la sabiduría y la experiencia de toda una vida dedicada a la reflexión y al aprendizaje, porque a lo largo de la carrera artística de nuestra querida paisana, encontramos muestras de una sabiduría que nos reta a crecer como seres humanos, a enfrentar la vida con coraje y prudencia, y, a pesar de que estos cuadros fueron pintados desde hace muchos años, su mensaje sigue trascendiendo el tiempo y sigue siendo importante para nuestro querido país, que sigue sumergido en la misma violencia que asesinó a Jorge Eliecer Gaitán, el caudillo del pueblo, y a miles y millones de campesinos hambreados y sin tierra. En todas las pinturas de Débora Arango Pérez, encontramos mensajes sobrecogedores que nos inspirarán a ser mejores personas, porque ella fue una excelente mujer, que nos enseñó a aceptar las diferentes condiciones de la vida, sin apegarnos emocionalmente a ellas, porque ese desapego nos brinda una maravillosa libertad interior, que nos permite adaptarnos con tranquilidad a los cambios y a los desafíos que enfrentamos en este país, en el que la educación es un privilegio de los habitantes de las grandes ciudades y de los ricos; también nos enseñó que no debemos buscar la felicidad en la acumulación de cosas materiales, porque la verdadera felicidad y la completa realización, no se encuentra en posesiones económicas, ni en circunstancias externas, y ella nos probó, con su carismática vida, que la felicidad y la realización, se encuentran en nuestro interior, aprendiendo a pensar y trabajando en la perspectiva de otras dimensiones de la vida. ¿Y cómo se pueden lograr esos pensamientos?... Asumiendo una actitud positiva y decidiendo, como lo hizo ella,  que todos los días vamos a ser muy felices haciendo lo que nos gusta, y por eso fue que, nuestra genial artista, siempre actuó con amor y rectitud en todas sus acciones, y aunque se tuvo que aislar voluntariamente, porque el estado y la iglesia católica, la perseguían por ser una luchadora en favor de los derechos humanos, continuó su trabajo silencioso, sin negociar la ética y la honestidad, que son fundamentales en la construcción de una profesión tan significativa y tan especial como la suya. El arte es autónomo y no se puede catalogar de moral o inmoral, y el arte no puede negociar pactos de paz, con los esbirros de una oligarquía corrupta que, sistemáticamente, han mantenido al pueblo sumergido en la esclavitud de la ignorancia, y por esa razón era que, Débora, cada que tenía la oportunidad, alentaba a sus familiares y amigos, a asumir la responsabilidad de nuestras acciones y decisiones, y como nunca estuvo dispuesta a pintar lo que el arzobispo de Medellín le insinuaba, decidió continuar con su trabajo silencioso, en la calidez de su maravillosa “Casa blanca”, en la que no dependía de factores externos, para convertirse en una de las artistas más prestigiosa de nuestro país. Nunca se lamentó por todos los atropellos que sufrió en el pasado, y con una leve sonrisa en su rostro, decía que esas dificultades la ayudaron a ser la aprendiz de artista, que convertía a sus enemigos en sapos, y fue esa actitud, la que le ayudó a construir un futuro mejor. Nunca estuvo obsesionada con la búsqueda del placer en una pareja, y canalizó todo ese amor que guardaba en su corazón, para buscar una satisfacción más profunda, en sus experiencias, en su crecimiento y en su consolidación como artista. Débora Arango Pérez, encontró un equilibrio emocional que le permitió vivir con más plenitud y control, mientras que desarrollaba su colorida e impactante obra artística, recorriendo el camino del aprendizaje sin titubear y con mucha determinación, para enfrentar todos los problemas que se le presentaban en una sociedad parroquial y machista, que se avergonzaba de la desnudez del cuerpo humano y que trataba de obstaculizar la libertad del pensamiento creador. Con mucha confianza en el amplio universo que le abrían los caminos del arte, avanzó con paso firme en la construcción de una obra cultural invaluable, dando muestra de una gratitud inmensa con su familia, con Envigado, su tierra natal, y con todas las personas que le permitieron consolidar su carrera artística. Siempre tuvo un inmenso deseo de mejorar sus técnicas de pintar, y esa actitud la condujo a buscar maestros internacionales y a visitar los más importantes museos en Europa; conocimientos que la ayudaron a desarrollar su máximo potencial como artista. Nuestra querida pintora, encontraba una satisfacción muy grande en todo lo que hacía y esa pasión la llevo a soportar todas las dificultades que se le presentaron, y le ayudó a encontrar una profunda paz interior, que se reflejaba en su rostro. Siempre cuidó de su bienestar físico y emocional, y eso le dio la fortaleza y la energía para trabajar y perseverar, superando el miedo a un destierro, por estar en favor de los pobres, muy parecido al que sufrió Gabriel García Márquez. Destierro inmisericorde que le tenían pronosticado los politiqueros de la capital de la república y, superar esos miedos, le dio poder para enfrentar esas situaciones difíciles con valentía y determinación, manteniendo la calma y la lucidez mental, que la llevaron a tomar decisiones muy acertadas, que le permitieron conservar intacta su obra artística de inmenso valor, para dejar un legado cultural importantísimo, que es la culminación de una vida muy bien vivida, que la llevó a convertirse en esa pintora espectacular que todos llevamos en el corazón.

Aprender de sus traumáticas experiencias, en el difícil camino del arte, en un país que no apoya ninguna de las manifestaciones culturales, nos puede servir como un punto de referencia, histórico, para continuar con la lucha en favor de esos derechos humanos, sistemáticamente violados por los corruptos de turno, que no les interesa que el pueblo aprenda a pensar, para poder conservar sus privilegios. La contemplación de su maravillosa obra, nos va a permitir crecer y madurar como seres humanos, porque la sabiduría se cultiva a través de esta milagrosa oportunidad de vivir, en la que, por lo menos, debemos descubrir, ¿cuál es el objetivo de nuestra vida en el universo?... Débora Arango vivió con determinación, con perseverancia y eso le permitió perseguir sus sueños y objetivos, viviendo cada día con mucha intensidad y profundo significado, en la maravillosa evolución de su conciencia hacia el infinito.

Jorge Soto Builes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta historia empezó el día en el que, caminando por el centro de Medellín, en uno de los andenes de la carrera Bolívar, encontré un sujeto vendiendo toda clase de objetos viejos. Sobre una lona de tela, tenía varias vasijas de bronce, zapatos de segunda y hasta de tercera mano, ollas a presión, estufas eléctricas, alicates, destornilladores, muñecas, carros de juguete, blue jeans gastados, flores de plástico y unos cuadros para decorar. En aquella tienda miserable, mis ojos contemplaron la pintura de una adolescente medio desnuda, que me llamó la atención. Tomé el cuadro entre mis manos y sentí la fuerza impresionante de una obra artística, que me hizo sentir muchas emociones. Aquel hermoso cuadro estaba firmado por Débora y un emocionante escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Recordé la famosa pintora de mi pueblo, que se llamaba, Débora Arango Pérez, y tratando de ocultar la emoción que me embargó, le pregunté al dueño del humilde negocio:

-      Amigo, ¿cuánto vale esta pintura? – le dije, girando el cuadro, para que viera que estaba muy comido por el comején y, extrañamente, enmarcado con un vidrio de color gris en la parte de atrás.

El sujeto me contestó que valía tres mil pesos, sin salir del mutismo en el que, seguramente, lo hundían la cantidad de problemas que se reflejaban en su angustiado rostro. Aquella cifra tan insignificante, alejó todas las sospechas de mi mente, porque el valor de los materiales para la elaboración de un óleo de esas dimensiones, con toda seguridad, debía de ser superior a esa cifra. Nadie me estaba haciendo trampa, nadie estaba jugando con mis emociones, porque aquella ridícula cantidad que pedía el buen hombre, por el cuadro, estaba lejos de cualquier engaño. No quise pedir rebaja, aunque sólo tenía los tres mil pesos y un puñado de monedas, para subsistir el resto de mi vida, después de que el ejército nacional de Colombia me secuestró dentro de las instalaciones de la universidad de Antioquia, me torturó y me entregó a los paramilitares para que me asesinaran. Con las manos temblorosas, saqué los billetes de mi cartera y pagué ese hermoso cuadro que ahora era mío.

-      Señor, ¿me puede contar de dónde saca estas cosas tan lindas que, usted, vende? – Le pregunté, tratando de averiguar el origen de la pintura.

-      Yo soy un reciclador y en la basura encuentro muchas cosas que la gente puede reutilizar. Entonces, yo vengo todas las tardes, y pongo este negocio en el que me consigo unos pesos extras.

-      ¿Y en qué parte de la ciudad recicla? – le pregunté, nuevamente, tratando de encontrar más información.

-      Yo siempre reciclo en Envigado, que es en la única ciudad de Colombia en la que sacan a la basura televisores, estufas, colchones y camas, en buen estado.

Esas palabras del reciclador fueron música para mis oídos, porque la pintura provenía de mi tierra, Envigado, la cuna de Fernando González Ochoa, el escritor y filósofo, y de la mismísima Débora Arango, autora de esa pintura, y una de las mujeres más espectaculares de nuestro país en toda su historia. Le di las gracias al humilde vendedor y me fui completamente feliz, abrazando aquel cuadro espectacular que, donde resultara ser original, podría valer muchos millones de pesos. El marco del cuadro se estaba cayendo a pedazos entre mis dedos, muy afectado por la plaga del comején, pero ese problema era lo de menos, porque la pintura estaba en buen estado y conservaba el color y todos los trazos característicos de la famosa pintora. Una inmensa emoción agitaba todo mi cuerpo. Tomé el autobús muy cerca del parque de Berrio y, por el largo camino, me fui observando todos y cada uno de los detalles de esa hermosa pintura, que me atrapaba y me sumergía en el universo mágico del arte.

Llegué casi hasta el parque de Envigado y me fui caminando las diez o doce cuadras que me separaban de mi habitación en el barrio “Alcalá”, en la misma casa donde nací hace muchos años, atendido por una partera amiga de mi pobre madre, que se llama doña Gabriela, una señora evangélica que, además, recibía a nuestros familiares en su casa, cada vez que mi padre perdía el empleo y nos sentíamos acosados por el hambre y la pobreza absoluta. Coloqué la pintura en una de las paredes de mi cuarto y me quedé observándola, como atrapado en la magia de la sensualidad de aquella hermosa chiquilla, que sujetaba entre sus dedos una flor. Me embargó una emoción indescriptible, como sintiendo el impacto de la pasión de la genial artista. Aquellos sentimientos eran nuevos y muy extraños para mí, porque, legalmente, nunca había sido ni un fanático, ni un estudioso del arte y de la pintura, aunque sé que en nuestro país han existido pintores de la talla de Fernando Botero, de Enrique Grau, de Omar Rayo, de Pedro Nel Gómez y de muchos otros, que en este momento no puedo recordar.

Casi no pude dormir aquella noche, porque me acosté sin comer nada. Mi cuerpo convulsionaba sin césar y sumergido en una fiebre intensa, soporté el dolor de todos mis huesos en una noche de perros, en la que solamente podía pensar en esa pintura de Débora Arango, que se tendría que convertir en la única salvación a mi desesperada situación económica. Revisé mis bolsillos y sólo me quedaban cincuenta pesos, que no alcanzaban ni para un pan, ni para un café y ni siquiera para un pasaje en el autobús. Apenas estaba amaneciendo, pero no pude resistir más. Salté de la cama. Descolgué el cuadro de la pared y sumergido en un éxtasis desconocido para mí, me puse a revisar el marco deshecho, que se desmoronaba con facilidad bajo la presión de mis dedos. Busqué un bisturí y empecé a cortar las cintas de papel que lo sujetaban al vidrio gris, que extrañamente lo protegía por detrás. Retiré el vidrio con mucho cuidado y resultó ser un espejo, que no me explico por qué o para qué se lo colocaron ahí. Lo importante era que la pintura estaba en buen estado y eso me tranquilizó un poco. Dejé la pintura sobre la cama y me metí al baño para darle una ducha de agua fría a mi cuerpo deshidratado. La casa estaba en completo silencio y aunque tenía un hambre terrible, salí a la calle, con la pintura salvadora en mis manos, sin atreverme a despertar a doña Gabriela, para que me diera la taza de agua de panela con limón que me obsequiaba todos los días. Me sentía muy débil, pero sacando fuerzas de mi alma, me dirigí en busca de la carrera cuarenta y tres, con la calle treinta y dos, que era por donde quedaba la “Casa blanca” de la famosa pintora.

Avancé, lentamente, como haciendo tiempo para que terminara de amanecer y no llegar muy temprano a la cita con la reconocida artista. La ciudad hacia rato había despertado y en las calles todas las personas se movían precipitadamente, en busca de sus lugares de trabajo. Mi casa no quedaba tan lejos de la mansión de la pintora y, antes de lo esperado, doblé en la última esquina y pude contemplar a dos mujeres y un hombre viejo, como haciendo fila al frente del jardín de la casa. Me acerqué lentamente y de mi boca se escapó un breve saludo.

-      Buenos días.

-      Buenos días, señor -, contestaron los otros tres con amabilidad.

No pregunté nada más. Me quedé esperando en silencio, hasta que apareció una mujer de raza negra y de sonrisa fácil, que nos dijo:

-      Ya estamos terminando de hervir el chocolate, para servirles un desayuno bien caliente y bien delicioso.

La esperanza de comer alguna cosa, me hizo permanecer estático y, con el cuadro abrazado contra mi pecho, no pude revelar el verdadero motivo de mi visita. Permanecí ahí parado y fui otro más, de los limosneros que llegaban todos los días hasta el comedor de la abnegada artista.

Nos sirvieron chocolate con leche, huevos revueltos, arepa con mantequilla, dos tostadas y un pedazo de queso, me senté en la acera, coloqué el cuadro a mi lado y devoré el desayuno más rápido de lo que la buena educación lo hubiera permitido. Sentí vergüenza conmigo mismo, por tragarme el desayuno casi entero, pero todos cómo que estábamos hambreados, porque las bandejas quedaron limpias en unos pocos minutos. Las mujeres y el anciano, dieron las gracias y yo me quedé mirando a la mujer afrodescendiente, que me preguntó:

-      ¿Desea algo más?

-      Si, señora, necesito hablar con doña Débora.

La mujer se quedó mirándome unos segundos y después de que posó los ojos sobre la pintura que yo tenía abrazada contra mi pecho, me dijo:

-      Siéntese por ahí y espere unos veinte minuticos, mientras que yo le llamo a la señora.

La amable mujer se fue. Yo me quedé, de pie, contemplando las hermosas matas del colorido jardín   y no habían pasado ni siquiera dos minutos, cuando apareció la misma Débora Arango en persona.

-      Buenos días, jovencito, ¿qué se le ofrece por aquí?

-      Buenos días, señorita Débora – dije sin saber cómo la debía de tratar -, es que compré esta hermosa pintura y vine a ver si usted es tan amable y me certifica su autenticidad.

La reconocida pintora se quedó mirando mi cuadro, con una amplia sonrisa en su rostro y me dijo:

-      Esa es la copia de una de mis pinturas, que hizo una estudiante de apellido Rodríguez, si mal no recuerdo, porque, de vez en cuando, vienen unas muchachitas del colegio a que yo les enseñe a pintar… ¿y cómo la conseguiste?

-      Yo se la compré, anoche, a un señor en Medellín.

A la famosa pintora la historia de mi cuadro cómo que le cayó en gracia, porque reía y reía sin parar.

-      Ah, bueno, por lo menos mis alumnas venden algo, que es lo que yo casi no he podido hacer – y sin dar más explicaciones me preguntó:

-      ¿Y tú qué haces en la vida real, aparte de comprar copias de mis pinturas?

-      Yo estudiaba ingeniería química en la universidad de Antioquia, hasta el 29 de agosto del año pasado, que fue el día en que el ejército nacional de Colombia me agarró, dentro de la ciudad universitaria, y me llevaron preso para el batallón bombona – terminé de decir un poco avergonzado.

-      ¿Y por qué te capturaron? – me preguntó, la artista, como asustada.

-      Es que el 27 de agosto asesinaron al doctor, Héctor Abad Gómez, un médico que era el padrino mío y como estábamos protestando por todos los profesores y estudiantes masacrados, entró el ejército y me cogieron allá adentro. Me tuvieron detenido ilegalmente, me torturaron durante dos días y, al tercer día, me entregaron a los paramilitares para que me ajusticiaran y yo me les escapé.

-      ¿y, ahora, no estás estudiando?

-       No, señora, porque la universidad está cerrada y, además, yo no puedo volver por allá, porque esos señores del DAS, me están buscando para matarme.

-      Qué complicada es la vida en este agitado país – dijo la buena mujer, como preocupada con mi historia - y, entonces, ¿qué piensas hacer?

-      Por el momento estoy escribiendo la crónica de vida de mi difunto padrino, el doctor Héctor Abad Gómez, que era un hombre muy importante para el departamento de Antioquia y para los derechos humanos de este país. Vivo dónde una amiga de mi mamá, aquí en Envigado, pero siento mucha vergüenza, porque ella es muy pobre y casi no tenemos nada para comer –terminé de decir, con la voz casi quebrada por la impotencia.

-      Yo te puedo colaborar con el desayuno y con la comida, para que sigas viniendo todos los días a visitarnos y, por ahí derecho, te voy contando mi historia que también es muy sufrida, pero muy linda, a ver si algún día me inmortalizas escribiendo otra de tus crónicas de vida.

-      Bueno, señora –. Le dije, muy feliz, porque la cosa se estaba poniendo buena para mí.

-      ¿Y cómo te llamas? – me preguntó la dulce pintora, que ya me estaba cayendo bien.

-      Jorge Soto Builes, para servirle.

-      Venga pues, Jorgito, yo le muestro el original de esa humilde obra que usted adquirió y también aprovechamos para que conozcas el taller donde se hacen realidad todos mis sueños.

Ingresamos en ese santuario maravilloso y sumergido en la magia de la creación artística, me quedé hablando con la increíble Débora Arango, hasta las cinco de la tarde de ese espectacular día.

 

En esos días yo estaba aguantando hambre como un perro y con mucha vergüenza recuerdo que después de haber desayunado bien, a la hora del almuerzo me dieron frijoles con chicharrón, huevo frito, patacones y aguacate, y me comí todo eso con un apetito voraz. Después de verme comer con muchas ganas, la genial pintora me dijo:

-      Espero que, de verdad, escribas un libro sobre mi vida, para que podamos seguir educando a nuestro pueblo, porque yo, Débora Arango Pérez, quiero enseñarles a los jóvenes de Antioquia la grande, que el éxito está al alcance de todos, pero solamente lo logran aquellos que son capaces de transformar sus sueños en realidades palpables; también les quiero enseñar cómo superar los obstáculos sociales, culturales y religiosos, para alcanzar las metas más elevadas. Prepárate para escribir una crónica con las sentidas experiencias que he vivido, porque en medio del ir y venir de la vida cotidiana, en la provincia, es posible que nos encontremos atrapados en la sencillez de las obligaciones diarias, y en medio de los deseos y sueños, que parecen llenar la totalidad de nuestro pensamiento y de nuestro tiempo, sin poder darnos cuenta que somos unos seres celestiales con una grandiosidad absoluta. Todos los días nos enfrentamos a nuevas oportunidades, a decisiones y desafíos, y es, de la forma en la que enfrentamos estas circunstancias, donde se encuentra el verdadero potencial de transformación, y no podemos dejar que el miedo, la duda o la comodidad, no nos permitan aspirar a ser mejores seres humanos en nuestras vidas. La mente, con su maravillosa capacidad para influir en nuestra percepción y actuaciones, se convierte en el centro de todos los procesos creativos que emprendemos para mejorar.

En el proceso evolutivo de mi consciencia y de mi carrera artística, fui descubriendo como la mente y el pensamiento, influyen poderosamente en todas las circunstancias de la vida, y he podido descubrir la conexión entre el pensamiento, la acción y los resultados verificables. Estas experiencias han clarificado la forma en que percibo la grandiosidad humana y cómo podemos aprovecharlas para crear pinturas, cerámicas, posturas filosóficas y todo lo que deseemos. Una de las observaciones más importantes que he tenido, fue descubrir el poder del pensamiento humano. Mi dedicación a las actividades artísticas y el proceso evolutivo que sufrió mi pensamiento, me han demostrado que una actitud optimista, mejora tu estado emocional y tiene un impacto directo en el rendimiento de tu poder creador. La mentalidad positiva aumenta la creatividad y la capacidad para superar todos los obstáculos que se presentan en nuestra sociedad inculta, desigual y violenta; estado emocional que te ayuda a fortalecer el carácter, para poder lograr las metas que te propongas. En un retiro voluntario, que decidí tomar en mi taller de pintura, descubrí que podemos entrenar nuestro cerebro y nuestra mente, para crear modelos de pensamiento más constructivos y positivos, y esto influye en nuestra capacidad para enfrentar y solucionar problemas de la mejor manera, y poder lograr grandes objetivos. Este proceso evolutivo del pensamiento, me sirvió para mejorar la concentración, obtener más ideas creativas y lograr una absoluta claridad mental. Este ejercicio cerebral, promueve la salud en general y me demostró el impacto directo, en la toma de decisiones efectivas y en la habilidad para mantener los objetivos e intereses, a largo plazo. El pensamiento positivo es una fuerza muy poderosa para lograr el éxito y la felicidad, en esta maravillosa oportunidad de vivir, porque el pensamiento positivo tiene el potencial de hacer evolucionar nuestras mentes y nuestras vidas, manteniendo esa forma de pensar beneficiosa.

Otra de las principales enseñanzas que me ha dejado mi humilde carrera artística, es la de mantener un deseo intenso y me refiero a un deseo apasionado, claro y perfectamente definido, para alcanzar una meta. No debe ser un deseo superficial y pasajero, sino un deseo como lo fue mi deseo de ser una gran artista, para poder decir muchas cosas que, al final, pudieron decir mis pinturas. Mi pasión por el arte fue una pasión intensa, que me impulsó a la acción constante, durante toda mi vida, y a la perseverancia, cuando la iglesia católica, apostólica y romana, me cuestionó, me juzgó y me excomulgó moralmente, por el solo hecho de pintar la piel desnuda de los indios hambreados de este país. Fue ese deseo de ser una artista, tan intenso, que se convirtió en una obsesión positiva, que ocupaba permanentemente mi pensamiento y me motivaba a luchar por los derechos humanos, que son constantemente pisoteados en nuestro país. De mis padres, de Jesucristo y de la biblia, aprendí a conocer la fe y, al final, comprendí que la fe es la creencia en uno mismo, y en la posibilidad de lograr los sueños y los objetivos deseados. Tener fe, es tener confianza profunda y positiva, en que las acciones y los esfuerzos que hacemos, nos conducirán a lograr las metas deseadas y la felicidad. La fe actúa como una fuerza que atrae las oportunidades y las circunstancias favorables, para las personas que tienen la fortuna de poseerla, sin importar el grado de dificultad que tengan las metas que nos propongamos. Mis metas y mis deseos, fueron especialmente difíciles, porque en esa época no existían mujeres triunfadoras o reconocidas en el amplio universo de las actividades culturales y artísticas, que estaban casi completamente monopolizadas por los hombres. Mi vocación artística fue prácticamente una autosugestión, porque fue una influencia consciente y deliberada, sobre mi propia mente, a través de deseos, pensamientos y visualizaciones muy constantes. La autosugestión es un procedimiento muy poderoso, para moldear nuestras vidas, porque podemos influir en nuestra mente subconsciente, mediante la repetición constante de afirmaciones constructivas, porque al repetir esas afirmaciones con mucha fe, creamos una programación mental que refuerza nuestra creencia en las múltiples capacidades que nos ofrece la grandiosidad humana, porque al cambiar la forma en que pensamos a cerca de nosotros mismos y de nuestras circunstancias, ya sean favorables o desfavorables, podemos cambiar nuestras formas de enfrentar la vida y, en última instancia, podemos cambiar los resultados a nuestro favor. Después de haber desarrollado una experiencia y unas habilidades artísticas y creativas, pude contemplar con más autoridad intelectual y moral, las grandes equivocaciones y los múltiples atropellos, contra los derechos humanos, que comete la clase gobernante de nuestro país, y es por esa razón, que se ha perseguido a casi todos los intelectuales y todos los artistas, que se atreven a opinar sobre la desigualdad cultural, económica y social, de nuestra sociedad.

Para mí, Débora Arango Pérez, una humilde pintora de Antioquia, fue imposible aceptar que la mujer, ese ser maravilloso que origina la vida del ser humano, fuera tratada de una forma tan humillante, en una sociedad retrograda que nos consideraba como objetos o seres de segunda; una sociedad que hasta hace poco no nos permitía decidir en las elecciones políticas, en una sociedad que nos hacía trabajar más horas, por un salario más bajo que el de los hombres. También hemos tenido que soportar a la iglesia católica, que nos colocó el rótulo de pecadoras, que nos oprimía y les daba la libertad, a los hombres, para que nos maltrataran y nos mantuvieran sumisas como si fuéramos sus esclavas. Yo preferí el escarnio público, mientras luchaba con el arte silencioso de mis pinturas, para reivindicar los derechos de las mujeres y de los grupos étnicos minoritarios, antes de permanecer en silencio, pintando bodegones y flores, e ignorando la tiranía y la corrupción de la burguesía terrateniente, que asesina sistemáticamente a los líderes sociales. No me importó que la iglesia y el gobierno me persiguieran, pero mi sensibilidad artística no podía permanecer en silencio, ante los atropellos que se cometían y cometen contra el pueblo. Voy a tratar de buscar en estos últimos días de mi vida, con la credibilidad que me da mi exitosa carrera artística, la divulgación de mi verdadero pensamiento, a ver si entre todos logramos obtener un poquito de justicia social y de libertad; esa libertad generalizada por la que lucharon el general simón Bolívar y Jorge Eliecer Gaitán; esa libertad que esta burguesía privilegiada, que se tomó el poder desde hace muchos años, no ha hecho más que obstaculizar una y otra vez. El pueblo colombiano deja la sangre y la vida, en las barricadas de esos pobres jóvenes sin oportunidades, que pelean con piedras contra los proyectiles que disparan los policías de la burguesía indolente, para demostrarnos que la juventud se cansó y que ya no puede soportar más la tiranía moral de la iglesia católica, ni la tiranía física de un gobierno de corruptos, que no les interesa los sufrimientos de las pobres mujeres desamparadas, y es, por todas esas injusticias, que mis pinturas siempre van a destilar lágrimas y sangre. Nunca acepté que en nuestro país pudieran existir seres humanos, que tengan el corazón tan corrompido para someter la ciudadanía a una guerra civil permanente, en la que los campesinos pobres y sin educación, participan perdiendo todo, hasta la vida, en vez de aprovechar los talentos personales y las riquezas de nuestra tierra. Después de haber vivido casi un siglo, con preocupación observo que la burguesía continúa arrebatando la tierra y los derechos adquiridos, con mucho sacrificio, por los trabajadores. Todos los habitantes de Colombia continuamos viviendo momentos muy difíciles, aunque hayan cambiado un poco la visión sobre las actividades artísticas y, por lo menos, ya han reconocido mi silenciosa labor y han permitido que exponga mis cuadros en lugares respetables, sin recibir ninguna agresión.

Es que el pensamiento de los seres humanos va evolucionando lentamente y cada vez que pueden observar una pintura, o cualquier clase de actividad artística, antes desconocida para ellos, establecen nuevas conexiones neuronales en su cerebro y empiezan a comprender el mensaje de los que pensamos con absoluto amor; pero estoy hablando de personas inteligentes y de buen corazón, y nunca de sujetos malvados e ignorantes, como el difunto Laureano Gómez, que me persiguió toda la vida, sin que, él, pudiera comprender el significado de una humilde pintura.

La primera vez que observamos una buena pintura nos pude parecer interesante, pero la segunda vez que la apreciamos, la podemos entender un poco mejor, hasta que llega el momento en que podemos sentir todo el amor y toda la pasión que motivó al artista para su creación. El observador de arte empieza a mirar la obra y, al poco tiempo, siente el impacto de una inmensa fuerza en su mente, en el momento que puede visualizar la idea del artista y la incorpora en su proceso evolutivo, como una nueva experiencia de vida; porque desde ese momento, no será capaz de apreciar la miseria de la gente, sin sentir un profundo dolor en su corazón. Es de esa forma que he colaborado con mi obra pictórica, para que el pueblo colombiano vaya despertando de su letargo ancestral, conociendo y evolucionando, hasta el día en que se abran nuevas ventanas de sabiduría y seamos capaces de cambiar el sistema de gobierno que nos ha dominado y explotado en los últimos cien años, de los que he sido víctima y testigo, en carne propia, de sus atropellos.

Me dediqué toda la vida, con una enorme pasión, pero con muy poco reconocimiento, a pintar las realidades de nuestro país, para levantar una voz de protesta a través del arte, que contribuya con una nueva visión a los futuros arquitectos del cambio, que, con toda seguridad, van a dignificar a la maltratada mujer colombiana, porque esta es una sociedad machista que no está dispuesta a que la mujer se exprese libremente. El aprendizaje a través de la pintura, es un proceso lento pero natural, en el que se van a tener que esforzar mucho los inquisidores de mi excomunión, que se han perdido en el celibato y en la práctica, antinatural, de avergonzarse del maravilloso cuerpo humano. Nunca han podido comprender que la piel de una mujer, es solamente una piel, y que un seno desnudo es solamente una glándula mamaria desnuda, y que el arte no tiene nada que ver con los tratados de esa falsa moralidad, que los ha conducido al homosexualismo y a la pederastia; prácticas antinaturales que alejaron a mi pobre hermana, Catalina, la que se fue de monja, de su criminales y asolapadas instituciones. Fueron muy pocos los días que ella permaneció en el convento, pero fueron suficientes para que pudiera ser testigo directa, del acoso sexual y de prácticas tan pecaminosas, que aprendió a aceptar mis dibujos de cuerpos desnudos, como simples pinturas de las humildes y desnutridas indias. Ella me contó todo lo que observó y todas las agresiones sexuales que tuvo que soportar, cuando, hasta la hermana superiora, trataba de meterse en su cama a media noche, para abusar de ella, y fue tan grande su decepción, que aceptó y aprobó, la comentada pintura que hice del arzobispo y sus dos libidinosos monaguillos, como una protesta ante los atropellos y abusos sexuales que sufren las mujeres.

No sé en qué momento de mi vida, fui marcada con el signo trágico del artista, que me obliga a amar y a pintar a cada uno de mis semejantes, viendo la realidad de la vida de una forma especial; de una manera en la que los seres humanos me conmueven profundamente, mientras que los directores morales que heredé de mi familia, los dirigentes de esa iglesia ambiciosa y torturadora, en la que me bautizaron mis padres, caminaban robustos y satisfechos en medio de sus elegantes mansiones, disfrutando de exquisitos manjares, mientras que las indias, las campesinas y las negras, se desmayaban de hambre en la puerta de “Casa blanca”; esa hermosa casa que nos dejaron de herencia nuestros padres y que me sirvió de refugio para trabajar y para atender los mendigos que llegaban hambreados, hasta el punto en el que habían tantos pobres, que mis hermanos empezaron a quejarse de la situación, dizque porque yo había convertido la casa en un asilo de ancianos  y de limosneros. En ese tiempo nunca dije nada de los sacerdotes, a pesar de tener que soportar sus críticas constantes y esos atropellos, de los que fueron conscientes mi padre y mi madre, los dos grandes pilares de apoyo y resistencia, que me permitieron desarrollar mi difícil, pero, al final, y sólo al final, mi satisfactoria y hermosa carrera artística. Todo resultó demasiado complicado para mí, porque en cualquier otro oficio, el aprendiz recibe las indicaciones precisas de lo que tiene qué hacer, pero por desgracia, en Colombia y de pronto, hasta en todo el mundo, las pintoras de la grandiosidad humana éramos muy pocas, porque en ese tiempo, a las mujeres nos trataban como propiedad de los hombres. Sin la posibilidad de participar en las actividades políticas, sin poder económico y sin ninguna clase de oportunidades, inicié mi carrera completamente a ciegas, por una maravillosa pasión que se agitaba en todo mi ser y me conmovía hasta las lágrimas, sin esperar ninguna recompensa material, y con el único ánimo de divertir y de servir, dibujando la vida sagrada de mis maltratados semejantes, que eran explotados por una oligarquía de apellidos muy conocidos como los de los Gómez, los Lleras, los Ospina, los Santos, los Pastrana, los Barco, los valencia y los Rojas, que hasta a mí, una humilde pintora de provincia, me hicieron la vida imposible, persiguiéndome casi durante cuarenta años, porque me atreví a pintar unos pobres negros que el ejército de Colombia asesinó, el día en que la burguesía mandó a matar al caudillo del pueblo, Jorge Eliecer Gaitán. Fueron dos o tres cuadros los que pinté y en uno de ellos se ven unas ratas ruñendo el dinero, y no sé por qué motivo, se lo tomaron tan a pecho; seguramente porque el pecado los hizo sentir culpables y prefirieron callar a esta pobre mujer, que, para su propia satisfacción, se pudo encerrar a trabajar, cuarenta años, sin que nadie la pudiera mortificar. Si fuera por Laureano Gómez, por Álvaro Gómez Hurtado o por Mauricio Gómez, tres vástagos de la misma mata de asesinos, que aprendieron a matar, aunque a ellos también los alcanzaron a lastimar las balas y, desafortunadamente, cuando los muchachos pobres de la ciudad de Medellín aprendieron a asesinar, ellos tuvieron que huir, abandonando el país como ratas despavoridas y fue la única forma en que pude salir de nuevo a la luz pública.

Fui la auto encargada de enarbolar la bandera de la libertad, de la igualdad y de la dignificación de la mujer, sin saber por qué, unas pocas familias de apellidos repetitivos, viven en la opulencia y son los dueños de todo, mientras que los negros, los indios y los pobres trabajadores, tienen que vivir en la ignorancia, la miseria, el sufrimiento y la falta de oportunidades. El hombre Colombiano se debate en muchas conjeturas, desafortunadamente, casi todas erradas, y llega el día de nuestra muerte, sin que hayamos podido adivinar, ni siquiera, la verdad de lo que nos enseñaron nuestros padres, porque ahora, después de vieja y de boba, sólo me parece verdadero lo que construí con tanto esfuerzo, porque todas las oraciones vacías y sin sentido, que he rezado todos los días, para no quedarme dizque atrancada en el purgatorio, por culpa de las indias desnudas que pinté, cómo que se las llevó el viento y nadie las escuchó, porque los pobres siguen aguantando hambre y yendo a la escuela con los zapatos rotos, en amplias zonas de nuestro país, sin que al gordo monseñor García Benítez, que casi me excomulga, y a sus sucesores, les importe aunque sea un poquito.

En mi proceso evolutivo de esta vida de soledad, cuestionada y amarga, que me tocó, aprendí a pensar, porque todo lo que tú piensas y deseas con fuerza, se convierten una milagrosa realidad material, y con mi pensamiento y con mis ganas de vivir, fui capaz de detener la artritis y las pequeñas enfermedades que me fueron aquejando, para poder vivir casi un siglo completo, que me está garantizando el triunfo de mi amor y de mi pasión por mi actividad artística, sobre la ignorancia y la mala voluntad de una iglesia pecadora, y de una oligarquía despiadada. Fue mi actitud y mi profunda capacidad de amar, la que determinó todo lo que me sucedió en la vida, para bien o para mal; y fueron mis pensamientos y todo lo que vi en ese universo, que he moldeado con mi libre albedrío, lo que me llevó a descubrir la grandiosidad humana y, al final, estoy pensando que Dios me ha dejado para semilla, para seguir incomodando a “los godos”, a los hijos y herederos de Laureano Gómez, que ahora reposa en una tumba muy parecida a la de Jorge Eliecer Gaitán, convertidos en los dos polos opuestos de una lucha de clases por el poder, de una lucha por los privilegios, exclusivos, que los motivan para asesinar personas humildes, que sólo reclaman un pedazo de pan y un puñado de oportunidades para sus hijos. Siempre pensé que iba a ser una gran pintora, y, aunque muchos me decían que no sabía dibujar, insistí e insistí tanto, que al final recibí una condecoración de la gobernación de Antioquia y expusieron mis obras en el nuevo museo de arte moderno de la ciudad de Medellín, y ese día comprendí, que todo lo que nos sucede en la vida, obedece a nuestros principios, a nuestros pensamientos, a nuestros deseos y a nuestras creencias; leyes universales importantísimas, que todos los niños de Antioquia deben de conocer algún día. El pensamiento es una fuerza que muy pocas personas utilizan para superar las dificultades y conseguir el éxito en sus vidas; yo creo firmemente en su poder y voy a tratar de explicar su funcionamiento, para que los muchachos de nuestro pueblo, lo utilicen como quieran. En las largas horas de meditación, refugiada en mi taller de pintura, pude comprender esa fuerza del pensamiento que posee una cualidad mística; esa energía que explica la magia de las coincidencias y es la fuente de la grandiosidad humana. Comprendí que había encontrado algo efectivo y lo consideré muy místico, porque es una virtud maravillosa que poseen todas las personas; el pensamiento es una fuerza que siempre han sabido canalizar los afortunados, que han triunfado en todas las épocas de la existencia humana, pero que la gran mayoría de las personas no han sabido utilizar. Después de ese largo periodo de meditación y de intenso trabajo, llegué a la conclusión de que cualquier persona inteligente, puede alcanzar las metas que se proponga si aprende a pensar con intensidad. Estoy convencida de que, desafortunadamente, no podemos seguir practicando a ciegas, la herencia espiritual que nos dejaron nuestros padres, porque si lo hacemos, estaremos sometidos a la dictadura de unos sacerdotes completamente equivocados, que censuran las funciones biológicas naturales, tildándolas de pecaminosas, en contravía de lo que es normal. Fue por todos esos errores que se han cometido en contra de las personas, que he querido dejar esta crónica de vida, que solamente tiene el propósito de desarrollar el pensamiento y la iniciativa privada, de todos los que se tomen el trabajo de leerla. En mi reclusión voluntaria y artística, he tenido la oportunidad de leer muchos libros de filosofía, psicología, metafísica, magia negra, magia blanca, yoguismo, teosofía, cristianismo, nosticismo y muchos otros temas relacionados con el pensamiento humano. Algunos libros eran muy interesantes, otros demasiado profundos, pero ninguno aburrido y después de mí inmersión en el mundo de los grandes filósofos de la humanidad, mi vida empezó a ser orientada por el imperativo categórico de Immanuel Kant, que dice: “Actúa de tal manera, que la máxima de tu conducta, pueda convertirse en ley universal”. Es una frase que encierra una conclusión genial, porque los seres humanos tenemos los más variados intereses y preferencias, entonces será qué podemos juzgarlos mediante la escala moral que nos impone la religión que hemos heredado de nuestros padres, cuando en esa congregación, completamente machista, se permitía que los hombres pintaran cuerpos desnudos, mientras que a las mujeres nos exigían pintar escenas religiosas, bodegones y flores, para no ser cuestionadas y señaladas de seguir siendo las eternas pecadoras, candidatas a la excomunión extorsiva. La filosofía me llevó a percibir el valor de todas las preguntas que ahora debemos responder. ¿Cómo podemos convivir pacíficamente, en un país multiétnico y multicultural como el nuestro?... ¿Cómo podemos mantener nuestra autonomía de pensamiento, en una sociedad que ni siquiera respeta la diversidad de géneros?... ¿Cómo equilibrar las finanzas en un sistema de gobierno, en el que la gran mayoría no posee nada, mientras que los burgueses corruptos son los dueños de casi todo?... Yo, en mi encierro cultural y académico, empecé a preguntarme, ¿quién es el responsable de nuestro futuro?... ¿El estado corrupto, la iglesia católica, apostólica y romana o cada uno de nosotros por su cuenta?... Y fue para responderme esas preguntas, que emprendí una minuciosa investigación a través de esos libros, en los que descubrí a Immanuel Kant, un brillante pensador en asuntos de responsabilidad y un genio adelantado a su época, que tiene muchas cosas para decirnos a los colombianos, porque en estas hermosas tierras apenas está empezando el tiempo de la educación, que convertirá en una realidad el sueño del recientemente asesinado epidemiólogo Héctor Abad Gómez, que deseaba la paz y el progreso para todos los habitantes de Medellín y de toda el área metropolitana. Necesitamos de una nueva ilustración, para afrontar la llegada del siglo veintiuno, y podamos descubrir dónde empieza la responsabilidad individual o colectiva.

Para esta humilde artista, el hogar y el taller de pintura, son más que un lugar y se han convertido en un templo cultural para ayudar a las otras personas, y fue por ese gran amor que siento por todos los seres humanos, que empecé a estudiar filosofía, porque desde hace mucho tiempo, todo que lo que hago corresponde a un universo que va más allá de mí, y es el mundo de la cultura, del pensamiento y de la justicia. ¿Muchas veces me pregunté cómo iba a lograr a través del arte y de mis escasos recursos económicos, para asumir la responsabilidad y actuar con moralidad, en una lucha pacífica en favor de los derechos humanos?... No estoy luchando en busca de privilegios, ni por vanidad, ni por lujos, ni siquiera por posesiones materiales, porque estoy levantando una bandera cultural, por lo que es lo más básico, el derecho a la vida, el derecho al trabajo y el derecho a la libertad de tener una existencia digna. Fue en esa búsqueda sagrada de la grandiosidad humana, que encontré a Immanuel Kant, el precursor de la carta de las naciones unidas, de la constitución alemana, y el responsable de la unión europea; nacido en 1724, hijo de un artesano que fabricaba correas y bolsos de cuero, publicó un ensayo que se tituló así: “¿Qué es la ilustración?” en el que nos muestra el camino para salir de la ignorancia auto infligida, porque todos podemos pensar de manera autónoma, seguir la razón y actuar correctamente, porque no se trata de buscar el responsable de los crímenes que vienen sucediendo en nuestro país, sino de la construcción de nuestro futuro como nación. Nuestra atrasada sociedad parece necesitar instituciones que nos repriman y esclavicen, dejándonos claro, según ellos, que no podemos pensar en la reorganización de un estado que le brinde educación, vivienda y salud, a todos los habitantes de nuestro país. Nunca debimos llegar a este punto en el que no se respeta ni la vida, ni los derechos humanos, ni la libertad de las personas, dominadas absolutamente por la iglesia católica y por una burguesía corrupta, y fue en ese momento, cuando leyendo la obra de Immanuel Kant, descubrí una idea revolucionaria, radical, porque ya no va a ser el arzobispo de Medellín el que se va a sentar en el trono del poder, sino la razón, la que nos debe gobernar; es la capacidad de discernir principios universales y la capacidad de orientar inteligentemente nuestras acciones, la que va a gobernar nuestra vida y quien esté en condiciones de hacerlo, podrá crear sus propias leyes, porque el ser humano es libre por naturaleza, pero tiene que ser responsable de sus acciones. Nuestro país ha empezado a cambiar y en todos los sectores de la sociedad, se observan movimientos políticos y culturales que, de diversas formas, intentan liberarse del modelo alienante que nos ha impuesto la burguesía corrupta, aliada del imperialismo norteamericano. Vivimos en un modelo de gobierno que no tiene en cuenta consideraciones morales, ni éticas, y parece ser que solamente les importa el aspecto económico. Personalmente a mí, una humilde pintora de provincia, me parece que nuestra sociedad debe replantear la manera en que las personas miden el éxito, porque como no estamos actuando de manera sustentable y con visión de futuro, cuando medimos el triunfo o el fracaso, según la cantidad de cosas materiales que acumulamos, sin tener en cuenta ni la evolución espiritual ni la felicidad.

En mi carrera artística, fui descubriendo que la supuesta moralidad, estaba muy mal estipulada por los sacerdotes de una iglesia católica, que continúa practicando ese aberrante celibato antinatural, que los conduce directamente al homosexualismo.

¿Qué es lo moralmente correcto o incorrecto, cuando a los pobres sacerdotes los encierran en un convento, para que repriman una de las funciones biológicas más importantes, como lo es la de la reproducción?... Y, finalmente, pude comprender a qué se debía el escándalo y el rechazo que sufrí, cuando me atreví a pintar los senos desnudos y el vello púbico de las mujeres que ellos siempre tuvieron prohibidas, y que son la causa de su doloroso trauma. También comprendí el por qué, a los sacerdotes, les resultaba tan difícil cambiar su manera de actuar, y es porque nuestras organizaciones sociales siguen buscando soluciones a sus problemas, desde la conveniencia económica y no desde lo racional. Estoy segura que Immanuel Kant, no aceptaría las equivocaciones de una sociedad machista que victimiza a las mujeres y, seguramente, protestaría en voz alta, tratando de hallar el imperativo categórico, y buscaría una directriz para que los que ostentan el poder, obren correctamente, y, hasta de pronto, les diría a los del gobierno y a los de la iglesia católica lo siguiente: “Actúen honestamente, de forma que la máxima de su conducta, pueda convertirse en ley universal, porque los seres humanos tenemos las más variadas preferencias e intereses, y es por eso mismo, que no podemos juzgarlos con una escala moral dictada por unos célibes que están completamente alejados de la realidad. Immanuel Kant tenía clara la forma en que nos debemos de comportar, pero ese filósofo nunca se imaginó la obsesión de algunos gobernantes, por la acumulación de dinero y de propiedades, que no pueden llevar a ningún lado. ¿Qué haría Immanuel Kant, ante la ignorancia de un arzobispo que se escandaliza porque una adolescente dibujó los senos de una india desnutrida? ¿Seguramente también protestaría por el destierro que le hicieron a Gabriel García Márquez y a otros intelectuales, o les mandaría una carta a las naciones unidas, para que la burguesía colombiana deje de asesinar a los campesinos para despojarlos de sus tierras?... Immanuel Kant era muy optimista con la razón, pero muy pesimista con respecto a la humanidad, porque como seres humanos parece que no somos capaces de actuar de manera responsable y poder compartir un poco de lo que poseemos con los demás. El famoso filósofo de otro tiempo, tenía la razón, en que debemos de ser más sensatos, porque es la característica que hace a los seres humanos únicos, y es por eso que, como humanidad, tenemos obligaciones universales de los unos con los otros, basados en la razón. Somos responsables de todas y cada una de las criaturas del universo y debemos ayudarnos.

Estudiando a los grandes filósofos, adopté una filosofía de vida que declara, que tú eres igual de importante que cualquiera de las otras criaturas del universo… Encerrada en “Casa blanca” mi refugio, no pensaba solamente en mí, sino en todos y cada uno de los indígenas de La Guajira, del Amazonas y en los negros de las costas atlántica y pacífica. Colaboré con los campesinos y con los más pobres, porque comprendí que formamos parte activa y vital de la unidad eterna de sabiduría; porque comprendí que somos una de las principales fuerzas creativas en el universo.

¡Atrévete a pensar como nos lo sugirió Immanuel Kant, porque él, por encima de todo, trató de enseñar al ser humano a pensar por sí mismo y a rechazar los dogmas de todo tipo, que destruyen la razón y someten el libre pensamiento a ideas fijas!

¡El conocimiento, la ilustración y el pensamiento, no son fenómenos limitados, sino procesos en constante evolución!

Lentamente fui descubriendo que existe un hilo conductor, que une todos los pensamientos y los conocimientos del ser humano, que los hace útiles y eficaces, para todos los que deseen conocer y aprender, y que ese hilo conductor se puede resumir en una sola y poderosa palabra: fe. Es la maravillosa fe, la que permite que los enfermos se sanen mediante la sugestión, que otros logren el éxito produciendo resultados espectaculares en sus vidas. La fe es una fuerza que produce milagros y es un fenómeno que no se puede explicar con facilidad, pero no podemos tener dudas sobre su realidad, porque hay una cantidad de hechos que la prueban desde la antigüedad. Fue de esa forma, que mis ideas empezaron a dar vueltas, alrededor del inmenso poder del pensamiento y de la fe. Estoy segura de que las famosas brujas antioqueñas, poseían un secreto que pocas personas llegan a conocer realmente, porque ningún ser humano capta la verdad hasta que está preparado para recibirla, y, esa verdad, era el descubrimiento de la eternidad de esa conciencia, que les permitía moverse con libertad en la quinta dimensión, donde el espacio y el tiempo son relativos. Cuando les expliqué a mis hermanos y amigos, el poder del pensamiento humano, me encontré con la sorpresa de muchos de ellos, porque mientras que, para unos, era algo que ya conocían, para los otros era muy difícil entender. Yo imaginaba que la mayor parte de las personas sabía algo del poder del pensamiento, pero me di cuenta que estaba equivocada y que eran muy pocos los que sabían sobre el tema. La ciencia del pensamiento es tan vieja como la misma historia de la humanidad y los hombres inteligentes, de todas las épocas, la han conocido y la han estudiado. Afortunadamente todas las personas están empezando a darse cuenta, que existe una fuerza mental que todo lo puede y existen millones de seres humanos, que comprenden su funcionamiento y han comprobado que el pensamiento es una fuerza efectiva.

Toda la vida he sido una lectora constante y leí, todo lo que pude, sobre física cuántica y sobre la teoría de la relatividad de Einstein. También leí la “Ley de los fenómenos físicos” de Thomson Jay Hudson y, rápidamente, estaba sentando la base de una serie de conocimientos, que desencadenarían las fuerzas que habrían de llevarme a la consecución de todos mis objetivos. Existen personas que no saben nada del mágico poder del pensamiento y, al principio, me van a observar con incredulidad al tratar de exponerles esta ciencia. No ignoro que el pensamiento ha sido analizado desde muchos puntos diferentes, que van desde el enfoque religioso al metafísico, pero también comprendo que hay muchas personas que se alejan de todo lo que sea religioso o metafísico y que pertenezca al ocultismo, es por  eso, que estoy haciendo esta exposición en el lenguaje de una pintora humilde, que está convencida de que, pensando con sinceridad y hablando clara y sencillamente, se le puede transmitir a la gente cualquier mensaje, por complicado que parezca. Puede que hayan escuchado decir que cuando uno está convencido de hacer alguna cosa, siempre se consigue hacerla. Si crees que lo puedes hacer, entonces lo realizarás. La creencia y el deseo, son las fuerzas motoras que le permiten a cualquier persona alcanzar sus metas. Si estás enfermo y tus pensamientos te llevan a la convicción de que te vas a sanar, todas las posibilidades de sanar estarán a tu favor. Es la creencia o la fe, las que producen tu transformación física. “El milagroso don de la sanación”. Creo ciegamente, que cuanto más se aprende sobre el poder del pensamiento, seremos testigos de muchas más curaciones que hoy en día parecen imposibles para los médicos, porque en esta vida, todo puede suceder y la esperanza y la fe, son los factores más importantes para producir milagros, como lo fue el milagro de mi obra artística que le voy a dejar de herencia a toda la gente de Antioquia la grande.

Si en la capa más profunda del inconsciente, se consigue cambiar el modo de pensar, el ser humano podrá hacer lo que desee. Este es un tema muy estudiado por los médicos psiquiatras, y se ha podido advertir que algunos de ellos, especialmente los jóvenes, que conocen el desarrollo de la física cuántica, ya están de acuerdo con los argumentos relativos a la importantísima parte que juega el pensamiento, no sólo porque provoca determinadas enfermedades, sino también, porque puede curar las mismas, para poder llegar a sentir que hemos nacido para semilla, como yo, que sigo viva aunque casi todos mis hermanos y amigos hallan muerto. La gran mayoría de los médicos de este tiempo, son hombres de mentalidad abierta, aunque existen unos pocos que se niegan a admitir cualquier cosa que no se halla incluido en su programa académico, y en sus creencias dogmáticas. Esta resistencia al poder del pensamiento, no queda solamente limitada a los médicos, porque hay personas en otras actividades, como los de la iglesia católica y los del gobierno, que saben muy poco de la magia de la física cuántica, y cuyos cerebros se niegan a admitir cualquier cosa que quede por fuera de su radio de acción; cualquier cosa que esté por fuera del marco de su normalidad y esta es una terrible paradoja, porque muchas personas aparentemente inteligentes, perderán por su ignorancia, las grandes oportunidades que les puede brindar el poder del pensamiento, y estoy casi segura que todas esas personas, han hecho y siguen haciendo una aplicación inconsciente de esa fuerza universal llamada pensamiento, aunque sea para seguir robando el futuro a los negros del Urabá antioqueño, a los negros del chocó, a los negros del pacífico y a los pobres indios de la Guajira. Por otro lado, hay muchas personas que solamente creen lo que desean creer, rechazando todo lo que parezca oponerse a sus concepciones y pensando que todos los pobres campesinos son comunistas. Casi todos los hombres, cuyas ideas dieron origen a la civilización, en que hoy vivimos, fueron perseguidos, hostilizados y crucificados, por los ignorantes de sus diferentes épocas de vida, como lo hicieron con Jesucristo, con Gandhi, con Martin Luther King, con Jorge Eliecer Gaitán, con Gabriel García Márquez, con Héctor Abad Gómez y conmigo.

Todos los problemas que tuve que soportar en mi carrera artística, eran el reflejo de mi lucha interna entre esa tal santidad mal manejada, que predican los sacerdotes católicos encerrados en los conventos y monasterios, y el gran amor que yo sentía por los seres humanos, hambreados e imperfectos, que dormían en las aceras de la calle… Muchas veces fui amenazada con la excomunión y aunque me preocupaba mucho, porque estaba siendo mirada por toda la sociedad, como la más mala de las malas, quise contagiar a todos mis admiradores de esa supuesta maldad, que para mí era un profundo amor por el ser humano, reflejado en la desnudez de mis cuadros. No fui consciente de la evolución de mis pensamientos e ideas, que fueron desarrollándose en mi cerebro, porque ellas se fueron formando con todas las experiencias traumáticas que tuve en la sociedad secreta y dañina de las siervas de María Auxiliadora, que atropellaban nuestros derechos y nuestros pensamientos, con una falsa moral de la que sólo se escapaban las novicias que tuvieron el valor de fugarse con los vendedores de frutas que llegaban hasta el frente del colegio. Nadie conoce las dificultades de nuestras vidas y como todas las instituciones están ligadas, unas con otras, para seguir explotando a los pobres; porque la religión no deja de ser otra institución política y económica y, hasta de pronto, la más poderosa y rica de todas, que no podía permitir que una adolescente dibujara los senos de una indígena mugrienta y desnutrida, pero no era por la desnudez que prohibían mis pinturas, era porque reflejaban el estado lamentable de la salud y de la miseria del setenta por ciento de la población colombiana, aunque nosotras éramos unas niñas ricas que lo teníamos todo. Mi vocación artística no era morbosidad, ni rebeldía sin causa, ni un homosexualismo enquistado, como lo escribió un cobarde en Bogotá, que no fue capaz de decírmelo de frente, antes de destruir mi honra; mi actividad artística era una lucha diaria, contra el sistema de gobierno que viene masacrando a los líderes sociales desde hace más de cien años.

Dios y la vida han sido tan grandes conmigo, que me han permitido vivir para contemplar la vida y obra de hombres tan valientes como Jorge Eliecer Gaitán, como Jaime Pardo Leal y como Héctor Abad Gómez, un epidemiólogo de Medellín, que era un verdadero santo y lo han asesinado hace poco, y me he atrevido a nombrarlos, para que todo el país conozca la triste realidad de un sistema de gobierno que fue capaz de perseguir, durante cincuenta años, a una pobre pintora vieja y artrítica, porque dibujó una india con los senos afuera y a un arzobispo robusto y bien vestido, acompañado de dos monaguillos libidinosos, mientras que los pobres seguían muriendo de hambre, tirados en las aceras de Medellín. Nunca pude decir malas palabras, porque mi estricta educación me lo prohibió, desde siempre, pero esos políticos colombianos si tienen que ser hijos de una mala madre, de esas de la liga de la decencia, que no permiten que los pobres se acerquen a sus jardines para pedir una limosna. La verdad es que una artista no puede estar alejada del mundo, y menos yo, que me dejo conmover mucho por la miseria, por ese arrastrarse de la gente por la tierra, sin poder comprender el objetivo de sus vidas en el universo. El arte tiene que ser un mecanismo de denuncia, porque en este país hay unos pocos que tienen mucho y muchos que no tienen nada; el arte tiene que ser un medio de lucha, porque los burgueses colombianos parecen ser unos seguidores de Adolf Hitler y de las políticas nazis, y no han tenido ningunos escrúpulos para asesinar centenares y centenares de negros, de indios y de campesinos, en las masacres de las bananeras, porque esos pobres trabajadores estaban exigiendo mejores condiciones laborales.

Durante la mayor parte de mi juventud, traté de caminar por el sendero de la superación mental y fui estableciendo, progresivamente, un método para poder desarrollar mi conciencia evolutiva, a pesar de las múltiples agresiones que recibía de una sociedad machista, atrasada e inculta. Sentí que el universo me estaba probando para saber si yo, a través de mi más grande pasión, que siempre fue la pintura, podía evolucionar conscientemente hacia la dimensión de lo eterno; para tal prueba, el universo fue colocando, ante mí, los mejores maestros como lo fueron Pedro Nel Gómez, Eladio Vélez, Federico Cantú un muralista mejicano y ellos, con su gran sabiduría, me fueron dando las instrucciones o normas de conducta, que un artista debe seguir en su carrera. Ejercicios que debía trasladar al lienzo y, de esa forma, saber exactamente el por qué, yo, debía representar a una sociedad que se atrasó centenares de años en la práctica de una religión machista, que redujo a la mujer dizque a ser un pedazo de las costillas de los hombres; una religión que convirtió las mujeres en eternas pecadoras por una historia ridícula, de una manzana, que, a la luz de la teoría de la evolución de las especies, yo nunca pude comprender. Traté de olvidar esas historias tan tontas y tan infantiles, y me dediqué a pintar en mis lienzos, la realidad amarga del atraso cultural de mi pueblo; traté de alejarme de la ignorancia enquistada en la sociedad y buscar el conocimiento, a través del arte y de la meditación, pero solamente logré pintar unas muecas desesperadas de mi propio dolor. No me dejé sumergir en los pozos putrefactos de las muertes colectivas, que ordenaba una burguesía corrupta, que nunca dudó en masacrar a esos líderes que sólo reclamaban oportunidades de educación y un pedazo de pan, y fue a través del deseo creativo y dinámico, que fui descubriendo la grandiosidad humana que todo lo puede. Descubrí el poder de la fe, que me permitía pintar cosas maravillosas y alimentar centenares y centenares de humildes limosneros, y eso fue maravilloso.

La sola idea de que cualquier mujer de nuestro país, puede ser lo bastante afortunada para lograr una determinada educación, aunque sea de forma auto didacta, que le merezca el reconocimiento y la admiración de los demás, pese a la indolencia e indiferencia, casi generalizada, es suficiente para generar el respeto del pueblo y la cólera de los poderosos. Es prácticamente imposible que los trabajadores más pobres y los hombres más ricos, logren comprender la naturaleza místico espiritual del mundo que los rodea, y que va más allá de lo que sus limitados sentidos perciben, por lo que toda enseñanza y hasta los principios fundamentales sobre la naturaleza espiritual, de la unidad eterna de sabiduría, serían UNA VERDAD PROHIBIDA PARA LAS MUJERES, que la sociedad siempre ha querido mantener subyugadas. Es por esa razón, que los sabios ocultan la mayor parte de sus conocimientos a la multitud, porque reconocen las limitaciones de las mentes estrechas y de las opiniones contaminadas por las religiones y por los prejuicios sociales. El ignorante se ríe de lo que no puede comprender, como lo hacía el difunto Laureano Gómez conmigo, pensando que con sus burlas demuestra alguna superioridad, en lugar de demostrar su gran estupidez.

Los progresos más importantes que tendremos los colombianos y la humanidad en general, en los próximos cincuenta años, serán los relacionados con la evolución del espíritu y del pensamiento, porque nos hallamos en el umbral del conocimiento, sobre los indiscutibles poderes psíquicos y la grandiosidad del ser humano.

Mucho se ha dicho, dibujado y escrito, sobre las fuerzas místicas, sobre los poderes desconocidos del ocultismo y de la metafísica, que van más allá del desarrollo de la ciencia y de la psicología, que es la ciencia del alma, haciendo pensar, a estos paisas que les han gustado tanto las brujerías, que esas fuerzas quedan dentro del reino de lo sobrenatural, cuando todo es la naturaleza, cuando todo es la unidad eterna de sabiduría, de la que hacemos parte integral y dinámica. Mi teoría personal es que somos parte activa de lo que debemos llamar Dios, porque en ese ilimitado universo de energía, el pensamiento total, que es el impulso vital de todas las cosas, es nuestro mismo pensamiento en evolución.

Mi afición a la pintura me reveló, con toda claridad, el inmenso poder de mi pensamiento creador; era algo que yo podía experimentar y aplicar, día tras día, porque la persistencia da confianza y una actitud mental positiva, seguida por una acción consistente, logra el éxito, y cuando uno tiene interiorizado ese conocimiento, desaparecen todos los miedos y los afanes, porque las cosas empiezan a marchar favorablemente. Cuando descubrí el poder del pensamiento creador, desaparecieron todos mis supuestos enemigos, se ausentaron todas las dificultades y comenzaron a flotar en mi mente las ideas de “eternidad consciente”, pero, en ese entonces, no me daba cuenta de lo que ese descubrimiento significaba para mí. Sólo después del revuelo que provocaba la exposición de mis pinturas, cuando hasta el presidente de la republica las quería censurar, comprendí el verdadero significado de las palabras “eternidad consciente”, conocimiento que me daba el poder de ayudar a la construcción de una sociedad más justa a través del arte. En cada una de mis pinturas plasmé detalladamente mi inspiración, expresando ese estado que me hacía sentir iluminada bajo la influencia de una inmaculada luz blanca, que hacía resplandecer todo mi taller, pero luego desistí de exponer mi obra, cuando mis amigas y mis hermanos me decían: “La gente no comprende cuál es tu mensaje, ni cuál es el significado de esa energía extraña que emerge de tus cuadros e, incluso, todos están pensando que estás loca”.  Me tuve que tranquilizar y me refugié a trabajar, en la relatividad de mi tiempo y de mi espacio, sin embargo, a todos los que visitaban mi taller, que por cierto eran un círculo de amistades muy íntimas, les expliqué algo de “la iluminación cósmica” y los dejé maravillados, contemplando esa intensa luz blanca que iluminaba, de forma milagrosa, mi taller y todas mis pinturas. De todas maneras, siempre quedará en mi memoria esa extraordinaria experiencia que me hablaba de eternidad, porque en aquellos instantes de inspiración, en los que brillaba la intensa luz blanca, adquirí más sabiduría y comprensión, de lo que había logrado atesorar a lo largo de muchos años de estudio. Fue en esos mismos días, cuando, con la claridad de la inmaculada luz de la evolución mental, comprendí que el fracaso de todas mis exposiciones, no se debía a las persecuciones del corrupto del Laureano Gómez, al que convertí, para toda la eternidad, en un horripilante sapo, ni a ninguna otra causa externa, sino, exclusivamente, a mi actitud mental, porque estaba sucumbiendo bajo el peso de mis temores y de mis pensamientos pesimistas; no me daba cuenta que la depresión no solamente debilitaba mi espíritu, sino que me llevaba a chocar con un inmenso poder económico y político, con el que me iban a desterrar o me iban a asesinar, como lo hicieron con el caudillo Jorge Eliecer Gaitán y con Gabriel García Márquez, que lo hicieron exiliar definitivamente en Méjico. Se me ocurrió que todo lo que debía hacer, para salvar mi integridad artística y mi vida, era cambiar mis pensamientos, reprimir el deseo de figurar y de tratar de cambiar la mentalidad de los que tenían el poder. Puse, entonces, manos a la obra y me encerré a trabajar y a producir las más extraordinarias de mis creaciones, pero al utilizar el poder que me daba la fuerza del pensamiento, jamás la utilicé para hacer daño, ni con malos propósitos, porque también hubiera podido pensar en regocijarme con la muerte de Laureano Gómez o con la muerte a balazos de cualquiera de sus hijos.

Desde el principio en la conformación de nuestro país, siempre hubo dos bandos en disputa; los campesinos sin tierra y la burguesía dueña de todo y dominante. Ambos son terriblemente poderosos, con sus respectivas fuerzas. El principio básico que los hace accionar, es el poder mental y, a veces, parece imponerse el mal y otras veces el bien. Ese poder mental del que les hablo, ha construido desarrollados países en paz y también a sumergido a otros países en interminables y horrorosos genocidios, como los que han sucedido en el nuestro… ¡Si tú, querido lector, estás leyendo estas notas de un modo reflexivo, comprenderás que el inmenso poder del pensamiento, puede emplearse como una terrible fuerza destructora o también como una maravillosa energía creadora, con buenos fines, que nos pueden beneficiar a todos, por lo tanto, espero que tengas mucho cuidado de no emplear mal estos conocimientos que estás aprendiendo y solamente los utilices para construir un futuro feliz para ti y para tu familia!

Con la ayuda de mis maestros y con todo el tiempo que disponía para meditar, empecé a ampliar mi capacidad mental y desarrollé lo más que pude mi cerebro, para poder comprender el objetivo de nuestra vida en la tierra y, así, poder tomar el camino de nuestra evolución consciente hacia la eternidad, que es un camino que todos los seres humanos debemos emprender y, espero, que mis pinturas puedan mover esas fibras internas, que despiertan el deseo y la necesidad de adquirir el conocimiento, para derrumbar esas estructuras sociales que sumergen el pueblo en la mediocridad de una ignorancia casi que generalizada. No basta con memorizar, sistemáticamente, lo que nos enseñan esos profesores, en academias y universidades, arrodilladas ante la cruz de un sistema educativo, que sólo busca la sumisión del pueblo y la conservación de los privilegios económicos de una sola clase social. No basta con copiar las formas básicas de un oficio, dentro de esta sociedad completamente equivocada; debemos romper las formas y las dimensiones de lo tradicional, para hallar y comprender el verdadero mecanismo, que se encuentra detrás de lo que nuestros imperfectos sentidos perciben. No basta con satisfacer nuestras necesidades y nuestras ambiciones primarias, porque es necesario comprender el verdadero objetivo de nuestra existencia en el universo, para poder comprender el inmenso poder de nuestro pensamiento, que modifica la realidad material y nos permite crear esas obras que despiertan admiración. Desafortunadamente, ni mis obras artísticas, ni mis palabras, van a ser comprendidas por la totalidad de la población, pero tengo la esperanza de que más adelante, si la demencia de nuestros gobernantes no destruye el planeta antes de comprenderlo, mi obra y estas palabras que ahora estoy dictando, puedan llevar un poco de entendimiento y de amor, a los que puedan tener la oportunidad de conocerlas.

En el arte y en la vida, no basta con hacer cosas bellas, porque aquel que quiera triunfar, tiene que conocer todos los secretos que se esconden detrás de los ojos tristes y profundos, de la campesina hambreada que se desnuda ante la pintora. ¿Qué hay más allá de lo que percibimos?... ¿Cuál es nuestra razón de ser en este inmenso universo de energía eterna?... Debemos tener la facultad para comprender más allá, de lo que a todos les parece muy real, debemos penetrar en las profundidades de la física cuántica, donde el tiempo es relativo y la materia deja de ser materia, para convertirse en pensamiento. Es toda esa magia y todo ese sentimiento, lo que intenté reflejar en mis pinturas; fenómeno espectacular, que nos lleva a reconocer el milagro de la grandiosidad humana que todo lo puede, y es, por esa otra dimensión que apenas estamos percibiendo, que debemos meditar y permanecer en silencio, conectados con la unidad del universo, para poder practicar lo observado y lo aprendido al principio de nuestras vidas, al principio de nuestro camino, en el proceso evolutivo de nuestra consciencia y, en cada paso que demos, para poder comprender la hermosa realidad de nuestra eternidad. Es de esa manera, que podemos comprender el milagroso fenómeno de la vida, porque estamos aprendiendo qué, en esta oportunidad de existir, podemos encontrar los conocimientos necesarios para comprender la majestuosidad de nuestro poder sin límites… ¡Es de esa manera, que puedes comprender el maravilloso milagro de tu existencia, porque estás aprendiendo que, en esta oportunidad de vivir, puedes encontrar los conocimientos necesarios para descubrir la majestuosidad de tu poder sin límites ¡

En medio de mi humilde profesión de pintora, aprendí que los seres humanos ignorantes, trabajan sin descanso para conseguir una casa, un carro y muchas riquezas, que los hagan sentir muy poderosos, y pierden la oportunidad de evolucionar conscientemente hacia lo eterno, porque están muy ocupados cuidando esas riquezas que no podrán llevar a ningún lado. Es muy triste haber visto que el hombre ha dejado de ser una buena persona, bondadosa con los más necesitados, por tener muchas cosas materiales que no significan nada en el proceso evolutivo de la consciencia. Existen fenómenos más importantes que la avaricia de acumular propiedades, existen conexiones mentales entre lo que percibimos como materia y el pensamiento, existen dimensiones que elevan al ser humano a la categoría de los que anteriormente fueron llamados Dioses. Descubrimiento que me mostró cómo se recrea la materia y el pensamiento, moldeándolo en su libre albedrío, para conseguir la felicidad o la destrucción, dependiendo de la cantidad de amor que se albergue en el alma, y eso fue lo que traté de hacer con mis pinturas y con mi gran pasión, y creo que lo he logrado, porque al final de casi un siglo de lucha, la emancipación de la mujer Colombiana y latinoamericana, se ha ido dando lentamente, porque hemos ido ganando respeto y participación en todas las actividades de la sociedad, en la industria, en el deporte, en la política y en la cultura. Socialmente hemos ido ganando espacios de reconocimiento, que antes era imposible pensarlo, porque se decía que los hombres eran los que llevaban los pantalones y el control de absolutamente todo.

En medio de mi aislamiento voluntario y a través de mi constante actividad creativa, donde mi ingenio produjo obras maravillosas, aprendí que sólo existen dos clases de seres humanos en el universo, y esas dos clases son, los que conocen el objetivo de sus vidas en el mundo y los que su escaso desarrollo mental no les permite apreciar esos acontecimientos mágicos, que le muestran las inmensas posibilidades de su consciencia en la eternidad, y ese conocimiento es lo que verdaderamente importa, porque nos muestra cuál es el verdadero objetivo del milagro de nuestras vidas en el infinito universo. No importa si eres católico, cristiano, mahometano, budista o nóstico, porque todas las religiones se originaron en el amor, hace miles de años, cuando no existían la comunicaciones, ni la ciencia y los hombres, asustados por los fenómenos naturales que no se podían explicar, inventaron al Dios del fuego, al Dios del trueno, al Dios del viento y al Dios de los pastores del desierto y a todos esos dioses que, afortunadamente, no han representado a los hombres de raza negra de nuestro país, que se han mantenido al margen de esos fanáticos que se arrodillan ante la cruz de su ignorancia y excomulgan humildes pintoras que sólo han querido servir. Por medio de mi carrera artística aprendí, que lo único que realmente importa, es la evolución de tu pensamiento y de tu consciencia hacia la eternidad, hacia el infinito. Cuando el hombre comprenda el poder de su pensamiento, y conozca su grandiosidad, realmente, comprenderá todos esos fenómenos a los que hemos llamado milagros y comprenderá el poder ilimitado de su pensamiento, porque es en su pensamiento, donde se origina y evoluciona el universo y de esta manera, y en virtud de su facultad creadora, entrará en el universo de las energías infinitas, mágicas y autónomas, trabajando por la evolución de la consciencia y del pensamiento, para ser parte integral y dinámica de la eternidad.

La gran mayoría de las mujeres y de los hombres, ignoran cuál es el objetivo de sus vidas en el universo y, por lo tanto, se dedican al placer de vivir su individualidad, con absoluto egoísmo, sin poder comprender que todos somos uno; que todos somos parte de la unidad eterna de sabiduría, y que todo el sufrimiento, la incomodidad y el dolor, que generemos con nuestra condición despiadada, terminará devolviéndose contra nosotros mismos, en la ley universal de la acción y la reacción. Esa ley maravillosa del perfecto equilibrio en el universo, sin hacer análisis filosóficos de lo que signifique, para cada uno, el bien y el mal, es lo que he tratado de representar en mis pinturas, con la tristeza profunda de mis protagonistas, que reclaman, en absoluto silencio, por la ambición de nuestros gobernantes, que pisotean a las minorías étnicas, en una sociedad desigual en la que los privilegios y las ambiciones de las mismas familias que siempre  han gobernado, maltratado y asesinado, al pueblo Colombiano, sin  ninguna clase de escrúpulos. Se dirige toda la sociedad, en busca de la riqueza material, sin darse cuenta que lo más importante es la evolución de la conciencia y del pensamiento, y hasta que no hayan comprendido cuál es el objetivo de sus vidas en el universo, no podrán encontrar las ventanas de sabiduría que les permitirán evolucionar hacia la quinta dimensión de la eternidad consciente; por lo tanto, ese descubrimiento de la eternidad de la consciencia del ser humano, es el primer paso que se debería dar en la educación de todos los niños de Envigado pluricultural y de Colombia en general.

Es necesario, después de descubrir nuestra eternidad, recordar que entre lo real y lo ilusorio, existen muchas dimensiones y que es muy importante saber elegir entre lo que tiene importancia y lo que no la tiene, en el maravilloso proceso de nuestra evolución. No debería ser difícil la elección entre lo correcto y lo incorrecto, porque los que hemos decidido descubrir esa grandiosidad del ser humano, que no tiene límites, debemos practicar el bien a toda costa, actuando con mucho amor y mucha bondad en todos los casos.

La sociedad, el ser humano y la vida, son la recreación del proceso evolutivo hacia la unidad eterna de sabiduría, y, es por eso, que cuando tu cuerpo y tu consciencia deseen alguna cosa, debes detenerte y reflexionar, para ver si realmente lo deseas, porque tú eres ese Dios creador y debes actuar, en todo momento, con absoluta responsabilidad. Es necesario que tú busques, en lo más profundo de tu ser, a ese Dios que te permite crear lo que desees apasionadamente, para que puedas comprender el verdadero valor de tu pensamiento, que es una fuerza muy poderosa, evolucionando hacia la eternidad. Cuando la sociedad entera y hasta mi familia, se oponían a la creación de mis pinturas, la certeza de mi eternidad y la evolución de mi conciencia y de mi pensamiento, me daban la fuerza necesaria para continuar con ese trabajo incansable que me llenaba de satisfacción, porque yo sabía que mi lucha iba a ser muy importante en el empoderamiento de la mujer Antioqueña, colombiana y latinoamericana, del futuro.

En el camino de mi formación artística, cuando me encontraba en pleno proceso de aprendizaje, se me presentaba la oportunidad de ayudar a alguien y mi cuerpo sufría una transformación inmediata, en la que no necesitaba ni descanso, ni alimento, ni recompensas materiales de ninguna clase, porque mi corazón y mi espíritu, estaban llenos de amor, y, esa pasión, era un impulso vital que todo lo podía. Fue de esa forma, en la que aprendí, que la fuerza del amor no tiene límites y que el cuerpo humano es siempre bello por ser humano, por ser natural, y no me explico por qué, la iglesia y la burguesía colombiana, se oponían con tanta ferocidad a mis desnudos, sin poder comprender que un cuerpo desnudo, es la naturaleza sin disfraz. El cuerpo humano es nuestro pensamiento hecho forma, porque la física cuántica ha demostrado que, en la más remota profundidad del átomo, sólo existe la energía de un impulso milagroso que nos da vida. El cuerpo humano es lo único que poseemos, y es, al mismo tiempo, consciencia, percepción material e impulso divino; es, por ese milagro hecho realidad, que debemos cuidarlo mucho, haciendo ejercicio con regularidad y alimentándonos bien, y fue, comprendiendo que el cuerpo es un paquete espiritual, que logré superar mis pequeñas enfermedades, para tener una vida larga y productiva, porque, sin un cuerpo muy fuerte, hubiera sido imposible mantener esta lucha cultural, ideológica y académica, en favor de las personas más vulnerables de la sociedad, durante casi cien años. No puedo decir, tampoco, que toda mi vida fui una santa, porque muchas veces monté en cólera, cuando los politiqueros de turno obstaculizaban y criticaban mis pinturas, mostrando una ignorancia total sobre lo que puede significar las manifestaciones culturales para un pueblo, supuestamente en libertad, y también maldije y pronuncié palabras de alto calibre contra el godo recalcitrante del Laureano Gómez, el papá del  politiquero Álvaro Gómez Hurtado, cuando me persiguió y me hizo la vida prácticamente imposible, hasta el punto de mandar al embajador de Colombia, en España, a que cancelará mi primera exposición en Madrid y a que destruyera mis pinturas. Godo, sinvergüenza, creador de “Los pájaros”, una organización paramilitar que masacró centenares de miles de campesinos, que sólo pedían educación básica, un pedazo de tierra y oportunidades para que sus hijos tuvieran una vida más digna. Yo también deseé más oportunidades y quise tener cientos y cientos de cosas, pero al final solamente anhelaba servir a la comunidad. Era muy difícil, para una mujer sola, participar en la política de un país machista, donde los hombres podían exponer pinturas de desnudos y las mujeres no, como si los hombres tuvieran licencia para pecar; era muy difícil opinar en un país en el que gobernaba, desde siempre, una burguesía corrupta que utiliza el poder para enriquecer a unas cuantas familias auto elegidas, y fue por ese motivo y por todas las otras frustraciones, que se producía el atraso y la ignorancia casi generalizada del pueblo. Yo me sumergí en un auto aislamiento con el arte y la pintura, con la esperanza de que la cultura fuera evolucionando lentamente y, algún día, el pueblo pudiera apreciar y comprender, aunque fuera un poquito, mi obra artística. Nunca pensé mucho en mí y, más bien, pensaba en los campesinos, en los negros y en los indios, que se acostumbraron a cambiarme su desnudez por un pedazo de pan. Un ejercicio que repetí muchas veces, con el corazón crispado por el dolor, ante la imagen pálida y delgada, de las indias embarazadas que exhibían su desnudez, ante la mirada triste de esa pintora que habita en el fondo de mi alma. En ese ejercicio constante de la meditación, descubrí que yo era una fuente del pensamiento y de la sabiduría, en medio de ese universo fantástico, que ni los políticos de la muerte fueron capaces de destruir.

El arte no acepta diferenciación entre lo que, supuestamente, es bueno o es malo, porque son apenas conceptos muy humanos, originados en lo que nos conviene y en lo que no nos conviene. A toda costa, traté de hacer lo que me parecía correcto en la vida y me abstuve de hacerle mal al prójimo, sin pensar mucho en lo que decía el monseñor, García Benítez, de mi parroquia, que me amenazaba continuamente con la excomunión, por estar pintando las pieles desnudas del hambre y del sufrimiento de los pobres que, a pesar de su miseria, seguían arrodillados ante la cruz de los esbirros que les habían robado las tierras, desplazándolos a punta de sangre y fuego.

Como la confusión reinaba en mi mente y todo lo establecido por la sociedad colombiana, me parecía tan excluyente e injusto, me puse en la tarea de estudiar filosofía, para poder comprender el origen y las causas del comportamiento humano, me leí toda la historia de la filosofía y analicé el pensamiento y los postulados de los grandes clásicos, como Sócrates, Aristóteles, René Descartes, Jean Rousseau, Friedrich Nietzsche, Inmanuel Kant  y Michel Foucault, para entender un poco mejor lo que estaba pasando y cuando pude comprender el análisis metódico, que nos lleva al conocimiento, me di cuenta que el establecimiento de nuestra sociedad, estaba diseñado para conservar los privilegios de un puñado de familias adictas al poder. Fue después de comprender las leyes del universo y del comportamiento humano, que tuve que adaptar mi vida a esas leyes de supervivencia, empleando siempre la razón y el sentido común, en mi vida personal y profesional. Aprendí a distinguir lo verdaderamente importante de lo inútil, y tomé la decisión de encerrarme a trabajar en “Casa blanca”, la maravillosa propiedad que me dejaron mis padres y que era un verdadero paraíso en la mitad del universo ilimitado y eterno.

Me volví firme y fuerte como una roca, a pesar de mi frágil condición femenina, cuando se trataba de los principios básicos de la vida, pero era dulce y bondadosa cuando se trataba de cosas simples y rutinarias. Traté de ser amable, razonable y condescendiente, en mitad de mi incansable trabajo artístico, en el que tenía mucho contacto con los rostros del ser humano y con el sufrimiento casi generalizado de nuestro país. Traté de alimentar a los campesinos, a los negros, a los indios, a los estudiantes muertos de hambre y, en general, a todos los pobres, y sentí que era una labor buena y noble, pero mis hermanos empezaron a reclamar, dizque porque estaba convirtiendo la casa en un refugio menesterosos. Tuve muchos problemas porque mi hermana Catalina, la católica empedernida que se fue de monja, se enfurecía cuando yo invitaba a comer a un pobre, argumentando que estaba convirtiendo el vecindario en un refugio de limosneros y yo, la supuestamente atea evolucionada, le tenía que dar clases de la filosofía de Jesús de Nazaret, todos los días; una filosofía de amor que, desafortunadamente, ella nunca pudo entender. Me dediqué a alimentar el alma, plasmando en mis pinturas la desesperación, la angustia y la rabia, de todas esas personas que llegaban hasta mi adorada “Casa blanca” que, la verdad, casi convierto en un refugio de pobres. Era muy común cinco o seis personas haciendo fila, con ollas en las manos, para recibir un poco de sopa, un pan caliente y una voz de aliento, para seguir en la lucha incansable de su evolución consciente hacia la eternidad. Cualquier persona adinerada puede alimentar a los pobres, pero, solamente, los que poseemos el amor, los conocimientos y la evolución necesaria, podemos alimentar sus espíritus, señalándoles el camino mágico de su evolución hacia su eternidad consciente, porque, si conoces el objetivo de tu vida en el universo, si eres consciente del proceso evolutivo de tu pensamiento y de tu consciencia hacia la eternidad, debes ayudar a los otros seres humanos a comprenderlo, y eso es lo que he tratado de hacer toda mi vida, a través del arte, de la pintura y de esta crónica de vida… ¡Por muchos conocimientos que poseas, por muchos títulos universitarios que hayas obtenido, te queda mucho por aprender en la unidad eterna de sabiduría, porque el ser humano apenas está descubriendo, por medio de la física cuántica y por medio de la teoría de la relatividad de Albert Einstein, que todo va más allá de lo que nuestros limitados sentidos perciben!...

Vivimos en un universo de magia y de pensamientos, en el que ni siquiera la existencia de la materia, en las más grandes profundidades del átomo, se ha podido probar, y toda la vida se reduce a una atracción divina, moldeada por el inmenso poder de nuestro pensamiento creativo, que puede pintar obras maravillosas y alimentar menesterosos, a pesar de que sólo utilizamos un pequeño porcentaje de nuestra capacidad cerebral. El camino del arte y de la pintura, me sumergieron en largas horas de estudio y de meditación, en las que desarrollé una gran capacidad de analizar y de pensar, y en las que, luchando contra la ignorancia de los hombres que tenían el poder, tuve que desarrollar mis propias teorías filosóficas, para tratar de corregir un poco, el atraso y los grandes errores que nos ha traído esta administración social, que tanto daño le ha hecho a los campesinos, a los aborígenes, a los negros y, en general, a toda nuestra sociedad que avanza completamente equivocada. A los antioqueños nos falta mucho por aprender, en el proceso evolutivo de nuestros pensamientos y de nuestra consciencia de eternidad, de tal forma que se necesita de toda la inteligencia para elegir, cuidadosamente, qué es lo que vale la pena aprender, porque estamos muy equivocados en esta sociedad en la que se mueren los niños y los ancianos, de hambre y de desnutrición. Todo el conocimiento es importante y espero que, algún día, alcanzaremos todo el saber, pero mientras tanto vamos desarrollando nuestra capacidad cerebral, porque es importante estudiar y leer mucho, para ir ampliando nuestra capacidad de pensamiento y, lentamente, ir descubriendo la grandiosidad del ser humano que no tiene límites.

 ¡La unidad eterna de sabiduría funciona en un perfecto equilibrio y cuanta mayor sea tu capacidad de pensar y tu inteligencia, tanto mayor control tendrás sobre la realidad material, sobre el universo y sobre tu vida! ¡Estudia con amor y con juicio, pero, primero que todo, estudia aquello que más te fortalece y te capacita, para ayudar a los más débiles! ¡Persevera pacientemente en la evolución de tu consciencia y no con el fin de que la gente te considere la más grande de las pintoras, o una sabia, y ni siquiera por el reconocimiento y la fama de ser la mejor de las artistas, o de las abogadas, o de las doctoras, sino porque, solamente, el ser humano que conoce la extraordinaria verdad de su eternidad, puede ayudar con sabiduría, porque, por grande que sea tu voluntad y tus deseos de ayudar a los demás, si eres un ignorante y practicas religiones o políticas equivocadas, podrías hacer más mal que bien, como lo hicieron con la amenaza de mi excomunión, cuando me hicieron firmar un documento el que me comprometí a no pintar más la piel desnuda del hambre, la desnutrición y la barbarie, o como lo hacían en la inquisición y en las cruzadas católicas que, supuestamente, querían convertir los impíos al catolicismo y salvar a los señalados pecadores, asesinándolos y torturándolos; o como lo ha hecho la burguesía colombiana, que ha tratado de imponer la paz y el orden, asesinando miles y miles de campesinos humildes, porque piensan diferente, es decir, tratando de imponer la paz a punta de sangre y fuego!... Debemos aprender a pensar y eso no es tan fácil, porque algunas de las practicas del ser humano pueden estar equivocadas y es, por ese fenómeno, que no debemos practicar una creencia, simplemente porque nos lo enseñaron en la casa, o porque mucha gente la práctica, o porque haya existido desde la antigüedad, o porque está escrito en cualquier libro que la gente considere sagrado; debemos pensar las cosas por nosotros mismos y juzgar si la creencia es razonable o si está errada. Recuerda que aunque centenares y centenares de personas, estén de acuerdo sobre un tema, si no saben nada del asunto, su opinión carece de valor y puede ser dañina; como resultaron ser dañinas las tesis de Adolf Hitler con el nazismo, o como ha resultado de nefasto el fanatismo violento de los musulmanes que siguen al pie de la letra el Corán, o como resultaron ser dañinos los postulados de las cruzadas y de la inquisición, de esa religión que heredamos de nuestros padres y que llevamos sujeta en el pecho, en un crucifijo que nunca hemos podido comprender y que, en mi caso, se ha vuelto una costumbre, para poder encajar dentro de esta sociedad que está completamente equivocada. En mi casa, todos los días se ha rezado el rosario, desde que tengo uso de razón, pero ha sido un ritual inútil, porque en la guajira se siguen muriendo los niños de hambre, porque los negros del pacífico no tienen servicios sanitarios básicos, porque los drogadictos siguen durmiendo tirados en las aceras de nuestra indiferencia, sin que el estado haga nada por ellos.

El líder que desee señalar el camino, primero debe de aprender a pensar por sí mismo, porque los imperfectos sistemas de gobierno, las supersticiones, las religiones, los fanatismos descontrolados y la ambición desmedida, son unos de los mayores males del mundo; sistemas de opresión de los que debemos tratar de alejarnos totalmente, aunque reconozco que es muy difícil, porque hasta yo continúo llevando en mi pecho la cruz, aunque sé que es un instrumento de castigo que me persigue, me limita y me excomulga.

Todo conocimiento humano es incierto, inexacto y parcial, y eso lo he aprendido en la vida y en mis largas horas de meditación y trabajo, en el taller de pintura, y esta conclusión me ha servido para no caer en dogmatismos; sean dogmatismos religiosos, políticos, ideológicos o de cualquier clase, lo importante es que le puedo decir a todos los jóvenes de Envigado pluricultural y de Colombia, que deben de ser críticos, que deben de analizar para descubrir cuáles son las actividades que se hacen con amor y sin intereses mezquinos, porque no podemos seguir ciegamente a instituciones, así sean de derecha o de izquierda, porque primero debemos valorar sus acciones, teniendo un punto de vista personal, un punto de vista orientado al servicio de la comunidad; una opinión que nos podemos formar a través de la crítica de esas instituciones que, desde tiempos inmemoriales, nos vienen calificando de pecadoras y pecadores, sin comprender el motivo. Debemos analizar esas instituciones, enfermas, que satanizan las funciones biológicas naturales, como lo son las funciones sexuales y reproductivas, y que también se avergüenzan del cuerpo humano, aunque sólo esté representado en una imperfecta pintura. Debemos comprender que no hay verdades absolutas y que todos los seres del planeta y del universo, debemos permanecer en el camino de la evolución y del aprendizaje, porque se triunfa con lo que se aprende en esta oportunidad de vida, en este milagro que nos ha permitido disfrutar la unidad eterna de sabiduría, que es la fuente de todas las cosas. Tenemos que ser conscientes de que nadie sabe nada, cuando empezamos a definir nuestra profesión y, mucho menos, cuando alguien se dedica a una actividad artística, como lo hice yo, porque el que pretende que lo sabe todo, sobre la actividad que desea y que va a emprender, al final no resulta haciendo nada, porque el camino del aprendizaje está lleno de pequeños obstáculos que se nos presentan, para que aprendamos, para que ganemos experiencia y, al final, seamos los mejores. Nunca se está lo suficientemente preparado para nada, porque el aprendizaje se va logrando a medida que uno va evolucionando. Lo importante es desear y querer hacer algo, siendo una persona observadora, inteligente y curiosa. Debemos estudiar, leer mucho y aprender de los maestros, porque estos nos pueden aportar técnicas e ideas interesantes, y nunca desfallecer en nuestra misión de vida; porque esta misión nos ayudará a comprender cuál es el objetivo de nuestra existencia en la mitad del universo. Nuestra capacidad de aprender y de adaptarnos, siempre estará disponible, esperando a que la pongamos en práctica, para llegar al máximo nivel, en el que podamos ser conscientes de nuestra evolución eterna.

¡Es necesario que tu pensamiento sea amoroso, respetuoso y sincero, con respeto a los demás, porque con esa buena actitud, podrás encontrar el camino que te llevará a ser consciente de tu grandiosidad como ser humano, que todo lo puede ¡ ¡No digas de tus semejantes lo que no te conste, no los juzgues, ni supongas que ellos te quieren hacer daño sin un motivo aparente, porque la gran mayoría de los seres humanos, somos buenos por naturaleza¡… En toda mi carrera artística aprendí que se debe tener mucha cautela, porque si una persona, llámese arzobispo del arquidiócesis de Medellín, o un funcionario público o el dueño de la tienda de la esquina, hace alguna cosa que tú piensas que puede hacerte daño, o dice alguna cosa que tú crees que puede referirse a ti, no puedes pensar que esa persona te quiere ofender directamente, porque es muy posible que ni siquiera haya pensado en ti, porque cada persona obedece leyes y estatutos de diferentes organizaciones, y sus pensamientos giran alrededor de esas instituciones. Si una persona te habla con furia, no pienses que esa persona te odia o trata de perjudicarte, porque puede ser que otro ser humano u otra circunstancia, lo haya puesto iracundo y por haberte encontrado, casualmente, haya descargado su cólera contra ti. Todo eso lo aprendí al convertirme en un personaje público, y en mi calidad de artista supuestamente rebelde, mujer salida de las normas convencionales, llegué a pensar que toda la sociedad actuaba en contra mía, pero con el tiempo fui comprendiendo que nadie me agredía por el hecho de ser mujer, o por ser artista; porque ellos, los burgueses dueños del poder y de las tierras, solamente trataban de defender el modelo económico y social, retrogrado y anticuado, que prácticamente había generalizado la sumisión de la mujer a nivel nacional, y fue muy triste, para mí, comprender que en casi en todo el mundo, las mujeres eran tratadas, prácticamente, como esclavas de un machismo generalizado, que ha existido desde siempre. Fue muy doloroso conocer el maltrato que ejercían otras culturas y otras religiones, más atrasadas aún que la religión católica, que no les permiten a sus mujeres ni descubrirse el rostro, ni estudiar, ni hacer deporte, ni elegir sus propios destinos. Desde mi encierro voluntario, seguí luchando contra el machismo de este país y en mis pinturas plasmé un grito desesperado, que busca la libertad de las mujeres, de los ancianos, de los niños y, en general, de todos los más vulnerables. Me encerré en mi mutismo y en mi taller de arte, y para no repetir palabras de descrédito, contra la iglesia católica, apostólica y romana, y contra los políticos ladrones y corruptos, guardé silencio y sólo dejé que hablaran los protagonistas de mis obras pictóricas. Reflexioné mucho antes de hablar, para no decir barbaridades y permanecí encerrada más de cuarenta años, hasta que la lucha de todas las mujeres empezó a dar sus frutos y la mujer colombiana y latinoamericana, empezó a ganar espacios de opinión y de reconocimiento. Fui muy sincera con mis acciones, y nunca pretendí aparecer como la pintora rebelde, salvadora y revolucionaria, que señalaban y cuestionaban los asesinos del poder, que mataron a Jorge Eliecer Gaitán, a Jaime Pardo Leal y al precursor de los derechos humanos en Antioquía, el doctor Héctor Abad Gómez. Me dediqué por completo, al noble ejercicio de pintar y nunca pretendí ser algo diferente a la humilde pintora de Envigado, sin pretensiones sociales, culturales o económicas, porque toda suplantación, toda falsa pretensión, son un obstáculo en el proceso evolutivo de tu pensamiento y de tu consciencia de eternidad, que debe de ser un estandarte en la dignificación del ser humano y en el descubrimiento de su grandiosidad sin límites. En mi retiro voluntario, aprendí a diferenciar entre lo desinteresado y el egoísta interés, porque en estas sociedades capitalistas, brilla por su ausencia el amor, pero, gradualmente, fui fortaleciendo mi pensamiento para ayudar a los demás, hasta el punto en que ya no tuve ni espacio ni tiempo, para pensar en mis propias necesidades. Utilicé mi inteligencia para descubrir el Dios que llevamos todos los seres humanos en nuestra esencia, y también descubrí la grandiosidad del ser humano, que no tiene límites. Ayudé a los indios, a los negros, a los campesinos y a todos los que se acercaban hasta “Casa blanca”, y les hablé de la eternidad de nuestra conciencia en el infinito y, para mi sorpresa, todas esas personas humildes quisieron aprender a ser conscientes de su divinidad, en la unidad eterna de sabiduría, también llamada universo, y, con ejercicios muy sencillos, les enseñé a liberar el espíritu de la carne, como lo hicieron desde tiempos muy remotos las famosas brujas de Antioquia, y fue de esa manera, que descubrieron el objetivo de sus vidas en la tierra y empezaron a ser muy felices, a pesar de sus difíciles condiciones económicas, porque ese conocimiento les mostró, que las cosas codiciadas por la gran mayoría de los seres humanos, como lo son las posesiones materiales, la fama, el reconocimiento y el poder, no vale la pena poseerlas, cuando conocemos la verdad del objetivo de nuestra existencia; porque el verdadero propósito, es la evolución consciente de nuestro espíritu hacia la eternidad. Lograr este nivel de sabiduría es sencillo, y sólo se necesita que las personas aprendan a pensar, porque la gran mayoría de la gente piensa que el objetivo de sus vidas, es la acumulación de propiedades, de ganados y de inmensas sumas de dinero, aunque en ese proceso les toque pisotear a los campesinos y a las comunidades más vulnerables, sin darse cuenta que están completamente equivocados, porque, esos limosneros y menesterosos, son parte de nosotros mismos en la unidad eterna de sabiduría. En este grado de evolución y de conocimiento, todo es sencillo y solamente se requiere que el ser humano pueda dimensionar su grandiosidad milagrosa, que le permite crear lo que verdaderamente desee, pero a la gran mayoría le da pereza pensar y mejor se refugian en comunidades religiosas que los manipulan, para hacerlos sentir pecadores y tenerlos subyugados, con un supuesto pecado original que estigmatiza a la mujer, convirtiéndola en la pecadora que cogió y ofreció, la ridícula manzana de la tentación o de la sabiduría. Espero que los jóvenes del nuevo milenio, analicen esas historias tan infantiles y evolucionen para no caer en los mismos errores, en los que hemos venido cayendo durante más de dos mil años. La vida no se trata de perseguir un cielo ideal, fuera de la unidad eterna de sabiduría, se trata es de hacer evolucionar tu consciencia y tu pensamiento, hasta el punto de ser consciente de tu eternidad y de tu poder ilimitado, porque estos conocimientos cambiarán tu forma de apreciar las cosas y vas a empezar a hacer el bien por amor a tus semejantes, y no con la esperanza de ir a un cielo lleno de angelitos rubios, de ojos azules, que por supuesto no van a querer compartir con nosotros, los descendientes de los afroamericanos y de los indígenas. ¡Deberás trabajar intensamente, por amor a esa profesión que te permite evolucionar como persona, y nunca con la esperanza de acumular montañas de dinero, que nunca llevarás a ningún lado! ¡Debes dedicarte al servicio de tus semejantes, al servicio de la unidad eterna de sabiduría, porque eres parte integral, dinámica y creativa de ella!

Todos los sufrimientos se derivan de la ignorancia y de la falta de evolución mental en los seres humanos, porque, cuando el hombre comprende el poder ilimitado de su pensamiento y lo pone en práctica, para crear una obra de arte, o en un cohete para viajar a la luna, no le importará equivocarse, porque también comprenderá la relatividad del tiempo y del espacio, y podrá emplear toda su energía trabajando por la evolución su consciencia y por la evolución de los demás. Esos poderes ilimitados, en los que el pensamiento moldea y modifica la materia, a su antojo, vendrán en el curso de tu paulatino desarrollo mental y cerebral. Será muy bueno que te acostumbres desde ahora, que conoces la eternidad de tu consciencia y el poder de tus pensamientos, a pensar cuidadosamente antes de actuar, porque una vez alcanzada la iniciación de la evolución de tu conciencia en el infinito, deberás vigilar y ser responsable de cada pensamiento, con el fin de que no se te escape ninguna creación que pueda lastimar a los demás. Tu pensamiento tiene el mayor poder creador del universo, y debes de ser muy consciente de eso, porque se puede utilizar para bien o para mal, aunque estos dos últimos conceptos sean relativos, Porque ¿qué significa lo bueno o lo malo en la unidad eterna de sabiduría?...

Fueron las largas horas de meditación artística y mi capacidad creadora, las que permitieron la evolución y el desarrollo de mi capacidad cerebral, y fue el ejercicio continuo de la creación de mis pinturas, lo que me permitió descubrir el ilimitado poder del pensamiento humano, que todo lo puede transformar y recrear en el universo. He alargado mi vida todo el tiempo que he querido, sanando todas las enfermedades que creía tener; también he descubierto el maravilloso objetivo de mi vida en la tierra y estoy dejando todos estos conocimientos por escrito, para que las futuras generaciones de mi amada ciudad, Envigado, y de todas las otras ciudades del país, los tomen en consideración, para que puedan ser más felices en el universo del amor. Nunca puedo aguantar los deseos de mencionar a Envigado pluricultural, la ciudad donde nació Fernando Gonzáles, el más grande de los filósofos de Colombia, la ciudad donde nació “La religión de los inteligentes”, la ciudad donde nació “El absolutismo físico y filosófico” que es la primera teoría cosmológica postulada en Latinoamérica, y la ciudad donde nací yo, la más amorosa y la más humilde pintora del mundo. Bueno, pero dejemos ya la vanidad y el mercadeo, y concentrémonos en lo que verdaderamente nos interesa, que es la evolución de nuestra conciencia y que empezó cuando me dije:

¡Piensa!

¡La consciencia eterna eres tú!

Ser conscientes de nuestra eternidad, es el más importante logro en la espiritualidad, porque, solamente, si somos conscientes de la grandiosidad del ser humano, podemos descubrir la verdad del objetivo de nuestra vida en el universo.

Estas notas que les estoy dejando por medio de este extraordinario escritor, son la profundización de mi pensamiento, para tratar de liberarnos de las tradiciones y de las enseñanzas equivocadas, que han minimizado al ser humano hasta convertirlo, según ellos, en un pecador. Desafortunadamente, la religión católica que heredé de mis padres se convirtió en un negocio y desvirtuó el mensaje de amor de Jesucristo, el hijo de Dios, llegando a ser uno de los más grandes obstáculos que han tenido mi carrera artística, el progreso de la ciencia, el desarrollo del pensamiento y la evolución de la consciencia, porque los primeros hombres de ciencia murieron incinerados en las hogueras cristianas, de unas creencias supersticiosas, que negaban la redondez de la tierra. Equivocación generalizada que nació en los desiertos, donde la ignorancia vestida de sotanas largas, se fue popularizando hasta el punto de conquistar muchas de las tierras de américa, basada en una biblia manipulada con historias bastante infantiles, en la que satanizan a las mujeres, condenándonos a ser un pedazo del hombre y unas pecadoras por naturaleza. Fue muy difícil, para mí, comprender la equivocación de mis padres, de mi sociedad y de gran parte de la población mundial, y fue, por todos estos pensamientos, y por la persecución que sufrí de parte de los miembros del estado colombiano y por los ministros de esa iglesia católica corrupta, que me quisieron excomulgar varias veces, cada que aparecía un seno desnudo en uno de mis cuadros, que me tuve que refugiar en “Casa blanca” y en el universo del arte y de la pintura. Fue ese encierro voluntario el que me llevó a despertar mi espiritualidad, porque solamente con los ojos bien abiertos, podemos descubrir el objetivo de nuestra vida en el universo y comprender qué obstáculos nos impiden hallar el conocimiento.

En medio de mi solitario trabajo aprendí a pensar y hallé la iluminación. Fue algo así como la salida del tibio sol, después de una terrible tempestad; fue una hermosa verdad que se reveló ante mis ojos, desnuda de todas las falsedades, conveniencias e hipocresías, de la misma forma en que se revelaba una sonrisa en los rostros de las personas que venían a mi casa por un pedazo de pan. La iluminación es el estado final de nuestra eternidad consciente, la iluminación es el punto final en nuestro proceso evolutivo, la iluminación es la alegría de vivir que se descubre a sí misma. El verdadero artista es ese ser iluminado, que todo lo ve con la claridad del espíritu, porque ha logrado trascender la relatividad del tiempo y del espacio, para poder servir a los demás. Espero que cada persona, cada joven, cada estudiante que esté leyendo este libro, analice cada una de las palabras aquí escritas, pensando en su significado, en su trascendencia y en lo que les puede aportar para sus propias vidas; pero haciendo un análisis sincero, sin tener en cuenta las equivocadas enseñanzas que nos han transmitido nuestros padres y nuestros maestros, porque, tristemente, siempre estuvieron equivocados por su falta de educación y por la influencia del poder del estado. Lo más importante en este milagro de vida, es conocer la eternidad de nuestra consciencia, a través de nuestro propio proceso evolutivo, sin tener en cuenta el fanatismo religioso de las diferentes religiones, porque… ¡Eres tú, el que tiene que asumir el proceso evolutivo de tu pensamiento y de tu consciencia, sin importar lo que prediquen esas religiones inventadas por la cobardía de los hombres y la sociedad!... No importa ser ateo, musulmán, católico, cristiano, budista o mahometano, lo importante es ser consciente del proceso evolutivo de tu consciencia hacia la eternidad. El ser inteligente, es saber pensar, para descubrir la grandiosidad del ser humano, que encuentra el verdadero objetivo de su existencia en el universo. ¡Si quieres seguir adorando imágenes de barro, es porque aún estás dormido y perdido!... Lo importante es salir de la ignorancia en que nos sumergió esta sociedad atrasada, para no volver a caer en ella; la solución está en tu capacidad de pensar y de comprender, para poder ver la magia que hay detrás de lo que nuestros limitados sentidos perciben. Tratar de comprender lo que hay detrás de estos procesos, aparentemente materiales, que nos ayudan a evolucionar hacia la unidad eterna de sabiduría, es uno de los objetivos más importantes de nuestra existencia.

¡Cuando evolucione tu capacidad de pensar, verás cómo todo cambia, comprenderás la relatividad del espacio y del tiempo, y verás que el pasado es el hoy y que, el hoy, es también el mismo futuro de tu eternidad evolutiva!

Estar despierto es comprender la evolución de tu conciencia hacia el infinito, y poder lograr la iluminación que lograron Mahoma, Buda, Jesucristo, Krisna, sor Teresa de Calcuta, Gandhi, Martin Luther King, Fernando Botero el pintor, Fernando González Ochoa el filósofo, Gabriel García Márquez y muchos otros, que en este momento no recuerdo. Concientización que se puede lograr a través del arte, a través de la meditación o a través de la actividad que elijas, si te dedicas a ayudar a las demás personas, porque el amor desinteresado conduce a la iluminación. Debemos despertar de ese letargo en el que nos ha sumergido la ignorancia de nuestros ancestros, para no perder esta maravillosa oportunidad de vida. Se trata de vivir el presente, se trata de aprender a pensar. Debes empezar a dominar tu proceso evolutivo y para saber cómo estás, existe un criterio, porque si tú sufres, es porque todavía no has ingresado en el camino de la sabiduría y, por lo tanto, no puedes ayudar a las otras personas, porque es como si un ciego se ofreciera a guiar a otro ciego. Si sufres por causas materiales, es porque no has encontrado la certeza de tu eternidad. Cualquier persona me puede decir que los dolores físicos sí existen, como lo es un dolor de cabeza o un dolor de muelas, y es cierto que el dolor existe, pero no el sufrimiento; porque el sufrimiento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres por algo, es porque todavía no has iniciado tu proceso evolutivo, para descubrir la grandiosidad humana, porque los seres humanos verdaderamente inteligentes, que saben pensar, no sufren por las diferentes circunstancias de la vida, porque, en sí, el sufrimiento no existe; es un producto de tu ignorancia, es un producto de una sociedad equivocada.

“Todo se ve, según el cristal con el que se mire” Es una frase muy popular, que nos explica la situación que estamos viviendo particularmente. Si estás contaminado por esta sociedad que está completamente equivocada, y si esta sociedad te dice que todos los hombres de raza negra son groseros y ladrones, en el pacífico colombiano sólo verás ladrones violentos que te quieren robar, y no te podrás dar cuenta que eso es falso, hasta que te liberes de la maligna influencia de los medios de comunicación, de un estado que discrimina y victimiza a las comunidades étnicas más desfavorecidas; no te darás cuenta de lo que está pasando en nuestra desigual sociedad, hasta que no descubras el verdadero objetivo de tu existencia, porque si no aprendes a pensar y a amar, perderás tu oportunidad de vida y tu código genético tendrá que seguir evolucionando, hasta que logre el nivel de sabiduría necesarios para trascender.

Si tienes problemas, es porque no sabes pensar, porque la vida nos es problemática y sólo nos presenta interesantes desafíos que nos traen enseñanzas. Es tu mente la que crea los problemas y debes de llegar al grado de sabiduría, en el que comprendas que el sufrimiento no está en la realidad de tu universo, sino en ti. La realidad solamente nos presenta pequeños obstáculos, porque los supuestos problemas nacen de la ignorancia y de nuestra incapacidad para pensar. Se puede decir que casi no existen personas libres y felices, sin problemas y sin ninguna clase de preocupaciones, y es porque la gran mayoría no ha podido descubrir el verdadero objetivo de su existencia.

¡Y si tú, no te has sentido libre y feliz, en este maravilloso paraíso terrenal, es porque no has descubierto la grandiosa verdad de tu eternidad!... ¿Qué sucede cuando eres consciente de tu proceso evolutivo hacia la eternidad?... No cambia nada en la matriz de la tierra, todo continua igual en la sociedad y en la naturaleza, pero tú eres el que ha cambiado, para entrar en el proceso evolutivo que te llevará a la iluminación. Primero[J1]  me molestaba que nadie opinara sobre los temas de mis pinturas y que nadie las quisiera tener, y, ahora, que el alcalde y el gobernador me han propuesto que reposen en el museo de arte de Medellín, todos las están admirando y todos las han querido comprar, pero eso ya no me conmueve, porque saber la verdad de nuestra eternidad, es aceptarlo todo, no como religión, ni como ley, ni como sacrificio, ni como imposición, sino como iluminación y pertenencia a la quinta dimensión del sin tiempo y sin espacio. Empiezas a aceptarlo todo, en nuestra sociedad desigual, porque ese todo lo ves claro y nada ni nadie te puede engañar, porque es parte del proceso evolutivo universal.

La iluminación y la concientización de nuestra eternidad, es el despertar a la luz del conocimiento. Se acaban los sufrimientos, se acaban las prisas, se acaba la vanidad, se acaban las ambiciones sin medida y el universo se convierte en un espectacular remanso de amor. Descubres que puedes moldear la realidad a tu antojo, y que puedes ser la creadora de hermosas obras de arte, o crear un espectacular árbol de mangos en el jardín de “Casa blanca”, después de hacer germinar una semilla, en un tarro de galletas con tierra, y, al final, esas pinturas que todos odiaban, dizque porque las mujeres no podíamos pintar cuerpos desnudos; todos, hasta el gobernador de Antioquia, terminaron amándolas como las he amado yo. Cuando conoces el objetivo de tu vida en el universo, todo empieza a ser soportable y todas las luchas son útiles; así como fueron útiles los resultados de esas confrontaciones que tuve con la iglesia católica y con los gobernantes de turno, que dieron origen a mis más famosas pinturas, especialmente la del sapo aquel, en el que convertí al expresidente que dio la orden para que asesinaran al caudillo del pueblo, Jorge Eliecer Gaitán. Debemos buscar la sabiduría que se encuentra en todos los lados, y vivir la vida porque es vida. Se terminan las cegueras, el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad y la ignorancia, porque nada de eso existe, sino en la mente de los ignorantes, que no han podido descubrir la grandiosidad del ser humano.

¡La realidad la construyes tú, porque eres parte esencial de la unidad eterna de sabiduría, porque eres parte integral del universo! ¡La grandiosidad del ser humano te coloca en el centro de la razón y tus decisiones, tus acciones son importantísimas en el desarrollo de la vida, porque es la vida lo más importante y esa vida sigue el desarrollo y la evolución que tú le quieras dar! ¡Solamente, cuando comprendas que tú eres el arquitecto de tu destino y te acoples a la unidad eterna de sabiduría, tu vida cobrará sentido en la eternidad, porque tú eres el portador de la luz, porque tú eres el pensamiento hecho realidad!

En el encierro voluntario que realicé en mi taller de pintura, después de haber sido sometida al escarnio público, y después de haber sido excomulgada moralmente, por la religión que heredé de mis padres, por la religión católica, apostólica y romana, comprendí que el mensaje amoroso de Jesucristo, en manos de los célibes pederastas del vaticano, le puede hacer mucho daño a la humanidad, porque en nombre del Dios rubio y de ojos azules, se han cometido muchas barbaridades y asesinatos, creyendo que, de esa forma violenta y poco razonable, incinerando en la hoguera a pobres mujeres acusadas de brujería, sin un juicio responsable, van a conseguir más seguidores fieles. Los sacerdotes del catolicismo, no han podido comprender lo que debe ser una religión en esencia, con libertad y con inteligencia; sin fanatismo, sin racismo y sin ideologías de una clase social en especial, y fue por esa ambición de poder que hicieron y siguen haciendo tanto daño.

Para poder ser conscientes de nuestra eternidad, debemos estar dispuesto a olvidar la gran mayoría de cosas que nuestros padres nos han enseñado, porque, desafortunadamente, estaban erradas por culpa de su escasa educación y por culpa del poco desarrollo científico de esa época, en que la comunicación entre los pueblos era prácticamente imposible. Debemos, como sociedad, ir más allá de lo que creamos bueno o malo; creencias que solamente se han determinado por lo que nos conviene o por lo que nos afecta. Debemos cuestionarlo todo, para poder descubrir el verdadero objetivo de nuestra vida en el centro de este maravilloso universo. No podemos seguir identificándonos con esas teorías de la edad de piedra, nacidas en esa ignorancia que no podía explicar ni los rayos, ni las centellas, de ese firmamento al que ellos llamaban cielo, cuando se pensaba que la tierra era tan plana como un campo de futbol; debemos analizar todo a la luz de nuestra nueva razón, a la luz de las nuevas tecnologías, y tratando de descubrir la verdad de nuestro proceso evolutivo, para poder establecer nuestros propios criterios de opinión. Debemos transformarnos en seres humanos conscientes de nuestra grandiosidad, conscientes de nuestra eternidad, en hombres muy libres que pueden amar sin límites. Evolucionar hacia nuestra eternidad consciente, es la experiencia más importante que vale la pena vivir.

Mi vida es el milagro más hermoso que me ha sucedido en la eternidad, y lo descubrí en mi taller de creación artística, cuando fui creando mis obras como por arte de magia, y pude pintar el universo con los colores que yo quería. Recogí los pedazos de la vida que me dejaron mis abnegados padres y tuve que moldear la cerámica de mi futuro, pintándola con los colores intensos de la felicidad. Tuve que tener la disposición para reconocer que el sufrimiento, las angustias y las tristezas, que se despertaban con la persecución política y religiosa, se originaban dentro de mi mente, porque era yo la que me estaba dejando afectar, por el simple juego de las conveniencias sociales. Cuando fui capaz de darme cuenta que podía manejar todos esos percances, sin dejarme afectar tan profundamente, fue cuando mi conciencia eterna empezó a despertarse, para descubrir el milagro de mi existencia en el universo. Milagro que me trajo la curación de todos mis males y preocupaciones, milagro que trajo el fin de todos mis afanes en la vida.

¡Cuando tus relaciones con la sociedad no funcionan tan bien como lo deseas, puedes tratar de mejorarlas, puedes detenerte y empezar una tregua, como lo hice yo, cuando me encerré en mi taller, a trabajar en silencio y a fortalecer mí pensamiento, durante más de cuarenta años, para poder descubrir la verdad de mí eternidad!

Debemos aprender a pensar a toda costa, libres de doctrinas heredadas y malsanas, que nos hacen sentir culpables de unos supuestos pecados que nunca cometimos, y es, ése, un buen momento para descubrir el verdadero objetivo de nuestras vidas, porque se nos cae un velo ancestral de los ojos y estamos dispuestos a pensar y a evolucionar en el amor; porque donde hay amor, hay evolución hacia el infinito.

Si amas de verdad a los seres humanos, debes de tener el valor para decirles: ¡Te amo como realmente eres y no como desearía que fueras! Porque, realmente, ¿qué es lo que deseas?... Amar a ese ser humano, tal cuál es, sin ningún interés egoísta y sólo deseándole el bien, porque todos dependemos, de una u otra forma, de alguien; del campesino agricultor, del panadero, del carnicero, del pescador, del negro, del indio, del amarillo, del mestizo y de todos en general, porque somos parte integral de la unidad eterna de sabiduría, y eso es lo que no han podido comprender los grandes terratenientes y la burguesía de Colombia, que se atreven a seguir despojando y desplazando a los campesinos, llevándolos hasta los cordones de miseria en las ciudades, donde la desesperación los convierte en criminales y aprenden a asesinar, como lo hicieron con don Guillermo Cano Isaza gerente y dueño de “El espectador” el periódico más importante de este país, con Rodrigo Lara Bonilla y con muchos otros, que pertenecían a la elite de este país. Desafortunadamente, los muertos han pertenecido a los dos bandos, al de los ricos y al de los pobres, y hemos estado en una continua guerra civil, por más de cien años; guerra dolorosa que me atreví a plasmar y a interpretar en mis pinturas, como un grito de protesta ante el genocidio, al que, un puñado de familias poderosas económicamente, han sometido a este país.

Me tuve que refugiar en el taller de mis sueños, porque fue demasiada grande la presión que sufrí por parte de la iglesia católica y de la sociedad en general, y fueron la pintura, la cerámica y la filosofía, los pasatiempos que potenciaron el amor y la felicidad que se albergan en mi corazón, y, solamente, lo que quise y pude expresar a través de esta vocación de pintar la vida, tan mía, me pudo hacer inmensamente feliz, porque las injusticias y el maltrato, que vino de manos de los esbirros del gobierno y de la iglesia católica, sólo pudieron generar dolor y desesperanza.

Dentro de mi alma resuena una melodía de felicidad, cuando llegan hasta mi casa los indios descalzos que vienen a pedir un pedazo de pan, con esos rostros cansados y tostados por el sol, que me sirven de modelos para plasmar nuestra terrible realidad. Con esos rostros serios, construí las pinturas de mis lienzos, que tanta rabia le producen a los politiqueros corruptos y a los castos sacerdotes del vaticano. Pasé muchas horas conversando con los pobres, pero al final, cuando los campesinos, los negros y los indios se iban, me quedaba con sus imágenes grabadas en mi mente para siempre, y no se agotaban mis emociones, porque eran decenas y decenas de seres humanos hambrientos, los que llegan en busca de un poco de comida y de una voz de aliento. Puedo tener unas pinturas que me gusten más que otras, pero no me aferré a ninguna de ellas, porque sabía que se tendrían que marchar hacia un museo, para llevar mi mensaje de amor, a todos los que las vean.

Existen dos tipos de deseos en el corazón del ser humano, los deseos de cuya realización depende su felicidad y los deseos de cuya realización no depende su felicidad; el primer deseo es muy comprometedor, porque hago depender de su cumplimiento o de su no cumplimiento, mi felicidad o mi sufrimiento; en cambio la segunda forma de desear con más cordura, que fue la que aprendí después de que se murieron esos padres maravillosos que hacían que se cumplieran todos nuestros sueños, deja abiertas varias alternativas, porque, de todas formas, cuando uno tiene mucha fe, se cumplen nuestros deseos.

¿Si, de pronto, se cumplen como me los imaginé?... Me alegro, y si no se cumplen como lo desee, busco otras satisfacciones y recompensas en el proceso de su realización. Esa forma de desear me deja más o menos satisfecha, porque no le pongo todas mis esperanzas a la realización de un sueño, que de todas formas se va a realizar, pero existe una tercera opción, porque las personas inteligentes tenemos otra manera de vivir los deseos, cuando nos encontramos en el proceso evolutivo, que nos llevará a ser conscientes de nuestra eternidad, y esa forma es la concientización de que, lo que importa, no es ganar o perder, sino vivir. Cuando el artista pinta, compone, moldea o escribe, para ganar reconocimiento, fama o dinero, está previamente condicionado y no es capaz de lograr la inspiración que nace del alma. Cuando se piensa mucho en el oro, el brillo de ese metal enceguece y la inspiración artística desaparece. El deseo del triunfo, el deseo de ser un ganador inmediato, se convierte en el enemigo que le roba la visión, la intuición, la inspiración y la excelencia, al artista. El deseo marca una dependencia, porque todos dependemos, en cierto sentido, de las otras personas, de los campesinos, de los gobernantes y de los familiares, que son necesarios para nuestra rutina diaria de vida, pero depender de los aplausos y del reconocimiento público, para lograr la felicidad, es muy malo para el artista, porque el arte es un ejercicio íntimo de amor, que simplemente surge como cuando nace una flor.

La verdad es que yo siempre fui muy independiente, y nunca me apegué de nada ni de nadie, porque siempre estuve llena de arte y de amor, y sólo me quedaba tiempo para dormir. El arte me ha llevado a comprender mi universo, esa unidad eterna de sabiduría y ahora comprendo que soy campesina, negra, india, obrera y que soy toda la Colombia olvidada, que nunca ha dejado de luchar. Pobre de mí, si cada vez que el arzobispo se molestaba por un seno desnudo, de esos que él nunca pudo ni contemplar y ni acariciar, por culpa de su fanatismo demencial, que lo condujo al celibato antinatural; pobre de mí, si mi vocación artística dejara de crear, por las múltiples críticas de los gobernantes corruptos, que no desean que, el dolor que producen, se refleje en los lienzos de una humilde pintora de la ciudad de Envigado pluricultural y cuna de artistas; pobre de mí sino hubiera vivido plenamente.

El tener una dependencia de las opiniones de otras personas, para poder estar triste o alegre, para sentirse útil o inútil en la sociedad, es irse en contra de la más profunda esencia de nuestra grandiosidad ilimitada, es ir en contra del libre albedrio que nos permite disponer hasta de la vida y del futuro de los demás, porque la felicidad y la alegría de vivir, no pueden venir de agentes externos, porque están dentro de mí y solamente yo puedo crear ese universo de amor, de felicidad y de servicio a la comunidad, que se alberga dentro de mi alma. Soy la responsable de lo que pueda expresar a través de mi habilidad artística, porque todo lo que viene desde afuera, es el reflejo mágico de los pensamientos que he ido generando. Dentro de mi alma suena una hermosa melodía, cuando se pone en marcha el poder de mi pensamiento creador, y ese pensamiento maravilloso, es el que me hace feliz o triste, y cuando despierto en las mañanas, estoy envuelta en la sinfonía de mis pensamientos y nunca se agotarán esas melodías de eternidad, porque con todas y cada una de las personas que llegan hasta “Casa blanca” resuena una canción diferente, que me hace muy feliz, y enriquecen mi vida, sin importar que sus vidas estén llenas de escasez, de hambre, de desnutrición, de abusos y de dolor. Puedo soportar una o dos melodías, que me hacen llorar y estremecer como una hoja en medio de una tormenta, pero no me aferro a ellas y, con el rostro bañado en lágrimas, les doy comida caliente y un poco de mi amor, y, después, las inmortalizo en mis lienzos y trato de librarme de la nostalgia que me producen, para poder seguir viviendo y sirviendo a la gente humilde de mi país. La verdad es que después de descubrir la eternidad de mi consciencia, ya no sufro tanto con el dolor, con el hambre y con la angustia de los pobres limosneros que llegan hasta mi casa, porque los llevo hasta mi taller y después de brindarles un plato de sopa caliente, trato de explicarles el verdadero objetivo de sus vidas en la tierra, y trato de hacerles entender que el universo se genera con su pensamiento y, aunque es un poco difícil, porque están contaminados con los mitos, las leyendas y las supersticiones religiosas que, supuestamente, les están haciendo pagar un pecado original que ellos no cometieron; trato de hacerles entender que el centro de la razón son ellos mismos, pero están tan aporreados y tan lastimados, que no pueden creer que sea verdad, que llevan la semilla de Dios por dentro. No pueden creer que están hechos a imagen y semejanza de Dios. No pueden creer que son hijos de esa unidad eterna de sabiduría a la que todos hemos llamado Dios. Pobre de mí, si no hubiera comprendido la relatividad del tiempo y del espacio; pobre de mí sí, a través del arte, no hubiera descubierto el verdadero objetivo de mi vida; pobre de mí, si no hubiera descubierto la grandiosidad del ser humano, porque mi corazón se hubiera destrozado por el dolor en este jardín de injusticias, de abusos y de guerras, que han instituido en nuestro país, ese puñado de familias que nos han gobernado desde siempre. Amo los campesinos, amo los negros, amo los indios, porque, ahora, comprendo que son parte integral de mí, y los amo porque sigo enamorada de la vida y de todos esos desafíos que nos fortalecen, que nos hacen ampliar nuestra capacidad mental. Todos somos parte de la misma pintura del universo y, por fortuna, también existe el color verde de la esperanza y el blanco de la paz, porque sería muy triste que, en la paleta de mi vida, sólo existieran el color rojo de la sangre y el color negro de la muerte.

Todos los seres humanos necesitan descubrir que el amor y la felicidad están dentro de ellos mismos, porque solamente cuando descubran que son los dioses de su propio destino, podremos cantar y disfrutar del concierto eterno del amor y de la felicidad. Sólo descubriendo el amor y gozando de él, vamos a ser realmente felices, porque el ser humano tiene dentro de sí, todos los elementos necesarios para ser feliz. Mi respuesta al atropello del estado, fue el amor, mi respuesta a la excomunión moral de la iglesia católica, fue el amor y la dedicación a mi trabajo silencioso y, al final, de mi maravillosa vida, estoy teniendo la oportunidad para sentarme a escribir mis pensamientos más profundos, que nunca pude expresar libremente, porque, con toda seguridad, la iglesia católica e inquisidora, no me hubiera condenado a la excomunión sino a la hoguera.

Conocer el verdadero objetivo de nuestra vida en el universo, que se logra a través del proceso evolutivo de nuestra eternidad consciente, es la más importante experiencia que vale la pena vivir. Utilizar toda nuestra capacidad de razonamiento, para poder comprender que la angustia, la tristeza y las preocupaciones, no vienen de la unidad eterna de sabiduría, sino de nuestros pensamientos y de nuestras ideas equivocadas, es muy importante, porque el día que logremos descubrir la grandiosidad sin límites del ser humano, seremos eternamente felices.

Para ser inmensamente dichosos, los seres humanos no necesitamos acumular muchas cosas materiales, sino descubrir nuestra grandiosidad ilimitada, que nos hace protagonistas, y parte integral y dinámica, de esa unidad eterna de sabiduría a la que hemos llamado Dios.

Ese grado de evolución, que nos convierte en los protagonistas de nuestro propio universo, solamente se consigue aprendiendo a pensar, para poder liberarnos de esa gran cantidad de mentiras que nos han enseñado en esta sociedad que marcha completamente equivocada, en un capitalismo salvaje, postrado ante la cruz de unos fanatismos religiosos que nos han hecho mucho daño.

¡Tú, querido amigo, eres felicidad y amor, desde el momento en que eres consciente de tu grandiosidad en medio de este maravilloso e impresionante universo, del que eres el principal protagonista, porque eres consciente de tu existencia!...

Fue la ignorancia de nuestros ancestros, la que llenó de fantasías, de fanatismos, de miseria, de egoísmos y de dolor, nuestra gran experiencia de la vida, programándonos para hacernos sentir pecadores, con unas historias tan infantiles y tan ridículas, inventadas hace más de dos mil años, cuando los conocimientos científicos y tecnológicos no existían y ni siquiera sabían que la tierra era redonda. En esta atrasada sociedad, nos han programado para ser felices o infelices, según las alabanzas o las críticas de los sacerdotes que se encierran en los seminarios a comer y a rezar un puñado de oraciones, que mantienen idiotizados a la gran mayoría de los hombres. Debemos darnos cuenta de este error generalizado y tratar de potencializar nuestra capacidad de pensar, para poder comprender el proceso evolutivo que debe seguir tu conciencia eterna, porque si no logramos despertar y no somos capaces de cuestionar las enseñanzas equivocadas que nos dejaron nuestros padres, nada se podrá hacer y perderemos la oportunidad de trascender hacia la quinta dimensión, donde no existe ni el espacio, ni el tiempo y todo es felicidad, amor y eternidad.

¡Piensa!

¡Analiza!

¡Desprográmate!   

¡Descubre tu grandiosidad!

¡Descubre el poder de tu pensamiento!

¡Descubre tu capacidad de creación!

¡Descubre tu eternidad!

¿No te parece muy maravilloso, ser consciente de tu existencia en la mitad de este universo mágico e ilimitado?

Eres el milagro más grande de la naturaleza y lo tienes que aprovechar para evolucionar a la quinta dimensión de la eternidad, donde no existe ni el espacio ni el tiempo.

Debemos aprender a pensar, para no ser dependientes en esta sociedad atrasada, en la que el estado corrupto y las diferentes religiones, nos programan para que seamos una oveja más del rebaño equivocado. Solamente el pensamiento libre y autónomo, es tuyo, y te lleva a comprender tu grandiosidad sin límites y tu papel protagónico, dentro de la sociedad y el universo. Nuestra realización no puede depender de lo que digan los sacerdotes de la iglesia católica, que nos hacen sentir pecadores, porque depender de los juicios esos célibes que están completamente desconectados de la realidad, es muy nefasto para los seres humanos, porque ellos te someten a la excomunión de la vida bilógica y de la realidad. El tener el pensamiento sujeto, durante toda la vida, a una doctrina casi infantil y ridícula, es ir en contra de tu evolución consciente, porque el desarrollo de tu capacidad mental, sólo se logra con la interpretación y el conocimiento que vas logrando en tu única y maravillosa oportunidad de vivir. Solamente uno mismo puede actualizar las experiencias y las enseñanzas, que va logrando comprender a través de la vida, y, solamente, cada individuo puede evolucionar conscientemente hacia la eternidad de su propio universo, y, solamente, lo que yo pueda expresar desde mi realidad particular de pintora empedernida, podrá construir mi universo dentro de la unidad eterna de sabiduría.

Dentro de mi alma suena una melodía eterna, cuando visualizo la grandiosidad del ser humano, y son esas visualizaciones de eternidad, las que siempre quise plasmar en mis pinturas, porque una de mis misiones, es tratar de pintar el amor y la felicidad que existen dentro de mi corazón, y solamente lo que yo consiga expresar dentro de esas experiencias mías, puede hacer que mejore, aunque sea un poquito, a nuestra atrasada sociedad.

La incomoda enfermedad de la artritis que me acompañó durante gran parte de mi vida, la vergonzosa necesidad de sentirme querida y aceptada por la sociedad que no me comprendía, y el deseo inconfesable de encontrar un amor sincero, fueron mis más grandes debilidades, producto de la ignorancia que me sumergió en gran cantidad de equivocaciones continuas; necesidades físicas y emocionales, que nos lanzan a tratar de conseguir la felicidad en las cosas externas, sin poder descubrir que tú eres el amor, la felicidad, la salud y la totalidad del universo en ti mismo. Solamente descubriendo la eternidad de tu consciencia, vas a ser feliz realmente; sin disculpas, sin retrasos, porque tienes dentro de ti, todos los elementos y todo el poder, para construir el universo que deseas. La respuesta de aceptación y de amor, que te brindan tus familiares y amigos, nos agrada y nos estimula para seguir trabajando, para seguir soñando con cosas importantes, pero no te puede brindar más felicidad de la que tú dispones, porque, tú mismo, eres toda la felicidad, todo el amor y toda la evolución que puedas desarrollar. Tú eres la verdad, el amor, la vida, la felicidad y la realidad de esa maravillosa consciencia, que se manifiesta dentro del inmenso universo. Evolucionar conscientemente hacia la eternidad, es la más importante de las experiencias que tuve, en todo ese tiempo que permanecí encerrada en mi estudio de pintura, cuando disfruté del privilegio de estar en contacto con esos seres humanos libres de todos los disfraces de la conveniencia y fue, en ese retiro espiritual, donde comprendí que, para ser inmensamente felices, entre otras cosas, debemos desprendernos de las falsas doctrinas que nos condenan dizque a un pecado original supremamente ridículo. Debemos desprendernos de esas falsas ideas, producto de la ignorancia de un pueblo que se aferra al materialismo salvaje que nos está llevando a la extinción. Debemos desprendernos de prejuicios que no nos dejan apreciar la grandiosidad del ser humano; grandiosidad que es parte integral y primordial de la consciencia evolutiva y creadora, que origina la unidad eterna de sabiduría.

Ese grado de evolución, al que todos debemos llegar, solamente se consigue cuando el ser humano empieza a ser consciente del poder de su pensamiento; poder que yo fui descubriendo a través del proceso creativo del arte. Fue maravilloso descubrir que mi pensamiento podía modificar el universo, al crear esas obras artísticas que influenciaban a las personas, para despertar esos nobles sentimientos que las impulsan a ser mejores seres humanos.

Tú eres la felicidad y el amor, pero no lo puedes apreciar realmente, si aún no eres consciente de la eternidad de tu espíritu. Te dejas influenciar de las fantasías, de las ilusiones que se manifiestan a través de tus sentidos imperfectos, que te atrapan en la cuarta dimensión del tiempo y del espacio, sin poder comprender esa relatividad en la que nace la eternidad de la consciencia. Debes darte cuenta que estás hecho a imagen y semejanza de Dios y debes de salir de la programación mediocre, a la que te somete esta sociedad estancada en la edad de piedra, en la que adoraban y, hasta hoy, siguen adorando imágenes de barro. Si te empeñas en no evolucionar, si no deseas descubrir la verdad de tu eternidad, si no deseas conocer el verdadero propósito de tu vida en la tierra, nada se podrá hacer y tus descendientes tendrán que seguir evolucionando, atrapados en la cuarta dimensión del espacio y del tiempo, hasta que logren tener la sabiduría necesaria para ingresar en la quinta dimensión de la eternidad consciente.

¡Libérate de la manipulación y el atraso que te impone esta sociedad inculta y equivocada!

¡Descubre la grandiosidad del ser humano, y descubre tu eternidad sin límites!

Lo que haces habitualmente, te convierte en dependiente de una sociedad completamente equivocada, que no sabe para dónde va y se dirige a la extinción de la especie humana; una sociedad atrasada que se refugia en un puñado de religiones ridículas e infantiles, para no tener que pensar en el verdadero objetivo del ser humano en la tierra.

¡Solamente el poder de tu pensamiento te hará libre!

Lo realmente importante, es que seas capaz de darte cuenta que eres un ser celestial. Un ser eterno y con un inmenso poder creador, un Dios sin limitantes, porque a la luz de tu eternidad, debes reprogramar tu vida, porque, desafortunadamente, estamos programados desde nuestra infancia, por las conveniencias de una sociedad elitista, con una completamente equivocada educación, por la solapada iglesia católica y por otras religiones, todavía más violentas que la que heredamos de nuestros padres. Vivimos programados para permanecer indiferentes ante las atrocidades que comete la oligarquía corrupta, que asesina a los campesinos para arrebatarles las tierras y para perpetuarse en el poder. Vivimos programados para pensar, solamente, lo que el estado corrupto quiera y damos las respuestas que ellos desean, ante la terrible realidad de muerte y de hambre en nuestro país, sin poder detenernos a pensar, ¿qué hay de verdadero en esa ideología que nos condenó dizque a ser pecadores por herencia, de un supuesto pecado original que no he podido entender y, personalmente, a una excomunión ridícula, por haber pintado el cuerpo desnudo de una india famélica y hambrienta?... Llevamos programadas en nuestras mentes, las ideas convencionales y culturales, que al estado autoritario le conviene, pero debemos aprender a pensar con libertad y autonomía, para poder lograr el desarrollo mental que nos permita comprender ese maravilloso universo, que está más allá de lo que nuestros limitados sentidos nos permitan observar.

En nuestro país, estigmatizan a los grupos poblacionales por el color de su piel, cuando en realidad no debería existir la discriminación en un país multiétnico y pluricultural. Es la alienación cultural, la que provoca los odios y las diferencias, porque todos pertenecemos a esa Colombia con diferentes dialectos, con diferentes culturas y con diferentes razas. Son variadas las formas de observar la realidad y son mis pinturas una mirada de amor y de respeto, por las maravillosas diferencias de nuestro país. Es necesario tener mucho carácter para no convertirnos en un producto, de esa alienación cultural, a la que nos someten los medios de comunicación, propiedad de esa burguesía de raza blanca, que hace más de doscientos años que nos vienen gobernando, porque te puedes convertir en un sujeto completamente esclavizado a sus intereses. Nos han enseñado a estar arrodillados siguiendo sus normas y besando la cruz despiadada de la inquisición que excomulga y señala, al que se atreve a hablar de justicia social. También nos enseñaron que los rubios de ojos claros son los dioses, los ángeles y los modelos del éxito comercial, y que los pobres negros, indios y mestizos, son ciudadanos de segunda clase y no pueden acceder a la educación, porque es demasiado costosa para ellos. Es una lucha continua, la que se libra a diario, por mantener los privilegios de una clase aparte, que no permite, ni siquiera, la opinión de una humilde pintora como yo, y fue por ese motivo que empecé a dibujar el hambre, las injusticias, las masacres, la muerte y la desolación, que han sembrado a lo largo y a lo ancho de nuestro país. Le enseñan a los niños una religión católica, apostólica y romana, y una forma de comportarse que no hemos elegido, sino, que nos ha sido impuesta por el sistema de gobierno, antes de que tuviéramos la edad o el discernimiento para escoger, y la gran mayoría del pueblo sigue así, sumergido en la desgracia de haber nacido cuando los burgueses corruptos ya eran dueños de los medios de comunicación, de casi todas las tierras buenas, de los sistemas financieros que abusan de tus necesidades y dueños hasta de tu conciencia y de tu forma de pensar, y por eso fue que me atacaron, me excomulgaron y me hicieron encerrar, porque empecé a reclamar a través de mi obra artística, por todos los atropellos y por todos los crímenes que han venido cometiendo desde siempre.

Solamente lo que nace y se origina en lo más profundo de tu pensamiento, es auténtico y te hace libre. Debes de aprender a pensar, debes tratar de desarrollar tu capacidad cerebral y debes ser consciente de la evolución de tu consciencia hacia el infinito, porque las ordenes que te dicta la sociedad, no las puedes dejar de cumplir, porque si no las cumples, te castigan con la excomunión, con la expulsión de las academias artísticas, con la expulsión del trabajo y con la expulsión de los círculos sociales, que fue exactamente lo que me pasó a mí. Te hacen dependiente del gobierno, de la burguesía corrupta y esclavo de lo que diga la televisión y la sociedad de consumo, con sus tarjetas de crédito, porque te han programado para que trabajes en sus fincas y en sus fábricas, sin pensar, sin reclamar una vivienda digna, sin reclamar el derecho a la educación, sin reclamar por una reforma agraria que le de tierra a los campesinos. Debemos aprender a pensar, debemos descubrir el poder del pensamiento que construye la realidad física, porque solamente lo que surge de tu mente, lo analizas y te decides a plasmarlo y a ponerlo en práctica, es tuyo y te hace libre. Recuerda que aprender a pensar te trae la libertad, como a mí, que tuve que romper mi historia, y la programación que, equivocadamente, pero con mucho amor, habían tejido mis padres, y tuve que dibujar un nuevo futuro, para poder responder por mí misma y por esta sociedad, que algún día tiene que renacer de sus cenizas, para poder vivir en paz. No se puede vivir influenciada por las enseñanzas de profesores que están completamente equivocados y que castigan con ceros, tus pequeños errores, en vez de aprovechar la oportunidad para enseñarte a pensar y a encontrar las soluciones. No se puede vivir, en silencio, en esa Colombia injusta que asesina a los que piensan diferente, y lo mejor que puedes hacer por tu futuro, es ser sincera o sincero, teniendo claridad de percepción y tratando de llenar vuestro corazón de amor. Debes tratar de dar respuestas precisas, sin engañarte y sin engañar por conveniencia a los más débiles, como traté de hacerlo yo, dándole respuestas a la vida, desde mis pinturas, desde mi ejemplo, desde mi humilde profesión, desde mi pensamiento y desde esa realidad que me correspondía muy íntimamente a mí; una realidad de una artista llena de frustraciones. Afortunadamente, muy temprano en la vida, aprendí que mi éxito o mi fracaso no dependían del arzobispo de esa iglesia de pederastas, que excomulga y maltrata a las mujeres; un éxito que tampoco dependió de ese conservador recalcitrante que mandó asesinar a Jorge Eliecer Gaitán, porque el caudillo del pueblo quiso llevar agua potable y servicios sanitarios básicos a los negros del pacífico… La evolución de mi consciencia y de mi actividad artística, sólo dependían de mí, y así lo hice, tomando las riendas de mi destino y pintando mí futuro con los más lindos colores. Lo menos que se puede hacer por el pueblo y por el amor que sentimos por la diversidad, es ser sinceros, es tener claridad de percepción y tener el valor de denunciar las injusticias que se están cometiendo en contra de los más pobres.

Me tomé el atrevimiento de escribir estas páginas, con la ayuda de Jorge Soto Builes, un amigo muy querido, para darles unos humildes consejos, que les van a permitir alcanzar cualquier meta que tengan en su mente, y les permita convertir sus deseos en el éxito que desean para sus vidas. Les quiero enseñar un método que tiene que ver con las experiencias que he acumulado en mi extensa y solitaria vida de arte y meditación, porque los pensamientos son las más importantes fuerzas del universo, y me refiero al poder que poseen esos pensamientos, para que el ser humano que se anime a empezar cualquier proyecto, logre resultados importantes. El pensamiento es una canalización importante de la energía universal, que, orientada hacia proyectos y adjetivos bien definidos, da como resultado un camino que te guiará hacia el éxito y hacia la realización personal. Después de que los pensamientos son unidos al deseo, a la perseverancia, a la fe, a la disciplina y a la inspiración, se convierten en una fuerza creadora de vida, que ira moldeando el maravilloso futuro que cada uno se merece. El pensamiento es el origen y el impulso, necesarios, para lograr hacer realidad los planes que cada uno se fije en la vida, porque todo lo que se necesita para lograr la realización y ser felices, es una idea, un deseo persistente y una fe inquebrantable, como la que yo tuve en mi carrera artística y especialmente en la pintura, que me ha traído tantos problemas y tantas satisfacciones. Ningún joven se encuentra listo para vivir y definir su camino, hasta que no aprende a pensar y se apasiona por un deporte, o por una actividad empresarial o cultural, que lo motive y lo haga creer que puede alcanzar su realización.

En mi carrera artística tuve muchas frustraciones y muchas dificultades, pero la fuerza de mi amor al arte, me impulso para rodearme de excelentes profesores; de maestros que sabían más que yo y fue con mi perseverancia, que logré el objetivo de convertirme en una artista reconocida en una sociedad machista y excluyente, que siempre trató a las mujeres como ciudadanas de segunda clase, y digo trató, porque mis cansados ojos han tenido la felicidad y la dicha de poder ver la progresiva emancipación de la mujer colombiana y latinoamericana. En mi emocionante vida aprendí, qué si tienes determinación, puedes lograr hasta los objetivos que parecen imposibles, porque todo lo que el pensamiento puede concebir y desear, se puede realizar. El primer paso de todo proyecto es el deseo, que es esencial, y lo descubrí en mi difícil carrera artística, porque primero tuve que soñar con ser una gran pintora, después tuve que desearlo con locura y, ante todas las dificultades, tuve que esperar mucho tiempo para poder disfrutar de las mieles del éxito. Como ya lo dije antes, todo empezó con un deseo ferviente y obsesivo, que me impulsaba a dibujar y pintar la triste realidad de mi país, sumergido en la desigualdad social y en la violencia generada por la injusticia. Desear la realización personal, con una disposición mental que se convierta en una obsesión, fue la fuerza que me llevó a trabajar por más de cincuenta años en mi taller de pintura, con el corazón inflamado de amor por esos personajes anónimos que plasmé en mis pinturas. Planifiqué estrategias y sistemas definidos, para poder lograr la excelencia en mi proyecto de vida, y llevé a cabo todos esos planes, con una perseverancia que nunca aceptó la derrota. Para alcanzar el éxito hay que dar varios pasos que humildemente he tratado de definir así:

-      Piense exactamente qué es lo que desea hacer en su vida.

-      Piense en la gran cantidad de amor que se propone dar en cambio de ese deseo.

-      Sea consciente que el tiempo es relativo y que su proyecto de vida, continuará siendo vigente por toda la eternidad.

-      Desarrolle un plan para llevar a cabo su proyecto de vida.

-      Escriba una descripción precisa, de todos los detalles de su proyecto.

-      Lea cuatro veces al día, cada uno de los puntos de su plan.

-      Piense que ya es una famosa pintora, doctora, profesora, escritora o la profesión que haya escogido o deseado, en su plan de vida.

-      Asuma sus deseos, asuma su lucha con todo el amor del mundo y no contemple la posibilidad de renunciar a sus deseos, porque fue así, con ese compromiso, con ese deseo ardiente, que mantuve la motivación que me permitió convertirme en una pintora feliz.

Desea, sueña y piensa, sin límites, sin importar las dificultades que puedan surgir en tu camino hacia la felicidad. No hay límites para la mente, no hay límites para el pensamiento, en la maravillosa unidad eterna de sabiduría, también llamada universo. Debo confesar, humildemente, que todas las ideas y pensamientos que comparto en esta crónica, son la recopilación metódica de todas las enseñanzas que me han ido transmitiendo los grandes maestros de la vida, como lo fueron la hermana sor Teresa de Calcuta, Gandhi, Mandela y el maravilloso Jesucristo, que me enseñó el verdadero significado de la fe, porque la fe es un estado mental del que te tienes que apropiar. Debemos tener mucha fe, porque no hay límites para el alma, para el espíritu del ser humano. Debemos visualizar lo que deseemos y creer en la consecución de nuestras metas, porque mediante la repetición de afirmaciones y deseos, se crea un estado mental de fe, en el subconsciente, que es el que origina la realidad material que percibimos; por eso es que ese pensamiento que se repite y que ingresa en el subconsciente, después se convierte en una hermosa realidad, a la que la gente llama milagro. La mente humana es la creadora del universo personal en el que vivimos y, a cada ser humano, se le van abriendo las ventanas de sabiduría necesarias para su evolución consciente hacia el infinito; por eso es que una mente llena de amor y de pensamientos positivos, se convierte en ese estado mental en el que no existen ni miedos ni preocupaciones, al que hemos llamado iluminación, un estado poderoso que puede curar todas tus enfermedades,  crear todo lo que desees y multiplicar los panes y los peces de forma milagrosa; estado que me ayudó a luchar contra todas las adversidades, en el difícil camino que tenemos que recorrer todos los artistas, en estas sociedades subdesarrolladas como la nuestra. Nunca perdí la fe y nunca dudé del beneficio intelectual y cultural, que le hacían mis pinturas a esta sociedad machista y atrasada, que estigmatiza y sataniza el cuerpo humano, y que tilda de pecaminosa a la exhibición o apreciación de nuestra piel.

¡Respetados obispos inquisidores, no es la pintura de una glándula mamaria o del vello púbico, el origen del pecado; el pecado se origina en el manejo desvergonzado que, ustedes, le han dado a esa filosofía de amor que nos dejó ese ser humano maravilloso al que llamamos Jesucristo, hasta convertirla en un negocio que alimenta la avaricia, la gula y las aberrantes prácticas homosexuales, de las que fue víctima mi querida hermana Catalina, en la obscuridad de esa clausura en la que pretendieron someterla!

En el difícil pero gratificante proceso constructivo de mi carrera artística como pintora, tuve que fortalecer de forma sistemática mi subconsciente, con pensamientos constructivos, en los que visualicé la conquista progresiva de espacios tradicionalmente vetados para las mujeres, y fue por eso que empecé a colocarme pantalones y a montarme en los caballos a horcajadas, con las piernas abiertas, como lo hacían los hombres, y fue por eso que empecé a pintar el cuerpo humano desnudo, también como lo hacían sin ningún problema los hombres. Ejercicios de rebeldía que me trajeron dolorosas consecuencias, cuando una vecina, más machista que los mismos hombres, me lanzó una caneca de agua caliente desde su balcón, de la que me protegieron el amado sombrero que usamos los paisas y una chaqueta de cuero que había traído de Méjico, en uno de mis escasos viajes. Yo sabía con claridad cuáles eran mis metas y me las repetía continuamente, para que se convirtieran en esas verdades que fueron mis  puntos de resistencia, hasta el reconocimiento artístico que logré más allá de las presiones de los funcionarios públicos y de la iglesia, que me presionaron  y me persiguieron hasta lograr mi excomunión moral y el descredito de mi profesión, y es por eso que le doy gracias al Dios de Baruch Spinoza, al Dios de la unidad eterna de sabiduría, por la fortaleza de mi alma, que nunca se rindió ante las dificultades, porque hasta en las difíciles condiciones de mis circunstancias adversas, nunca me lamenté, ni lloré y aunque estaba sometida a la crítica despiadada y a la persecución directa de esos políticos corruptos, que cerraban las exposiciones de mis pinturas, siempre permanecí con la cabeza erguida, altiva y con el orgullo intacto, más allá de esta sociedad llena de ignorancia, injusticias, dolor, hambre y atropellos, donde se originan los desplazamientos masivos, las torturas físicas en los batallones del gobierno y los asesinatos selectivos. Permanecí trabajando sin miedo y no me importaron las limitaciones de mi taller, y no me importaron los castigos de esa iglesia inquisidora, y no me importaron las críticas despiadadas de la burguesía, porque soy la dueña de mi destino y parte integral y dinámica de la eternidad… ¿y cómo alimenté mi subconsciente?... Yo cerraba los ojos, y, en medio de los lienzos y de los pinceles, visualizaba mis pinturas expuestas en los museos de arte de Antioquia, porque nunca más soñé con exponer en Bogotá, por la despiadada persecución que me hizo el difunto Laureano Gómez, ni exponer en ningún otro país, después del maltrato que sufrí por parte del general Franco, que me expulsó con mis cuadros de la madre patria de España, influenciado por la burguesía corrupta de Colombia, que me tildaba de comunista por pintar campesinos, indios y negros, con hambre. Siempre estuve decidida y destinada, a llevar un grito de libertad y de amor con mis pinturas, por mi tierra, y como el subconsciente asimila cualquier orden que se le dé, en un estado mental de absoluta fe, me refugié en mi taller y los cuadros fueron naciendo como milagrosas flores de amor, llenos de color y de magia, para adornar las paredes de mi querida ciudad de Envigado, de Medellín, de Antioquia y de Colombia. Cada adversidad, cada crítica, cada obstáculo y cada fracaso, fortalecieron en mi alma la capacidad de trabajar sin descanso, por el solo placer de brindar todo ese amor que se alberga en mi corazón y en mi mente, y logré la inmortalización del grito desesperado de las mujeres colombianas, por lograr una sociedad más justa, en la que ojalá, algún día, reconozcan todos nuestros derechos como seres humanos.

Estudié con los más grandes maestros de mi país y de Méjico, y alcancé a lograr un buen nivel de conocimiento en el mundo del arte, que se me convirtió en una herramienta muy poderosa, para influir en una sociedad en proceso de construcción como la nuestra. El objetivo era levantar una voz de protesta a través del arte y más directamente, a través de la pintura de mis cuadros, que exhiben la desnudez y la fragilidad de las mujeres, en medio de esta sociedad machista que no nos permitía llevar los pantalones de nuestro destino, que no nos permitía tomar decisiones importantes, ni en la educación, ni en la política, ni en nuestros cuerpos y ni en prácticamente nada. Estábamos secuestradas por un estado sin derechos y por unas instituciones religiosas que nos impusieron el estigma de pecadoras, con la ridícula historia de una manzana que convirtió la más hermosa de las funciones bilógicas de la reproducción, en un eterno pecado que solamente se pudo originar en la mente de los beatos que permanecen encerrados en los monasterios, fraguando estrategias para hacer sentir culpables a los pobres peregrinos, y, de esa manera, poder cobrar los diezmos de una supuesta salvación que les permite vivir rezando sin trabajar. Desde mi infancia, comprendí que esta sociedad que despoja de tierra a los campesinos, a los indígenas y a los negros, estaba completamente equivocada y, con mucho dolor en el alma, pude encontrar la forma de protestar en silencio, embarrando los lienzos con las pinturas, con mis lágrimas y con mi sangre. El sudor de mi trabajo también se mezcló con los colores intensos de la lucha, de la resistencia y de la perseverancia, de esas mujeres campesinas que no se dejaron esclavizar eternamente.

El maravilloso éxito de mi carrera, como pintora, se debió a mi inteligencia creativa, y pude convertir los escasos recursos económicos que nos dejaron nuestros padres, en una invaluable obra artística, que le dejo como legado a nuestro amado pueblo antioqueño. Pude pintar esas humildes obras de arte, utilizando un poder oculto en mi ser, que combinó la riqueza mental, emocional y espiritual, para poder lograr ese objetivo que me impulsó a moldear el destino, con el que siempre soñé. El ser humano posee en su mente el poder creativo de los dioses, guardado en lo más profundo de su consciencia evolutiva, disponible para cuando de aprenda y se quiera utilizar. El final feliz de mi carrera artística, se originó en mi mente y tuve la sabiduría para salir victoriosa, a pesar del atraso cultural en el que nos mantiene sumergidos la burguesía corrupta que gobierna este país. Dentro de nuestra mente está el secreto para poder hallar el éxito, la salud, la felicidad, la amistad, la intelectualidad, la paz mental y el amor. El pensamiento dinámico es la fuerza más grande del universo y es la mente del ser humano, uno de los más maravillosos instrumentos que creo la unidad eterna de sabiduría en su proceso evolutivo.

Con el ejercicio cotidiano de la pintura, aprendí que el pensamiento del ser humano moldea la conformación material del universo y la realidad particular en la que vivimos, y fue ese pensamiento dinámico y progresivo, el que me llevó a perfeccionar mis técnicas de creación y a moldear mi querida obra, que espero, el pueblo Antioqueño acoja, con ese mismo amor que me inspiró el crearla, y fue mi intuición la que me llevó a romper el tiempo y el espacio, para poder llevar un poco de cultura y de educación artística a nuestro pueblo, y siendo una niña de Envigado, común y corriente, fue mi poder mental, el que me llevó a convertirme en una orgullosa pintora, que se ha ganado el aplauso y el reconocimiento de nuestro hermoso país. Desafortunadamente, a nuestros niños casi nadie les ha enseñado las fortalezas mentales que poseen y no han podido descubrir que cada uno de ellos, es un genio en potencia, con el solo hecho de utilizar el pensamiento dinámico que se origina en sus mentes. Cuando el ser humano deja volar con libertad su pensamiento, puede romper las barreras del espacio y del tiempo, para superar los obstáculos de la pobreza y de la falta de educación, y las limitaciones que le imponen el establecimiento político y religioso, que no están interesados en el cambio, ni en la evolución cultural y social del pueblo… Cuando cambiamos nuestra forma de pensar, hacia el lado positivo, inmediatamente, liberamos fuerzas mentales y físicas, que mueven toda tu vida en una dirección positiva, que te ayudará a construir una carrera exitosa como la mía. Lo más importante es creer en nosotros mismos, en nuestro talento, aunque resulte uno que otro, que te diga que no sabes dibujar, o vivir, o actuar, como lo hicieron varias veces conmigo... Cuando tienes fe, cuando crees en lo que piensas y en lo que haces, se establecen corrientes de energía positiva en todo el universo, que hacen que se logren todos tus objetivos y todos tus sueños. Tu pensamiento dinámico hará que te conviertas en lo que piensas y deseas ser. Piensa que eres muy talentosa, piensa que eres muy fuerte, piensa que eres muy buena, piensa que puedes lograr el éxito, piensa que tienes don de gentes y que eres muy atractiva para todos, y estarás utilizando el poder mágico del pensamiento dinámico, que te ayudará a materializar todos tus deseos y a evolucionar conscientemente hacia la eternidad. Todos los seres humanos podemos utilizar el poder creativo de la imaginación, para construir una profesión y una vida exitosa, solamente nos hace falta un poquito de creatividad para visualizar, en la profundidad de nuestra mente, las cosas que deseamos crear; un ejercicio que ha sido muy común y muy constante para mí, porque yo, a diario, tenía que visualizar y pensar cada una de mis creaciones artísticas dentro de mi mente, antes de plasmarlas con hermosos colores en los lienzos de inmaculada blancura. Tu mente puede crear una pintura, una cerámica, una canción, una crónica literaria, una profesión o una inmensa fortuna económica, porque lo que desees está al alcance de tu poder creativo y dinámico. El deseo es la principal fuerza motriz del ser humano, sin ella estaríamos condenados a la resignación de una miserable existencia, con una lenta evolución como la de las demás especies, porque el deseo es la más importante emoción, que nos conduce al descubrimiento de todo el potencial que se alberga en nuestra mente, que lo es todo. Los seres humanos poseemos una mente que vibra en altas frecuencias de energía, cuando el deseo se activa en la dirección correcta. Si utilizamos esa emoción apropiadamente, podemos generar una energía dinámica, que hará que consigamos lo que deseamos constantemente. Mi deseo de ser una gran artista, me condujo a estudiar y a capacitarme, con grandes maestros internacionales, constantemente, y eso me llevó a ganar el reconocimiento y el respeto de esa sociedad machista, que empezó a mirar de otra manera, las capacidades y los talentos de nuestras mujeres. Mi deseo de plasmar la realidad de una forma hermosa y colorida, me llevó a crear mis humildes obras, para que las disfruten las nuevas generaciones que ya están más avanzadas. La ley del deseo trabaja constantemente, para ayudarte a lograr todo lo que quieras, y yo descubrí este sencillo método, que te ayuda a poner en practica todo lo que desees y establecer acciones y posibles reacciones en tu mente, que hará más fácil lograr todo lo que deseas. Todas las personas desean muchas cosas, desean tener dinero para gastar, desean tener un auto y una casa, pero estos deseos, comunes en todas las personas, son débiles y casuales, no son la clase de deseos y pensamientos que traen la realización y es ahí, cuando yo tuve una fe inquebrantable y un propósito firme, que me llevó a la realización de todas mis metas.

El pensamiento es la programación de la inteligencia de esa unidad eterna de sabiduría llamada universo, y aunque no sabemos exactamente en qué consiste, lo definimos como una acción mental, que nos hace ser conscientes de nuestro cuerpo y de nuestra alma. El pensamiento es una fuerza invisible que, aunque no la podemos ver, la podemos percibir por todas partes, en sus diversas manifestaciones. El pensamiento lo podemos percibir en los animales, en todos los seres vivientes y en todas las cosas que convierten la energía en materia, y cuanto más analizamos y estudiamos, más cuenta nos damos que es una fuerza de poder ilimitada. En cualquier parte que nos encontremos, nuestros sentidos nos dirán que estamos contemplando una serie de objetos inanimados, lo que es cierto sólo en la percepción visual, porque en realidad, estamos contemplando pensamientos o ideas de otro tipo, que se han materializado por medio de la unidad eterna de sabiduría y se han transformado por el trabajo creador de un ser humano, o de cualquier otro ser inteligente, porque hasta los pájaros convierten las hierbas en complicados nidos. Las obras de arte, los aviones, los barcos, los autos, los edificios y el dinero, han salido de esa maravillosa fuerza a la que llamamos pensamiento creador. El padre de cualquier acción es el pensamiento y cuando podamos comprender eso, empezaremos a comprender que todo el universo es un pensamiento, y que todo lo que existe es la mente universal, que yo he llamado unidad eterna de sabiduría, y por eso es que todo lo que somos, es el resultado de lo que hemos pensado y deseado. Mi vida es el resultado de mi pensamiento y el resultado de mis procesos mentales, porque la dibujé al mismo tiempo en que pintaba mis cuadros. Nuestro cuerpo está compuesto por un setenta por ciento de agua y unos cuantos minerales sencillos que, a su vez, están compuestos por moléculas y átomos, que sólo son energía, porque es nuestra mente y todo lo que pensamos, lo que nos hace ser lo que somos. La clave del éxito no está en el exterior, sino dentro del hombre, en todos sus pensamientos. Detrás de cada paso que damos en la vida, detrás de cada decisión que tomamos, sea cuál sea la dirección que sigamos, se haya esa fuerza espectacular llamada pensamiento. Una fuerza vital y milagrosa, que me permitió crear mi propio universo, lleno de color, lleno de paz y de felicidad. Nuestra manera de hablar, de movernos, de caminar y de comportarnos, refleja nuestra forma de pensar. Una apariencia descuidada, es el indicio de un pensamiento tranquilo, romántico y relajado, mientras que una apariencia ordenada y elegante, es el reflejo del orden, de la rigurosidad metódica y de la confianza; exactamente lo que mostramos por fuera, es lo que somos en nuestro interior y en nuestro pensamiento. Lo que creemos ser, es lo que somos, y yo siempre desee ser una artista exitosa y al final lo estoy siendo. El pensamiento es la fuente de todo éxito, de todo nuestro universo material, de todos los avances de la ciencia y de todas las creaciones artísticas. Sin el pensamiento no existiría nada, ni las ciudades, ni los países, ni las grandes fortunas, ni las organizaciones sociales, ni la pobreza, ni la mendicidad; en conclusión, es por nuestra limitada capacidad de pensar, por la falta de educación, que estamos sumergidos en una guerra civil interminable y en la casi pobreza absoluta de nuestro pueblo. Nuestros pensamientos; esos pensamientos que dominan nuestra cotidianidad, son los que determinan nuestra condición social, son los que determinan nuestro carácter y nuestra vida, y solamente de esta manera, es posible comprender lo que significa la antigua afirmación que dice: “Los pensamientos del hombre lo hacen y lo deshacen”

En las largas horas de meditación que tuve en mi taller de pintura, descubrí que el universo en que vivimos, es una creación de nuestros pensamientos; pensamientos que están coordinados por una unidad eterna de sabiduría, que nos permite moldear y pintar la vida con los colores que deseemos. Es por eso que los hombres con mentalidad dinámica, han dirigido los países, imponiéndoles sus pensamientos y conduciéndolos, unas veces al desarrollo y otras veces al atraso cultural y a la miseria, como lo han hecho en Colombia, que dificultan la educación sistemáticamente, para mantener a la gran mayoría del pueblo en la ignorancia; para que los obreros del sueldo mínimo no piensen y se mantengan subyugados. Jamás hubo otra época en la historia de nuestro país, en la que sea más necesaria la educación gratuita, para estudiar y generar pensamientos e ideas, que nos permitan utilizarlos para mejorar la calidad de vida de zonas deprimidas como el chocó, como la guajira, como el pacífico y como casi toda la Colombia rural y abandonada, extrayendo fuerzas de esa inmensa fuente de energía que todos llevamos dentro. Ni en mi familia, ni en mi época de estudios con las monjas de María Auxiliadora, nadie me hablo de la fuerza magnética del pensamiento, y tuve que descubrirla en mi taller, mientras pensaba y creaba mis obras, observando como el pensamiento estaba relacionado con el deseo, con la acción y con la materialización de mis sueños, y de cómo, esa ausencia de pensamientos, afecta a los más humildes que no tienen ni para comer. Indudablemente, llegamos a ser lo que pensamos y deseamos ser, y yo lo demostré humildemente, al soportar todas las agresiones, todas las censuras y las amenazas de la iglesia católica, y todas las persecuciones de los políticos y del estado, para al final convertirme en una incansable pintora. Nunca me dejé trastornar, no dejé debilitar la confianza que siempre he tenido de mí misma y no me dejé desviar de mi gran pasión artística. Fueron los pensamientos alienantes de la iglesia y del gobierno, los que, para conservar sus privilegios, mantienen el pueblo en la ignorancia y en la miseria, pero yo no me dejé callar y los convertí en sapos, en ratas y en aves de rapiña, que los han inmortalizado también a ellos, porque Laureano Gómez el papá de Álvaro Gómez, también se murió y no se pudo llevar todas las riquezas que le negó a las personas pobres de Colombia.

Existe una ley universal de causa y efecto, que, aplicada al funcionamiento de la mente, les da significado a frases como: “La mente es el origen de una fuerza sin límites” y como “Todas las posibilidades las llevamos dentro de nosotros mismos” porque, lo que sembremos, es lo mismo que vamos a cosechar más adelante, y si siembras y das amor, recibirás amor constantemente. Tu bienestar está a tus pies y la fortuna está al alcance de tu mano, cuando aprendas a pensar. Todos los seres humanos tenemos derecho a tener una vida de abundancia. No hay límite para tus aspiraciones, pero mientras más grande y más interesante sea lo que deseas, mayor será el precio que tendrás que pagar por esas aspiraciones. Cada ser, al descubrir la eternidad de su consciencia, descubre y asegura su riqueza espiritual, porque al ser consciente de su eternidad, encuentra la libertad y desaparecen todas sus angustias, sus miedos y encuentra el éxito y la prosperidad. Jamás se consiguió y nunca se pondrá conseguir nada importante, duradero y poderoso, por parte de los seres humanos que no han aprendido a pensar, porque el pensamiento es el origen de tu universo, del poder, de la superación y del éxito. La ley de la oferta y de la demanda, no es un simple ejercicio económico para un hombre que sabe pensar, sino la manifestación material de una ley que es espiritual. Las sociedades ricas en los países desarrollados, son el escenario sobre el que gran número de hombres, supieron agruparse y encontrarse a sí mismos y hacer sus propias empresas, para trabajar con mucha comodidad, enriqueciéndose a sí mismos, a sus socios y a la sociedad en general. No se trata de la explotación de la fuerza laboral de los otros, sino de la manifestación de conocimientos y de virtudes, fácilmente adquiridos por los espíritus libres, que aprendieron a pensar para el beneficio de todos y no me explico por qué tanta mezquindad de parte de la burguesía de nuestro país, que le niega hasta la educación al pueblo, cuando todos ya sabemos que la educación es la llave maestra que nos abre las posibilidades de un futuro próspero.

Con una imaginación poderosa, se puede dar forma física a cualquier deseo, como lo hacía yo con mis cerámicas y con mis pinturas. El espíritu del ser humano es tan grande que no tiene límites y si pudiéramos comprender la mente humana, nada sería imposible para los hombres en el universo. Una fe férrea y constante, fortalece la imaginación, porque crea la intuición y la voluntad. La fe proviene del descubrimiento de nuestra grandiosidad y nos ofrece una clara comprensión de nuestra eternidad. Las personas que han triunfado en las diferentes épocas de la historia, lo han logrado por la fuerza de sus pensamientos y el corazón, las manos, los pies y el cerebro, son simples instrumentos de nuestra mente. Tus pensamientos y tus objetivos, deben de estar coordinados para concentrar tu acción constante, hacia el logro de la meta que te hayas propuesto, porque cualquier cosa que desees hacer, la conseguirás si conviertes ese proyecto en la razón más importante de tu vida, como lo hice yo durante toda mi existencia, completamente dedicada a la producción artística. Si empleamos las fuerzas dinámicas de la fe y de los deseos, pondremos en marcha los enormes poderes que existen en el interior de nuestra alma y en la unidad de sabiduría eterna,  es decir en el universo, para lograr todo lo que deseemos. Lo primero que debemos hacer, es saber con precisión qué es lo que deseamos crear, empezando con la idea principal de que soñamos con ser muy felices al lograr éxito, porque no podemos hacerlo con la imprecisión que lo hacen la gran mayoría de las personas. Debemos tener pintado en nuestra mente, el cuadro final de lo que es nuestro objetivo. ¿Qué es lo que deseo crear? ¿Qué es lo que sueño hacer? ¿Cuál es el objetivo de mi vida en la tierra?... Debemos visualizar con exactitud qué es lo que deseamos y tener muy presente que el éxito no se debe medir con los logros materiales, porque al fin de cuentas, lo más importante es la felicidad en nuestro proceso evolutivo. La gran mayoría de las personas, poseen la idea de que quieren tener éxito y se limitan a dejar transcurrir los días, pensando en la forma de acumular más dinero, pero son como corchos atrapados en un remolino, sin poder comprender el verdadero objetivo de sus vidas en el universo. Es muy importante saber qué es lo que deseamos lograr en la vida. Primero que todo, necesitamos saber hacia dónde avanzamos, y, después de que lo sepamos, debemos compartirlo con todos nuestros semejantes, para que por fin comprendan la grandiosidad del ser humano que no tiene límites. Descubrir de forma consciente la eternidad de nuestra conciencia, constituye un paso decisivo, porque desde ese momento ya no vamos a preocuparnos por las posesiones materiales, por tener varias casas en la ciudad, por tener el carro más lujoso o por tener una inmensa cuenta bancaria, porque cuando somos conscientes de nuestra eternidad, desaparecen todas las preocupaciones, todas las angustias, todos los afanes y todos los miedos. Es el deseo de lograr ese nivel de sabiduría, lo que cambiará nuestra vida por completo; porque es el poder de creer en la grandiosidad humana, el que pone en marcha las fuerzas de la totalidad del universo, para que se nos abran nuevas ventanas de esa sabiduría que nos ayudará a evolucionar conscientemente hacia la eternidad, por lo tanto, se empieza con el deseo, cuando se espera evolucionar a una dimensión superior de conocimiento. El deseo es una fuerza motriz, en el interior de cada uno de nosotros, porque sin un deseo intenso, nada puede materializarse en nuestra realidad física. Todo lo que existe es el gran pensamiento universal, pero, en lo que se refiere a nosotros como personas, no se convierte en algo real y palpable, hasta que le demos vida con nuestra capacidad de pensar o por medio de las elaboraciones de nuestra prodigiosa imaginación. Conocimientos que pueden parecer extraños, conocimientos que yo fui comprendiendo, lentamente, mientras que les daba vida en el refugio de mi taller de pintura, cuando convertí en hermosa y coloridas obras de arte, mi pensamiento y mi imaginación.

No se trata de nada nuevo, porque durante muchos años, los más grandes pensadores han venido anunciando que el ser humano, con la fuerza de su pensamiento, puede dar forma a sus construcciones, a sus obras de arte y hasta a modificar la realidad material que percibe; y cuanto más estudiamos la física cuántica, más nos vamos a dar cuenta de los increíbles poderes de nuestra mente. Para mí, también ha resultado claro qué en el pensamiento del ser humano, existe un inmenso poder constructivo o destructivo, sólo comparable con el de los iluminados como Jesucristo, Mahoma, Buda, Krisna, Abrahán, Gandhi, sor teresa de Calcuta, Gabriel García Márquez, Fernando González el filósofo, Fernando Botero el pintor y otros que en este momento no recuerdo. Mis observaciones y mis ejercicios artísticos, han sido concluyentes, y aunque no tengo la menor idea de en qué consiste esa fuerza o ese poder, que emerge de mi mente, en el proceso creador, aprendí a manejar mi pensamiento, para labrarme la exitosa realidad que hoy estoy viviendo. Me imagino que los materialistas de la cuarta dimensión, se van a reír cuando lean estas notas, pero sería bueno que pensaran en que, si las ondas de la radio atraviesan el espacio y las paredes sin ningún problema, las ondas de la vibración del pensamiento, pueden crear el ordenamiento energético y molecular de lo que percibimos como realidad.

“El pensamiento crea las obras que usted desee”

“El pensamiento crea mi realidad física”

Son mis frases preferidas, porque yo las cree, o las viví, en mi carrera artística, aunque, desafortunadamente, las cosas que más temía, también las atraía hacia mí y, extrañamente, mis más grandes detractores, se fueron muriendo como por arte de magia, y no he podido aceptar que yo, en el fondo de mi alma, aunque me incomodaba mucho con Laureano Gómez, el papá de Álvaro Gómez Hurtado, y con el general franco de la republica de España, que cerró mi primera exposición en el viejo continente, sin darme ninguna explicación, nunca desee la muerte de ellos; bueno, un poquito nada más.

El pensamiento atrae las cosas sobre las cuales se dirige, porque todo lo que yo más temía, se abalanzaba sobre mí, haciéndome comprender que los pensamientos negativos, tienen el mismo poder creador, para atraer los problemas; funcionando de la misma forma en que funcionan los pensamientos positivos. De manera que, según nuestra forma de pensar, creamos los instantes buenos o malos, que nos suceden en la vida y, cuando estos desagradables pensamientos están constantemente en nuestra imaginación, ejercen una gran influencia en nuestras vidas. Los pensamientos construyen una realidad, que va más allá de todos los límites conocidos por el ser humano, y ese poder creador, es directamente proporcional a la intensidad, a la constancia y a la fuerza del pensamiento.

La virtud creadora del pensamiento, solamente se manifiesta cuando nuestros pensamientos están completamente visualizados, cuando tenemos una pintura mental completa y nuestra imaginación puede ver gráficamente, la realización de nuestros sueños, siendo una pintura, una cerámica, un mercado para obsequiar a los pobres, un hermoso refugio como “Casa blanca” o lo que sea que imaginemos, como si ya fuera una realidad. Cualquier sistema de pensamiento, así sea el más rutinario, como el que empleamos cuando rezamos el rosario, que nosotras le rezamos a la virgen del Carmen todos los días, funciona. El pensamiento mágico, el gnóstico, la brujería o el que sea, da resultados evidentes, cuando el individuo que lo está practicando crea firmemente en ese procedimiento, porque ese es el poder mágico de la fe, porque existe en nuestra alma una parte iluminada de la mente, una fuerza descomunal que actúa constantemente, moldeando nuestros pensamientos y acciones. Es un poder maravilloso que no hemos terminado de descubrir, pero que ha sido evidente por toda la eternidad. Los paisas nos hemos referido a esa fuerza como el “espíritu”, “el alma”, o “la mente” y es el todo que poseemos, porque el resto es la eterna energía universal. Para esta humilde pintora, esa fuerza maravillosa que nos hace conscientes en medio del universo, es nuestra inteligencia que, a su vez, es parte de la inteligencia absoluta, ósea, la unidad eterna de sabiduría, a la que los inteligentes llamamos Dios y todos reconocemos que es la esencia misma de la vida, y que su poder no tiene límites. Es un flujo mágico, es una inteligencia superior, que viene en nuestro auxilio en los momentos difíciles y muchas veces nos salva cuando los caminos parecían haberse cerrado. Es una fuerza que nos guía en todos los momentos de nuestra existencia y nos permite utilizarla adecuadamente, para realizar nuestros pequeños milagros de vida. Es una fuerza poderosa que obedece a nuestra voluntad, una fuerza que eliminó todos los obstáculos y los enemigos en mi vida, y me permitió convertirme en una feliz artista, a pesar de todas las dificultades que tuve. Se ha comprobado en los más modernos laboratorios científicos, que el poder de la mente tiene la virtud de controlar los átomos de la materia, permitiéndonos moldear la conformación del universo con nuestra voluntad y eso lo he comprobado personalmente, al crear centenares de obras artísticas que le han traído y le traerán mucha felicidad a toda la gente de mi país. Estos razonamientos fueron los que me impulsaron a escribir estos manuscritos, con la ayuda de un muy buen amigo, y aunque siempre llevaré un crucifico colgado en mi pecho, en honor a, Jesucristo, ese líder de amor que siguieron mis padres, sé que cuando comprendamos la grandiosidad humana, no tendremos necesidad de inventar Dioses rubios, o amarillos o negros. Casi todas las personas utilizan la fe y la fuerza creadora de sus almas, para obtener riquezas, poder, fama o salud, y los únicos pasos que tienen que dar, es creer en el poder del pensamiento, tener mucha fe y visualizar lo que deseen. El pensamiento, la consciencia, mejor dicho, la mente, lo es todo, y no comprendo por qué la gran mayoría de los seres humanos no utilizamos su poder, para resolver todos nuestros problemas. Gracias al pensamiento se me han ocurrido todas las ideas, para crear todas mis pinturas y para convertirme en una artista exitosa y ejemplar. No podemos olvidar el avance de la tecnología, de la música, de la filosofía, de la literatura y en general de todas las ideas creadoras, que proceden de los pensamientos de las personas. Es muy fácil vivir bien, sólo es necesario pensar intensamente, en lo que queremos, manteniendo un firme de deseo de lograr lo que uno se propone y, al final, siempre se lograrán buenos resultados. Yo siempre he dicho que cuando empiezo un proyecto, la inteligencia del universo se pone en marcha para ayudarme a lograrlo, fue así, que cuando yo empezaba a pintar un cuadro, con la ayuda de la unidad de sabiduría eterna, las pinceladas se sucedían como por arte de magia, como si una mano divina las estuviera esparciendo. He logrado resultados sorprendentes, y surgían y surgían ideas, para llegar a convertirme en un referente cultural para mi pueblo de Envigado pluricultural y cuna de artistas, y no resistí la tentación de mencionarlo, porque nuestra ciudad es la tierra donde nace el amor y todo se vuelve un milagro. Lo que puede parecer suerte en mi existencia trascendente, no es tal, sino la realización constante y metódica, de un pensamiento que se inició en mi juventud y al que he dedicado toda mi vida. También estoy convencida de que millones de personas que triunfan y tiene éxito en su existencia, logran cosas maravillosas, aunque no tengan consciencia de su poder creador y de la fuerza de su pensamiento.

 “Viviendo encerrada en mi taller de pintura, alejada de los políticos, de los sacerdotes y de la burguesía corrupta, he observado que los que se hallan en contacto con la naturaleza, comprenden con más facilidad los maravillosos poderes del pensamiento, porque muchos de los indígenas que pinté desnudos, después de mis largas conversaciones con ellos, regresaron a contarme que eran completamente felices en medio de sus carencias y se habían convertido en líderes de sus comunidades, y creo que no está muy lejano el día, en que la ciencia demuestre que el poder de nuestras mentes no tiene límites.

La fuerza que pone en marcha la conciencia profunda, es el pensamiento continuo y perseverante, es decir el cuadro mental en el que visualizamos lo que pretendemos crear. Hay muchas formas para iniciar el impulso correcto del pensamiento consciente, que haga entrar en acción al pensamiento subconsciente, aunque a veces sólo es necesaria una pequeña alarma. Es de esa forma que ocurre en los instantes de máximo peligro, cuando el ser humano se ve enfrentado con la necesidad de actuar inmediatamente, para poder salvar su vida. La mente subconsciente actúa con mayor rapidez, en ayuda de los que están acostumbrados a tomar decisiones rápidas, porque solamente acciona con eficacia cuando se libera de la lentitud de la mente consciente y analítica, de esos pensamientos razonables que la hacen muy lenta. El método más eficiente para provocar la intervención del subconsciente, es el sistema de las imágenes mentales, el empleo de la imaginación, porque mediante la visualización se perfecciona la imagen del cuadro que voy a pintar, de la cerámica que deseamos, o del proyecto que cada uno escoja; de la misma forma que va a ser en la realidad física y entonces la energía universal lo materializa. La mayor parte de las visualizaciones, se producen por el deseo de lograr lo que queremos y ojalá las personas tuvieran esas visualizaciones más constantemente, para que se lograran más y mejores experiencias y la vida en nuestra sociedad fuera mejor. Es por la fuerza de esta fe, y sus maravillosos poderes, que se producen esos milagros para los que todavía no hay una explicación científica, y estoy hablando de esa firme convicción que surge de lo más profundo de nuestra alma, porque es la fuerza de esa manera de pensar, la que produce los más espectaculares resultados. Esa fe moldea la fuerza del pensamiento y afecta todo lo que nos rodea, incluyendo los objetos y las personas que se hallan a grandes distancias, porque vivimos en una unidad eterna de sabiduría en la que todo está interconectado, con una precisión absoluta.

No hay artista, científico o escritor, que no sepa del extraordinario poder de la mente profunda o subconsciente y es por esa virtud que, en el interior de todos los seres humanos, se encuentra una facultad que permite alcanzar el éxito, a cada individuo, si lo desea en el fondo de su alma y de su mente. Los más importantes poderes de la mente son la razón, la lógica, el cálculo, el juicio y, mediante ellos, tomamos conciencia del universo que percibimos a través de nuestros imperfectos sentidos. Nuestra mente consciente, es el desarrollo provocado por el pensamiento y es la guía que poseemos en la evolución de nuestra consciencia hacia la eternidad. La función más elevada de la mente, es llegar a ser conscientes de una eternidad en la que somos parte creativa y dinámica, de la unidad eterna de sabiduría, también llamada universo o Dios.

Todos los seres humanos utilizamos la fuerza del pensamiento, para resolver nuestros problemas, ya sean artísticos, sociales o personales, y, a través de las experiencias, hemos descubierto que la solución a todas las dificultades, se consigue con el poder de esa mente que nos lleva al glorioso camino de la auto realización y del éxito. La mente subconsciente nos conecta con la quinta dimensión y está más allá del espacio y del tiempo, y es el vínculo directo con la sabiduría eterna de ese, todo, llamado universo, y es tan grande el poder de nuestra mente subconsciente, que se comunica con el estado que percibimos como físico y, según la teoría de la relatividad de Einstein, se puede mover entre el pasado, el presente y el futuro, que son apenas impresiones de la mente humana en la unidad eterna del universo. La sabiduría del pensamiento, proviene de esa unidad eterna en perfecto equilibrio, también llamada universo o Dios. La verdadera sabiduría proviene de hacer uso del pensamiento en todos los instantes de nuestra existencia y debemos preferir, en todos los casos, su guía y su orientación, que jamás deja de funcionar cuando lo utilizamos. Los principales poderes de la mente son la intuición, la inspiración, la imaginación y la creación. La mente opera con mayor eficiencia y cumple las funciones más importantes, cuando nuestros imperfectos y limitados sentidos no participan, y este mecanismo mental funciona cuando estamos despiertos y también cuando estamos dormidos. La mente, el espíritu, es una es una entidad autónoma y en medio de mi análisis paciente y cuidadoso, he llegado a la conclusión que la mente y el cuerpo son el mismo pensamiento divino, que nos origina, y hace que desaparezca esa dualidad filosófica y teológica, que nos hablaba de un cuerpo y un alma, y es en ese momento cuando se origina “El absolutismo físico y filosófico”.

Para poner en acción los recursos de tu alma subconsciente, debes estar seguro de que pides algo que puedes obtener, porque el alma solamente se manifiesta de acuerdo al nivel evolutivo de la persona. Debemos crear la sensación, en nuestra alma, de haber logrado lo que necesitamos y mientras logramos el convencimiento, para pensar y sentir que el éxito es nuestro, es necesario que visualicemos con anticipación ese momento ganador; es decir, que nos debemos sentir y visualizar, mentalmente, haciendo lo que deseamos hacer. El último paso es esperar con paciencia, mientras que el alma subconsciente siga trabajando para lograr nuestros deseos, porque yo me demoré más de cuarenta años para poder disfrutar de éxito de mis queridas obras de arte. A medida que van fluyendo las ideas y los planes del alma subconsciente, hacia la mente consciente, se revela la solución y el correcto desarrollo de la acción. También es posible que nuestras ideas y nuestros deseos, no se desarrollen inmediatamente, de un modo directo que guie nuestros pasos hacia la completa realización de lo que deseamos, y es posible que sintamos que una inteligencia superior o una fuerza misteriosa, nos impulsa a hacer cosas que parecen no tener ninguna relación lógica y, sin embargo, debemos seguir creyendo en el poder de la unidad eterna de sabiduría, hasta que el día menos esperado, nos vamos a encontrar en la posición deseada, como por arte de magia, como ha sucedido conmigo, que al final de mi carrera artística, pude disfrutar de la aceptación social de mí obra. Sólo entonces, al observar lo ocurrido, comprendemos que todas las actividades, aparentemente raras e inconexas, que la mente subconsciente nos impulsó a hacer, están finamente unidas por una línea lógica de acontecimientos, siendo la realización de nuestros sueños, la culminación de nuestros más sinceros deseos y esperanzas, y la realización del éxito personal al que aspirábamos.

“Si crees que lo puedes lograr, lo lograrás” No importa cuál es el deseo que quieres cumplir, porque si pensamos que lo podemos realizar, lo llevaremos a feliz término. Todas las veces, ésta firme convicción, nos permite hacer lo que otras personas consideran imposible, porque la fuerza mental que genera ese poder, empieza con el sencillo acto de creer. Este fenómeno se origina por esa poderosa fe que cree que es posible lograrlo todo y contagia a la energía del universo, que se moldea ante tus deseos. Fue de esa manera, que siendo una adolescente soñadora, que siempre creyó en la poderosa fe que enseñaba Jesucristo, en contra de la sociedad machista y atrasada, logré convertirme en una artista respetable, que desea servir de ejemplo a las nuevas generaciones.

La fe del ser humano, según lo que dice en la biblia, actúa directamente con la fuerza de la unidad eterna de sabiduría. En otras palabras, el pensamiento y la fe, son los verdaderos padres de lo que nos sucede en esta maravillosa experiencia de vivir. El éxito o el fracaso, en la vida, dependen más de las actitudes mentales y del pensamiento, que de las condiciones sociales y ambientales que afectan a la persona, porque al final de nuestro proceso evolutivo, lo que los seres humanos piensan y creen ser, eso es lo que serán. Cada ser humano es la creación de sí mismo, la imagen de sus propios pensamientos, porque lo que tú piensas, eso es lo que eres. En el maravilloso camino del arte, me resultó muy claro que la imaginación o visualización de las cosas, es uno de los principales factores para el desarrollo de las fuerzas eléctricas que moldean a nuestro antojo el universo. Es en el esfuerzo mental que se efectúa para poder visualizar lo que nos interesa, donde se origina el poder creador, por ejemplo, a mí siempre me interesó una sociedad más justa, donde las mujeres tuvieran los mismo deberes y los mismos derechos que los hombres; una sociedad que pudiera apreciar la belleza del cuerpo humano sin ningún falso pudor, una sociedad más justa donde no se asesine al que piensa diferente, una sociedad que respete y admire la diversidad de razas y culturas, una sociedad donde se respeten los derechos humanos y todos podamos vivir en paz, y fue tratando de influir en esa sociedad más justa, que convertí los políticos más fanáticos en sapos y las masacres colectivas en oscuros cuadros de dolor, para que más adelante, cuando en los hogares se converse sobre estos temas, o cuando tengamos la oportunidad de votar por nuestros gobernantes, y recordemos esas pinturas llenas de dolor, hambre y violencia, ese cuadro mental que tenemos del futuro de nuestro país, nos lleve a tomar la mejor decisión. Debemos ayudar a construir la nación prospera que deseamos, con nuestros pensamientos, con nuestros sentimientos y con nuestras manos, y, en mi caso, con mis lienzos y con mis pinceles. El proceso es el mismo, cuando se trata de construir una pintura, una cerámica una sociedad o un país entero. Empezamos a verlo con los ojos del alma, y después lo vamos materializando con mucha fe, porque sin la visualización o cuadro mental de lo que deseamos, muy poco se consigue. ¿Deseamos un país en paz y más justo?... Pues lo vamos a tener, cuando cada una de los colombianos sea capaz de compartir algo de lo que tiene, con los pobres indios de la Guajira, con los negros del pacifico y con los indios de amazonas, que casi no tienen nada.

En mi larga y carismática carrera artística, aprendí que el pensamiento es la mayor fuerza que existe en el universo, aunque la gran mayoría de los seres humanos, rechazan el poder de la percepción espiritual y dizque sólo creen en lo que se comen, y es por ese motivo, que los que tenemos una imaginación más desarrollada como lo somos los artistas, los escritores, los científicos e inventores, que poseemos la virtud de visualizar o formarnos imágenes mentales cuando lo deseemos, somos los llamados a dejar un legado cultural, que le ayude a los hombres a comprender la grandiosidad humana que no tiene límites. Entender el rechazo de los gobernantes y de la iglesia católica, apostólica y romana, hacia mis pinturas, fue el motivo que me impulsó, en medio de mi encierro involuntario, a estudiar los grandes filósofos de la historia, para poder comprender el comportamiento de esos líderes nefastos, que asesinan caudillos como a Jorge Eliecer Gaitán, que sólo quería llevar un plato de sopa caliente, educación, salud y bienestar, a la gran totalidad del pueblo marginal, y fue por esos crímenes que, con el sistema que he tratado de explicar en las páginas de este humilde libro y con las aclaraciones que estoy ofreciendo y que voy a ofrecer, cualquier persona que lea estos razonamientos, no tendrá la menor dificultad para ver las cosas con los ojos del alma, con todo el poder de su imaginación, y va a poder proyectar, en su pensamiento, las cosas que desee ver materializadas en la realidad. Es sencillo, si introducimos en nuestra mente el propósito de hacer cualquier cosa, como una casa, un cultivo, una pintura al óleo, una cerámica, una acuarela, una canción, un libro o una fortuna económica, iniciamos una serie de acontecimientos, una cantidad de fuerzas que moldean la energía del universo, para que se materialice nuestro deseo. Fue de esa misma forma que cree y materialicé todas esas pinturas, que los antioqueños van a disfrutar en su museo de arte moderno.

Si las personas comunes y corrientes, se detienen un solo instante, para analizar mi historia y la historia de los grandes inventores, de los arquitectos, de los grandes empresarios, de los músicos famosos y de los hombres de negocios, obtendrán una idea aproximada, del sencillo método que los llevo a triunfar a ellos también. Sólo se trata de emplear la imaginación, para asumir y perfeccionar las virtudes que, supuestamente, no tengamos, porque el hombre todo lo puede, al estar echo a la imagen y semejanza de Dios, sin importar la religión o la creencia que tenga. Se trata es de visualizar la persona que deseamos ser, porque si continuamos manteniendo esa actitud mental, llegará el día en que vamos a ser, como pretendemos ser, y de esa misma forma acurre con la realización de nuestros sueños, en esta sociedad que está brindando más oportunidades en la actualidad.

El futuro de nuestro país y de la humanidad en general, saldrá de los pensamientos de los hombres, y ese universo estará formado y controlado, por los deseos y pasiones que nos mueven, aunque el hombre apenas está descubriendo su grandiosidad y apenas está aprendiendo a controlar el mundo con su mente.

La gran mayoría de las personas aceptan su lugar en la vida, como algo que un destino a prefijado para ellos, y, muy pocas veces, se realiza un esfuerzo físico y mental, para salir de condiciones tan adversas, como las que ha establecido la burguesía corrupta que ha gobernado nuestro país, desde siempre. Observen, por ejemplo, las dificultades que he sufrido en mi condición femenina, para salir adelante, construyendo mi humilde carrera artística, en la que tuve que vencer todos los obstáculos que me impusieron el arzobispo de Medellín y el esbirro del Laureano Gómez, un político que ustedes no conocieron, porque de todas maneras se murió antes que yo. Superé todas las dificultades y, con mucho esfuerzo, conseguí el propósito de ser una reconocida pintora, porque utilicé todos los poderes de mi mente, para lograr la electrizante visión de mi meta deseada. Recuerden pues, queridas niñas y niños de Envigado, de Antioquia y de Colombia, que siempre que fijemos nuestros pensamientos y nuestra imaginación, atraeremos las metas deseadas. El poder del pensamiento, es un fenómeno que cualquiera puede probar en su propio beneficio, y los resultados son consecuencias de la grandiosidad humana, que nos convierte en creadores de nuestro propio universo.

Es muy importante que todos comprendan que nuestros pensamientos determinan la presencia física, nuestra expresión facial, la forma de hablar, la forma en que nos movemos y todo lo demás que nos caracteriza, porque somos el resultado de nuestra forma de ser interior, somos el reflejo del impulso divino de vuestra alma. Son muchas las personas que aumentan su auto estima, sintiéndose perfectamente bellas, especializándose en cultivar su belleza y su inteligencia, vistiendo ropa elegante, porque el hábito sí hace al monje. Todos hemos visto en la magia de las películas, cómo cambia la apariencia de una persona, cuando está vestida con trajes elegantes después de haber estado vestida con harapos y es, de esa forma, en la que podemos llegar a ser exactamente como lo deseemos. Con el inmenso poder del pensamiento, cualquier ser humano puede detener su proceso de envejecimiento, y puede prolongar su vida y su salud, si mantiene una imagen mental en la que se vea lindo o linda, saludable y juvenil, como lo hacen de forma sorprendente los grandes artistas de la farándula. Desde hace varios años pude comprender que la consciencia profunda, controla nuestra edad biológica, mejor dicho, qué, durante toda la eternidad, la mente subconsciente del ser humano, ha sido sugestionada para creer que la vejez empieza después de los cincuenta años, y, desafortunadamente, para la gran mayoría de las personas, no puede ser de otra manera, porque sus mentes así lo creen. Pero yo, humildemente, hice un ejercicio en mi retiro voluntario en el taller de pintura, pensando que estaba joven y fuerte, para vivir siquiera cien años y como todos pueden ver, me mantengo activa y fuerte, y espero seguir así hasta el siglo veintiuno. Yo voy a ser la prueba viviente de que no podemos dejar penetrar, en la mente subconsciente, que somos fracasados y que nos estamos volviendo viejos, inútiles o enfermos, y, por medio del pensamiento, vamos a mejorar la probabilidad de prolongar la vida dinámica y activa, todo el tiempo que así lo deseemos y éste no es un descubrimiento casual, porque es el método que le ha funcionado a casi todas las personas que han vivido más de cien años.

En esta milagrosa vida, yo fui pintando lo que fui viendo y espero que mi lucha no haya sido una lucha estéril. Espero que mis pinturas sigan clamando por la libertad, por la justicia y por la paz. Espero que mi carrera artística haya sido un mensaje de profundo amor para el pueblo.

Débora Arango Pérez

Jorge Soto Builes.












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